A. Introducción

179. La AM debe ser entendida como expresión de nuestra identidad y de nuestro carisma comboniano, pero también como fuente de renovación. Con el paso del tiempo, el concepto y el campo de acción de la AM han experimentado una evolución. Por eso, como Misioneros Combonianos, nos sentimos llamados a renovarnos en este aspecto fundamental de nuestro carisma y renovar asimismo nuestra metodología de AM.

 

B. Análisis de la situación

180. Los cambios en la sociedad, en la Iglesia y en el Instituto nos desafían a una renovación profunda en el modo de comprender y realizar esta dimensión esencial de nuestro carisma, que tradicionalmente llamamos animación misionera.

180.1 El nuevo paradigma teológico y eclesial, según el cual no hay Iglesia “misionera” e Iglesia “objeto de la misión”, sino Iglesia responsable de la evangelización y de la misión más allá de las propias fronteras geográficas y sociológicas, nos obliga a revisar los contenidos y la modalidad de nuestra AM.

180.2 La visión de la misión como camino privilegiado para el anuncio evangélico y la promoción de los valores del Reino ha ampliado el concepto de AM, entendiéndola como estimulo a la Iglesia y a la sociedad para que trabajen a favor de la vida en todas sus dimensiones, particularmente la de los pueblos marginados.

180.3 El surgimiento de varias organizaciones civiles que promueven un mundo más justo y solidario, en concomitancia con muchos de nuestros objetivos y actividades, nos lleva a situarnos en un nuevo estilo de colaboración.

180.4 El desarrollo y la consolidación de las Iglesias de África y de América, listas para asumir nuevas responsabilidades misioneras, apremian de modo nuevo la dimensión animadora de nuestro carisma.

180.5 La transformación de la geografía vocacional y eclesial contribuye, además, a que el Instituto perciba la necesidad de desarrollar en todas partes todas las dimensiones del carisma. Algunas circunscripciones, que en el pasado eran exclusivamente lugares de evangelización, incluyen hoy una fuerte componente de AM, mientras que otras, que en un tiempo vivían sólo para la AM, sienten hoy el desafío de nuevos apremios de evangelización.

180.6 Las transformaciones culturales y tecnológicas nos desafían para que demos una atención constante a los nuevos lenguajes multimediales.

C. Elementos inspiradores

181. Comboni deseaba no sólo la regeneración de África a través de la fuerza del Evangelio, sino también una Iglesia misionera abierta al llamado que en aquel tiempo provenía de África. De la misma manera, nosotros los Combonianos soñamos hoy una Iglesia misionera, abierta al grito que llega de los pueblos más pobres y dispuesta a dar testimonio del Evangelio más allá de sus propias fronteras. Por eso nos comprometemos con fuerza en la AM de toda la Iglesia; particularmente de las Iglesias locales a las que pertenecemos, por origen y por destinación. Creemos además que el carisma que el Espíritu dio a Daniel Comboni es un don para toda la Iglesia y lo ofrecemos como propuesta vocacional y de colaboración entre las Iglesias y los pueblos.

182. Como Combonianos estamos convencidos de que nuestro compromiso con los más pobres y abandonados es la más importante fuente de inspiración para una eficaz AM, un modo de proclamar el Evangelio; una realidad concreta y no una idea abstracta. Nuestras presencias misioneras constituyen en sí mismas una AM de las Iglesias locales, además de ser un testimonio concreto para los movimientos laicales no específicamente ligados a la Iglesia.

D. Orientaciones programáticas

183. Como parte integrante de nuestro carisma, la AM tiene la finalidad de sensibilizar a las Iglesias locales a motivo de su responsabilidad de anunciar el mensaje de Cristo más allá de sus fronteras, promoviendo la comunión y la cooperación entre las Iglesias, y estimulando el conocimiento recíproco y la comunión de las riquezas y de las diversidades de la Iglesia universal.

184. La AM, que realizamos a través de una plena inserción en las Iglesias locales, debe renovarse para alcanzar un carácter más profético de anuncio del mensaje evangélico y de denuncia de las situaciones de opresión e injusticia (lobby y advocacy), dando a conocer las situaciones de pobreza y marginación en las que continúa gran parte de la humanidad.

185. Reafirmamos el principio comboniano de “Salvar África por medio de África”. Siguiendo el plan de Comboni, seguimos comprometiéndonos sobre todo en la formación de líderes y de comunidades, de manera que las personas y las poblaciones que servimos se conviertan ellas mismas en agentes de evangelización para la difusión del Evangelio entre los pueblos (cfr. RV 7.1). Nuestro carisma los abre además a una visión más amplia de animación y anuncio que les ayuda a superar intereses locales y a adquirir una verdadera sensibilidad y espíritu misionero ad gentes.

186. El compromiso por la JPIC es asumido como elemento constitutivo del anuncio evangélico y de AM y nos estimula para dar un testimonio personal coherente y para un estilo de vida sobrio, colaborando con quien está ya comprometido en este campo. Es éste el sector privilegiado de la actividad de los Hermanos, y que favorece asimismo una recalificación de la promoción vocacional.

E. Opciones operativas

187. Colaborar en todas las circunscripciones con la Iglesia local y con otros institutos, elaborando juntos, donde sea posible, un plan de AM.

188. Los continentes definan un plan continental de AM y las circunscripciones formulen su propia carta de la AM (AC ’03, 45). Las circunscripciones prevean en su programación la presencia de hermanos especializados en la AM (misionología, comunicaciones sociales, periodismo, etc.)

189. Durante el sexenio, las circunscripciones donde todavía no haya LMC locales, hagan lo posible por favorecer su presencia y formación.

190. Como animadores nos ponemos al servicio de un movimiento misionero en las Iglesias locales en las que estamos presentes. Damos prioridad a la formación y al acompañamiento de grupos (adultos, jóvenes, adolescentes…) dentro de sus respectivas comunidades cristianas, para que lleven adelante un camino de testimonio y de compromiso misionero inspirándose en el carisma comboniano.

191. En cada circunscripción sea promovida la colaboración con la sociedad civil organizada y con instituciones religiosas que trabajen en el ámbito de JPIC.

192. Presentar en la promoción vocacional y formación de base la vocación misionera comboniana en todas sus expresiones de radicalidad.

193. Hacer uso de todos los medios de comunicación disponibles para la AM, la promoción vocacional, la JPIC y para comunicar los valores del Reino. Que cada circunscripción tenga su propia página web.

194. Continuar la actividad de difusión de nuestras revistas, publicaciones y otros subsidios multimediales de animación en las parroquias, en las escuelas y en los centros culturales.

195. Consolidar el trabajo en equipo de JPIC para que el Instituto esté presente en ámbitos internacionales (VIVAT y AEFJN) para apoyar campañas de lobbying destinadas a la promoción de los derechos humanos y para animar a nuestras circunscripciones y a las actividades dirigidas por nosotros.