A. Introducción

15. La vida nueva en el Espíritu es un don que debemos pedir y acoger. En este “tiempo oportuno” Dios nos provoca y nos invita a vivir la misión como experiencia de crecimiento humano y espiritual. Es esta la hora de dejarse modelar como arcilla en manos del Alfarero (cfr. Jer 18,6).

 INMERSOS EN UN PROCESO HISTÓRICO DE GRACIA Y BENDICIÓN

B. Análisis de la situación

16. Nosotros los Misioneros Combonianos, inmersos en una historia de gracia y bendición, venimos de culturas, ambientes y estilos de formación diversos. Vivimos, además, en un mundo globalizado, con sensibilidades religiosas múltiples y con actitudes críticas frente a instituciones religiosas tradicionales, en el cual el Señor sigue obrando.

17. El proceso de discernimiento de la Ratio Missionis, en el que nos hemos involucrado en los últimos años, nos ha hecho constatar que nuestra espiritualidad es débil y que gradualmente hemos asumido un modo de vivir individualista y burgués, que no favorece la vida fraterna y quita credibilidad a nuestro testimonio misionero. Nuestra fe a menudo queda lejana de la vida y de la realidad de la gente. En ocasiones, reducimos nuestra espiritualidad a un ritualismo religioso que no alcanza el corazón de nuestra vida misionera. Por otro lado, sin una práctica concreta y constante, la fe termina por apagarse.

18. Este mismo proceso ha puesto en evidencia el fuerte deseo de cambio y de conversión, no en teoría, sino en el profundo del corazón. Nos sentimos como “tierra seca, árida y sin agua” (Sal 63,2), con una gran sed que nos impulsa a volver a las fuentes originales para afrontar los desafíos de nuestro tiempo.

 FUENTES DE INSPIRACIÓN

C. Elementos inspiradores

19. El Espíritu que ha suscitado en Comboni el amor por los africanos, sigue guiándonos hacia los pobres y los últimos. Es el mismo Espíritu que nos empuja a una profunda renovación, personal y comunitaria, en el amor: don recibido y vivido como consagración que es manifestado y ofrecido en la misión.

20. Como combonianos descubrimos en el misterio del Corazón del Buen Pastor la razón que nos anima a una donación total y nos impulsa hacia los pobres y abandonados. Para vivir esta espiritualidad debemos poner en el centro de nuestra vida la Palabra De Dios, la vida y los escritos de San Daniel Comboni, la RV, la tradición del Instituto, el magisterio de la Iglesia y, de modo particular, la misión que nos conduce a vivir con la gente.

21. La entrega total que nos exige asumir situaciones muy difíciles está marcada por la Cruz. Siguiendo el ejemplo de Comboni (cfr. RV 4), elegimos estas realidades como signo de amor profundo por la gente.

D. Orientaciones programáticas

COMUNIDADES FRATERNAS DE DISCÍPULOS Y MISIONEROS

22. Queremos ser misioneros abiertos a la acción de Dios en nosotros; misioneros que viven el encuentro con el Señor como discípulos consagrados enteramente a la misión, llamados a vivir una profunda relación afectiva y efectiva con Jesús para ser testigos de su amor y llevar esperanza a su pueblo. Nos identificamos con Él, Palabra y Misionero del Padre que ha dado la vida por todos.

23. Somos llamados a compartir el sueño de Dios que quiere una vida plena y feliz para toda la humanidad. Es Él quien nos invita a ser constructores de fraternidad, a darnos a los otros como comunicadores de paz y de vida, a acoger a todos y a ser buena noticia entre los más pobres.

24. Debemos caminar hacia una unidad de vida entre consagración, carisma y misión y, por tanto, hacia una espiritualidad que genera vida y que se distingue por su coherencia.

25. El Instituto continúa con su camino de regreso a lo esencial, camino que implica para cada uno de nosotros una revisión de nuestra relación con Dios y un testimonio de vida fraterna. La conversión del corazón exige ser traducida en actitudes concretas.

26. Sentimos el deseo de superar la tendencia a considerar la espiritualidad como un hecho exclusivamente personal, para favorecer una comunión de la vida interior que nos permita alcanzar una comunión fraterna más profunda. Obtendremos esto en la medida en que aceptemos poner la acción del Espíritu en el centro de nuestras prioridades, proponiéndonos considerar nuestra vida en una óptica de fe.

27 Para vivir nuestra espiritualidad sentimos la importancia de ser nutridos por Dios y amantes de la vida:

a. celebrar la Eucaristía, fuente y fundamento de nuestra espiritualidad misionera y de nuestra vida fraterna en comunidad (cfr. RV 39.1, 53);

b. escuchar a Dios que nos habla a través de su Palabra, la realidad de los pobres, las situaciones de violencia y de inseguridad y el mundo con su belleza y sus contradicciones;

c. observar los momentos de oración, de silencio y de contemplación a nivel personal y comunitario.

E. Opciones operativas

28. En vistas del proceso de renovación espiritual, el Capítulo hace las siguientes opciones operativas que, sin querer ser exhaustivas, nos parecen las más significativas:

Enraizar nuestra espiritualidad en el Espíritu y en la contemplación

29. Queremos dar un lugar prioritario a la escucha y al estudio de la Palabra de Dios, a la lectio divina, a la oración personal y comunitaria. Queremos además leer y profundizar la realidad, la historia y la vida de los pobres como lugar de la manifestación de Dios Padre y de la presencia de Jesucristo y del Espíritu.

29.1 Los grupos de reflexión continental, cada año, ofrezcan a las circunscripciones instrumentos para el análisis de la realidad a nivel social, político, económico, religioso, eclesial y comboniano para ayudar a la comunidad y a las personas a leer los signos de los tiempos, a reconocer los valores del Reino y la presencia de Dios, haciéndose guiar por el Espíritu al orientar el discernimiento y las opciones.

