El P. Antonino nació en Palermo el 30 de septiembre de 1919. Cuando contaba menos de dos años, la familia emigró a Savona, en la costa ligur. En 1930 con once años, entró en el seminario menor de Brescia. Para el noviciado fue a Venegono, donde hizo los primeros votos el 7 de octubre de 1937. Estudió filosofía y teología en Verona y fue ordenado sacerdote el 27 de junio de 1943.
Se graduó en la Universidad Católica de Milán en 1948, pocos años después de su ordenación. Continuó los estudios lingüísticos y la investigación histórica iniciados en sus años de estancia en Londres (1948-1950), adonde había sido mandado para estudiar el inglés como preparación para la misión.
Su primer servicio fue la enseñanza, tanto en nuestros escolasticados en Venegono y Rebbio de 1943 a 1947, como luego en Jartún. Llegó a Sudán el 25 de julio de 1950, fue inmediatamente destinado al Comboni College, donde se dedicó durante doce años con gran determinación a la enseñanza.
En 1962 el Superior General, Gaetano Briani, considerando su competencia y capacidad, decidió destinarlo al Comboni College de Asmara, donde asumió el cargo de director durante siete años. En Eritrea el P. Antonino, no obstante la gran actividad escolástica, alargó más el campo de su conocimiento lingüístico: al italiano, latín, griego, francés, inglés y árabe, añadió el tigrino, el amárico y el geez.
Desde Eritrea siguió manteniendo los contactos con sus viejos amigos de Jartún y siguió con interés y aprehensión las noticias de la provincia y las complejas situaciones políticas sudanesas. Entre 1969 y 1972 regresó a la provincia de Jartún todavía como enseñante en el Comboni College de Jartún y luego como director del Comboni College de Port Sudan. El paso del P. Antonino por Asmara debió dejar una profunda impresión porque la Universidad ejerció presión sobre el Consejo General. Así, en 1973 regresó a Asmara para la enseñanza universitaria, una experiencia nueva, que lo motivó profundamente y quedó para siempre como un ideal de su vida, aunque con altibajos. En agosto de 1977 fue enviado al Comboni College de Port Sudán para cubrir una emergencia y allí se quedó por 3 años, a pesar de haber manifestado que se sentía cansado, después de 35 años de enseñanza y de querer dejar las secundarias que exigían un trabajo muy pesado.
En 1980 al regreso de unas largas vacaciones, fue destinado a la comunidad de San Pedro y San Pablo de Jartún. Por primera vez ejerció un servicio fuera de las aulas: durante tres años se encargó de los refugiados en el centro creado en la catedral de San Matthew. Muchos refugiados provenían de Etiopía-Eritrea, que habían entrado en una compleja fase política, y el P. Antonino, sirviéndose de su gran conocimiento de aquellas lenguas, podía comunicar fácilmente con todos. Al final de este período, el P. Antonino se sentía agotado y algunos años más tarde hablará de un largo período de agotamiento. Al partir para las vacaciones el año 1983 pidió tomar parte en el curso de renovación y sintió la necesidad de una estancia prolongada en Italia.
El P. Salvatore Calvia, Superior General, lo invitó a quedarse por algunos meses en Roma en el archivo histórico y familiarizarse con el tipo de servicio que hubiese podido prestar allí. Así fue como el P. Antonino desempeñó el cargo de Archivero General hasta el final de 1985, aunque si su corazón estaba en la misión.
En diciembre de 1985 el P. Francesco Pierli, nuevo Superior General, lo destinó nuevamente a Jartún. Al regresar a Sudán, el P. Antonino pasó un período de tres años en Kosti, donde se encontró muy bien, tanto con los hermanos de la comunidad como debido a que desarrollaba una actividad limitada, pero muy gratificante, muy de acuerdo con su necesidad de mayor descanso.
En 1989 durante las vacaciones, decidió quedarse un mes en el Cairo para realizar en el centro cultural italiano algunas investigaciones sobre la lengua meroítica, una pasión que había profundizado en Kosti y que siempre conservó haciendo de él un experto acreditado en la materia. Efectivamente tenemos varios escritos suyos inéditos en torno al misterio de este antiguo reino sudanés y a la lengua que en su mayor parte permanece indescifrada.
Al regresar a Jartún de las vacaciones fue destinado a la casa provincial como secretario del provincial, bibliotecario, archivero de la provincia y encargado del boletín Comboni Jartún. Era también superior de la comunidad; además, una o dos veces a la semana ayudaba al Nuncio Apostólico y daba lecciones de inglés en el seminario diocesano.
Pero muy pronto el P. Antonino se sentía nuevamente muy débil y pidió el traslado definitivo a Italia. Por ello, aunque con cierta desgana, el Consejo General terminó por destinarlo, en junio de 1991, a la provincia italiana. En 2001 entró a formar parte de la comunidad de Rebbio, para misioneros ancianos autosuficientes. Después pasó a Milán, a Rebbio y finalmente a Verona donde murió el siete de febrero de 2013, a la edad de casi 94 años.