“Aquel que ha iniciado en vosotros esta obra buena la llevará a su plenitud.”  (Fil 1,6)

A. Introducción

137. El camino realizado por el Instituto en estos años con la reflexión sobre la Ratio Missionis ha puesto en evidencia de modo muy claro que la FP es la base de nuestra renovación. Ella aparece determinante no sólo para nuestra vida y eficacia apostólica sino también para el futuro del Instituto. Sólo una comunidad que se pone en un serio itinerario de FP puede atraer, gracias a su propia vitalidad y fecundidad, nuevas y auténticas vocaciones.

B. Análisis de la situación

138. La invitación del Concilio Vaticano II a la conversión y a la renovación (cfr. PC 18), acogido por nuestro Instituto en la RV (cfr. RV 99), nos ha llevado a repensar la formación en clave de un único y continuo proceso de crecimiento que dura toda la vida (cfr. RV 85). Esto ha conducido también a una nueva relación entre FP y FdB, que se conectan entre ellas integrándose recíprocamente en un único y global sistema educativo (cfr. VC 69). Así que, de una visión de FP como complemento o apéndice de la formación inicial, desde hace unos años se ha pasado a dar la primacía a la FP y a considerarla paradigma y principio inspirador de la misma FdB.

139. Esta sensibilidad ha sido ya expresada en nuestros documentos capitulares (cfr. AC ’97, 121; AC ’03, 51), pero le cuesta abrirse camino en el Instituto. Se entendía, entonces, subrayar el hecho que toda nuestra vida debe estar bajo el signo de la formación. Constatamos con cierta preocupación una falta de compromiso en nuestra formación personal continua, una vez concluida la FdB, y la tendencia frecuente a buscar fuera de nosotros la causa de los problemas y dificultades que advertimos.

 C. Elementos inspiradores

140. La FP tiene como objetivo final nuestra configuración con Cristo, misionero del Padre, mediante un proceso de conversión continua, vivida en sintonía con nuestro carisma comboniano, que nos hace misioneros “santos y capaces” como entendía San Daniel Comboni (cfr. E 6655). La FP se convierte en un principio organizador y propulsor de todas las dimensiones de nuestra vida y apostolado, y nos lleva a un nuevo estilo de vida más armónico e integrado.

140.1. La responsabilidad primaria de la FP toca a cada uno de nosotros (cfr. RV 100.1; RF 529). Nada puede sustituir el empeño libre y convencido de la persona. Por ello la FP se concreta antes que nada en el proyecto personal.

140.2 Lugar propicio de la FP es la comunidad local (cfr. RV 100.2; RF 530). El medio más eficaz para una organización concreta de la FP en la comunidad es el proyecto comunitario. A éste hay que añadir el proyecto de circunscripción de FP que integra y completa el personal y comunitario y ofrece orientaciones e iniciativas concretas a los hermanos, acompañándolos en las distintas fases de la vida para sostener su “dinamismo de fidelidad” (VC 70).

140.3 Contexto privilegiado de la FP es la misión. A través del contacto con la gente, y particularmente con los pobres, el Espíritu de Dios modela en nosotros la imagen de su Hijo, que de rico que era se hizo pobre (cfr. 2 Cor 8,9), para crecer con nosotros, compartiendo todo y acogiendo todo.

140.4 También los hechos ordinarios de la vida diaria son ocasión de FP. Ellos nos exigen una mirada contemplativa para captar en cada momento, persona y acontecimiento la visita de Dios (cfr. Jn 21,7); integrando todo eso en nuestro camino de crecimiento. Tal actitud exige la práctica del discernimiento que nos ayuda a desarrollar también nuestra capacidad de leer e interpretar los signos de los tiempos (cfr. RV 82.1).

D. Orientaciones programáticas y opciones operativas

141. El Capítulo ha definido cuatro objetivos principales de FP: personal, comunitario, apostólico y estructural.

A nivel personal

142. Promover en cada comboniano una actitud de disponibilidad y empeño por su propia renovación y crecimiento humano y espiritual, profundizando la conciencia de ser “hombre de Dios”.

142.1 Confirmamos, en primer lugar, las indicaciones dadas por el Capítulo sobre las temáticas de la Ratio Missionis y particularmente sobre la espiritualidad: la oración personal y la lectio divina; el proyecto de vida y el acompañamiento espiritual; la recuperación de la RV y la relación vital con Comboni y las fuentes combonianas.

