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Nº Escrito
Destinatario
Señal (*)
Remitente
Fecha
91
Conde Luis de Carpegna
0
Limone
10.10.1862

N. 91 (89) - AL CONDE LUIS DE CARPEGNA

AFC, Pesaro

Limone, 10 de octubre de 1862

Mi queridísimo Conde:


 

[713]
No quiero dejar mi pueblo natal, Limone, sin dirigirle unas líneas que renueven mis especiales expresiones de gratitud y le hagan saber el gran afecto que tengo a Ud. y a su entrañable familia. Sí, querido Conde: desde que salí de Carpegna, no sé pasar un instante sin pensar en Uds., y sin ver en usted, en Guido y en la Condesa una fuente de mi felicidad. No puedo demostrarle con palabras lo preciosa que ha sido su confianza para entrar en conocimiento de lo que ocurre en su familia. Pero dejemos ahora esto, que será asunto de nuestra futura correspondencia.

Me complazco en enviarles mi más sinceras felicitaciones para el día 18 del corriente, aniversario de su faustísima boda con la Condesa Ludmila. ¡Que Dios, querido amigo, esté con ustedes en cada instante, y los guíe incesantemente por los caminos de la felicidad, del orden, de la Religión! Son el tema cotidiano de mis suspiros.


[714]
Pasando a otra cosa, permita, querido Conde, que le hable de mí. Su abuelo, S. Excelencia Ilma., como Ud. me ha asegurado, cometió grandes errores. Usted mismo, Excelencia también Ilma., me ha confesado haber cometido alguna torpeza. Pero, ¡si Ud. supiera! Por mi parte, yo he cometido una de tal calibre, algo que nunca había hecho en mis largos y difíciles viajes, que me estallará el corazón si no se la cuento a Ud. En el camino que va de Rímini a Monte Cerignone, perdí una bolsa dorada oriental que contenía 5 monedas de 20 fr., y 9 de 10 fr. ¿Qué quiere? La alegría de estar entre Uds. y con Uds. hizo que me olvidara de escribir a S. Marino para buscarlos; y mi conciencia, turbada por la torpeza de esta solemne metedura de pata no me dio el valor de decírselo de palabra. Sólo en los últimos días, cuando me vi en la necesidad de marcharme, apenas tuve el ánimo suficiente para decírselo a Ludmila, que fue para mí como un ángel tutelar, porque esa bella alma me dio prestados 30 escudos. ¡Sí, querido Conde, todos hacemos disparates! Ya sabe también Ud. la estupidez en que he incurrido. Ahora estoy contento. Permita que le exprese mi estima. Usted acuérdese de mí, que me es grato vivir en su memoria, y declararme con todo afecto



Su sincero amigo

Daniel






92
Presidente Soc. Colonia
0
Verona
22.10.1862

N. 92 (90) AL PRESIDENTE DE LA SOCIEDAD DE COLONIA

«Jahresbericht...» 12 (1862), pp. 49-49

Verona, 22 de octubre de 1862

Reverendo Señor:


 

[715]
Con la presente le notifico que, gracias a su bondad, y por medio de la casa Fratelli Smania, el 21 de octubre he recibido 370 fr. de oro. Le estoy infinitamente agradecido por este amor plasmado en hechos en favor de mis negritos. Y bendigo a la Providencia que en sus inescrutables decretos nunca abandona a los que confían sólo en ella. Nuestros niños negros rezan cada día por todos los miembros de su pía Sociedad.

Este año han muerto en Africa Central dieciséis misioneros, que yo embarqué el año pasado en Trieste. Educando en Europa y en El Cairo niños negros para los fines de la misión, esperamos compensar las duras pérdidas de misioneros.

Le reitero mi cordial agradecimiento y ruego a Dios, etc.



Daniel Comboni

Misionero Apostólico



P.S. En este momento debo ocuparme de los Ejercicios espirituales; en cuanto esté libre, le informaré ampliamente sobre los resultados y progresos de los alumnos confiados a mi dirección.



Original alemán.

Traducción del italiano.






