Comboni, en este día

Comboni expone (1881) a Propaganda su parecer sobre las misiones de los Padres Blancos in Uganda:
Sinceramente, para mí sería un placer que él convirtiese toda Africa, y estaría yo contento con ser el último de sus servidores; pero las noticias que recibo del Nyanza ciertamente no son buenas.

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1871

N. 421 (394) - REGLAS DEL INSTITUTO

DE LAS MISIONES PARA LA NIGRICIA

BCV, MCXIV

1871

REGLAS

DEL INSTITUTO DE LAS MISIONES

para la

NIGRICIA

D. Daniel Comboni M. A.



Prefacio
 

[2640]
Para que las Reglas de un Instituto que debe formar Apóstoles para naciones infieles sean duraderas, deben basarse en principios generales. Si fuesen muy detalladas, bien pronto la necesidad o una gran ansia de cambio minarían la base de su edificio, y podrían resultar áspero yugo y peso grave para quien las ha de observar.


[2641]
Siendo sobremanera variado y desmesurado el campo en el que el candidato debe trabajar, no puede ser limitado a ciertas actividades determinadas, como en las Ordenes Religiosas; por el contrario, esos principios generales deben informar su mente y su corazón, de suerte que se sepa gobernar por sí mismo, aplicándolos con sagacidad y juicio en los tiempos, lugares, y circunstancias variadísimas, en que lo pone su vocación.


[2642]
Por tanto, para conseguir el fin al que aspira el nuevo Instituto de las Misiones para la Nigricia, se establecen tan sólo aquellos principios fundamentales que constituyen su verdadero carácter, y que están destinados a servir de norma a los alumnos para que se desenvuelvan con plena uniformidad y con esa unidad de espíritu y de conducta exterior que permite reconocer a los miembros de una sola familia.


[2643]
Las Reglas aquí trazadas, aunque emanan de la misma naturaleza del humilde Instituto al que están destinadas, son el fruto de serias reflexiones, de largos estudios, de diligentes consultas y de un pleno conocimiento de causa. No obstante, por tener que enfrentarnos a una grande y colosal misión, totalmente nueva y especial, será útil esperar a ver con el tiempo los resultados de las mismas en la experiencia práctica.


[2644]
Entretanto se someten al sapientísimo juicio del Sumo Pontífice y de la Sagrada Congregación de Propaganda Fide.

Si bien estas Reglas de por sí no obligan a la obediencia, ni siquiera bajo pecado venial, es seguro, no obstante, que un espíritu humilde, que sienta sinceramente su vocación y quiera ser generoso con su Dios, las observará con mucho amor, considerándolas como la vía que le ha sido trazada por la Providencia, como la manifestación de la voluntad de Dios respecto a él. Y por eso, seguro de los laureles que observándolas alcanzará para la otra vida, conseguidos con la abnegación y con la muerte de sí mismo, las vea o no razonables, no tiene el deseo de sustraerse a ellas o la osadía de censurarlas.


[2645]
Quiera el Señor bendecir estas Reglas, hacerlas fecundas en el corazón de los hijos de su amor con el ejercicio y con el mérito de las virtudes que le son más queridas, y arraigarlas de modo que sean su guía en todo tiempo y lugar.



Capítulo I

Naturaleza y objeto del Instituto




[2646]
El Instituto, o sea el Colegio de las Misiones para la Nigricia, es una reunión de Eclesiásticos y de Hermanos coadjutores, que sin el vínculo de los votos, sin renuncia a los propios bienes, sin profesión obligatoria de reglas especiales, pero siempre bajo la dependencia absoluta de los legítimos Superiores, se dedican a la conversión de Africa, y especialmente de los pobres negros, que todavía yacen sepultados en las tinieblas y en las sombras de la muerte.


[2647]
El objeto de este Instituto no sale de la órbita de las funciones estrictamente sacerdotales: es el cumplimiento del mandato dirigido por Cristo a sus discípulos de predicar el Evangelio a todas las gentes; es la continuación del Ministerio apostólico, por el que todo el mundo ha participado de los inefables beneficios del Cristianismo. Y tiene como finalidad específica la regeneración de los pueblos negros, que son los más necesitados y abandonados del universo.


[2648]
Este Instituto se vuelve por ello como un pequeño Cenáculo de Apóstoles para Africa, un punto luminoso que envía hasta el centro de la Nigricia tantos rayos como solícitos y virtuosos Misioneros salen de su seno. Y estos rayos, que juntos resplandecen y calientan, necesariamente revelan la naturaleza del Centro del que proceden.


[2649]
El Instituto está consagrado al Sacrosanto Corazón de Jesús, bajo la protección de la Santísima Virgen Inmaculada y de su purísimo Esposo el Patriarca San José, como también de San Miguel Arcángel, de los Santos Reyes Magos, de los Santos Apóstoles Pedro y Pablo, de San Francisco Javier, del Beato Pedro Claver, de la Beata Mª Alacoque, y de todos los Mártires y Santos Africanos.



Capítulo II

Organización del Instituto




[2650]
El Instituto, por su naturaleza, depende en primer lugar del Sumo Pontífice y de la S. C. de Propaganda Fide, a los que está total y absolutamente subordinado. Sólo a la Suprema autoridad de la Santa Sede corresponde modificar sustancialmente, o cambiar in omnibus et quoad omnia, la Organización y las Reglas del Instituto.


[2651]
El Superior inmediato del Instituto es el Obispo de Verona, el cual está representado por un Rector elegido ordinariamente entre los mismos Misioneros miembros del Instituto fundamental ya experimentados en el ejercicio del Apostolado africano.

Ayuda al Obispo de Verona en sus funciones un cuerpo sobre el que él ejerce la presidencia, compuesto de los más prudentes y distinguidos eclesiásticos y seglares de su Diócesis, el cual lleva el título de Consejo Central de la Obra para la Regeneración de la Nigricia.


[2652]
El Rector del Instituto es nombrado definitivamente por el Obispo de Verona, y esto después de haber oído el juicio del Jefe de las Misiones de Africa confiadas al Colegio, y luego de haber sometido el nombramiento al Emmo. Card. Prefecto general de Propaganda.


[2653]
El Obispo de Verona o el Rector del Colegio deberán, cada cinco años, dar cuenta detallada a la S. C. de Propaganda, mediante un Informe exacto, de la marcha del Instituto en todo lo concerniente a él.

Al Obispo de Verona compete el poder y la autoridad de admitir aspirantes eclesiásticos y seglares. Ningún eclesiástico será admitido en el Instituto sin estar provisto de un documento escrito que demuestre el consentimiento del correspondiente Ordinario, y sin haber obtenido la bendición de éste.


[2654]
No será admitido en el Instituto ningún eclesiástico o seglar que no se considere dispuesto a consagrarse por entero y hasta la muerte a la Obra de la Regeneración de la Nigricia, y que no tenga el ánimo firme y resuelto de morir a su propia voluntad y de profesar una perfecta obediencia a los legítimos Superiores.


[2655]
Como realmente está consagrado a la Regeneración de la Nigrizia lo mismo el que trabaja como Maestro de piedad, o Profesor de materias teológicas o científicas en el Colegio de Verona, o colabora de cualquier modo en el Instituto para las Obras preparatorias de Europa destinadas a formar personal para las Misiones de Africa, que aquel que se dedica inmediatamente a la conversión de los infieles en la misma Africa, el Obispo de Verona tendrá especialmente en cuenta la vocación o tendencia del candidato para destinarlo, ya a las obras del Instituto fundamental de Verona, ya a los Institutos o Misiones de Africa.


[2656]
No se podrá admitir en el Instituto ningún eclesiástico o secular que por justos motivos no goce de crédito y de estima o haya sido deshonrado.

No será admitido, sino con mucha dificultad, y sólo en caso de evidente utilidad para el Instituto, aquel que haya pertenecido a alguna Orden o Congregación religiosa.


[2657]
El tiempo de prueba del candidato en el Instituto queda establecido entre uno y tres años. Mas, dado que tal clase de aspirantes son elegidos entre los individuos más virtuosos, compete al juicio y conciencia del Obispo la facultad de acortar el tiempo de preparación del candidato en el Instituto para destinarlo a los Institutos erigidos en las costas de Africa, los cuales están organizados de modo que constituyen como otros tantos establecimientos de formación y de prueba para constatar la capacidad y madurar la vocación especial para las difíciles Misiones de la Nigricia central.


[2658]
Compete asimismo al Obispo de Verona juzgar definitivamente si un candidato es apto para la obra a la que se orienta el Instituto, como también fijar la época de la marcha del mismo a los Institutos de Africa.


[2659]
Es miembro efectivo del Instituto fundamental el que después de pasar un tiempo de prueba determinado persiste en el firme propósito de consagrarse de por vida al servicio de la Obra de la Regeneración de la Nigricia.


[2660]
Es competencia del Obispo de Verona el derecho de declarar miembro efectivo del Instituto fundamental a quien lleva más de dos años consagrado completamente a las Obras del Colegio de Verona sin aspirar a las Misiones africanas.


[2661]
Una persona ya enviada a Africa sólo se convierte en miembro efectivo del Instituto fundamental al cabo de un año o dos de permanencia en los Institutos o Misiones de Africa, y el juicio sobre su aptitud para el Instituto fundamental corresponde al Jefe de la Misión de Africa, el cual deberá expedir el oportuno documento al Colegio de Verona para la Sanción del Obispo Superior.


[2662]
Cuando un candidato es declarado miembro efectivo del Instituto fundamental tanto por parte del Obispo de Verona para los consagrados a la Obra en Europa, como por el Jefe de las Misiones africanas para los consagrados a la Obra en Africa, se convierte en hijo del Instituto fundamental, el cual se hace cargo de él de por vida.