29.2 Cada circunscripción estudie el modo mejor de utilizar este material como momento de FP.

Desarrollar un proyecto de vida

30. Corroboramos la oportunidad de elaborar el proyecto de vida a diversos niveles:

30.1 Personal: todo comboniano prepare anualmente su proyecto de vida para expresar de modo claro y sencillo, a través de objetivos específicos y modalidades concretas, su respuesta al Señor.

30.2 Comunitario: cada comunidad prepara el proyecto comunitario utilizando los medios que tiene a disposición (por ej. RV, Directorio de circunscripción, carta de la comunidad…) regularmente puestos al días y contextualizados. El superior tiene la responsabilidad de animar a su comunidad para que asuma este proceso.

30.3 Provincial: los proyectos comunitarios sean compartidos con las otras comunidades en las asambleas de circunscripción y de los superiores y en otros momentos.

30.4 El CG, en el curso del año 2010, dé indicaciones para la preparación de estos proyectos a varios niveles, teniendo en cuenta los distintos contextos.

Recuperar la Regla de Vida

31. Es necesario cultivar una mayor familiaridad con la RV, como instrumento para el crecimiento de nuestras opciones, según el carisma comboniano a varios niveles:

31.1 Personal: todo comboniano se comprometa en una lectura fecunda de la RV.

31.2 Comunitario: la comunidad haga una lectura continuada para una reflexión compartida, según los tiempos y las modalidades especificadas en la carta de la comunidad.

31.3 Provincial: toda circunscripción organice durante el sexenio un curso de ejercicios espirituales o seminarios de FP que tengan como objeto la RV y su contextualización hoy.

31.4 En el primer trienio el CG elija algunos hermanos a los que ha de confiar la tarea de una reflexión cualificada sobre la RV, de manera que nos ayude a familiarizarnos con ella como instrumento de crecimiento, en fidelidad al carisma comboniano.

Construir comunidades fraternas

32. La vida fraterna es un elemento fundamental e indispensable para nuestro crecimiento espiritual y el servicio misionero. Para alcanzar estas metas debemos dedicar el tiempo y la atención necesarios.

33. En la RV (cfr. RV 36-45) encontramos las líneas guía que nos ayudan a construir comunidades entusiastas, capaces de promover el crecimiento integral de sus miembros y de ser un auténtico testimonio para la evangelización. Consideramos necesario cuanto sigue:

33.1 Los superiores locales organicen periódicamente encuentros comunitarios como momentos significativos de discernimiento y de FP.

33.2 Las comunidades provean tiempos de convivencia aun informal para favorecer las relaciones interpersonales.

33.3 Los miembros de la comunidad compartan programas, proyectos, bienes materiales y espirituales como parte de su camino espiritual.

33.4 La promoción de la corrección fraterna y la reconciliación con Dios y con los hermanos en un clima celebrativo, sobre todo en los tiempos fuertes del año litúrgico, son medios ideales para evaluar y hacer crecer nuestra vida comunitaria.

Tema anual de espiritualidad

34. Para responder a la necesidad de una espiritualidad renovada, el Capítulo propone que cada año se desarrolle un tema específico para todo el instituto en vistas de un camino común. Sugerimos al CG los siguientes temas:

- Palabra de Dios, lectio divina, lectura popular de la Biblia;

- Comboni, fuente de refundación hoy;

- Fraternidad comboniana: relaciones interpersonales, resolución de conflictos, etc;

- La cercanía a los pobres como un camino espiritual;

- El Corazón de Jesús, expresado en un lenguaje actual;

- La oración comboniana hoy;

- La cruz como tiempo especial de profundización de la fe;

- La centralidad de Cristo en la vida de la misión comboniana.

35. Estos temas pueden ser desarrollados en forma de taller, retiros y cursos de formación, teniendo presentes los contextos continentales y de circunscripción.

Discernimiento

36. Asúmase el discernimiento, en su variedad de métodos, como instrumento personal y comunitario para favorecer, iluminados por la fe, la unión entre la Palabra de Dios y la realidad; esto tenga lugar especialmente en los momentos en que se debe decidir durante los consejos de comunidad y las asambleas a los distintos niveles.

Ejercicios espirituales.

37. Se recomienda que se hagan anualmente ocho días de ejercicios espirituales para tener el tiempo adecuado de silencio y de meditación.

Acompañamiento espiritual

38. El acompañamiento espiritual y la FP son medios indispensables para una maduración personal y para garantizar un mejor servicio a la misión. El superior local, ayudado por el coordinador de circunscripción de FP, ayuda a los hermanos en la búsqueda de una persona capaz de este servicio.

Celebración

39. El aspecto de celebración  es esencial en el proceso de renovación espiritual. Toda comunidad, circunscripción y todo el Instituto dé por tanto la debida importancia a los acontecimientos significativos del Instituto mismo, de la Iglesia y de los pueblos en los que vivimos. Fiestas combonianas, aniversarios, cumpleaños y todo acontecimiento de la vida de la comunidad son ocasiones de comunión fraterna.

 F. Evaluación

40. Las asambleas intercapitulares, continentales y de circunscripción constituyen un momento oportuno para evaluar las decisiones tomadas a los distintos niveles. Los consejos de comunidad son a su vez una ocasión para una evaluación del proyecto comunitario en su conjunto y de la vida de los miembros de la comunidad.

41. Las visitas de la DG a las circunscripciones y del SP a las comunidades son también momentos apropiados para evaluar la realización de la programación de la circunscripción y comunitaria.