93
Firmas de Misas
1
Verona
1862
N. 93 (91) - FIRMAS DE LAS MISAS CELEBRADAS

EN S. JUAN BAUTISTA DE SACCO, VERONA

AMV



94
Un comendador
0
Verona
22. 4.1863

N. 94 (1237) - A UN COMENDADOR

APT – Brescia

Verona, 22 de abril de 1863

Ilmo. Sr. Comendador:


 

[716]
La gentileza y bondad con que V. E. se dignó recibirme el pasado otoño, cuando el muy ilustre Cab. Negri, Director Superior del Ministerio de Asuntos Exteriores me encaminó hacia Ud. para que le expusiera algunas súplicas mías en favor y apoyo del preclaro Arcipreste de Toscolano, tan benemérito para nosotros tanto en lo referente a la religión como a la patria, afectado hacía poco de varias maneras por los abusos episcopales, y los acontecimientos que recientemente le han afligido tras varias amenazas de la Curia de Brescia, con gran pesar de su culta y numerosa población que merecidamente le quiere y aprecia, me impulsan nuevamente a dirigirle por escrito mis ruegos, a fin de que se digne acoger benévolamente las quejas que dicho dignísimo Arcipreste, D. Pedro Grana, se dispone a elevarle, y que conciernen a lo que es competencia del departamento de V. E. Ilma., suplicándole al mismo tiempo se sirva protegerlo y mostrarle por escrito que acoge propiciamente sus súplicas y el resultado de las mismas.

Dándole las gracias, ruego de su magnanimidad perdone las molestias que le causo, en la seguridad de que encontrará en mi recomendado la gratitud y correspondencia que es propia de una persona bien nacida y natural de una patria tan generosa.

Aprovecho esta ocasión para saludarle y declararme con todo respeto



De V. E. Ilma. humilmo. y devotmo. servidor

Daniel Comboni, Misro. Aplico. de Africa C.






95
Can. Juan C. Mitterrutzner
0
Verona
10. 5.1863

N. 95 (92) - AL CANONIGO JUAN C. MITTERRUTZNER

ACR, A, c. 15/60

Verona, 10 de mayo de 1863

Ilmo. y muy Revdo. Señor:


 

[717]
Es preciso que esta vez pida perdón de su bondad por mi excesivo retraso en comunicarle tanto el recibo de las cartas geográficas, de las que le estamos muy agradecidos, como por no haberle podido enviar hasta ahora las fotografías. Apenas recibida su primera carta, mandé a un clérigo fotógrafo de nuestro Instituto al estudio de Lotze, con el dinero necesario para conseguir la foto. Lotze padre se puso a buscar entre los negativos, pero al no encontrar el suyo, decidió esperar a que volviera su hijo, que estaba ausente, y que es quien le fotografió a Ud. Entretanto vinieron las fiestas pascuales, y yo, después de dar los sermones de cuaresma en S. Zenón la octava de Pascua, me fui a descansar un poco a mi pueblo, en Lombardía.


[718]
Habiendo regresado para el mes de María, en que predico en Santa Anastasia, mandé dicho clérigo a pedir al hijo de Lotze que buscase el negativo. Mientras yo estaba a la espera de las seis o siete copias, solamente ayer me enteré que el clérigo de marras, D. Bettanini, se había ido ya a su casa, a Venecia, por enfermedad; de manera que, habiendo ido yo personalmente al estudio de Lotze hoy mismo, acabo de enterarme de que tampoco el hijo tiene el negativo porque fue destruido. Esta es la verdadera historia de la causa de mi retraso. De todos modos me confieso culpable, porque debí escribir, y acusar recibo de su carta, del dinero y de las cartas geográficas; mas espero un benévolo perdón, prometiéndole que de ahora en adelante pondré más empeño en escribir. En cuanto a las fotografías, voy a preocuparme de sacarlas de una de mi álbum en la que está Ud. vestido de árabe, y en cuanto estén hechas se las mandaré.


