El clamor de los hijos de Israel ha llegado hasta mí
y he visto como los egipcios los oprimen.
Ve, pues, yo te envío al Faraón
para que saques de Egipto a mi pueblo.
(Ex 3, 9-10).

3. No es fácil hacer un análisis completo de la realidad en la que estamos presentes: las circunstancias son muchas y, a veces, contrastantes. En ellas se entrelazan luces y sombras. A pesar de su multiplicidad, los síntomas más evidentes en nuestras experiencias manifiestan el afirmarse cada vez más preponderante de la globalización.

A) El contexto de la realidad global

4. Entre las luces reconocemos fenómenos como la interculturalidad, la tolerancia y el pluralismo, aprecio de otros pueblos, culturas y religiones, la unidad y la solidaridad, una nueva comprensión de la persona y de la inviolabilidad de la conciencia, los movimientos de solidaridad con los pobres del mundo, el compromiso en las problemáticas de justicia, paz e integridad de la creación (JPIC) y en la defensa de los derechos humanos.

5. Hay también nuevas tecnologías, especialmente en el área de la comunicación, que favorecen notables progresos en el campo de la educación y de la transmisión de valores. En la llamada aldea global las distancias espaciales y temporales se reducen drásticamente, multiplicando así las posibilidades de influenciar en breve la opinión publica mundial sobre los temas mas variados.

6. Muchas religiones e iglesias se sirven de este proceso para difundir sus doctrinas y experiencias. Esto facilita y mejora el conocimiento recíproco entre las grandes religiones, favoreciendo el ecumenismo y el diálogo interreligioso.

7. La globalización presenta también efectos negativos.
En el campo económico y político se agrava cada vez mas el abismo entre Norte y Sur; aumentan y se radicalizan la pobreza, la injusticia y la violación de los derechos humanos. Otros problemas se acentúan: guerras, violencia, incontrolado tráfico de armas y de drogas; corrupción, pérdida del valor de la democracia, debilidad de los Estados ante el flujo del capital internacional; el peso de la deuda externa y la destrucción ecológica.
La consiguiente erosión de las fronteras nacionales puede representar una amenaza para la identidad y el sentido de pertenencia de minorías y grupos culturales marginados.

8. En el campo social se acentúan la crisis y la disgregación de los valores familiares, éticos y morales; el surgimiento de una cultura globalizada, dominada por modelos transmitidos principalmente por los medios de comunicación social; el crecimiento irrefrenable de las periferias urbanas; la realidad de muchos jóvenes sin futuro y los flujos migratorios, los prófugos, los refugiados, la discriminación de las nuevas minorías, los enfermos de SIDA, los niños de la calle, los drogadictos y las víctimas de la prostitución.

9. A nivel religioso, es notable el aumento del secularismo y del relativismo, así como de los fenómenos ligados al renacimiento del fanatismo y del integrismo religioso, el surgimiento de nuevos movimientos (sectas, iglesias independientes, religiones esotéricas y el llamado new age), alimentados muchas veces por proyectos políticos. En este contexto notamos también la expansión y crecimiento del influjo del Islam en todo el mundo.

B) El contexto eclesial

10. Positivamente hacemos notar la existencia de grupos y movimientos de laicos comprometidos en el campo social y eclesial, el nacimiento de una nueva ministerialidad, el involucrarse de las mujeres y de los jóvenes y el compromiso en el dialogo ecuménico e interreligioso.

11. En los continentes se está desarrollando una seria y plural reflexión teológica contextual. En África se reflexiona sobre todo en la inculturación, el diálogo con las Religiones Tradicionales Africanas y con el Islam, el compromiso por la liberación, los derechos del hombre y la reconciliación; en Asia, sobre el diálogo interreligioso; en América sobre las teologías contextuales, la teología de la Liberación y la teología india; en Europa, sobre el compromiso por el ecumenismo, la nueva evangelización y la justicia, paz e integridad de la creación.

12. No pocos cristianos, pastores, consagrados y laicos están volviendo a tomar conciencia de su vocación profética y misionera. Se ponen a la escucha del grito de los pobres, lugar teológico privilegiado y rostro sufriente de Cristo; haciendo una clara opción por ellos, se comprometen en iniciativas de JPIC. La Iglesia se convierte así en un pueblo mesiánico, pascual y misionero.

13. A pesar de esto, para muchas personas la Iglesia se ha vuelto irrelevante desde el punto de vista existencial y político.
Denuncias y escándalos dañan su credibilidad y alejan de ella a no pocos cristianos.

14. Notamos, finalmente, cierta tendencia a cerrarse en actitudes rígidas y exclusivistas que de nuevo ponen en cuestión la apertura y el diálogo instaurados por el Concilio Vaticano II.

C) El contexto comboniano

15. Hemos celebrado el XVI Capitulo General en un contexto muy especial: la proximidad de la canonización de nuestro Padre y Fundador, con la cual la Iglesia ha consagrado la ejemplaridad de la vocación misionera y profética de Daniel Comboni. El reciente martirio del P. Mario Mantovani y del Hno. Godfrey Kiryowa, consumado en la vigilia del Capítulo, y el sacrificio de otros hermanos nuestros que viven en situaciones dramáticas (Sudán, Congo, Centro África, Norte de Uganda, Eritrea, Etiopía, Colombia), nos han recordado que Comboni quería a sus misioneros dispuestos a dar la vida por el Evangelio y por los hermanos.