Capítulo III



De los que dejan de ser miembros

del Instituto fundamental




[2663]
Si alguien deja de ser miembro del Instituto hay que considerar si esto ocurre en Verona o en los Institutos de Africa, y también hay que tener en cuenta si se retira por propia voluntad o si ha sido excluido por justos motivos.


[2664]
Si un miembro del Instituto de Verona cree tener buenas razones para retirarse, las comunicará cuanto antes al Rector, el cual procederá a sopesarlas con los otros miembros del Colegio. Si los motivos son encontrados válidos, y el interesado aún persiste por un año en querer abandonar el Instituto, someterá el asunto al Obispo, el cual, después de utilizar los medios que considere oportunos para juzgar rectamente, concederá la salida al solicitante, que dejará de ser miembro para siempre del Instituto, sin que ya nunca pueda ser readmitido bajo ningún concepto.


[2665]
Si un miembro del Instituto de Verona por su mala conducta se hiciese indigno de seguir perteneciendo a él, el Rector, consultada la opinión de los otros miembros, someterá el asunto al Obispo de Verona, el cual tomará las medidas que le dicten su razón y su conciencia para poner a prueba al trasgresor, o excluirlo inmediatamente y para siempre del Colegio.


[2666]
Respecto a los miembros del Instituto fundamental ya Misioneros de Africa, es preciso tener presente que aunque el sacrificio que han hecho de sí mismos desde su educación apostólica en Verona es de carácter total e irrevocable, y ha supuesto una voluntad dispuesta a sufrir toda fatiga, todo peligro y hasta la más bárbara muerte, aun así no es raro el caso de que un Misionero, después de haber sudado mucho por la gloria de Dios y la salvación de los pobres negros, se encuentre en tal estado de agotamiento físico y espiritual que tenga absoluta necesidad de descanso. Podría también suceder que, a pesar de todas las cautelas adoptadas por el Instituto, alguno se hubiese equivocado al elegir este camino, de modo que su presencia sirviese más de estorbo que de ayuda a las Misiones africanas.


[2667]
Podrían surgir asimismo otras importantes razones que hiciesen necesario el regreso de alguno a Europa. En todos estos casos importa considerar las siguientes advertencias:

La necesidad, o la conveniencia, de que un misionero vuelva a Europa deberá remitirse totalmente al juicio del Superior. A éste también le corresponderá decidir, ponderado el caso ante Dios, y sin lugar a que sea apelada su decisión, si los que deben regresar se han hecho desmerecedores de la ayuda del Instituto. También la falta de espíritu de sacrificio reconocida en alguno por el Superior será causa de demérito. En caso de que no exista ni éste ni ningún otro motivo de demérito, he aquí el modo como procederá el Instituto en los casos de regreso a Europa.


[2668]
1.o Teniendo el Instituto fundamental necesidad de Misioneros veteranos, que le aporten esos conocimientos que sólo la experiencia puede suministrar, para la formación de los aspirantes o para colaborar de cualquier modo en la santa Obra, aquel que por falta de salud o por otros justos motivos no pudiese continuar en el ejercicio del ministerio apostólico, volverá al Instituto fundamental, donde seguirá siendo miembro efectivo del mismo bajo las órdenes de los Superiores.


[2669]
2.o Si, por el contrario, el Misionero que vuelve con el consentimiento del Superior no sigue perteneciendo al Instituto como miembro efectivo porque el Instituto no lo permite o porque el interesado no lo desea, la Dirección lo recomendará al Ordinario al que pertenecía, a fin de que se le faciliten los medios para que, si está en condiciones para ello, pueda ejercer el ministerio en su propio país.


[2670]
Si por su mala conducta o por otros motivos, un Misionero miembro del Instituto fundamental se volviera indigno de seguir perteneciendo al mismo, será excluido para siempre de la Misión. Y si no tiene con qué pagarse el viaje a Europa, se ocupará de ello el Superior, pero sólo después de haber obtenido del trasgresor una carta redactada en la debida forma por la que se obligue a devolver en el plazo de un año al Rector del Instituto de Verona la cantidad específica concedida para su regreso a Europa.



Capítulo IV



Influencia del Instituto sobre las Misiones

y sobre los Misioneros de Africa




[2671]
La relación existente entre los miembros de un mismo cuerpo es la misma que se da entre el Instituto fundamental de Verona y los Institutos y Misiones de Africa a él confiados.


[2672]
El Instituto fundamental de Verona es el centro de comunicación de los Institutos y Misiones de Africa, el vínculo que los une, la base que los sostiene, el establecimiento legal y permanente, que trata los intereses generales y particulares de las Misiones africanas, y de los Misioneros que en ellas se fatigan, con respecto a la Santa Sede y a Europa. El Jefe de la Misión de Africa, después de ser nombrado por la Santa Sede para las arduas funciones del gobierno de la misma, dará a conocer a la Dirección del Instituto de Verona, cuanto antes y con la mayor seguridad que le sea posible, cuáles son los Misioneros que en conciencia cree capaces de sucederle, en caso de muerte, en su cargo. Con este propósito solicitará en secreto el juicio de los miembros más experimentados de la Misión. Al proponer uno o más miembros para este fin, se tendrá más en consideración las virtudes y capacidades de los candidatos que su antigüedad.


[2673]
La Dirección del Instituto fundamental guardará el más escrupuloso secreto sobre todo lo que el Jefe de las Misiones de Africa haya creído útil y oportuno comunicar respecto a los Misioneros, y sólo se servirá de ello en relación con la S. Congregación de Propaganda, para amoldándose a los deseos del Jefe y de los otros Superiores de Africa hacer nombrar como sucesor, lo antes posible, uno de los miembros designados por ellos.


[2674]
Los Superiores de los Institutos y de las Misiones de Africa tendrán informada a la Dirección del Instituto fundamental de Verona sobre la conducta y esperanzas de cada uno de los Misioneros, y sobre el funcionamiento de todas las obras de las Misiones a ellos confiadas.


[2675]
El Jefe de las Misiones Africanas comunicará al Instituto fundamental el Reglamento de cada Instituto de sus Misiones, como también todas las innovaciones que la experiencia práctica sobre el terreno les sugiera introducir, con vistas a que esto sirva de pauta al Rector en la preparación de los candidatos para el Apostolado africano.


[2676]
El Instituto fundamental también se preocupará cuanto pueda de los intereses temporales de los alumnos del Colegio durante el ejercicio de su ministerio en Africa. Aunque el Instituto no debe nunca hacerse cargo de la administración ni de la representación de tales intereses, si aquel a quien éstos conciernen muestra deseo de ello, se obrará de modo que el representante o administrador legalmente designado tenga el poder para ejercer esas funciones otorgado de manera tal que de hecho y de derecho permita a la Dirección del Instituto vigilar y proteger el buen funcionamiento de la administración.



Capítulo V



Misión interna del Instituto




[2677]
El Instituto recibe en su seno, bajo normas fijas y adecuadas al intento, sacerdotes y clérigos de Teología aptos para el ministerio apostólico, así como laicos de probada piedad y competencia, principalmente con objeto de hacer de ellos hermanos coadjutores, catequistas, enseñantes, y maestros de artes y oficios útiles y necesarios en la Nigricia. Por ello:

1.o Es al Instituto al que incumbe necesariamente la misión de probar cuidadosamente la vocación de los candidatos para la Nigrizia.

2.o También la de cultivar las aptitudes de sus alumnos, tratando de que correspondan perfectamente a las requeridas para tan sublime vocación.

Las reglas y normas del Instituto emanan principalmente del espíritu de tan alta e importante Misión.



Capítulo VI



De la prueba de la vocación




[2678]
El primer y más importante cometido del Instituto es la buena elección de los obreros destinados a las tareas apostólicas en la Nigricia, de lo cual dependen la feliz puesta en marcha de la Misión, su prosperidad, su duración. Luego en esto reside su máximo interés, y también el interés de los mismos Misioneros y el de las almas que les serán confiadas. Así pues, el Obispo de Verona, el Rector y cuantos de algún modo están a cargo de ellos tanto dentro del Instituto como fuera, cumplirán con la máxima seriedad y el mayor celo posible la relevantísima labor de probar su vocación.


[2679]
Esta prueba tiene lugar en dos épocas:

1.o Cuando alguien solicita su ingreso en el Instituto.

2.o Una vez que el candidato ya ha sido admitido, durante su estancia en el Instituto.



Capítulo VII



Normas generales que se deben observar

cuando alguien solicita su ingreso en el Instituto




[2680]
Quien anhele seguir a Jesucristo en las funciones de la vida apostólica y aspire a ingresar en el Instituto de las Misiones para la Nigricia, debe ante todo hacer conocer su deseo al Obispo de Verona y a su Representante, el Rector del Colegio, cuyo principal empeño es procurar distinguir las vocaciones verdaderas de las falsas antes de la admisión de los aspirantes. Por eso, al presentarse por primera vez un postulante, normalmente no da a éste una respuesta decisiva, sino que procede siempre con lentitud, demorándose hasta haber empleado todos los recursos oportunos para conocer claramente la voluntad divina.


[2681]
Estos recursos son:

1.o Oración. El Rector, antes de decidir, hará prácticas especiales de piedad, se encomendará a Dios en la santa Misa, invocará a la Madre del Buen Consejo, a San José y a los otros Santos Protectores, pedirá oraciones a las almas justas y verdaderamente devotas y hará que se comprometan a rezar también los mismos postulantes, los candidatos ya admitidos y los miembros del Instituto.

2.o Instrucciones a los postulantes. Serán advertidos de las dificultades especiales de la carrera apostólica a que aspiran, y de las buenas cualidades requeridas para comprometerse en ella con las debidas garantías. Morir absolutamente a la propia voluntad y sacrificarse enteramente a sí mismo hasta la muerte por medio de una perfecta obediencia a los legítimos Superiores, es la primera instrucción que se deberá dar a los postulantes.