[719]
Perdón, perdón: lamento muchísimo no haber sido merecedor de su indulgencia y haber abusado de su bondad. El Superior, después de seis meses de poca salud, se encuentra un poco mejor. Espero que Ud. esté bien. Los africanos estamos bien y trabajando, gracias a Dios, porque aparte de múltiples ocupaciones, D. Beltrame y yo nos partimos el pecho a predicar. Acepte los saludos especialísimos de mi buen viejo, que tiene tanto amor al pío Pío que desearía morir por él. No sabemos nada de Africa. Sólo que el hermano José está de regreso en Europa. Recuérdeme en la Santa Misa; reciba de todos nosotros los más cordiales saludos. Presente mis respetos al Santo Obispo de Brixen, y créame cual me declaro para toda la vida, en los Sdos. Corazones de J. y de M.



Su afmo. amigo

Daniel Comboni






96
Cdsa. Ludmila de Carpegna
0
Verona
15. 5.1863

N. 96 (93) - A LA CONDESA LUDMILA DE CARPEGNA

AFVG

Verona, 15 de mayo de 1863

Mi noble señora Condesa:


 

[720]
La infinita majestad de Dios, cuya naturaleza es la plenitud del ser que todo lo creó, y no necesita en absoluto de las cosas creadas; ese Dios poderoso y terrible que obra maravillas en el cielo y en la tierra, que camina a lomos de los vientos y hace doblar la testuz a los montes al paso de Su eternidad, que nombra a las cosas que no son como a las que son, que todo lo genera con la palabra de su virtud, que hace un gesto y el universo se inclina ante el gesto suyo, que toca los montes y los montes humean, que mira a la tierra y la tierra palpita, que grita al mar y el mar se retira espantado; sabiduría infinita que todo lo ve en la calígine del futuro, que todo lo penetra en los recovecos del presente; escrutador de corazones que escribe y estampa en caracteres indelebles el diario de la vida humana; este Dios providente y misericordiosísimo en su inmensa caridad había establecido, entre sus eternos decretos, que en el hermoso mes de mayo, que es la sonrisa de la naturaleza, se escribiese hace más de treinta años en el libro de la vida el nombre venerado de un alma predestinada; que el día 21 viniese a respirar sobre la tierra los primeros hálitos de vida en los inmensos páramos del gélido septentrión; y que esa alma abandonando luego, por disposición de la Providencia, la dicha de las regiones patrias, viniese al centro del catolicismo a abjurar de las falsas doctrinas de Focio, para doblar con gusto la frente ante la tumba del pescador de Galilea, y a consumir sus días entre gozos y congojas en servicio del Señor.


[721]
¡Señora Condesa! El día 21, aniversario de su precioso nacimiento, es día bendito, día santo, día de predestinación, que recuerda la misericordia de Dios. Por lo cual ese día, si Dios me da vida, me alegraré de participar también yo en la fiesta con que la querida familia Carpegna celebrará el felicísimo nacimiento de Ud. Ysi bien yo estaré lejos de Roma y no podré compartir personalmente la alegría de la familia, no obstante me hago la ilusión de que voy a participar de esa fiesta como si estuviera presente; porque Dios, que es el centro de comunicación entre nuestros corazones, que nos une, aunque alejados, con el sagrado vínculo de la más leal amistad, del más vivo afecto, acogerá mis felicitaciones y parabienes, que son expresión de lo que con el corazón entero le deseo para toda la vida. Y para que estos sentimientos míos sean santificados por la religión, en ese día faustísimo yo celebraré el Santo Sacrificio al Sagrado Corazón por Ud., a fin de que la Providencia se digne derramar sobre su cabeza el torrente de sus divinas gracias, el río de sus terrenas bendiciones.