16. La riqueza más grande del Instituto son las personas de los misioneros (cfr. RV 162.1). Muchos viven su consagración y su compromiso misionero como piedras escondidas, en la serenidad y en la cotidianidad, asumiendo con entusiasmo y generosidad el servicio a ellos confiado. Otros siguen fieles a la gente en situaciones de guerra y de peligro.

17. Nos encontramos en una nueva geografía vocacional y sentimos que con ella llega el don de la interculturalidad.

18. Damos gracias al Señor por los jóvenes hermanos: con su creatividad contribuyen a renovar y contextualizar el carisma del Fundador en nuevas realidades.

19. Para nuestra familia los hermanos ancianos y enfermos son un tesoro inapreciable y una fuente de energía espiritual por su vida de oración y su amor a la misión.
20. Los hermanos en situaciones particulares y los que dejan el Instituto necesitan una atención especial y un acompañamiento cualificado en un tiempo del discernimiento.

21. El envejecimiento y la reducción del personal, las crecientes exigencias internas del Instituto (enfermos, ancianos, formación), las situaciones de stress (debidas a las guerras y a la inseguridad), las dificultades en la programación y en la recualificación, contribuyen al desequilibrio entre compromisos asumidos y personal disponible.

22. No podemos negar que existen también en nuestras comunidades problemas de identidad, espiritualidad superficial y aburguesamiento, acentuándose actitudes de cerrazón en los proyectos personales.
A veces nos limitamos a repetir de manera habitual esquemas ya viejos.

23. Percibimos entre nosotros varios sentimientos: cierta nostalgia, malestar, y un deseo de cambio, de mayor radicalidad y autenticidad.
Advertimos asimismo un sentido de inestabilidad debido, por ejemplo, a cierto tipo de rotación o al temor de un compromiso de por vida. Ello puede conducirnos a ver y vivir la misión más como una serie de experiencias que como una donación total.

D) Desafíos

24. La globalización, en sus aspectos positivos y negativos, estimula a repensar la vida. Al mismo tiempo, nos cuestiona sobre nuestro ser y nuestra misión hoy, haciéndonos descubrir los desafíos para el presente y caminos nuevos para el futuro.
El grito de sufrimiento de muchos pueblos de África, América y Asia sigue interpelando proféticamente nuestra presencia y la calidad de nuestro servicio en estos continentes.

25. La acción misionera del Pueblo de Dios quiere revelar el sentido de la vida en un mundo globalizado y animar el compromiso y la solidaridad, poniendo a Cristo en el centro de la humanidad de hoy.
Algunos desafíos se distinguen por su urgencia e importancia y exigen actitudes que sean profecía en acto para la humanidad (VC 58), signo de comunión y de reconciliación de una humanidad herida por conflictos y divisiones (VC 51).

26. Para la Iglesia
26.1 Profundizar el dialogo ecuménico e interreligioso;
26.2 promover la globalización de la solidaridad privilegiando a los pueblos desfavorecidos;
26.3 poner en evidencia los siguientes elementos de la misión: el anuncio de Cristo, el testimonio de la paternidad / maternidad de Dios y de la fraternidad universal;
26.4 revisar el contenido del anuncio y descubrir métodos nuevos y más adecuados como respuesta a la creciente descristianización e indiferencia de la sociedad;
26.5 tener en cuenta un estilo de colaboración que involucre todas las fuerzas disponibles;
26.6 elaborar un código de conducta ante los escándalos salidos recientemente a la luz.

27. Para la vida consagrada
27.1 Una cultura de comunión, fruto de una apertura a la interculturalidad y a la diversidad;
27.2 una educación a la sobriedad, a la sencillez voluntaria, a la ética del limite, signo visible de la opción por la radicalidad y la austeridad;
27.3 una renovada opción por la solidaridad, el compartir y la hospitalidad;
27.4 una educación al uso sapiencial de las nuevas tecnologías informáticas, medios y estructuras.

28. Para el Instituto comboniano
28.1 El actual contexto socio-eclesial exige de nosotros un ejercicio de profundo discernimiento para saber cómo invertir nuestros limitados recursos en el futuro próximo. Se trata en particular de aprender a pensar globalmente, aunque se actué en función de las realidades locales. Ha llegado el tiempo de opciones valientes, coherentes tanto con el carisma originario como con las exigencias de la situación histórica concreta y traducidas en nuevos proyectos de evangelización para las situaciones actuales (VC 73).

29. Hoy más que nunca, nos sentimos llamados a crear solidaridad con los marginados, promoviendo los derechos humanos fundamentales y poniendo la persona, no el lucro, en el centro del proyecto social. El testimonio de nuestra vida acompaña por eso al lobbying, al networking y a la presencia y acción en las actividades de justicia y paz por medio de los medios de comunicación y sostiene y asume en nuestras comunidades proyectos que tiendan a una economía alternativa (ej.: banca ética, boicot, consumo crítico).

30. A la luz del contexto de la realidad global, eclesial y comboniana, vemos los siguientes desafíos para nuestro Instituto:
30.1 revisar nuestra visión de misión;
30.2 identificar prioridades para reducir y cualificar nuestros compromisos, teniendo en cuenta también la situación del personal;
30.3 recualificar la FP de las personas y comunidades;
30.4 renovar la metodología misionera para responder mejor a las urgencias de la misión comboniana hoy;
30.5 profundizar el conocimiento del Islam en su historia, doctrina y estrategias misioneras, políticas y expansionistas, creando relaciones constructivas para el diálogo.
EN EL MUNDO CON LOS OJOS Y EL CORAZÓN<BR>DE DANIEL COMBONI