A. Introducción

114. El servicio de la autoridad en el Instituto como se especifica en la RV (cfr. RV 102-108) sigue siendo fundamentalmente válido.

114.1 Como Pueblo de Dios reconocemos una sola autoridad: Cristo (cfr. RV 102).

114.2 En el Instituto la autoridad es un servicio que participa en la de Cristo y en ella se inspira (cfr. RV 102).

114.3 Este servicio es prestado a la comunidad y a cada miembro para ayudarlos a vivir su consagración y a desarrollar los dones y carismas en el servicio misionero (cfr. RV 102).

114.4 La autoridad en la comunidad es un servicio de guía, inspiración, discernimiento, unidad, coordinación, animación y corrección fraterna (cfr. RV 102.2).

115. El Instituto por su naturaleza misionera necesita un claro punto de referencia para garantizar la unidad en la diversidad y la contextualización a nivel de circunscripción y de continentes. El principio de subsidiaridad, codificado en la RV y en los Directorios, regula las posibles tensiones entre las dos dimensiones.

116. La internacionalidad es una característica constitutiva del Instituto desde sus orígenes. La autoridad tiene la tarea de valorizar los distintos dones y armonizar las diversas sensibilidades.

117. El Instituto está organizado en circunscripciones que gozan de suficiente autonomía para actuar localmente con opciones y programaciones adecuadas y vivir en plena responsabilidad su servicio misionero.

118. La estructura de gobierno del Instituto (Dirección General y de circunscripción, secretariados, etc.) exige una total valorización de la subsidiaridad (cfr. RV 106) en vistas de una mejor conducción y animación del Instituto.

119. Tarea de la autoridad es también garantizar la continuidad para equilibrar los riesgos de la fragmentación. La continuidad concierne a:

119.1 La DG y las circunscripciones, para que ejecuten las programaciones iniciadas y faciliten el trabajo del sucesor.

119.2 Las comunidades, para conservar la estabilidad en la actividad ministerial y la memoria histórica.

B. Análisis de la situación

120. Una mirada atenta a nuestro Instituto nos permite constatar algunas realidades:

120.1 Ha habido un crecimiento de la internacionalidad y de la interculturalidad a nivel general. Todas las circunscripciones advierten la exigencia de internacionalizarse.

120.2 Por otro lado, es necesario constatar la disminución del personal disponible para el servicio misionero. Las tareas no han disminuido, al contrario, se han creado nuevas circunscripciones. Algunas de ellas se encuentran con un número demasiado limitado de hermanos, otras tienen que afrontar un envejecimiento considerable del personal, otras más son absorbidas por la asistencia a un gran número de hermanos ancianos y enfermos.

120.3 Se advierte un debilitamiento del sentido de identificación y de pertenencia al Instituto y una menor disponibilidad a asumir ciertos servicios de responsabilidad.

120.4 El servicio de la autoridad en el sentido más tradicional no es aceptado por la mentalidad común. Estamos en una época de creciente democratización que subraya la participación de todos en el proceso de toma de decisiones. Vivimos además un periodo de fuerte individualismo, que exige capacidad y liderazgo en las personas que ejercen la autoridad.

120.5 Por otra parte, las exigencias de transparencia y rigor legal no permiten más afrontar situaciones y decisiones basadas sólo en la buena voluntad.

121. Problemáticas surgidas

121.1 En el ejercicio de la autoridad del Instituto se han advertido las consecuencias de estos cambios. La experiencia actual manifiesta cuanto sea cada vez más difícil gobernar un instituto en cambio continuo, con numerosas circunscripciones y con una dirección tan centralizada.

121.2 En ciertas ocasiones, la modalidad vigente de asignación del personal vuelve muy problemática la programación en las circunscripciones.