[2682]
No se dejará de hacerles observar que, dadas las circunstancias de aislamiento en que se encuentra el Misionero africano y el peligro que encierran las costumbres de los pueblos de la Nigricia ignaros de las elementales leyes del pudor, es necesaria sobre todo una castidad a toda prueba. Aunque se debe contar mucho con la especial asistencia de Dios a los que verdaderamente son llamados a este arduo ministerio, y aunque, sin desanimar a nadie, se debe observar que los caracteres reflexivos son los más idóneos, si bien parecen los menos dispuestos a desafiar los peligros, no se dejará de hacer la expresa advertencia que cuanto dicen los Teólogos sobre el hábito de la pureza, requerida como condición necesaria para las Ordenes Sagradas o para la profesión religiosa de los laicos, debe entenderse en sentido muy riguroso tratándose de aspirantes al ministerio apostólico, en cuyo caso ciertamente no bastarían simples propósitos respecto a punto tan delicado.


[2683]
3.o Preguntas e informes. A las instrucciones se añadirán, pudiendo hacerlas personalmente, oportunas preguntas. Además se pondrá todo el cuidado en conseguir de varias fuentes exactos y minuciosos informes sobre el postulante, advirtiendo que se mantendrá la confidencialidad en todo lo posible. Por otra parte, se tendrá bien presente la máxima de que las vocaciones difícilmente se deciden por quien no conoce bien nuestro interior, y se preguntará a los aspirantes si han tratado bien el asunto con su director espiritual.


[2684]
4.o Consultas. El Rector se pondrá en comunicación en la medida de lo posible con las personas más autorizadas por sensatez, experiencia y conciencia, a fin de obtener ayuda con sus consejos en caso necesario, y estar así en condiciones de emitir un recto juicio sobre el postulante en el momento de proponerlo al Obispo para la admisión. Consultará también a los miembros más maduros del Colegio, con los que suele aconsejarse en las cosas más importantes del Instituto.

He aquí las máximas generales que se deben tener siempre presentes:


[2685]
La vocación al Apostolado, según la generalidad de los Teólogos, est actus Providentiae, supernaturalis, quo Deus, aliquos prae aliis eligit ad ministerium Apostolicum, eosque congruis dotibus praeparat ad eiusdem ministerii officia digne et laudabiliter obeunda.


[2686]
La vocación al ministerio apostólico no va siempre acompañada de una propensión patente e irresistible a tan sublime carrera, pero siempre exige una voluntad constante y generosa para hacer sacrificio de sí a Dios, unida a la aptitud para ejercer la función a que se aspira.


[2687]
Es necesario, pues, que quien se ofrece para el difícil y laborioso Apostolado de la Nigricia tenga una verdadera disposición, basada en el sentimiento de la fe y en la caridad, para dedicarse a la conversión de las almas más abandonadas del mundo y a propagar en aquellas vastas y desconocidas tierras el reino de Cristo.


[2688]
Aunque ingenio y ciencia eminentes serían deseables, no por ello se excluirán los mediocres, puesto que unidos a los más capaces pueden también ellos, con la abnegación y la caridad, hacer su ministerio igualmente valioso para las pobres almas de la Nigricia.


[2689]
En cuanto a la salud y la fuerza corporal, la experiencia ha demostrado que en la temperatura africana se pueden tener excelentes obreros aunque no sean de los más robustos, y que la diferencia de clima puede favorecer a una constitución más grácil. Por otro lado, es de tanto valor un obrero apostólico en Africa que no se debe desdeñar a ningún aspirante, siempre que no falten las dotes esenciales, las cuales se tendrán más en cuenta que el vigor del cuerpo. El Rector se guía por estas normas al proponer el postulante al Obispo de Verona. Si no se descubren en él las disposiciones necesarias para el ministerio al que aspira, hay que disuadirlo de su idea y mantenerse firmes en no aceptarlo. Si se cree que se le debe admitir, se le invita a dirigirse al Ordinario de la Diócesis a la que pertenece, a fin de obtener su permiso y bendición, después de lo cual ya puede ingresar en el Colegio.


[2690]
En caso de que el postulante digno de aceptación encuentre fuerte resistencia por parte de sus padres y parientes, el Rector se informa de los motivos que la originan; y tomando como norma la caridad ordenada por la Iglesia, la cual dispensa hasta a los Religiosos profesos con los votos monásticos en las más acuciantes necesidades de los padres, de ningún modo aceptará la petición y persuadirá al aspirante a que se mantenga allí donde lo llama la Providencia. Cuando no se vea necesidad familiar, sino sólo enfrentamiento de intereses o de afectos humanos, aun así el Rector exigirá del aspirante toda la prudencia y delicadeza, a fin de que al obedecer la llamada de Dios no deje de tener para con sus padres esas consideraciones de educación y respeto que corresponden a hijos bien nacidos, y obtenga además, si cabe, el consuelo de la bendición paterna y materna.



Capítulo VIII



Normas generales que se deben observar

cuando el candidato ya ha sido admitido

durante su estancia en el Instituto




[2691]
Cuando el aspirante ya está admitido en el Instituto se presume que reúne las condiciones requeridas, y encontrándose en cierto modo en posesión de la carrera emprendida, no debe abrigar dudas respecto a sí mismo; por lo cual, si no surgen señales bien claras en sentido contrario, no debe someter más a consulta su determinación. Esto hay que advertirlo para eliminar la excesiva incertidumbre de almas que son a veces las más aptas y las más claramente llamadas, a fin de que no diluyan su espíritu y gasten las fuerzas de la voluntad en exámenes superfluos, sino que, considerando ya agotado el tiempo de la prueba preliminar, atiendan con seria aplicación a cultivar las necesarias aptitudes para el Apostolado.


[2692]
No obstante lo cual, con objeto de no relegar ningún medio para mejor asegurarse de la llamada de Dios, se realizarán las siguientes prácticas:

1.o En los dos primeros meses de su ingreso en el Instituto, el candidato hará seis días de Ejercicios Espirituales con los que prepararse bien para el aprendizaje que debe emprender de la carrera de su vocación; y esto siempre que no estén próximos los Ejercicios anuales del Colegio.

2.o Anualmente se tendrán durante ocho días los Ejercicios Espirituales, a fin de que más vivamente iluminada y sensibilizada a los consejos de la verdad y a las inspiraciones del Cielo, pueda el alma descubrir más fácilmente las ilusiones de la imaginación y del demonio, en caso de que por desdicha hubiera sido desviada.

3.o En la primera semana de cada mes, los candidatos harán un día de Retiro Espiritual, como preparación para la muerte.

4.o Cada alumno, aun teniendo una razonable libertad en la elección de Confesor para las confesiones ordinarias, contará también con un Director Espiritual, al que mantendrá informado de toda su conducta, haciendo con él la confesión general, las anuales y algunas mensuales.


[2693]
Finalmente servirán al respecto las disposiciones del Rector, sobre las cuales descansarán confiadamente los alumnos. Consultando en caso necesario al Obispo, prestando la debida atención a la conducta, al carácter y a todas las cualidades de los candidatos, el Rector determina definitivamente ante Dios, y según sus inspiraciones –sometiéndolo después todo al Obispo–, los casos de vocación.


[2694]
Si cree haber descubierto algún defecto corregible en un candidato, recurre a las advertencias y los remedios para obtener la enmienda, y prolonga la prueba.


[2695]
Si la enmienda no es posible de ningún modo y el defecto resulta incompatible con la carrera apostólica, después de oír al Obispo, procura lo más pronto que la prudencia y la caridad lo permitan, y en todo caso dentro del primer año de prueba, dejar al alumno en libertad de ir a otra parte, para mejor dedicarse a otro ministerio al que Dios lo llame. Si por el contrario el individuo es encontrado válido, el Instituto se consagra a cultivar sus aptitudes para el Apostolado de la Nigricia, disponiendo de él más o menos tarde, según lo exijan las necesidades de las Misiones de Africa.



Capítulo IX



Cultivo de las disposiciones de los candidatos

para el ministerio apostólico de la Nigricia




[2696]
La convivencia y las buenas normas del Instituto de las Misiones para la Nigricia son útiles no sólo para estrechar en un santo vínculo de hermandad a los Misioneros, y crear esa unidad de método y de espíritu que es la fuerza de los Institutos y que tanto sirve para conservar y perpetuar el fruto de las buenas obras, sino que también ayudan a desarrollar y madurar las virtudes y a suministrar esa serie de conocimientos, cautelas y de disposiciones más especiales que se necesitan como equipamiento para ejercer tan alto ministerio. Por eso, según la seria consideración del espíritu de la obra, las normas específicas que en seguida se dirán son convenientes:

1.o Para cultivar el espíritu y las virtudes de los aspirantes al Apostolado africano.

2.o Para regular bien los estudios y los ejercicios destinados a desarrollar el intelecto y las capacidades necesarias en la práctica del ministerio apostólico en la Nigricia.

3.o Para cuidar el buen estado de salud y las fuerzas físicas de los candidatos a las Misiones de Africa Central.


[2697]
Como resumen de estas normas destinadas al cultivo de las disposiciones para el Apostolado africano, seguirá el Reglamento particular del Instituto, o sea, el Horario y distribución de las varias actividades del Instituto según los tiempos y las ocasiones.



Capítulo X



Normas específicas dirigidas a cultivar

el espíritu y las virtudes de los alumnos del Instituto




[2698]
La vida de un hombre que de modo absoluto y definitivo llega a romper todas las relaciones con el mundo y con las cosas más queridas según la naturaleza, debe ser una vida de espíritu y de fe. El Misionero que no tuviese un fuerte sentimiento de Dios y un vivo interés por su gloria y por el bien de las almas carecería de aptitud para sus funciones, y acabaría encontrándose en una especie de vacío y de intolerable aislamiento.


[2699]
Su obra no estará siempre rodeada de esa consideración, de esa atmósfera de favor y casi de aplauso que se crea alrededor del Sacerdote que opera en medio de almas inteligentes y de corazones sensibles.


