Roma: Jueves, 16 de agosto 2012
Los Laicos Misioneros Combonianos de Italia, España, Alemania, Portugal y Polonia estuvieron reunidos del 2 al 8 de agosto 2012 en Verona / Italia. Fueron días de reflexión sobre la vocación y la especificidad del laicado misionero, en el contexto del carisma comboniano. Siguiendo el tema elegido para el encuentro: "Tras las huellas de San Daniel Comboni", se dedicó un día entero a visitar Limone Sul Garda, el lugar de nacimiento de Comboni. La oración, los momentos de compartir ideas y de convivencia contribuyeron a que todos regresan a sus tierras más renovados y animados para continuar en el servicio de la Iglesia y de la misión.


P. Corrado Masini y Rosanna Braglia.

Setenta y cinco personas en la mesa: cincuenta Laicos Misioneros Combonianos (LMC), quince hijos de estas familias, ocho combonianos y dos combonianas. Todo el mundo reunido en la primera casa que compró en Verona Comboni para el Instituto de las Pías Madres de la Nigrizia, hoy conocidas como Hermanas Misioneras Combonianas. La acogida afable y familiar proporcionado por las hermanas de la Casa Madre -que mereció la calificación final de excelente- favoreció el éxito de este encuentro del movimiento LMC que se desarrolla como cuarta rama de la familia comboniana.

El superior provincial de Italia, P. Corrado Masini, en su discurso de apertura destacó que esta sería una reunión para vivir juntos "el fuego de la misión que nunca se apaga." Para P. Corrado, vivir con Comboni es "poner la misión en el centro, vivir día a día la misión, y vivirla para siempre." Concluyó deseando a todos los presentes días de "comunión, escucha, misión y formación."

Alberto de la Portilla, miembro laico del Comité Central de los LMC, presentó la historia del movimiento desde sus inicios y, con más detalle, todo el camino hecho en Europa. El P. Arlindo Pinto, encargado del consejo general para los LMC, hizo hincapié en la importancia de tener el movimiento "una visión, una estructura y una formación sólida", e insistió en la necesidad de que cada LMC deba "conocer los documentos que se refieren a LMC, que cada grupo de cada país se adecue a las reflexiones ya realizadas y, en particular, dar continuidad a las orientaciones emanadas en los diferentes encuentros continentales y en las asambleas internacionales realizadas". Según el P. Arlindo, "cada laico y cada grupo LMC es una gran riqueza para la Iglesia, para la misión y para la Familia Comboniana. Y que esa riqueza tiene que ser comunicada y compartida con los más pobres y necesitados, con los cercanos y los alejados".

El P. Francesco Pierli, antiguo Superior General y actualmente misionero en Kenia, presidió la Eucaristía en el primer día. Al pasar por Verona, dijo que los LMC son "un signo de esperanza" para los que siguen el carisma de Comboni y debe "evitar todo tipo de fragmentación que sólo sirve para dividir y detener cualquier movimiento". El P. Pierli pidió a los LMC ser "constructores de puentes" y que se sirviesen del "diálogo que no excluya a nadie ni a nada".

En el segundo día, el P. Joaquim Valente presentó "San Daniel Comboni y los cenáculos de los Apóstoles”. El P. Joaquim explicó los antecedentes históricos de la creciente participación de los laicos en la Iglesia y en la sociedad civil desde Comboni hasta hoy. Sobre la actividad misionera de la Iglesia, colocó la expresión: "Toda la Iglesia y todos en la Iglesia". Refiriéndose a una nueva visión de la Iglesia y los laicos como cenáculos en torno a Cristo Crucificado y Resucitado, usó términos como contemplación, llamada y envío, formación, colaboración, participación, responsabilidad y servicio.

El P. Ramón Eguiluz, superior provincial de España y responsable de Europa para los LMC, y P. Danilo Castello, superior de la comunidad de Limone, también hizo hincapié en las celebraciones eucarísticas que presidieron en la importancia en Comboni de la visión de una Iglesia misionera, abierta al mundo y los más necesitados de la época. La prueba de que este carisma comboniano está vivo fue dada por dos familias LMC (una española y otra italiana) - a través de Skype - que están en misión: uno en Arequipa/Perú y otra en Aber/Uganda.

