In Pace Christi

Dell'Oro Angelo

Dell'Oro Angelo
Fecha de nacimiento : 28/12/1911
Lugar de nacimiento : Lecco
Votos temporales : 07/10/1931
Votos perpetuos : 07/10/1936
Fecha de ordenación : 13/03/1937
Fecha de fallecimiento : 13/10/2008
Lugar de fallecimiento : Milano/I

P. Angelo Dell’Oro (28.12.1911 – 13.10.2008)
El P. Angelo Dell’Oro nació el 28 de diciembre de 1911 en Laorca de Lecco, tercero de siete hijos, de una familia profundamente cristiana. Cuando Angelo empezó la escuela elemental, como escribe él mismo, era “tímido e inmaduro”, también porque, por motivos de salud, no había podido frecuentar la escuela materna.
Desde la escuela elemental, Angelo sintió el deseo de hacerse misionero, pero su timidez le impidió manifestar su sentimiento. En tercero de liceo logró por fin expresarlo al P. Giovanni Battista Cesana. El mayor obstáculo era la salud precaria, pero los médicos consultados dijeron que no era un impedimento para la vida misionera. Por eso en noviembre de 1926 entró en el seminario comboniano de Brescia y, en octubre de 1929, en el de Venegono. El 7 de octubre de 1931 fue admitido a los votos temporales y en 1936 a los perpetuos. Enviado como prefecto a Brescia, completó la teología y fue ordenado sacerdote en 1937.
Después de la ordenación, durante los años 1937-1953 fue destinado a varias casas de Italia. Lo encontramos en Brescia, Venegono, Crema (mandado como superior para abrir un seminario menor), Rebbio (también aquí tuvo que trabajar lo suyo para, en tiempo de guerra, procurar alimento a los seminaristas), otra vez a Crema, Venegono, Brescia y, finalmente, a Verona, ocupando distintos cargos: formador, ecónomo, promotor vocacional, superior.
Leyendo sus notas autobiográficas, aparece claro que durante su vida el P. Angelo se dejó guiar por las inspiraciones de Dios en su profundo camino espiritual. Después de la ordenación pudo desarrollar su capacidad en el ministerio, en las homilías y retiros espirituales. Aprendía a fiarse de Dios, especialmente después de ciertas experiencias fuertes, alegres o tristes, que, como escribe, le ayudaban a “reconocer la potencia de Dios en mi y mi nada que teje su obra”.
En 1953 fue destinado a Brasil, primero a la diócesis de São Mateus, en el estado del Espíritu Santo y luego, desde 1962, a Rio Preto. Llegó el 27 de octubre de aquel año, nombrado rector del Santuario São Judas Tadeu y el primer reto que tuvo que afrontar fue el de los numerosos niños de Roseiral, que intentó recogerlos a su alrededor. El obispo auxiliar Mons. José Joaquim Gonçalves, que lo acogió a su llegada, se preocupó de darles todos los días la comida. Este proyecto de desarrolló en la Obra Social de São Judas Tadeu que creció enormemente. Además de la educación, la Obra ofrecía muchas actividades: corte y confección, carpintería, formación técnica especializada, maestros y dirigentes que trabajaban y eran autosuficientes. Así, se fundó la Cidade Mirim, gobernada por los mismos alumnos. Mas tarde, se formó el grupo scout, con uniformes muy sencillos adquiridos gracias a una campaña de promoción.
En 1968 la alcaldía nombró al P. Angelo ciudadano honorario de Rio Preto. El 28 de octubre de 1972 un decreto del obispo, Mons. José de Aquino Pereira, erigió la parroquia de São Judas Tadeu, acontecimiento que coincidió con la conmemoración de los diez años de la llegada de los Combonianos a Rio Preto.
Después de 23 años en Brasil, en 1976, el P. Angelo fue enviado a Portugal, en principio a la comunidad de Maia. Se encargó de la economía provincial, encargo que confió enseguida a la Virgen de Fátima y ejecutó con rigor y seriedad, logrando ordenar la contabilidad. En 1978 el provincial lo llamó a Lisboa como superior de la casa. El P. Angelo, al principio, sintió temor de semejante responsabilidad, pero aceptó. Fue él quien sugirió que, Além Mar y Audácia “pasaran los mares”, según el nombre de la campaña. Poco después, siempre sostenida por el P. Angelo, se lanzó la campaña del apostolado del sufrimiento, encaminada a obtener financiación para quienes sufrían física o moralmente.
Cuando el P. Angelo pregustaba la alegría de volver a Brasil, después de su servicio en Portugal, fue llamado a la provincia italiana para ser asistente general de las Misioneras Seculares Combonianas. Por desgracia, poco antes de su partida, tuvo una isquemia cerebral, que, gracias a Dios, se arregló pronto y bien por lo que, dos días antes de Navidad, pudo dejar Portugal.
Del 1984 a 1986 estuvo en la comunidad de Lucca, sede bastante cercana a Carraia donde vivían las responsables de las Misioneras Seculares Combonianas. Así escribía el P. Angelo: “Me siento empujado a consagrar toda mi vida para que se realice una profunda comunión entre las tres familias combonianas para vivir lo más auténticamente posible el espíritu de Comboni”. Poco tiempo después de su llegada, el P. Salvatore Calvia, Superior General, mientras hacía la visita a la comunidad, lo nombró superior de Lucca. Después, fue encargado de estudiar el problema de los ancianos y enfermos para buscar soluciones.
En 1986, “año de gracia” como lo definió él mismo, el P. Angelo pudo hacer, en octubre, el viaje a Tierra Santa, viaje que deseó tanto y que tuvo que posponer a causa de la isquemia que lo golpeó algunos años antes. Ese mismo año pudo volver a Brasil para la conmemoración del 25º aniversario del Servicio Social São Judas Tadeu.
El 14 de marzo de 1987 celebró el 50° de sacerdocio y en 1991 fue destinado a Venegono donde, como el P. Angelo afirma en sus memorias, se metió sin ninguna dificultad, porque lograba considerar cada nueva tarea “como don del Señor”. Sabemos que, en abril de 1994, en un rápido encuentro que tuvo con el P. Francesco Pierli, éste último le dijo que su presencia en el noviciado era preciosa porqué los cohermanos, sobre todo los novicios, se daban cuenta que vivía con alegría su donación y era para ellos un estímulo.
En 2007, en una visita relámpago a São Judas, logró encender otra vez la llama del entusiasmo por las obras sociales y por la solidaridad. En aquella ocasión, un grupo de amigos promovió que se lanzase su libro de memorias “Locuras divinas – Mis años en São José do Rio Preto, 1962-1976”.
El Hno. Enrico Massignani, que vivió más de diez años con el P. Angelo, escribe: “Lo definiría hombre de Dios (mucha oración, muchos sacrificios, tantísima caridad), misionero de la caridad (solo el Señor sabe cuanto bien hizo a tantísimas personas; visitaba a los prisioneros y a los enfermos; ayudaba a los pobres a construirse la casa; consolaba a los infelices; para mantener la Obra Social, que proveía a la educación de casi 500 jóvenes, solicitaba a los amigos que tenía en Italia, las autoridades locales y a tantas otras personas que amaban a los jóvenes de la Obra); Comboniano fiel al carisma (toda su vida fue un testimonio del carisma comboniano: amor por los pobres, servicio para el bien espiritual de tanta gente, animando a sus colaboradores a vivir una vida profundamente cristiana y misionera).
El P. Angelo murió el 13 de octubre de 2008 en Milán, a la edad de 96 años, pero su inspiración sigue animando las actividades de la Obra Social de São Judas Tadeu.