[2700]
Este humano consuelo puede sostener incluso un celo poco fundado en Dios y en la caridad. Pero el Misionero de Africa Central ni puede ni debe esperarlo. El trabaja entre salvajes que están embrutecidos por los horrores de la esclavitud más inhumana, y que han adquirido comportamientos bestiales por la mísera situación a la que los ha arrojado la desventura y la inhumana crueldad de sus enemigos y opresores. Estos infelices negros están acostumbrados a ver cómo les arrebatan violentamente sus hijos, para ser condenados a dolorosa servidumbre, sin esperanza de volver a reunirse con ellos; a ver cómo matan despiadadamente a sus más queridos parientes e incluso a sus mismos padres. Y como los desalmados autores de tan horrendos delitos por lo general no pertenecen a su raza, sino que son extranjeros, esos desventurados salvajes, habituados a que todos los traicionen y maltratados de la manera más cruel, miran a veces al Misionero con desconfianza y terror, porque es extranjero. Por eso ellos se manifiestan a los ojos del mismo como bárbaros, estúpidos, ingratos y brutales. Así pues, antes que esperar encontrar halagüeña correspondencia de afectos, debe estar resignado a ver resistencias hostiles, inconstancias dolorosas y negras traiciones. De ahí que en muchas ocasiones tenga que posponer la esperanza del fruto a un futuro remoto e incierto; y a veces ha de contentarse con sembrar, a base de infinitos sudores y entre mil privaciones y peligros, una simiente que sólo dará algún producto a los Misioneros sucesores. Debe considerarse, por tanto, como un individuo anónimo dentro de una serie de obreros, a los que corresponde no tanto esperar los resultados de su obra personal como los rendimientos de un conjunto y una sucesión de esfuerzos misteriosamente manejados y utilizados por la Providencia.


[2701]
En una palabra, el Misionero de la Nigricia debe con frecuencia reflexionar y meditar que él trabaja en una obra de altísimo mérito, sí, pero sumamente ardua y laboriosa, para ser una piedra escondida bajo tierra que quizá nunca saldrá a la luz, y que entra a formar parte de los cimientos de un nuevo y colosal edificio, que sólo los que vengan después verán despuntar del suelo y elevarse poco a poco sobre las ruinas del fetichismo, y agigantarse para acoger luego en su interior los más de cien millones de la desdichada estirpe de los Camitas, que desde hace más de cuarenta siglos gimen encorvados bajo el yugo de Satanás.


[2702]
El Misionero de la Nigricia, desnudo por completo de sí mismo, y privado de todo humano consuelo, trabaja únicamente para su Dios, para las almas más abandonadas de la tierra, para la eternidad. Con la mira puesta tan sólo en su Dios, que le sirve de impulso, tiene en todas las circunstancias con qué sostenerse y nutrir abundantemente su corazón, ya sea en un tiempo próximo o lejano, con mano ajena o con la propia, como recoja el fruto de sus sudores y de su Apostolado. Y su espíritu no pregunta a Dios las razones de la Misión de El recibida, sino que trabaja confiado en su palabra y en la de sus Representantes, como dócil instrumento de su adorable voluntad, y en todas las circunstancias repite profundamente convencido y con viva exultación: servi inutiles sumus; quod debuimus facere fecimus (Lc 18).


[2703]
Por el contrario, ¡ay de aquel que sea llevado a esas arduas funciones por otro motivo, ya se trate de una pasajera llamarada de fervor, ansia de exóticos viajes, o deseo de distinguirse abrazando una carrera extraordinaria! Aparte de tener que sucumbir a los momentos de oscuridad y desaliento, además de no poder aguantar una vida de fatigas y privaciones continuas, sentiría las tendencias de la perversa naturaleza de un modo más peligrosamente apremiante, y podría ser víctima de la seducción o de las más innobles pasiones.


[2704]
Mas no se debe exagerar, ni fácilmente sentenciar, sobre la cantidad y la fuerza de las ocasiones peligrosas que se presentan al Sacerdote en Europa y al Misionero en Africa Central.


[2705]
Es justo considerar que el prestigio y las lisonjas que rodean a nuestros Sacerdotes aquí en Europa, y el ambiente mundano en que a veces se tienen que desenvolver, lentamente puede pervertirlos no menos que el enfrentamiento sin defensas a peligros más evidentes y formales. También hay que tener en cuenta que si el Misionero de Africa aislado en aquellas remotas tierras carece de muchas ayudas y apoyos, lleva sin embargo, por eso mismo, una vida más dura y necesariamente obligada a pensamientos de orden superior. Cuando el Misionero de la Nigricia tiene ardiente el corazón de puro amor a Dios, y con la mirada de la fe contempla lo sumamente beneficiosa, grande y sublime que es la Obra por la que él se fatiga, todas las privaciones, los esfuerzos continuos, los más duros trabajos se vuelven para su corazón un paraíso en la tierra, y la muerte misma y el más cruel martirio resultan el más deseado galardón para sus sacrificios.


[2706]
No hay, pues, que exagerar los temores, sino observar que en muchos casos la más segura salvaguardia del Misionero de Africa es su conciencia y su fe. Por todas estas razones y por las muchas otras que deberán ser materia de frecuentes meditaciones para los alumnos del Instituto aspirantes al Apostolado de la Nigricia, importa necesariamente que ellos tengan sólidas disposiciones de genuino celo, de puro amor y temor de Dios, y que estén fortalecidos por un dominio bien seguro de sus pasiones. A tal fin, mantenida permanentemente en el Instituto la simplicidad, la alegría y también un elevado grado de vitalidad, es preciso que domine claramente el fervor por las cosas espirituales, el estudio de la vida interior y un deseo vivísimo de perfección.


[2707]
Aparte de los Ejercicios espirituales cada año, un día de retiro cada mes, y la Confesión sacramental al menos una vez a la semana, y además de la oración mental de una hora por la mañana, los exámenes de conciencia, la lección espiritual, la visita al Smo. Sacramento y a la Virgen María, y todas las otras prácticas cotidianas de piedad, los alumnos se deben familiarizar en extremo, hasta hacérseles casi connatural, con el ejercicio asiduo de la presencia de Dios, y de una íntima y familiar comunicación con El por medio de frecuentes y devotas aspiraciones, lo cual constituirá materia del examen particular.


[2708]
Para ayuda de la piedad y del espíritu son muy útiles los ejercicios de mortificación exterior, si bien hay que proceder con discreción, y es conveniente consultar al respecto con el propio confesor y director espiritual, quien según las fuerzas de cada uno permitirá esta o aquella abstinencia o penitencia corporal, máxime en los viernes y en las vigilias de las fiestas principales de la Iglesia y del Instituto. Pero no hay sobre ello ninguna regla de aplicación general establecida en el Colegio.


[2709]
Lo más importante es que todas estas prácticas de piedad y de mortificación no se vuelvan con la costumbre una formalidad material. Por eso se repite frecuentemente que en los ejercicios privados de cada uno y en los realizados en común por todos, especialmente en las conferencias espirituales, la necesidad de hacer oración válida y llena de contenido, y de actuar con espíritu y verdad. Luego, para discernir si se es veraz o superficial, se mide la piedad con el provecho de la mortificación interna, y especialmente de las dos virtudes fundamentales de la vida interior y exterior: la humildad y la obediencia.


[2710]
Es preciso que los candidatos, con la fiel cooperación de la divina gracia, pongan todo el cuidado en vaciar bien su corazón de todo orgullo y presunción, de todo sentimiento de ambición y de pretensión, y en hacer arraigar profundamente en él esa santa disposición que nos lleva a verlo todo a través de Dios, y a someterle totalmente la inteligencia, la voluntad, las fuerzas, y que para El y por El nos hace someterlo todo a los que le representan. En particular sea respetada como voz de Dios: 1.o, la voz del Director espiritual, al que se hará total confidencia de todo lo interior y de toda conducta; 2.o, la voz del Obispo y del Rector, de los cuales los alumnos procurarán seguir no sólo los mandatos, sino también sus deseos e indicaciones; 3.o, la voz de la Regla y los fines de la Comunidad, para los que estarán dispuestos con la más escrupulosa exactitud y perfección.


[2711]
Si los candidatos cultivan este espíritu de sincera piedad, de humildad y de obediencia hasta morir espiritualmente a sí mismos en esta parte más íntima del amor propio, la divina gracia los ayudará a vencer y dominar todas las otras pasiones, y a adquirir todas las demás virtudes.


[2712]
Bastaría tener presentes y seguir estas normas generales de perfección. Sin embargo, para mayor ayuda en este camino espiritual convendrá prestar atención en particular a las siguientes virtudes, que son más directamente necesarias para el ministerio apostólico de la Nigricia.


[2713]
1.o La Castidad. En el interior del Instituto está establecida la clausura para las mujeres. Las visitas de las familiares, y de otras personas del sexo femenino a las que se deba permitir la entrada por verdadera conveniencia o por deber de función o de caridad, se reciben en la sala común, y con todas las cautelas de la modestia y del decoro sacerdotal.


[2714]
Y estas cautelas se observan también en los ministerios espirituales no sólo para alejar todo peligro, sino también para no dar lugar a sospechas y habladurías, aunque por ello alguna vez se deje de hacer alguna buena obra.


[2715]
A este respecto los alumnos sabrán ejercitarse concienzudamente, de modo que llegada la ocasión de encontrarse en medio de peligros inevitables, hayan adquirido el hábito de la modestia, de la pronta elevación del corazón a Dios, y de la desenvuelta circunspección, que les permitan tratar de hacer el bien a las almas ajenas... ¡sin riesgo de turbar y dañar la propia!