De los momentos más significativos del encuentro, fue la visita a los lugares donde Comboni pasó buena parte de su vida y, en particular, su pueblo natal, Limone. Hablar de Limone Sul Garda, de la familia Comboni y de la situación social y política de la época fue tarea del P. Mario Trebeschi, responsable del archivo histórico Diocesano de Brescia y antiguo párroco de la comunidad donde San Comboni fue bautizado. En opinión del P. Mario, la llegada de la familia de Comboni trajo en aquella época a Limone un gran desarrollo social y económico del pueblo y, más tarde, un gran misionero, San Daniel Comboni.

Un santo, que la hermana comboniana eritrea, Elisa Kidane, describió como "un hombre que supo dialogar con África y los pueblos africanos". La hermana Elisa habló sobre "La misión de Comboni visto por los africanos de ayer y de hoy" y mencionó, desde su visión como africana, la grandeza del Plan de Comboni, válido hasta el día de hoy: "Comboni tenía como objetivo - dijo – entablar diálogo con África y su gente. La misión Comboni era hacer responsable al africano de su propio crecimiento social y espiritual. Su famosa frase "Salvar África con África" ​​expresa claramente esta visión de considerar al africano sujeto independiente y autónomo, y no objeto de la misión africana. La hermana Elisa insistió a los LMC en ver a África como sujeto e interlocutor de la misión y no como el objeto de su pasión misionera. "La misión de Comboni significa, ahora más que nunca, confianza y respeto por los pueblos africanos, lo que requiere el conocimiento de su cultura. Comboni sugería a sus misioneros estudiar la lengua y la cultura de los africanos, incluso antes de salir para la misión".

En la mañana del último día, Federico Veronesi, LMC que trabajó en Brasil, y el P. Lino Spezia, con experiencia de misión en Uganda y Kenya, hablaron sobre el tema "Hoy en día ¿todavía tiene sentido salir?". Ambos subrayaron la importancia y la riqueza de la experiencia personal de salir y compartir sus vidas con otros pueblos. El P. Lino dijo que el LMC es, en su opinión, aquel que después de un período de formación "hace la opción de pertenecer a los LMC y parte para misión por un período determinado, y, a su regreso, decide permanecer al movimiento".

La evaluación de la reunión fue muy positiva. Revela muy bien lo que escribió al día siguiente, Mario Olivieri quien asistió con su esposa, Alessia Davide, y sus tres hijos (Teresa, de diez años; Saverio, cuatro años, y Daniel, de año y medio) y que estuvieron como LMC en Uganda: "A todos los queridísimos amigos LMC de Europa. Gracias de corazón por los hermosos días que hemos pasado juntos. No fue fácil para nosotros como familia decidir participar en el encuentro con los tres niños, pero decidimos hacerlo a pesar de las dificultades, para reunirnos con todos vosotros en la misma mesa. (...) Fue muy bonito haber estado con ustedes, unidos y hermanos en Cristo y en Comboni, a pesar de la diversidad de lenguas y culturas. ¡Gracias de verdad a todos! Esta lista de correos electrónicos es oro y cada e-mail esconde un rostro que será imborrable en nuestros corazones. La misión, estamos seguros, nos reunirá de nuevo. Un fuerte abrazo y buena misión".


Laicos Misioneros Combonianos de Alemania y Polonia.


Laicos Misioneros Combonianos de Italia.


Laicos Misioneros Combonianos de España.


Laicos Misioneros Combonianos de Portogallo.


De la izquierda: P. Lino Spezia y P. Francesco Pierli.


Alberto de la Portilla, miembro laico del Comité Central de los LMC.


P. Joaquim José G. Oliveira Valente.


La prueba de que este carisma comboniano está vivo fue dada por dos familias LMC
 - a través de Skype - que están en misión: uno en Arequipa/Perú y otra en Aber/Uganda.