Votos perpetuos y diaconado del escolástico comboniano Fernando Uribe en México

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Miércoles, 7 de febrero 2024
El pasado 31 de enero, el escolástico comboniano Fernando Uribe Mendoza hizo la profesión perpetua en el instituto de los Misioneros Combonianos. Tres días después recibió la ordenación diaconal de manos de Mons. Francisco Figueroa, obispo auxiliar de Zamora, en México. [Misioneros Combonianos]

Terminado su tiempo de formación y tras su experiencia de servicio misionero en la comunidad de Sahuayo, Fernando Uribe quiso dar el sí definitivo, un sí para toda la vida con el que se consagra para siempre al servicio de la misión en la familia de los Misioneros Combonianos. La ceremonia tuvo lugar en el Seminario Comboniano de Sahuayo y estuvo marcada por la emoción que lo embargó al decidir dejarlo todo para servir al Señor, especialmente cuando recibió la bendición de su mamá y de su hermana, que estuvieron presentes para acompañarlo y apoyarlo en este momento tan importante para su vida. “Todo y para siempre”, fueron las palabras pronunciadas en la homilía de la misa y que destacaron la importancia de la profesión perpetua de Fernando.

Tres días después, el 3 de febrero, Fernando recibía por la imposición de manos de Mons. Francisco Figueroa, obispo auxiliar de Zamora, la ordenación diaconal, ceremonia que tuvo lugar en el santuario de Santo Patrón Santiago de Sahuayo. En su homilía, el obispo recordó a Fernando y a todos los presentes que la experiencia de Dios tiene que ser compartida con generosidad y abundancia; es lo que Dios espera de nosotros. “Lo que se impone no seduce -afirmó el obispo-, es el amor de Dios lo que seduce, compartido desde la pobreza y la sencillez”.

Fernando seguirá prestando su servicio misionero en Sahuayo hasta el momento de su ordenación sacerdotal, que tendrá lugar dentro de unos meses. Después, estará dispuesto a ir allá donde los superiores lo envíen, con la alegría de ser ya un misionero comboniano consagrado de por vida para la misión, entregándole a Dios todo y para siempre.

Texto: P. Ismael Piñón, mccj
Fotos: Seminario Comboniano de Sahuayo
Misioneros Combonianos