[2716]
2.o La Caridad. Se practica principalmente en el interior del Colegio mediante todo el sentimiento y las demostraciones de una sacerdotal y cristiana benevolencia, excluyendo las preferencias, las rivalidades, las envidias, las discusiones, las contiendas y los modos demasiado confidenciales, con perjuicio de la propia dignidad y del respeto debido a los demás. Cada uno se obliga a pedir pronta y humildemente perdón a aquel al que considere haber disgustado de alguna manera. Cada uno se presta también a que le sean advertidas sus faltas, y ha de procurarse que triunfe siempre la caridad tanto en la indulgencia con los defectos como en la oportuna corrección fraterna.


[2717]
En cuanto a las personas de fuera, si bien hay que guardar prudente reserva incluso por cuidado del necesario recogimiento, y se debe evitar ir sin verdadera necesidad por lugares frecuentados, y mucho más a las casas de los particulares, sin embargo se procurará fomentar todas las buenas costumbres de urbanidad, auténtica afabilidad y cordialidad cristiana. Sobre todo se atenderá a ser ejemplares en la actitud, en el atuendo (que es el de los buenos eclesiásticos, siempre uniforme, y llevado en el Colegio y fuera del mismo, y a cualquier hora del día e incluso en verano) y en el hablar, donde el discurso, evitada toda afectación, estará siempre sazonado con la sabiduría del Evangelio, y será llevado, cuando se pueda, a alguna conclusión edificante y provechosa para las almas.


[2718]
Por la salvación de éstas, los alumnos intensificarán aún más la caridad en los ministerios espirituales, y asumirán siempre con júbilo, y ejercerán siempre con paciencia, esmero y amor, las importantísimas funciones de confesar –máxime a los pobres–, de catequizar a los ignorantes y a los niños, de enseñar la doctrina cristiana, o de predicar en alguna iglesia, siempre, eso sí, con la invitación y aprobación del Rector. Atendiendo al bien de las almas en todas las diversas oportunidades que se les ofrezcan en estas circunstancias, harán de modo que su obrar refleje los fervores del espíritu apostólico, del que deben dar alguna primicia.


[2719]
Lo que no puedan mucho con obras, procurarán lograrlo con la oración. Al menos aquello de que los hace capaces la divina bondad. Tengan puesta la mente y el corazón, en todas sus actuaciones, en las míseras almas del universo entero, y especialmente en las de Africa Central, que yacen sepultadas en las tinieblas de la infidelidad y del error, y aplíquense a impetrar misericordia para ellas con ese poco que puedan hacer mediante la gracia de Dios, implorando su conversión en la santa Misa, en las jaculatorias y en todas las prácticas de piedad, interponiendo los méritos y la intercesión de la Santísima Virgen Inmaculada y de todos los Santos Protectores, rezando oraciones especiales, y sometiéndose a convenientes mortificaciones y penitencias por la conversión de los infieles.


[2720]
3.o Espíritu de Sacrificio. El pensamiento perpetuamente dirigido al gran fin de su vocación apostólica debe engendrar en los alumnos del Instituto el espíritu de sacrificio.


[2721]
Fomentarán en sí esta disposición esencialísima teniendo siempre los ojos fijos en Jesucristo, amándolo tiernamente y procurando entender cada vez mejor qué significa un Dios muerto en la cruz por la salvación de las almas.


[2722]
Si con viva fe contemplan y gustan un misterio de tanto amor, serán felices de ofrecerse a perderlo todo y a morir por El y con El. Al separarse de su familia y del mundo han dado sólo el primer paso: tratarán de ir cada vez más lejos hasta consumar su holocausto, renunciando a todo afecto terreno, habituándose a prescindir de sus comodidades, de sus pequeños intereses, de su opinión y de todo lo que los concierne; pues incluso un tenue hilo que permanezca puede impedir a un alma generosa elevarse hasta Dios. Será por ello continua la práctica de la negación de sí mismos, aun en las pequeñas cosas, y renovarán a menudo el ofrecimiento completo de sí a Dios, incluida la salud y hasta la vida. Para mover el espíritu a estas santas disposiciones, en ciertas circunstancias de mayor fervor harán todos juntos una formal y explícita entrega a Dios de sí mismos, ofreciéndose cada uno, con humildad y confianza en su gracia, hasta al martirio.



Capítulo XI



Normas específicas para regular los Estudios y los Ejercicios

destinados a cultivar el intelecto y las aptitudes necesarias

en la práctica del Apostolado africano




[2723]
Algunos tienen una idea exagerada en cuanto a la amplitud de conocimientos y cultura intelectual que necesita un Misionero; otros querrían encontrar en un Instituto como el nuestro una academia de ciencias y artes, una escuela de todos los idiomas. Para evitar la sorpresa de quien se esperase un gran aparato de estudios, y todavía más para insinuar a los alumnos la importancia del recogimiento y de la humildad y dirigir mejor el espíritu hacia ese punto de mayor relevancia que ningún otro, convendrá proclamar aquí la gran máxima del más grande de los Misioneros entre los infieles, el Apóstol San Pablo: La mayor ciencia, incluso la única verdaderamente necesaria, es la de Jesús Crucificado.


[2724]
Non enim –escribe el Apóstol a los de Corinto– iudicavi me scire aliquid inter vos, nisi Jesum Christum et hunc crucifixum (1 Cor 2,2).


[2725]
Así pues, tenida muy en cuenta esta máxima, y tomada como norma del espíritu con el que deben estudiar, vigilándose a sí mismos –no sea que la excesiva intensidad de la aplicación a los estudios sustraiga tiempo a los ejercicios de piedad o endurezca el corazón para ellos, o que el éxito lo hinche–, y entendiendo dirigida principalmente al tiempo del estudio la recomendación de las devotas jaculatorias, los alumnos se ocuparán de estudiar con la máxima solicitud, y también sobre la importancia de ello harán ante Dios la debida meditación. Pensarán en la necesidad en que se encontrarán de afrontar a los Misioneros protestantes, a las heterogéneas filas de los herejes orientales, a los racionalistas e incrédulos de todo pelaje, a los musulmanes y a los idólatras, lo mismo en los largos viajes que en el campo de sus apostólicas fatigas. Pensarán también en el crédito y ascendiente que proporciona a la Religión la habilidad y cultura de quien la predica, y en la necesidad de prontas resoluciones en casos complicados, sin tener medios de consulta, ni siquiera tiempo para largas reflexiones.


[2726]
Dado además que la experiencia ha constatado cómo la Providencia utiliza a menudo para la conversión de los pueblos los conocimientos de los Misioneros hasta de ciencias puramente humanas, y de artes de utilidad temporal, incluso de puro deleite, nada que se refiera a este punto, bajo la dirección del Rector, creerán inútil, ni nada indigno de su atención y de su empeño, y tampoco habrá nada que no encuentren susceptible de poder dirigir a la gloria de Dios y al bien futuro de las almas.


[2727]
Para determinar con alguna precisión la clase de estudios que son indispensables a los candidatos de las Misiones africanas, se ha establecido:

1.o Los alumnos Clérigos frecuentarán las clases teológicas del anejo Seminario Episcopal, y seguirán con diligencia y asiduidad las lecciones de todas las materias que en ellas se enseñan, considerando que dependerá mucho del empeño con que se apliquen a este importantísimo deber el juicio que se tenga de su vocación apostólica. En las vacaciones otoñales se gobernarán por el Reglamento particular de los Sacerdotes, hechas las modificaciones que el Rector juzgue oportunas por su condición especial.

2.o En cuanto a los alumnos ya Sacerdotes, un Reglamento preparado expresamente para ellos establece las materias, el orden y el sistema de estudios con que se preparan para la carrera apostólica.


[2728]
En general, los alumnos se aplican preferentemente a los estudios de primera necesidad para el ejercicio práctico del ministerio sacerdotal, y procuran dedicar la mayor parte de su tiempo y de su esfuerzo a adquirir sólidos conocimientos sobre las pruebas del Catecismo, sobre cómo conocer y combatir todos los errores del fetichismo y del islamismo, y sobre cómo refutar los sistemas y los sofismas de todas las herejías orientales, y de las sectas protestantes y racionalistas. Estos estudios de controversia, ayudados por los de las Sagradas Escrituras y de Historia Eclesiástica, constituyen la más seria ocupación del Instituto.


[2729]
En cuanto a los idiomas, bastará el ejercicio del francés y el estudio de los rudimentos fundamentales del árabe, y quien tenga más tiempo y aptitud para ello, adquirirá conocimientos de alguna de las infinitas lenguas de las tribus de Africa Central, como la denka y la bari. Pero la experiencia ha demostrado que en este asunto no se debe perder tiempo con ejercicios dificilísimos y a menudo inútiles, porque las lenguas de los pueblos infieles se deben aprender por lo general allí donde se hablan.


[2730]
Como en las vastas tribus de la Nigricia faltan quienes se ocupen de la salud de los extranjeros y de los indígenas, algunos Sacerdotes y Hermanos coadjutores más idóneos para ellos se aplicarán, bajo la guía de experto y hábil maestro, a estudiar medicina práctica, cirugía, flebotomía y farmacia, teniendo para ello como base el texto de Antoniacci. También se deberán adquirir conocimientos de astronomía, agricultura y ciencias análogas, las cuales contribuyen poderosamente a hacer eficaz entre los negros el Apostolado de los Misioneros.


[2731]
Para que estos estudios sean menos áridos, y a la vez notablemente más intensos y fructíferos, se complementan con familiares y bien reguladas conferencias diarias, y avanzando todos al mismo paso, y con la guía de un mismo autor, cada uno lleva allí el resumen escrito del trozo estudiado y propone sin superfluidades ni inútiles digresiones las dificultades que ha encontrado en algún punto y para las que desearía una clara solución. Además, por ser útil que cada uno, según su capacidad, procure profundizar mejor en la materia, sobre todo añadiendo al estudio del autor adoptado como guía la lectura de tratados más amplios y enjundiosos de otros autores, todos llevarán a la conferencia el fruto de sus estudios individuales, para común erudición y provecho.


