El P. Ezio sólo llevaba unos meses con nosotros en Castel d'Azzano, y muchos de nosotros sabemos poco de su vida misionera. Recordamos las fechas más importantes.
P. Ezio nació en Boltiere, en la provincia de Bérgamo (Italia), el 4 de enero de 1926. A los 11 años ingresó en el seminario diocesano y permaneció allí hasta su madurez. En 1945 ingresó en el noviciado de Venegono, donde emitió sus primeros votos el 9 de septiembre de 1947. Para el estudio de la teología fue primero a Verona y luego a Venegono. Hizo sus votos perpetuos el 23 de septiembre de 1949 y fue ordenado sacerdote el 3 de junio de 1950. Inmediatamente fue enviado al Líbano, a Zahle, donde permaneció un año para estudiar árabe. Luego fue destinado a Egipto, donde permaneció diez años como profesor de francés e inglés. Luego pasó nueve años en Togo, como párroco de la parroquia de Tabligbo, un año en Sudán y treinta y ocho de nuevo en Egipto.
P. Ezio había regresado a Italia a sus ochenta años, en 2007, y había pasado estos últimos años en Milán. Murió el 31 de mayo de 2022 en Castel d'Azzano, donde había llegado unos meses antes. Tres días después habría cumplido 72 años de sacerdocio: "los celebrarás a lo grande, con Jesús, en el paraíso", dijo el padre Renzo Piazza, superior de la casa, en su homilía del funeral.
"Viniste a concluir tu vida en Castel d'Azzano, en esta comunidad que te acogió con alegría. Al acogerle entre nosotros, percibimos la presencia de un hombre mayor, frágil, con voz, pero en paz consigo mismo, con Dios y con los demás. Al observarte en la capilla pudimos ver por tus gestos y actitudes que tenías una relación madura, profunda y habitual con el Señor. Se notaba que la oración era importante para ti y estar con el Señor una prioridad. En los últimos días, durante una Eucaristía, habías intentado expresar una oración personal, pero los hermanos no podían oír tu voz. Esa oración, fruto de la presencia del Espíritu Santo, expresa el amor por tu vocación y misión. Aunque el celebrante no se haya dado cuenta, tu oración no ha caído al suelo. Se recogió y se llevó a Dios".
Al final de la Eucaristía, el Hno. Roberto Strabla, de forma muy espontánea y sentida, compartió su experiencia de vida con el P. Ezio en la comunidad de Milán, destacando su dinamismo, serenidad y buen humor. (P. Renzo Piazza, mccj)