Viernes, 18 de agosto 2017
Los días 21 y 23 de julio de 2017, celebramos en el postulantado Comboniano de Addis Abeba nuestro retiro anual como Amigos de Comboni de Etiopía. Yo estaba realmente deseando esta oportunidad de orar, adorar, programar y fortalecer nuestra amistad. Este es siempre un momento especial para mí: salir de la oficina y alejarme del bullicio. Yo dije: “Señor, tus caminos son santos”. A principios de este año, fui a un retiro de silencio durante una semana. ¿Qué mejor, pensé, que una semana de silencio para un introvertido? Así que fue un poco de decepcionante cuando me enteré de que el retiro de amigos de Comboni no sería en completo silencio. Pero Dios me siguió sorprendiendo y me hizo reír.

Comparte la alegría del Evangelio

Quedé muy contento con el retiro de los Amigos de Comboni. Durante la reunión del fin de semana nos sentimos como una familia. Oramos juntos, comimos juntos, trabajamos juntos. Preparando comidas, lavando platos, jugando, hablando… ¡Hacer todo juntos fue muy divertido! El sábado por la tarde salimos a realizar juegos bíblicos en la calle y me gustó mucho esa idea de compartir la Alegría del Evangelio con otros.

“Con esto todos sabrán que sois mis discípulos, si os amáis unos a otros”. Continuamos nuestras actividades de retiro en la Casa de las hermanas de la Madre Teresa, donde nuestro grupo se involucró este año con un voluntariado mensual. Era la primera vez que visitaba el recinto y cuando una de las hermanas nos guiaba a través de diferentes departamentos del centro me vino a la mente una idea: cada cristiano y cada comunidad estamos llamados a ser un instrumento de Dios para la liberación y la promoción de los pobres, y para que puedan ser parte plena de la sociedad. Esto requiere que estemos atentos al grito de los pobres y que acudamos en su ayuda. La alegría del Evangelio llena los corazones y las vidas de todos los que se encuentran con Jesús. Aquellos que aceptan su oferta de salvación son liberados del pecado, del dolor, del vacío interior y de la soledad. Con Cristo la alegría nace constantemente de nuevo.

El Papa Benedicto XVI escribió: “La fe es un don que se nos da para ser compartido”. Mi oración y esperanza es que cada miembro de los Amigos de Comboni en Etiopía esté dispuesto y comprometido a poner esas palabras en práctica. La tarea de cada uno de nosotros es vivir lo que creemos. Esta es la forma más importante de difundir y fortalecer nuestra fe.

Durante el retiro, los Misioneros Combonianos trabajaron duro para compartir la alegría del Evangelio “en hechos y en palabras”. Les agradecemos lo que hicieron por nosotros y oramos por ellos, especialmente por el padre Juan, responsable de los laicos misioneros combonianos en Etiopía, p. Sisto, Superior de la Provincia de Etiopía y los Laicos Misioneros Combonianos polacos que trabajaban en Etiopía, quienes reactivaron el grupo de Amigos de Comboni en Etiopía. “Su buena obra será mostrada a toda la humanidad” – queridos misioneros laicos, nos regocijamos de que nuestro Padre Celestial haya hecho esto posible, y agradecemos a nuestro Padre Celestial por su trabajo.
Tesfalidet Lelisho