[2732]
El Rector del Instituto tiene el compromiso de asistir normalmente a esos coloquios, y, si alguna vez encuentra impedimento para hacerlo, delega en un sustituto. El dirige los estudios y propone las normas que se deben seguir en ellos, después de haber consultado al Obispo Superior.


[2733]
Sobre la manera dirigir los estudios, conviene advertir que no se debe embrollarlos dividiendo la atención entre materias dispares, sino que se agotarán uno tras otro los tratados principales dedicándoles un estudio continuado y completo.


[2734]
Para hacer alguna aplicación práctica de lo estudiado, los alumnos redactarán composiciones para la enseñanza religiosa del pueblo, que someterán con anterioridad a algún experto, y que para ejercitarse leerán en voz alta en la capilla del Instituto y también, previa orden del Rector, en las iglesias y oratorios públicos. Los alumnos se adiestrarán a enseñar con claridad, precisión, facilidad y gracia la doctrina cristiana, tanto a los niños como a los adultos, que es el ejercicio más esencial e importante del Misionero de infieles. Se adiestrarán también a explicar el Evangelio, a pronunciar discursos morales, y con los niños especialmente y con los ignorantes se ejercitarán en las familiares y devotas exhortaciones, hechas incluso de manera improvisada.



Capítulo XII



Normas específicas para cuidar de la salud

y de las fuerzas corporales de los alumnos

del Instituto de las Misiones Africanas




[2735]
Como en la vida del que se prepara para el Apostolado de Africa son necesarios el ejercicio de la mortificación y la habituación a las privaciones, mientras que por otra parte deben ser objeto de grandes miramientos la salud y las fuerzas de los alumnos, especialmente en el caso de los de complexión menos robusta, se tomará como primera medida para el cuidado de la salud la prudente elección de aquellos ejercicios de mortificación que no la perjudican, y más todavía de aquellos que la favorecen.


[2736]
Así, los alumnos podrán satisfacer su fervor sin perjudicar su salud:

1.o Con la prontitud y exactitud en la observación de las normas del Instituto. Porque si al regular sus pasos y sus acciones la Regla les proporciona frecuentes ocasiones de negación de sí mismos, no deja de tener cuidado de su salud, variando las ocupaciones y haciendo que a las que requieren el esfuerzo del cuerpo, sigan las que sólo exigen la ocupación del espíritu.


[2737]
2.o Mediante la práctica de una caritativa convivencia de unos con otros. Porque estando destinados a vivir entre los pueblos más bárbaros, y a tener que adaptarse a los usos, costumbres y caracteres más dispares, así como a los temperamentos más heterogéneos, se ejercitarán en esto convenientemente con proponerse cada uno, ya desde el Colegio, amoldarse a la opinión, al genio, al carácter de los otros. Esto les ofrecerá, sin duda, ocasiones tanto más preciosas y frecuentes cuanto más insignificantes e inadvertidas de multiplicar los actos inocuos de mortificación.


[2738]
3.o Observando esa urbanidad, limpieza y buenos modales que tanto podrán ayudarlos a ganarse la benevolencia en el trato con personas de todo origen y de toda religión, con las que habrán de encontrarse en el futuro. Este continuo buen gobierno de la persona, de las maneras, de los discursos, del vestido y de la habitación les supondrá una continua serie de pequeños sacrificios, y de pequeñas victorias, sobre la pereza connatural a la naturaleza humana.

Habrá también ocasión de mortificarse, y a la vez de favorecer la salud y las fuerzas:


[2739]
1.o Manteniendo el dominio de sí mismo y circunspección que exige una razonable sobriedad no sólo en la comida y en la bebida, sino incluso en el grado de aplicación a los estudios y de empeño en las cosas encomiables y buenas.

Es necesario y utilísimo también para la salud que los alumnos se auto vigilen y sepan moderar con fuerza el ciego ardor, el ímpetu excesivo, esa especie de ansia y avidez con que a veces actúan. Nada más útil que formarse en ese hábito de calma, de orden, de sereno y digno proceder, que deja al espíritu la libertad necesaria para hacer el bien sin confusión ni precipitación, y evita los peligros de una tensión y un esfuerzo que agobian espíritu y cuerpo.


[2740]
2.o Será muy beneficiosa alguna práctica útil de agricultura, y de ayuda en trabajos de construcción y de restauración, en los cuales se podrá encontrar un válido entretenimiento y una preparación conveniente para las necesidades de las Misiones de Africa, en las cuales hay que crearlo todo. Por otra parte se tiene cada día un tiempo libre para algún recreo, como el juego de las bochas y otras distracciones similares, y principalmente para algún paseo hacia el atardecer. Asimismo, en ciertos días de vacaciones extraordinarias y en el otoño, con vistas a preparar a los candidatos para largas marchas, se harán adecuadas excursiones y pequeños viajes a pie, al campo o a algún santuario de nuestros alrededores.



Capítulo Ultimo



Reglamento particular del Instituto;

es decir, Horario, o distribución de las diversas actividades

según los tiempos y las ocasiones.






422
El Plan (4a edición)
0
Verona
1871
N. 422 (395) - PLAN

PARA LA REGENERACION DE AFRICA

ACR, A, c. 25/9 n. 3



PLAN PARA LA REGENERACION DE AFRICA

PROPUESTO POR DON DANIEL COMBONI

MISIONERO APOSTOLICO DE AFRICA CENTRAL

SUPERIOR DE LOS INSTITUTOS DE NEGROS DE EGIPTO

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CUARTA EDICION

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VERONA

Imprenta Episcopal de A. Merlo

1871.



REGENERACION DE AFRICA CON AFRICA



[2741]
Una niebla de misterio envuelve todavía hoy aquellas remotas regiones que Africa, en su vasta extensión, encierra. Y si bien es verdad que a desgarrar por un instante el denso velo, transportando allí una chispa de esa civilización de la que tanto se gloría la moderna sociedad europea, se dirigieron los esfuerzos de Gobiernos y de instituciones privadas, ante la insuperable barrera con que la naturaleza ha contribuido a separar aquel inhóspito suelo de la cultura del resto del globo resultaron vanos todos los esfuerzos de tantos pechos generosos, y estériles sus más grandes sacrificios. La idea de obligar a la naturaleza a revelar también en aquellas inmensas regiones los vírgenes tesoros de sus enormes producciones en beneficio de la familia humana, incitó en diversas épocas a emprender expediciones para alcanzar ese ansiado fin; mas los peligros de todo tipo y las dificultades insuperables con que tropezaron los innumerables intentos de aquellos magníficos héroes mermaron sus fuerzas y sembraron entre ellos el desánimo, haciéndoles abandonar la empresa.


[2742]
Pero el católico, acostumbrado a juzgar las cosas con la luz que le viene de lo alto, miró a Africa no a través del miserable prisma de los intereses humanos, sino al puro rayo de su Fe; y descubrió allí una miríada infinita de hermanos pertenecientes a su misma familia, por tener con ellos un Padre común arriba en el cielo, encorvados bajo el yugo de Satanás y al borde del más horrendo precipicio. Entonces, llevado por el ímpetu de aquella caridad encendida con divina llamarada en la falda del Gólgota, y salida del costado del Crucificado para abrazar a toda la familia humana, sintió que se hacían más frecuentes los latidos de su corazón; y una fuerza divina pareció empujarle hacia aquellas bárbaras tierras para estrechar entre sus brazos y dar un beso de paz y de amor a aquellos infelices hermanos suyos, sobre los que todavía pesa, tremendo, el anatema de Canaán.


[2743]
Y formalmente un Papa –por no hablar de las múltiples Sociedades eclesiásticas y Ordenes religiosas que en los pasados siglos, bendecidas por la palabra del Vicario de Cristo y acompañadas de las felicitaciones y plegarias de todos los buenos, recorrieron los caminos del desierto y llegaron a las calurosas landas habitadas por los negros, adonde entraron para plantar entre aquellas gentes embrutecidas en el más nefando y lamentable fetichismo la bandera de la Cruz–, Su Santidad Gregorio XVI, de venerada memoria, hacia el final de su pontificado fundaba el Vicariato Apostólico de Africa Central, el más vasto del mundo, que abarca una superficie dos veces mayor que la de nuestra culta Europa. El inmortal Pío IX, gloriosamente reinante, no menos entusiasta hacia las sublimes obras del apostolado, confirmando los decretos de su Predecesor, enviaba allí a los Misioneros, los cuales, remontando el Nilo, en 1848 penetraban en la nueva Misión confiada a su celo, y avanzaban hasta los 2° de lat. Norte.


[2744]
En este extensísimo campo abierto a la caridad del Evangelio, fatigándose entre enormes incomodidades, además de tres hijos de San Ignacio, muchos dignos Sacerdotes de la Alemania austríaca y bávara, y sobre todo del Tirol alemán, reclutados por el excelso Comité de la Sociedad de María, y por los fervientes afanes del benemérito Profesor Mitterrutzner, conseguían fundar a lo largo de las riberas del caudaloso Nilo, que discurre entre el Trópico de Cáncer y el Ecuador, cuatro estaciones muy importantes, estableciendo como centro de comunicación la capital del Sudán egipcio, cuyas condiciones políticas y su posición geográfica la destinaban a ser el último punto de apoyo de los europeos que van a aquellas tierras. También el Instituto fundado en Verona por esa alma generosa cuyo nombre será siempre bendecido en la Iglesia de Cristo, D. Nicolás Mazza, concurrió a llevar el óbolo de su caridad a aquellos desdichados hermanos nuestros; y los nombres de las víctimas alumnos de este Instituto, a los que cubre el túmulo de la arena africana, consumadas hostias pacíficas en el altar de su caridad, serán recordados siempre con agradecimiento por los que recorran sus mismos caminos. Finalmente, los Franciscanos, numerosa familia dispuesta quizá más que otras, por el espíritu de su vocación, a soportar las más grandes privaciones, pasaron a trabajar en esa desolada viña.