Revisión anual por parte de los CP con los superiores locales

142.2 Los superiores, a todos los niveles, animen a las comunidades a cultivar una actitud fraterna de acogida hacia todos, poniendo una atención especial hacia los hermanos que atraviesan momentos de dificultad. En la medida de lo posible, sea indicada una persona disponible para ofrecerles la ayuda necesaria.

Revisión anual por parte de los CP con los superiores locales.

142.3 Los SP sigan dando a conocer el Código Deontológico a los hermanos, aplicándolo a las realidades locales, sirviéndose también de la ayuda de expertos. De modo particular, provean la actualización de los directorios de circunscripción. El Código Deontológico será objeto de estudio y profundización durante el periodo de preparación a la profesión perpetua.

Primera revisión en la Asamblea Intercapitular.

A nivel comunitario

143. Sostener una vida comunitaria que sea lugar de crecimiento personal y apostólico reforzando nuestra identidad de “hombres de la comunión”.

143.1 Las comunidades favorezcan y cultiven momentos de escucha recíproca e intercambio, señalando modalidades cotidianas que ayuden a crear un clima de familia en un sentido de pertenencia. Planifiquen, además, en su carta de la comunidad, el ejercicio de la promoción y corrección fraterna.

Verificación anual por parte de los CP con los superiores locales

143.2 Los SP y locales sigan sensibilizando a la comunidad y a los hermanos en vistas del discernimiento como actitud de vida y método de planificación de la vida comunitaria y del servicio misionero.

Verificación anual por parte de los CP con los superiores locales.

143.3 Las comisiones de FP ofrezcan los instrumentos necesarios para ayudar a identificar y sanar las heridas presentes entre nosotros, causadas a menudo por prejuicios y discriminaciones, y animen las circunscripciones a organizar seminario o servirse de otros programas ya existentes sobre la solución de los conflictos.

Verificación en los encuentros continentales de los SP y en la Intercapitular

A nivel apostólico

144. Recalificar a los hermanos para que sean capaces de afrontar los nuevos desafíos de la misión creciendo en la conciencia de ser “hombres de la misión”.

144.1 Los SP den una atención particular al acompañamiento de los jóvenes hermanos en su primera experiencia misionera, cuidando ante todo los cursos de iniciación, escogiendo adecuadamente las comunidades a las que han de ser asignados e interesándose de la situación personal de cada uno de ellos. Los CP encarguen a un hermano en particular la tarea del acompañamiento durante el primer trienio de servicio misionero. Cada año éste hará conocer al CP el programa establecido con ellos.

Verificación en la Intercapitular.

144.2 El CG y los CP sensibilicen a los hermanos sobre la oportunidad de tener un periodo significativo de FP, después de cada 10-15 años de servicio misionero, aprovechando de cursos ofrecidos en el lugar o en el continente. El SP encargado de la FP, en diálogo con la CCFP, informe regularmente al respecto al CG y a los CP.

Verificación en los encuentros continentales de los SP y en la Intercapitular.

A nivel estructural

145. Revisar nuestras estructuras de FP para hacerlas más eficientes adaptándolas a las nuevas exigencias de las personas.

145.1 El CG como parte de su servicio de animación del Instituto, antes de junio del 1010, tome las medidas necesarias para reforzar la CCFP integrando a ésta el equipo del ACFP y el equipo del curso de renovación.

145-2 En el contexto de la programación de circunscripción, los SP hagan una evaluación del funcionamiento de las comisiones de FP para fortalecer su papel en la animación de las circunscripciones.

Verificación en los encuentros continentales de los SP y en la Intercapitular

145.3 Se ratifica la importancia de las iniciativas del ACFP y del curso de renovación. En línea con el discernimiento hecho por la CCFP, el CG determine una sede estable para la FP a nivel de Instituto, en Roma en la casa general, donde podrían tener lugar el ACFP, el curso de renovación y otras iniciativas de FP.

Verificación en la Asamblea Intercapitular.

145.4 El CG, en diálogo con los SP del continente, consideradas las urgencias encontradas en estos últimos años, abra durante el sexenio al menos dos comunidades/centros de FP y de acompañamiento, una en África y otra en América, en colaboración con otros institutos y fuerzas locales.

Para ello identifique y prepare el personal responsable, al menos una persona para cada centro, antes de la Asamblea Intercapitular. El personal estará disponible también para iniciativas de FP en las circunscripciones del continente, quedando en comunicación con la CCFP y los grupos de reflexión continental.

Primera verificación en la Intercapitular.