121.3 El principio de subsidiaridad, afirmado ya en la RV, es poco conocido y practicado.

121.4 En cualquier caso, el Instituto necesita de un claro punto de referencia para salvaguardar su unidad (cfr. n. 115). La centralización de ciertas competencias permite dar mayor impulso a la ejecución de las decisiones y ofrecer una ayuda a las circunscripciones que, por varias razones, tienen poco personal de pertenencia radical.

121.5 Actualmente los secretariados Generales son cuatro y tienen su sede en Roma. Sin embargo, para los sectores de AM y EV se desea una mayor contextualización en las realidades locales  y continentales.

121.6 Las realidades continentales y sub-continentales han adquirido consistencia y un tal potencial que necesitan una coordinación y una planeación comunes. Crece la necesidad de contextualizar problemas y soluciones a nivel continental y de circunscripción, mientras que es evidente la dificultad encontrada por el CG en el momento de animar a las numerosas circunscripciones.

121.7 El alto número de circunscripciones (30), entre las cuales hay algunas de pequeñas dimensiones (20-35 miembros) provoca cierta dificultad en la programación general y dificultad para garantizar la cualidad de los servicios esenciales (liderazgo, formación, secretariados, et.).

121.8 La falta de continuidad a nivel de CG ha provocado el debilitamiento y en ocasiones la interrupción de los procesos de reforma iniciados.

C. Elementos inspiradores

122. El Instituto necesita de un servicio de la autoridad capaz de responder tanto a los problemas surgidos del análisis del presente, como de los previsibles en el futuro inmediato.

123. Procesos inevitables a tener en cuenta:

123.1 A nivel de la sociedad:

a. el aumento de flujos migratorios que tiene como resultado por un lado la fragmentación de las culturas y por otro una mayor interculturalidad;

b. el agravarse del desnivel económico entre grupos sociales diversos;

c. la aceleración de procesos de transformación global a través de los modernos medios de comunicación y la interdependencia que de ello resulta;

d. el influjo del postmodernismo sobre todo a nivel de una “fluidez” cultural que relativiza certezas y valores fundantes.

123.2 A nivel de Iglesia:

a. el incremento y consolidación de la consistencia numérica y de liderazgo del Sur del mundo en la Iglesia;

b. la continuidad de su misión universal aunque evolucione su comprensión y metodología.

123.3 A nivel de Instituto:

a. la disminución y envejecimiento del personal;

b. la asistencia de ancianos y enfermos con las relativas estructuras de acogida.

124. Procesos en acto que no deben interrumpirse:

a. la internacionalización e interculturalidad de las circunscripciones;

b. la rotación como enriquecimiento personal y comunitario;

c. la sensibilidad a nuevas situaciones misioneras y a nuevos areópagos;

d. la necesidad de radicalidad y coherencia en el estilo de vida;

e. una mayor transparencia y actitud ética en el campo económico; comunión y corresponsabilidad en la administración de los bienes (FCT).

D. Orientaciones programáticas

125. La autoridad ha de ser capaz de ofrecer al Instituto una clara identidad, que, mientras se nutre de las fuentes de la espiritualidad comboniana, ayude a vivir la especificidad de la misión hoy.

Autoridad y competencia (leadership y management).

125.1 La autoridad, como lo exige la sociedad, tiene que ser correcta en los procesos formales. Debe favorecer la transparencia y la responsabilidad frente a ciertas costumbres aproximativas y a una culturad de la impunidad.

125.2 Teniendo en cuenta la complejidad legal y burocrática del mundo actual, la autoridad ha de prepararse siempre mejor dentro del Instituto, haciéndose acompañar y asesorar por expertos (abogados, economistas, etc.).

125.3 El aumento de responsabilidades y la complejidad del ejercicio de la autoridad, conducirá probablemente a una disminución del personal comboniano capaz de desarrollar adecuadamente esta tarea.

125.4 La autoridad tiene que favorecer la comunión, la colaboración, la colegialidad y la subsidiaridad; garantizar la continuidad en las estructuras de gobierno del Instituto y de los planes continentales y de circunscripción y ponerse al servicio de la reconciliación en las comunidades y circunscripciones.