[2745]
No obstante, es preciso confesar que, si por una parte todos los esfuerzos y fatigas de estos valerosos campeones de Jesucristo llegaron al grado extremo de los más fuertes intentos, los efectos obtenidos lo fueron en la proporción de lo infinitesimal que se convierte en nada. Y quizá, al igual que las huellas dejadas en el polvo a su paso, que se borraron al soplo de los huracanes del desierto, las pocas semillas que apenas dieron brotes, regadas con su sudor y su sangre, se agostaron bajo el ardor del más abrasador fuego de las pasiones, más feroz que el tórrido calor tropical que envuelve a la mísera Nigricia.


[2746]
Nosotros, que habiendo formado parte de aquellas expediciones apostólicas somos, por la gracia de Dios, de los pocos supervivientes entre más de cien que nos lanzamos a aquella difícil empresa, después de estudiar atentamente la naturaleza, las costumbres y las condiciones sociales de aquellas remotas tribus hemos visto que la misión de Africa Central es para el celo apostólico como una bien defendida fortaleza que no se puede expugnar por asalto, sino que requiere ser tomada por asedio. Y ciertamente el más poderoso asalto, varias veces reiterado con bien provistas expediciones católicas, terminó siempre en el solo sacrificio de los intrépidos asaltantes. Es menester, por tanto, prepararnos enérgicamente para la táctica de un asedio, y proceder a establecer bien seguras posiciones que sirvan de fortines y de aproches necesarios al efecto.


[2747]
Cualquier Misión, para que su perpetuación pueda ser garantizada, necesita tener un centro seguro del que emane incesantemente el espíritu de vitalidad, que se extienda vigoroso por todo su organismo, asegure su existencia y ayude a su ministerio; un centro vital que le suministre y le posibilite permanentemente la recluta anual, con la que se nutran las filas de Misioneros continuamente mermadas por la inclemencia climática, las fatigas y el martirio.


[2748]
Este centro de vitalidad parece oportuno, en general, en los Institutos y Seminarios de Europa, en beneficio de las Misiones de Asia, América y Oceanía, al haber entre Europa y estas tres partes del mundo cierta homogeneidad de índole y costumbres, o al menos, entre una y las otras, un poder de comunicar y una capacidad de recibir de manera permanente y estable las saludables impresiones de la vida, que en los cuerpos de la sociedad humana suele infundir el espíritu del Evangelio. Pero tal centro benéfico del que brote ese espíritu de vitalidad tan necesario para la conservación y perpetuación de las Misiones extranjeras no puede mostrarse aquí en Europa, por una vía directa e inmediata, oportuno ni eficaz para la conversión de los negros. Porque la experiencia claramente ha demostrado que el misionero europeo no puede desarrollar su labor de redención en aquellas abrasadas regiones del Africa interior, funestas para su vida; que no puede soportar la dureza de las fatigas, la multiplicidad de las incomodidades y la inclemencia del clima. E igualmente la experiencia ha demostrado que el negro no puede recibir en Europa una completa enseñanza católica, de manera que luego sea capaz, por una buena disposición física y anímica continua, de promover en su tierra natal la propagación de la Fe; porque, o no puede vivir en Europa, o a su regreso a Africa se revela inepto para el apostolado, por las casi connaturales costumbres europeas adquiridas en el centro de la civilización, que se vuelven extrañas y nocivas en las condiciones de la vida africana.


[2749]
Nosotros, que muchas veces en aquellas landas deletéreas fuimos atacados y consumidos por inexorables enfermedades que nos llevaron al borde de la tumba, somos testigos oculares de los tremendos estragos que hicieron en los más robustos misioneros las fatigas, las incomodidades y el fatal clima africano. De tal manera que los que habían sobrevivido al peligroso viaje del Nilo Blanco, apenas se hacían idóneos para evangelizar a los africanos con el aprendizaje de la lengua de una tribu donde se había establecido una Estación católica, sucumbían acto seguido a una muerte casi repentina, dejando siempre estéril el fruto de la obra de la conversión de los negros, los cuales, por las siempre continuas y reiteradas bajas entre los Misioneros, gimen todavía bajo la férula del más degradante fetichismo.


[2750]
Por otra parte, Propaganda, que tiene conocimiento de todas las Instituciones que emprendieron en Europa la educación de individuos de la raza negra, puede confirmar la verdad de la ineficacia e inoportunidad de la creación de un clero indígena formado en nuestras tierras y destinado a evangelizar el centro de Africa.


[2751]
Ante la historia de estos hechos evidenciados por la experiencia, la Sagrada Congregación de Propaganda Fide, tremendamente impresionada, se veía, a su pesar, en la dura necesidad de abandonar la importante misión de Africa Central si no resultaba posible encontrar la manera de asegurarle un mejor resultado en la conversión de los negros.


[2752]
Pero la desoladora idea de ver suspendida quizá por muchos siglos la obra de la Iglesia en favor de tantos millones de almas gimientes todavía en las tinieblas y sombras de muerte, debe herir profundamente y romper el corazón de todo devoto y fiel católico inflamado del espíritu de la caridad de Jesucristo. Por eso, para seguir el impulso de esta sobrehumana fuerza, y para alejar para siempre del filántropo católico la desoladora idea de dejar envueltas en la infidelidad y en la barbarie esas inmensas y pobladas regiones, sin duda las más menesterosas y abandonadas del mundo, es preciso abandonar el camino seguido hasta ahora, cambiar el antiguo sistema y crear un nuevo plan que conduzca más eficazmente al deseado fin.


[2753]
Sobre un asunto tan relevante nos hemos dicho a nosotros mismos: «¿Y no se podría asegurar mejor la conquista de las tribus de la infeliz Nigricia, situando nuestra base de operaciones allí donde el africano vive y no cambia, y el europeo trabaja y no sucumbe? ¿No se podría promover la conversión de Africa por medio de Africa?» Esta gran idea ha quedado como una fijación en nuestro pensamiento, y la regeneración de Africa con Africa misma nos parece el único Programa que se debe seguir para realizar tan brillante conquista. Por eso, en nuestra pequeñez, hemos creído lícito sugerir humildemente un camino que al seguirlo permita alcanzar con mayor probabilidad la alta meta a la que por otra parte se orientan siempre todos los pensamientos de nuestra vida, y por la que estaremos contentos de derramar nuestra sangre hasta la ultima gota.


[2754]
Apenas nos atrevemos, en actitud reverente, a levantarnos desde nuestra insignificancia a discutir tan sublime y católico problema, que quizá cansó la mente de los más profundos pensadores. Pero se nos perdonará si el ímpetu del corazón, donde manifestamos sentir fuerte el grito de angustia que hacia todos nosotros envían aquellos infelices hijos de Adán y hermanos nuestros, empujase a la mente fuera de la línea de la verdad y de la certeza. El Plan que concebimos en los momentos de nuestros más cálidos suspiros por aquellas desventuradas regiones, llevado a su práctica realización, si no tiene la ventaja de alcanzar el objetivo con la celeridad con que en otras misiones los obreros apostólicos cosechan los frutos de sus sudores, posee en cambio la de conducir sin falta hacia el mismo, y en su plena realización no haría sino acortar los días que Dios, sentado en el trono de su eternidad, ha numerado para alcanzarlo.


[2755]
No solamente los negros del Africa interior, sino también los de las costas y de todas las otras partes de la gran isla, aunque esparcidos en millares de tribus diferentes, están troquelados más o menos con una misma índole, hábitos, tendencias y costumbres, que conocen bastante quienes llevan mucho tiempo ocupándose de su bien; y por tanto nos parece que la caridad del Evangelio puede suministrarles comunes remedios y ayudas, que permitan comunicar eficazmente a la gran familia de los negros los preciosos beneficios de la fe católica. Así, consideramos nosotros oportuno, y casi diríamos necesario, que entre las múltiples ideas que se podrían llevar a la práctica para la regeneración de los negros se elija aquella que reúna en sí una absoluta unidad de concepto a la par que una general simplicidad de aplicación. Y tal nos parecería precisamente el plan que nosotros hemos ideado para la conversión de los negros; plan que, aunque amplio en su extensión, y arduo en su realización completa, se nos muestra sin embargo uno y simple en su concepto y en su aplicación.


[2756]
Este nuevo plan, por eso, no quedaría restringido a los antiguos límites trazados para la Misión de Africa Central, a la que hemos visto fracasar por las razones antedichas, sino que abarcaría a toda la estirpe de los negros; y por ello desplegaría y desarrollaría su actividad en casi toda la parte de Africa que está habitada por la raza negra.


[2757]
Ahora bien, aunque la S. Sede Apostólica no haya logrado nunca implantar establemente la Fe en las más vastas tribus de la Nigricia central, prodiga sus benéficas atenciones en las islas y costas que rodean la gran península africana, donde fundó doce Vicariatos Apostólicos, nueve Prefecturas Apostólicas y diez Diócesis, que florecen más o menos espléndidamente. Y son:


[2758]
Al septentrión, el Vicariato Apostólico de Egipto, confiado a los Reverendos Padres Menores Observantes, y el de Tunicia, confiado a los Reverendos Padres Menores Capuchinos; las dos Prefecturas Apostólicas del Alto Egipto y de Trípoli, confiadas a los Reverendos Padres Menores Reformados, y la de Marruecos, confiada a los Reverendos Padres Menores Observantes de la Provincia de San Diego, de España.


[2759]
Al poniente, los tres Vicariatos Apostólicos de Senegambia, de Sierra Leona y de las Guineas, confiados a los Reverendos Padres del Espíritu Santo y del Sagrado Corazón de María, y el de Dahomey, confiado al Seminario de Misiones Africanas de Lyón; las Prefecturas Apostólicas de Senegal y del Congo, confiadas a los Reverendos Padres del Espíritu Santo y del Sagrado Corazón de María, y la de Annobón, Corisco y Fernando Poo, confiada a los Reverendos Padres de la Compañía de Jesús.