[722]
Aprovecho esta ocasión para rogarle que cuando le sea cómodo, y siempre que no perjudique su salud, me escriba ampliamente sobre Ud. y sobre la familia, y acerca de la cronología de este año. Sé que tengo que escribirle muchas cosas, también en respuesta a sus queridas cartas, las últimas suyas que he recibido este año, las cuales me son tanto más preciosas cuando que Ud. las escribió en un estado de salud poco satisfactorio; pero no puedo hacerlo enseguida porque estoy ocupadísimo. Recuerdos, con toda la efusión del corazón, a mi querido Conde, a Guido, a D. Luis, a Manucci, a los familiares, a Mazzoni, etc. etc., mientras en medio de mis cotidianas predicaciones tengo el placer de manifestarme «éternellement»



Su devotísimo

Daniel






97
Don Pedro Grana
0
Verona
19. 5.1863

N. 97 (94) - A DON PEDRO GRANA

ACR, A, c. 15/44

Verona, 19 de mayo de 1863

Mi querido D. Pedro:


 

[723]
A la bribonzuela de Elisa le pedí que se informase sobre la chica del abogado Bernardi, ahora residente en Salò, y todavía no he recibido nada. ¡Paciencia! Ocúpese Ud. de ello cuando buenamente pueda.

Le mando la foto de Passaglia. Recuerdo con mucho agrado el feliz día pasado con los toscolaneses y con su digno Pastor.


[724]
Pero voy a rogar de su amistad algo urgentísimo, de lo que debe hacerse cargo como si fuera cosa suya y más. En marzo último mandé despachar por correo, en Bogliaco, un paquete que yo dirigía a Mons. Limberti, Arzobispo de Florencia. Ese paquete contenía los documentos y escritos de la difunta Marquesa de Canossa, fundadora del Insto. de la Caridad, que su nieto el Obispo de Verona me confió para que los mandase a Roma a fin de incoar la causa de su beatificación, al haber muerto en 1835 en olor de santidad. Ya ve que se trata de un asunto grave. Pues bien, el paquete no ha llegado a Florencia, y el Arzobispo me escribe que quizá algún maldito policía italiano haya querido hacer méritos intentando perjudicarnos; pero va a ser inútil. El paquete fue entregado en Bogliaco, como verá por el resguardo, y como consta en el recibo de la oficina que hay en Limone.


[725]
Yo ahora quiero hacer el recorrido de las oficinas. Después, si no lo encuentro, recurro al Ministerio, y hago meter en la cárcel a más de cuatro, porque yo mismo, desde Bogliaco hasta Florencia, haré registrar todas las oficinas. He escrito al Ministerio de Turín, y el Cab. Rizzi me contesta que primero obligue a la oficina de correos de Bogliaco a reclamar en línea recta hasta Florencia; en caso de que nada se consiga, el Ministerio ordenará la investigación de oficio. Esos idiotas de Limone, por no gastar ocho francos, se han dirigido a la Mensajería Mazzoldi, que seguramente se sirve de la Franchetti y no del correo estatal para la distribución de su correspondencia. Que se preparen muchos, como no encuentre mi paquete. Ya sabe que tengo las manos largas, y que no me asustan las distancias, ni tampoco los gastos.


[726]
Le ruego, pues, que vaya usted mismo, o que encargue el asunto a una persona de confianza, p. ej. a D. Bortolino. Se trata, digo, de ir a Bogliaco, llevando el adjunto resguardo a Juan Bertamini, y rogarle que inmediatamente se ponga a recorrer en cadena, una por una, todas las oficinas hasta Florencia para localizar el paquete; pero que lo haga rápido, y siempre valiéndose de los correspondientes registros. Si me hace Ud. este favor, y me informa enseguida del resultado, se lo agradeceré enormemente. Así que lo dejo en sus manos. Estoy en un verdadero apuro, y todavía no he dicho nada al Obispo. Espero respuesta. Adiós.


[727]
Saludos a Elisa, al francés, al Alcalde y a todos los buenos conocidos de Toscolo, especialmente a los Sacerdotes. Dé recuerdos también a la M. Perpetua, y considéreme siempre de corazón



Suyo afmo.

D. Daniel



El resguardo adjunto, después de enseñarlo en las oficinas Mazzoldi, se lo queda Ud. y me lo guarda.






