El P. Eugenio Magni nació en Legnano, provincia de Milán, el 12 de julio de 1941. En 1961, a los 20 años, entró como “vocación adulta” en el seminario de Crema, donde completó sus estudios secundarios consiguiendo el diploma de maestro. Eugenio era considerado un joven ejemplar. No solo observaba exactamente todas las reglas del seminario, siempre y en todas partes, sino que parecía además “adivinar los deseos no expresados de sus superiores”. En Crema estudió junto al P. Luciano Perina, cuyo testimonio hemos recogido de los años de formación de base y del periodo que el P. Eugenio pasó en Lomin, Sur Sudán.
Juntos fueron enviados al noviciado de Sunningdale (Inglaterra). Siendo los dos únicos novicios del primer año, por necesidad estaban siempre juntos: en la cocina, en el huerto y también limpiando el suelo del comedor los sábados por la mañana. En aquellos tiempos regía la regla del silencio durante el trabajo matinal, pero los dos novicios no lograban respetarla. De esa manera Eugenio, en el tiempo feliz del noviciado, aprendió que en la vida existen elecciones humanas y profundas que superan en importancia ciertas reglas rígidas e inflexibles. La bondad de su corazón y la gentileza habitual de su índole estaban convirtiéndose en los trazos relevantes de su personalidad. Emitió los primeros votos el 9 de septiembre de 1969.
En el escolasticado los dos grandes amigos estudiaron juntos otros cuatro años. El P. Eugenio fue ordenado sacerdote el 28 de junio de 1973 en la catedral de Milán por el Cardenal Giovanni Colombo. Le habían destinado a la provincia de Etiopía, pero por problemas para obtener los permisos, le pidieron prestase un servicio en Troia como formador. En febrero de 1977, ante la prospectiva de tener que quedarse otro año en este servicio, escribió a los superiores pidiendo no le retrasasen la salida hacia la misión, porque “el pelo se va encaneciendo”.
En 1979 salió hacia Uganda. Allí transcurrió nueve años, primero en la misión de Ajumani y luego en Moyo, las dos entre los Madi. La misión de Moyo había sido iniciada muchos años antes, en 1917, y había experimentado un gran desarrollo. Cincuenta años después de su fundación, el P. Luigi Molinaro escribía: “Moyo ha cumplido cincuenta años. En 1917 aquí solo había un bosque. Hoy la misión está compuesta por un número notable de edificios y el 93% de la población es cristiana”.
El P. Eugenio, que había vuelto a Italia para hacer un año sabático, fue asignado a la Provincia de Londres, como superior de Dawson Place en Londres, donde permaneció seis años. Más tarde fue asignado a la provincia de Sur Sudán.
Llegado a Sur Sudán en 1995, permaneció allí hasta 2009. Todo este tiempo lo dedicó a la educación, hasta que la muerte le visitó de repente. Pasó más de diez años en Lomin. Cuando llegó había tan solo una escuela materna y una pequeña escuela primaria. El Colegio Comboni, escuela superior, fue el resultado de su intrépida visión y convicción de que la educación era el medio indispensable para mejorar la sociedad. Para el P. Eugenio, el objetivo de la escuela era dar una formación cualificada para preparar a los jóvenes para ser la nueva clase dirigente empeñada en el bien del país. Era muy feliz en Lomin. Más feliz aún cuando los estudiantes obtenían buenas notas en los exámenes.
En 2009 no se encontraba bien de salud y decidió volver a Italia para descansar. A principios de octubre de 2010 volvió a Lomin a celebrar el décimo aniversario de la fundación del Colegio Comboni. A finales del mismo mes, la salud del P. Eugenio, que sufría de diabetes, empeoró. El 31 de octubre, durante el viaje de vuelta a Italia, tuvo que ser ingresado urgentemente en el Hospital Internacional de Kampala, donde murió el 3 de noviembre de 2010 debido a una grave insuficiencia renal. La sobrina Roberta autorizó que su cuerpo se sepultara en Lomin, Sudán, la misión donde había dejado su corazón.