El pasaje del Evangelio de hoy, sobre la ‘corrección fraterna’, es el espejo de situaciones concretas que ya se vivían en la primera comunidad cristiana para la cual Mateo escribía su Evangelio. El pasaje forma parte del llamado ‘discurso eclesiástico’ (Mt 18), en el cual el evangelista recoge varias enseñanzas de Jesús sobre las relaciones en el interior de la comunidad, con los siguientes pasos: la grandeza auténtica consiste en hacerse pequeños y en ponerse a servir (v. 1-5), la gravedad del escándalo a los pequeños (v. 6-11), la búsqueda del que se ha alejado (v. 12-14), la corrección fraterna (v. 15-18), la oración en común (v. 19-20) y, finalmente, el perdón de las ofensas y la reconciliación (v. 23-35).

Comunidad misionera
para una pastoral de los alejados

Ezequiel 33,1.7-9; Salmo 94; Romanos 13,8-10; Mateo 18,15-20

Reflexiones
¿Cómo acabar con los chismes y reproches? ¿Por qué amonestar al que ha cometido una falta? ¿Cómo corregir a quien está equivocado? Corregir a los demás es un asunto difícil; es un arte que requiere de humildad y sabiduría; es difícil hacerlo y hacerlo bien; es más fácil - y más frecuente, lamentablemente - hablar con otros de los defectos y errores ajenos; o limitarse a humillarlos y ofenderlos con reproches… O bien, ¿por qué no dejarlos con su problema, sin tomarse la molestia de amonestarles? ¿Qué actitud de caridad debemos asumir en esas circunstancias? Muy probablemente, el pasaje del Evangelio de hoy, sobre la ‘corrección fraterna’, es el espejo de situaciones concretas que ya se vivían en la primera comunidad cristiana para la cual Mateo escribía su Evangelio. El pasaje forma parte del llamado ‘discurso eclesiástico’ (Mt 18), en el cual el evangelista recoge varias enseñanzas de Jesús sobre las relaciones en el interior de la comunidad, con los siguientes pasos: la grandeza auténtica consiste en hacerse pequeños y en ponerse a servir (v. 1-5), la gravedad del escándalo a los pequeños (v. 6-11), la búsqueda del que se ha alejado (v. 12-14), la corrección fraterna (v. 15-18), la oración en común (v. 19-20) y, finalmente, el perdón de las ofensas y la reconciliación (v. 23-35).

El objetivo de la corrección fraterna (Evangelio) es la recuperación y la salvación del hermano/hermana que se ha equivocado o se ha descarriado. Para que la amonestación surta el efecto deseado, Jesús invita a proceder por etapas: en primer lugar, a nivel personal, de tú a tú (v. 15); después con la ayuda de una o dos personas (v. 16); y después con el recurso a la comunidad (v. 17). El hecho de que, al final, un hermano/hermana no haga caso de nadie y se le considere “como un pagano o un publicano” (v 17), no conlleva ni autoriza un abandono, sino más bien una atención especial hacia estas personas, como lo hacía Jesús, que era “amigo de publicanos y de pecadores” (Mt 11,19; cfr. Lc 15,1-2). La clave para entender esta terca amistad y preferencia de Jesús está en la parábola del Buen Pastor que deja “en los montes las 99 ovejas, para ir en busca de la descarriada” (Mt 18,12). Jesús concluye la parábola con una afirmación fuerte: “De la misma manera no es voluntad de vuestro Padre celestial que se pierda uno de estos pequeños” (Mt 18,14).

Esta es la Palabra que antecede inmediatamente al texto sobre la corrección fraterna. Dios tiene más prisa y ganas de perdonar que nosotros de ser perdonados. De veras, Dios cree en la recuperación de las personas. Este es el fundamento y la esperanza de la pastoral misionera hacia los lejanos. Aun con limitaciones, errores y frustraciones, pero siempre con misericordia, porque tal es el verdadero rostro de Dios, que Jesús ha venido a manifestarnos.

Dios rechaza la actitud de Caín al que no le importa su hermano (cfr. Gen 4,9); más bien (I lectura) hace de nosotros centinelas para los demás (v. 7) y pedirá cuentas al que no pone “en guardia al malvado para que cambie de conducta” (v. 8). No se trata de interferir en la vida de los demás, ni de recortar su libertad personal (v. 9), sino de ser una presencia fraterna y amiga, inspirada en el amor y en la búsqueda del auténtico bien del hermano/hermana. Porque el amor mutuo (II lectura) es la mayor obligación hacia los demás; en efecto, “amar es cumplir la ley entera” (v. 10). San Pablo vivía como enamorado de Cristo y, por tanto, estaba preocupado por todas las Iglesias (2Cor 11,28), quería anunciar a todos el Evangelio de Jesús y no tenía miedo a dar fuertes y saludables amonestaciones a sus comunidades. Pero ¡siempre con amor! (*)

El amor mutuo, que tiene como objetivo recuperar la persona que se equivoca, es el fundamento de la corrección fraterna. Incluyendo los riesgos que esta conlleva, sobre todo cuando se ha de llamar la atención a los poderosos de la tierra. El martirio de S. Juan Bautista (ver memoria litúrgica el 29/8), fue la consecuencia extrema de un preciso y valiente reproche a un rey adúltero y corrupto. El mensaje de hoy no atañe solamente a los pequeños contratiempos de la vida familiar o comunitaria, sino que ilumina también la conducta del cristiano (pastores y simples fieles) frente a los responsables de los peores males de la sociedad: leyes inicuas, degradación moral y social, graves injusticias, corrupción, sistemas mafiosos, escándalos públicos…, ante los cuales el silencio y el desinterés equivalen a debilidad, miedo, cobardía, complicidad.

