Entre 1857 año de su primer viaje a África y 1881 año de su muerte, Daniel Comboni viajó ocho veces a África. Su espíritu misionero y sus grandes capacidades de relaciones con sus más inmediatos colaboradores hacían de Comboni una persona que constantemente tenia que moverse de un lugar a otro. Por mar en el Mediterráneo, en tren por Europa, en camello por los desiertos africanos, en trineo por las estepas rusas, en barca por los ríos africanos, a pie por los caminos de África, Daniel Comboni rompió las fronteras de la sociedad de su época e hizo presente la necesidad de dar a conocer a Cristo por África y por Europa.

DE LOS ESCRITOS DE COMBONI
“Habrá recibido una carta que le envié desde Jerusalén, y aunque mi padre le habrá informado de mis viajes, por el temor de que haga ya meses que usted no está en Limone quiero hacerle un resumen. Habiendo salido el 23 de oct. de El Cairo a bordo de dos grandes "dahhabias", tras 20 días de feliz navegación llegamos a Asuán, donde contemplamos a la carrera las famosas pirámides y las gloriosas ruinas de Denderah, Keneh, Tebas, Karnac, Luxor, Esneh, etc. Evitadas las cataratas mediante un pequeño recorrido por el desierto a lomos de camello, volvimos a remontar el Nilo en Schellal, lugar situado al principio de Nubia, bajo el trópico; y alquiladas dos nuevas embarcaciones, llegamos felizmente a Korosko, pueblo limítrofe con el terrible desierto de Nubia”
Carta a Don Pedro Grana, 15 enero 1858, en Jartum. Escritos, n. 200