Daniel Comboni nació el 15 de marzo de 1831 en la localidad de Limone sul Garda, en el noreste de Italia, en las orillas del lago de Garda. Fue el cuarto y único superviviente de los ocho hijos que tuvieron sus padres, Luigi y Domenica.
Su padre, Luigi Comboni, era el hortelano del Teseul, que era una propiedad de un magistrado de aquella zona. Vivian al lado de aquella propiedad en una humilde casa que vemos en la fotografía y que todavía se conserva hoy.
El nombre de “Limone” tiene su origen porque en aquella zona se cultivaban limones y la finca del Teseul era una limonera.
Daniel creció en aquel ambiente sencillo y pobre, cursando dos años en la escuela elemental de Limone. Mientras tanto el ambiente político y social que se respiraba no era tranquilo, porque por un lado la corona imperial de Austria ejercía su dominio sobre gran parte del norte de Italia, y por otro lado, los italianos reclamaban la independencia y la unidad de su país. Sus padres procuraron educarle en la fe cristiana dando lo mejor de ellos mismos y testimoniando su fe con un buen ejemplo de vida familiar y cristiana.

De los Escritos de Comboni:

“Se me antoja que fue ayer mismo cuando, niño, aprendía en el regazo de mi madre a hacer la señal de la cruz, o cuando por el famoso tesálico valle, donde respiré los primeros hálitos de vida, marchaba solito y me presentaba en medio de su excelencia y patriarcal familia para aprender los primeros rudimentos de lectura italiana del celebérrimo gramático D. Pedro, su querido tío, quien con una paciencia de chino y una constancia de alemán, y a menudo con una no muy agradable palmeta, por el considerable estipendio de 75 céntimos al mes, se ocupaba enérgicamente de mi instrucción”
Carta al Dr. Benito Patuzzi, 15 marzo 1858 desde la tribu de los Kich, en África Central. Escritos, n. 342