125.5 Quien ejerce el servicio de la autoridad deberá empeñarse en conocer siempre mejor a las personas en sus capacidades, seguirlas y sostenerlas en el ejercicio de su ministerio; tendrá que involucrar a los colaboradores en las distintas actividades; poseerá, además, un estilo de liderazgo que dialogue y posea a su vez la autoridad en la comunicación y en la capacidad de tomar las decisiones necesarias aunque sean impopulares.

Autoridad y metodología misionera

125.6 Debe existir equilibrio entre el personal y los compromisos para recalificar la misión según las prioridades; para poder lograrlo, si es necesario, debe reducirse el número de las comunidades y de las circunscripciones (agrupamiento-fusión-unión).

125.7 Hay que inserirse plenamente en la Iglesia local manteniendo la identidad misionera específica.

125.8  A nivel local, deberá promoverse la participación y la colaboración con otros organismos de naturaleza eclesial, social, cultural y civil.

125.9 Tiene que garantizarse la continuidad de la vida comunitaria y de la acción misionera.

Otros aspectos

125.10 Ha de favorecerse una actitud de disponibilidad hacia la autoridad central.

125.11 Tendrá que mejorarse la comunicación lingüística para reducir los problemas de comprensión recíproca.

125.12 Las circunscripciones europeas deben de internacionalizarse.

125.13 Ha de promoverse un mayor sentido de pertenencia al Instituto.

E. Opciones operativas

Iniciar el proceso de reequilibrio y recalificación

126. La nueva realidad de los miembros del Instituto –el aumento de quien es originario del Sur del mundo y la disminución y envejecimiento de las circunscripciones del Norte– unida a los nuevos desafíos de la misión y de la vida comunitaria, nos obligan a buscar nuevos criterios para definir las circunscripciones. Entre estos criterios subrayamos la misión específica según el carisma, la vida comunitaria viable, el discernimiento de las necesidades misioneras, la capacidad y el número disponible de hermanos.

Redefinición de los criterios para la erección de una provincia

127. Una circunscripción nace para una tarea específica que le es confiada por el Instituto y asume el status de provincia cuando alcanza un nivel de autonomía suficiente para garantizar los necesarios servicios a la Iglesia local y a sus miembros, y a mantener en el tiempo su existencia con la esperanza de crecimiento. La circunscripción ha de tener una clara identidad misionera con prioridades definidas.

127.1 La naturaleza multicultural del Instituto y el aumento de edad de los miembros exigen una consistencia numérica de la provincia superior a la fijada por la RV 103.1 para asegurar la vitalidad y la funcionalidad.

127.2 El n. 103.1 de la RV debe ser sustituido con el texto siguiente: “La provincia está constituida por al menos cinco comunidades locales y treintaicinco miembros de votos perpetuos”. Este cambio entra en vigor a partir del 1º de enero del 2014, en concomitancia con la erección de las nuevas circunscripciones (cfr. 128.4).

Agrupamiento de circunscripciones

128. El agrupamiento favorece la reducción de las circunscripciones con la posibilidad de asegurar el servicio misionero propio del Instituto y para el Instituto.

128.1 No se desconocen las dificultades de esta estrategia (lengua, distancias, economía, visas…), por lo tanto se sugieren  diálogo, gradualidad y definición clara de los criterios de ejecución. Todo tiene que ser evaluado con un adecuado discernimiento.

128.2 Modalidad y criterios que han de tenerse presentes para el agrupamiento: oportunidad de una lengua vehicular común; historia común a las circunscripciones; especificidad y cualidad del servicio misionero.

128.3 Los continentes y las circunscripciones son los primeros responsables de una reflexión y de iniciativas para que se proceda al agrupamiento y se favorezca el servicio misionero de manera cualificada y sea posible la vida comunitaria según la RV.

