Roma, martes 13 marzo 2012
Del 5 al 30 de marzo, Superior General de los Misioneros Combonianos, el P. Enrique Sánchez González, y su Consejo (P. Alberto Pelucchi, Hno. Daniele Giovanni Giusti, P. Tesfaye Tadesse Gebresilasie, y P. Antonio Villarino Rodríguez) están reunidos en la Primera Consulta del 2012. La consulta general prevé cuatro sesiones prolongadas al año (marzo, junio, octubre y diciembre) y breves sesiones cada vez que haya la necesidad de afrontar una cuestión importante.

P. Torquato Paolucci

La Consulta de marzo del Consejo General se inició el 5 de marzo con una jornada de retiro, guiada por el P. Torquato Paolucci. Según las declaraciones del secretario general, el P. Umberto Pescantini, esta Consulta “además de las cuestiones de administración ordinaria, afrontará los temas de la fusión de circunscripciones y de la continentalidad, para preparar el terreno al diálogo con los superiores de circunscripción en la asamblea intercapitular que tendrá lugar el próximo mes de septiembre”.

Sobre la agenda de trabajo, el P Umberto añade que será también “el momento para un buen número de cambios, sobre todo para los hermanos que han participado en el Año Comboniano de Formación Permanente en Roma”.

Como es costumbre, el Consejo General escuchará a los distintos secretarios generales de los sectores de evangelización, de formación, animación misionera y economía y algunos de los responsables de los oficios generales. El Consejo, dice el P. Umberto, “evaluará además las solicitudes de admisión a los votos  perpetuos y a las órdenes sagradas de una decena de hermanos que han terminado este año el itinerario de formación de base”.

La jornada de retiro del 5 de marzo ha sido una reflexión sobre el espíritu de la Cuaresma, guiada por el P. Torquato Paolucci, responsable de la animación misionera en la comunidad de la Curia, en Roma. “La Cuaresma no es tiempo de tristeza, sino de grande alegría, porque es camino hacia la vida y la felicidad: la Pascua”, subrayó el padre. Recordando al Papa Juan Pablo II que decía que la Cuaresma es un don de Dios y los dones de Dios sólo producen alegría, son signo de amor y presencia. El P. Torquato ha dado testimonio de que  “también la experiencia hecha misión –con los catecúmenos y los penitentes- ayuda a vivir la Cuaresma en esta línea de la vida y de la alegría”.

El misionero partió del libro del Éxodo como palabra que acompaña este camino “El descubrimiento del nombre de Dios en la zarza ardiendo “Yo soy” –afirma – nos confirma en la certeza de que Dios está siempre presente. El pasado con sus fracasos y remordimientos y el futuro con sus miedos no tienen sentido para Dios, que vive en la vida ordinaria de todos nuestros días. De este modo llegamos a otro descubrimiento importante que es el tema de la Alianza. Dios ha elegido a cada uno de nosotros como pueblo suyo. Dios permanece siempre fiel, a pesar de la infidelidad de Israel. Esto nos hace entender hasta qué punto nos ama. El pensamiento de la Alianza nos da serenidad. Nos llama al desierto para reconstruir el amor que nosotros habíamos interrumpido, para esposarnos de nuevo. De este modo hacemos la experiencia de la misericordia de Dios. Y, como misioneros, somos llamados a ser testigos de esta misericordia de Dios por todos los hombres. María, la Madre de la misericordia, es modelo sobre el cual se construye el camino del gozo”.

 

 
En la foto de izquierda a derecha: Fr. Daniele Giovanni Giusti, P. Alberto Pelucchi, P. Enrique Sánchez González,
P. Antonio Villarino Rodríguez, P. Jorge García (secretario de la animación misionera),
P. Tesfaye Tadesse Gebresilasie, e P. Umberto Pescantini (secretario general).