98
Don Pedro Grana
0
Verona
27. 5.1863

N. 98 (95) - A DON PEDRO GRANA

ACR, A, c. 15/45

Verona, 27 de mayo de 1863

Mi querido D. Pedro:


 

[728]
Me ha dado una gran alegría con su carta al asegurarme que mi rollo no se había perdido. Ha hecho bien en franquearlo, y espero que ya esté en manos del Arzobispo. Pero quiero que me mande el resguardo. En cuanto al dinero del franqueo, sepa que se lo devolveré en la primera ocasión. Ahora bien, convénzase de que el Arzobispo no lo recibió, y si acaso llegó el rollo a Florencia, su personal lo rechazó. Pero fue sustraído, porque de lo contrario no entiendo cómo estaba en Turín, cuando tenía que haber llegado de vuelta a Bogliaco. Gracias de corazón. La recomendada de D. Castellini está enferma. Espero que se cure. Pero no recuerdo si debo continuar suministrándole dinero por su cuenta. Hasta marzo le di un florín. En abril y en mayo, dos libras austríacas. Diga, por favor, a D. Bartolo si debo seguir, porque entre tantas preocupaciones no me acuerdo de las órdenes recibidas. Recuerde a Elisa que me dé esos informes, porque si dejamos las cosas para las calendas griegas, todo es inútil.

Acuérdese de



Su afmo. am.

Daniel






99
Don Pedro Grana
1
Verona
2. 6.1863

N. 99 (96) - A DON PEDRO GRANA

ACR, A, c. 15/46

2 de junio de 1863

Breve nota.




 

100
Don Pedro Grana
0
Verona
8. 6.1863

N. 100 (97) - A DON PEDRO GRANA

ACR, A, c. 15/47

Verona, 8 de junio de 1863

Mi querido D. Pedro:


 

[729]
Hasta el 5 del cte. el Arzobispo de Florencia no ha recibido mi envío. El propio Arzobispo me escribe diciendo que jamás rechazó ninguna cosa a él dirigida. Es hombre de gran caridad. Por medio de un amigo mío de Florencia he hecho averiguar en las oficinas postales y mensajerías si alguna vez llegó un rollo dirigido a ese Arzobispo, y le dijeron que no. Ya ve, querido D. Pedro, la impostura de los Sres. Mazzoldi. Y ahora le pregunto yo a usted: ¿por qué el rollo, en vez de retroceder hasta Bogliaco, de donde salió, fue llevado a Turín? Porque –respondo– hubo entre los empleados algún secuaz de Satanás, que para ganarse el favor del gobierno, cometió un grave abuso, violando la seguridad del correo. Pero el gobierno ha sido más prudente y delicado, y parece, si es verdad lo que me escriben desde Turín, que el paquete está intacto. De todos modos, necesito el resguardo que le envié a Ud., y que me extendió el de Bogliaco, y el recibo que le dieron a D. Bartolo por el franco y medio; y con ellos, y con lo otro que tengo, voy enseguida a Turín, y ya me las arreglaré.


[730]
Han pasado dos meses que hice el envío, incluso tres, y todavía no está en Florencia. Así que, por favor, mándeme esos dos recibos. Perdón por tantas molestias. El Arzobispo está sorprendido de que se recurra a estas armas viles. Mi rollo vale más que un millón, porque contiene los documentos de una santa, como lo era la Marquesa Canossa. Alguien tendrá que plantear las cosas al Gobierno italiano; y si la causa no es protegida, como yo quiero, Francia asumirá la tutela. Se desenmascarará el canalla que osó retardar el envío.


[731]
Me maravillo de los empleados de la Mensajería Mazzoldi, la cual goza de tan merecido crédito por rapidez y buen servicio. Alguno de ellos va a ir a la calle; porque yo no me callo, seguro, y tengo dinero para afrontar lo que sea.


[732]
Esto se lo digo a Ud. Si llega enseguida el rollo y el Obispo no tarda en comunicármelo, entonces, en vez de dirigirme sin más al Ministerio, seguiré la cadena de expedición. Pero a ese sinvergüenza quiero encontrarlo. Mientras, por favor, avise al empleado de Bogliaco que se apresure a reclamar por la cadena de expedición, a fin de que el rollo vaya a su destino y nos sepan dar una respuesta no mendaz, como la de que el Arzobispo lo ha rechazado, sino veraz, porque a mí no se me viene con gaitas.

Saludos a D. Bartolo y a Elisa, y considéreme



Su afmo amigo

D. Daniel