128.4 Los continentes lleven adelante el proceso iniciado en la Asamblea Intercapitular del 2006 en vistas del agrupamiento y elaboren propuestas concretas para la Asamblea Intercapitular del 2012). El CG acompañe y supervise el camino de los continentes. En la Intercapitular sea verificado cuanto se ha realizado y se pase a la fase operativa. En el 2013, formadas las nuevas circunscripciones, sean elegidos los nuevos SP. A partir del 1º de enero del 2014 se tendrá una nueva configuración del Instituto.

Reducción del número de comunidades

129. El CG, durante el sexenio, en colaboración con los continentes y las circunscripciones, reduzca las comunidades en un 10% (cerca de 35) para recalificar la misión, teniendo en cuenta el equilibrio entre disminución del personal y los compromisos.

Favorecer la continuidad en las estructuras de gobierno del Instituto y de los planes continentales y de circunscripción

Continuidad

130. Duración del mandato del Consejo General. La continuidad en el Instituto es garantizada principalmente por los Capítulos Generales y el “Plan de los Combonianos” que será formulado. Por consiguiente, no se ve la necesidad de cambiar la duración del mandato del CG. Dicha indicación era contenida también en las relaciones continentales.

131. Continuidad en el servicio. La continuidad en el Instituto es favorecida también por el hecho que las personas que han terminado un mandato pueden ser reelegidas y continuar su servicio y que el reemplazo de los consejos generales después del Capítulo sea menos brusco.

131.1 Para favorecer entonces un mejor reemplazo de los consejos generales después del Capítulo, debe cambiarse el n. 157.1 de la RV con el siguiente texto: “El Consejo General elegido entrará en función 30 días después de la clausura oficial del Capítulo. Hasta esa fecha el precedente Consejo continuará en su oficio.”

131.2 Esta decisión comporta también la modificación del n. 156.1 de la RV con el siguiente texto: “El Vicario General es nombrado entre los asistentes generales sacerdotes por el Superior General y su consejo, con voto colegial, durante la primera consulta general del mandato”.

131.3 Se reformula además el n.152.3 de la RV con el texto siguiente: “El Superior General preside el Capítulo hasta su conclusión”.

Subsidiaridad

132 Coordinación continental

132.1 En el Capítulo del 2003 se habían dado indicaciones para favorecer la corresponsabilidad y la subsidiaridad a todos los niveles y en particular modo para los continentes. Las indicaciones ahí contenidas son válidas todavía (AC ’03, 137-141).

132.2 El CG, en diálogo con los SP, inicie un estudio sobre la continentalidad para clarificar la forma, funcionalidad y subsidiaridad estructurales, que han de ser presentadas a la próxima Asamblea Intercapitular.

132.3 El encuentro entre el CG y los SP de los continentes es evaluado positivamente y debe continuarse. Organizar por tanto en el sexenio un encuentro después de cada elección de los SP y un tercero durante la Intercapitular. En estos encuentros haya una evaluación sobre el modo como son entendidas y vividas la autoridad y la subsidiaridad.

133. Asistentes generales, secretariados generales y CCFP. El Capítulo ha considerado no aumentar el número de los asistentes generales y no disminuir el número de los secretariados generales; en cambio ha ampliado el papel de la CCFP.

F. Evaluación

134. A nivel general

134.1 El CG, consultando los secretariados generales, publique un informe anual sobre el camino de actuación del “Plan de los Combonianos”.

134.2 También la Asamblea Intercapitular prevea una evaluación detallada del proceso de actuación del “Plan de los Combonianos”.

134.3 En el encuentro con los nuevos SP, el CG informe sobre los contenidos y sobre la metodología del “Plan de los Combonianos”.

135. A nivel continental

135.1 Las asambleas continentales de los SP publiquen un informe anual sobre el camino de realización del “Plan de los Combonianos”.

136. A nivel provincial

136.1 En las asambleas de circunscripción hágase una evaluación del “Plan de los Combonianos”.