El delicado ministerio de la amonestación-corrección mutua, se omite con excesiva frecuencia, como afirmaba también el Card. Carlos M. Martini (+ 31-8-2012). El difícil servicio de la corrección-reconciliación fraterna, en la verdad y en la caridad, resulta más fácil y eficaz cuando tiene el soporte de una comunidad de hermanos que viven la comunión y la oración, disfrutando así de la presencia del Señor, porque están reunidos en su nombre: “Donde hay dos o tres reunidos en mi nombre, allí Yo-Estoy en medio de ellos” (Mt 18,20). Con estas palabras Jesús nos da una de las más hermosas descripciones-definiciones de “Iglesia-comunidad”. ¡Tal es la fuerza misionera y explosiva de una comunidad reconciliada y orante que vive la fraternidad!

Palabra del Papa

(*) “La corrección fraterna es un aspecto del amor y de la comunión que deben reinar en la comunidad cristiana, es un servicio mutuo que podemos y debemos prestarnos los unos a los otros. Corregir al hermano es un servicio, y es posible y eficaz solo si cada uno se reconoce pecador y necesitado del perdón del Señor. La conciencia misma que me hace reconocer el error del otro, antes aun me recuerda que yo mismo me equivoqué y me equivoco muchas veces”.
Papa Francisco
Angelus del domingo 7-9-2014

Siguiendo los pasos de los Misioneros

  1. SdD. Maurice Michael Otunga (Kenia, 1923-2003), obispo a los 34 años, Padre conciliar, cardenal arzobispo de Nairobi. Pastor humilde y compasivo, hombre de profunda fe, pobreza austera y caridad, destinaba a los pobres las ofrendas que recibía. Consideraba el tribalismo como una plaga de la Iglesia y de la sociedad en África. Fue una personalidad de elevado perfil eclesial.
  2. B. Juan Bautista Mazzucconi (1826-1855), mártir, sacerdote misionero italiano del PIME, asesinado por odio a la fe en la isla de Woodlark (Oceanía), tan solo dos años después de su llegada.
  3. Fiesta de la Natividad de la Virgen María: “su nacimiento ha anunciado la alegría al mundo entero” (S. Juan Damasceno, s.VIII).

°     B. Federico Ozanam (1813-1853), laico francés, casado, doctor en derecho y en letras, profesor en la Sorbona. Defendió y difundió las verdades de la fe católica. Ejemplo de caridad y santidad, en 1833 fundó la primera de las llamadas “Conferencias de S. Vicente de Paúl”, cofradías para asistir a los pobres, operativas hoy en más de 100 países.

°     Día mundial de la alfabetización, instituido por la ONU-UNESCO en 1972.

  1. S. Pedro Claver (1580-1654), jesuita español, misionero durante más de 40 años al servicio de los esclavos africanos que llegaban a Cartagena (Colombia) llevados allá por los negreros. Es el patrono del apostolado entre los afrodescendientes. “Supo restaurar la dignidad y la esperanza de cientos de miles de negros y de esclavos” (Papa Francisco).

°     B. Jacques Désiré Laval (1803-1864), médico francés y sacerdote de la Congregación del Espíritu Santo; desde 1841 misionero entre los africanos liberados en Port Louis (Isla Mauricio, Océano Índico).

°     Recuerdo de Joachim Ruhuna (1933-1996), arzobispo de Gitega (Burundi), asesinado por una banda armada durante la guerra civil. Perteneciente a la etnia tutsi, luchó tenazmente a favor de la paz, la reconciliación y el diálogo entre hutus y tutsis. Dos meses antes de su muerte, durante los funerales de las 306 víctimas de la matanza de Bugendana, había condenado abiertamente a los autores de esa hecatombe.

10Bs. 67 Mártires en Nagasaki (Japón), asesinados en 1622, en meses diferentes. En el primer grupo de 52 figuran: Sebastiano Kimura (jesuita japonés), Carlos Spínola (jesuita italiano), Francisco Morales (dominico español) y 49 compañeros, incluidos sacerdotes, religiosos, esposos, catequistas, viudas, jóvenes. – En un segundo grupo figuran 15 mártires: Ludovico Flores (dominico flamenco), Pedro de Zúñiga (agustino español) y 13 compañeros marinos japoneses. (Véase también 6/2; 25/8; 24/11).

°     Aniversario del primer viaje misionero de san Daniel Comboni a África (Sudán, 1857), junto con cuatro sacerdotes y un laico, miembros de la expedición misionera del P. Nicolás Mazza, de Verona.

11.  S. Juan Gabriel Perboyre (1802-1840), sacerdote lazarista francés, mártir, misionero en China, donde fue encarcelado, suspendido en una cruz y estrangulado, en la provincia de Hubei.

°     Aniversario del atentado aéreo a las Torres Gemelas de Nueva York (EE.UU. 2001), que marcó un trágico cambio radical en las estrategias del terrorismo internacional y, al mismo tiempo, provocó una nueva conciencia de las relaciones entre los pueblos en la búsqueda de una más segura convivencia pacífica.

  1. Fiesta del Santísimo Nombre de María, «suave para los ángeles, pero terrible para los demonios» (santa Brígida). El Papa Inocencio XI extendió esta fiesta a toda la Iglesia, para agradecer a Dios y a la Virgen María por la victoria en la batalla de Viena (1683), que detuvo la expansión turco-otomana hacia el norte de Europa.
  2. Colecta para los Lugares cristianos de Tierra Santa. (Viene este año del Viernes Santo).

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A cargo de: P. Romeo Ballán – Misioneros Combonianos (Verona)

Sitio Web:   www.comboni.org    “Palabra para la Misión”

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