[2760]
Al mediodía, los dos Vicariatos Apostólicos de los Distritos Oriental y Occidental del cabo de Buena Esperanza, confiados a los Misioneros del Reino Unido, y el de Natal, confiado a la Congregación de los Oblatos de María Santísima Inmaculada de Marsella.


[2761]
Al oriente, el Vicariato Apostólico de Madagascar, confiado a los Reverendos Padres de la Compañía de Jesús; la Prefectura Apostólica de Zanguebar, confiada a los Reverendos Padres del Espíritu Santo y del Sagrado Corazón de María; la de Nossibé, Sta. María y Mayotte, confiada a los Reverendos Padres de la Compañía de Jesús, y la de las islas Seychelles, confiada a los Reverendos Padres Capuchinos de la Provincia de Saboya.


[2762]
Al nordeste, el Vicariato Apostólico de Abisinia, confiado a los Reverendos Padres de la Congregación de la Misión, y el de los Gallas, confiado a los Reverendos Padres Capuchinos de la Provincia de Francia.


[2763]
Por otra parte, entre las Diócesis florecen especialmente: al septentrión la de Argel, y al oriente la de Port Louis, en la isla Mauricio, y la de St. Denis en la isla Reunión, en el océano Indico. Es por tanto natural que para realizar el ideado plan se necesite invocar la ayuda y cooperación de estos Vicariatos, Prefecturas y Diócesis ya establecidos alrededor de Africa; los cuales, contemplando más de cerca la lastimosa miseria y la extrema necesidad de las inmensas poblaciones del interior, sobre las que todavía no ha brillado el luminosísimo astro de la Fe, podrán concurrir válidamente con su autoridad, su consejo y sus obras a auxiliar y facilitar la realización de la gran empresa de regenerar las vastas y populosas tribus de toda la Nigricia.


[2764]
Así pues, el plan que nos proponemos es: la creación de otros tantos Institutos de ambos sexos, que deberían rodear toda Africa, juiciosamente situados en lugares oportunos, a la menor distancia posible de las regiones interiores de la Nigricia, dentro de zonas seguras y algo civilizadas, en las que pudiese vivir y trabajar tanto el europeo como el indígena africano.


[2765]
Estos Institutos masculinos y femeninos, cada uno emplazado y erigido según las normas de las constituciones canónicas, deben acoger chicos y chicas de raza negra, con el fin de instruirlos en la religión católica y en la civilización cristiana, para crear con ellos otros tantos cuerpos de ambos sexos, destinados, cada uno por su parte, a adentrarse poco a poco y extenderse por las regiones interiores de la Nigricia para implantar allí la fe y la civilización recibida.


[2766]
A dirigir estos Institutos serían llamadas las Ordenes religiosas y las Instituciones católicas masculinas y femeninas, aprobadas por la S. Congregación de Propaganda Fide, con el beneplácito de ésta y de mutuo acuerdo con los Jefes y Superiores generales de esas Ordenes e Instituciones.


[2767]
Estos Institutos serían puestos bajo la jurisdicción de los Vicariatos y Prefecturas Apostólicas ya existentes en las costas de Africa, o de los que la Sagrada Congregación de Propaganda Fide decidiese fundar, según los progresos de la obra del nuevo Plan.


[2768]
El personal de Dirección de estos Institutos gobernaría los correspondientes cuerpos de alumnos negros ateniéndose a las reglas y al espíritu de la propia Institución, con adaptación a la conveniencia y a las necesidades del Africa interior; y tendría como objetivos específicos obtener el mantenimiento y el buen funcionamiento de los Institutos de negros y de negras, pero sin dejar de promover y realizar todo el bien que pueda a los países donde los Institutos estén ubicados.


[2769]
A fin de formar cuerpos de Misioneros europeos para dirigir sobre la base de las condiciones recién mencionadas los Institutos africanos, y también para asumir nuevas misiones entre los pueblos negros, se fundarán en Europa pequeños Colegios para las misiones africanas, con objeto de abrir el camino del apostolado de Africa a todos los eclesiásticos seculares de las naciones católicas que fuesen llamados por Dios a tan sublime e importante misión.


[2770]
Respetando plenamente la libertad y el sistema de cada Orden o Congregación religiosa masculina o femenina de educar a los indígenas según las ideas del propio Instituto y de preparar con arreglo a su idiosincrasia religiosos y religiosas, nos atrevemos a exponer sumisamente nuestra opinión de que la formación que en general deberá darse a todos los individuos de ambos sexos pertenecientes a los Institutos que rodeen Africa consistirá en infundir en su alma y hacer que arraiguen en ella el espíritu de Jesucristo, la integridad en las costumbres, la firmeza en la Fe, las reglas de la moral cristiana, el conocimiento del catecismo católico, y los primeros rudimentos del saber humano de primera necesidad. Además de esto, cada uno de los varones será instruido en la ciencia práctica de la agricultura, y en una o más artes de primera necesidad; del mismo modo, cada mujer será instruida en las labores domésticas de primera necesidad. Y esto a fin de que los primeros se conviertan en hombres honrados y virtuosos, útiles y activos, y las segundas lleguen a ser por su parte virtuosas y hábiles mujeres de familia. Creemos que esta activa aplicación al trabajo, a la que deseamos someter a todos los miembros de los Institutos africanos, puede redundar grandemente en el bien moral y espiritual de los individuos de raza negra, inclinada sobremanera a la pereza y a la inacción.


[2771]
Cuando los alumnos de ambos sexos hayan completado su educación religiosa y civil, la dirección del correspondiente Instituto favorecerá en todo lo posible a cada individuo que salga de su jurisdicción, prestándole ayuda y consejo para que se encuentre en condiciones de conservar los sanos principios de religión y de moral que le fueron inculcados con la formación recibida.


[2772]
Cada uno de estos Institutos que rodeen la gran península africana dará origen al correspondiente cuerpo masculino o femenino, destinado a adentrarse gradualmente en las regiones de la Nigricia central, a fin de iniciar y establecer en esos lugares la obra salvífica del catolicismo, y crear allí Estaciones que difundan la luz de la religión y de la civilización.


[2773]
El cuerpo de jóvenes negros, formado por los individuos que sean considerados aptos para el gran fin, estará compuesto:

1. De Catequistas, a los que se les dará un más amplio conocimiento de las ciencias sagradas.

2. De Maestros, a los que se instruirá en lo posible en las ciencias de primera necesidad adaptables a los países del interior.

3. De Artesanos, a los que se impartirá la enseñanza práctica de las artes necesarias y más útiles en las regiones centrales, para formarlos como virtuosos y hábiles agricultores, médicos, sangradores, enfermeros, farmacéuticos, carpinteros, sastres, albañiles, zapateros, etc


[2774]
El cuerpo de jóvenes negras, integrado igualmente por las que entre ellas se muestren más adecuadas para el gran fin, estará compuesto:

1. De Instructoras, a las que se formará lo mejor posible en la religión y en la moral católica, a fin de que difundan sus reglas y su práctica en la sociedad femenina africana, de la cual, como entre nosotros, depende absolutamente la regeneración de la gran familia de los negros.

2. De Maestras y mujeres de familia, las cuales deberán promover la instrucción femenina, en cuanto a leer, escribir, hacer cuentas, hilar, guisar, tejer, cuidar a los enfermos, y ejercer todas las labores femeninas más útiles en los países de la Nigricia central.


[2775]
Adentrándose poco a poco estos grupos en los diversos puntos del interior por medio de cada uno de los diferentes Institutos que rodeen Africa, cada individuo, mientras trabaje en la propagación de la religión y la civilización, para lo que fue instruido en el Instituto, y en promover la agricultura en las tierras vírgenes de libre ocupación, podrá abrazar el estado de vida al que se sienta más inclinado.


[2776]
De la clase de los Catequistas formada del grupo de los jóvenes negros, se creará una sección con los individuos más distinguidos por su piedad y saber, en los que se descubra una probable disposición al estado eclesiástico; y ésta será destinada al ejercicio del ministerio divino. En la preparación de esta sección privilegiada se excluirá la multiplicidad de materias a la que están sujetos los alumnos de los Seminarios de Europa, y se limitará la enseñanza a las disciplinas teológicas y científicas de primera necesidad, suficientes para las necesidades y exigencias de aquellos países. Y teniendo en cuenta el precoz desarrollo físico e intelectual del indígena africano, no querríamos que esta enseñanza durase los doce y más años establecidos para Europa, sino que desearíamos que quedase limitada a una duración de seis a ocho años, según se juzgue oportuno. Sin embargo, la especial condición de la inconstancia e indolencia que marcan la índole y el carácter de la raza negra deberá imponer la más rigurosa cautela al determinar, para los aspirantes al Sacerdocio, la época de su promoción a las órdenes sagradas. Nosotros estamos plenamente convencidos de que es absolutamente necesario establecer que no las reciban sino tras bastantes años de probada firmeza en los principios aprendidos, y en la circunstancia de un severo e intachable celibato, vivido en las Estaciones ya existentes en el interior de la Nigricia. La misma precaución creemos necesaria para formar, de los indígenas de ambos sexos, religiosos de cualquier Orden.


[2777]
Del grupo de las jóvenes negras, entre las que no se sientan inclinadas al estado conyugal, se creará, del mismo modo, la sección de las Vírgenes de la Caridad, formada por aquellas que se distingan por su piedad y conocimiento práctico del catecismo, de las lenguas y de las labores femeninas. Esta sección privilegiada constituirá la más selecta falange de la familia femenina, destinada a dirigir las escuelas de niñas, realizar las funciones más importantes de la caridad cristiana y ejercer el ministerio de la mujer católica entre las tribus de la Nigricia.


[2778]
De este modo, gracias al importantísimo ministerio del Clero indígena y de las Vírgenes de la Caridad, secundado por la acción benéfica de los Catequistas, Maestros, Artesanos, y de las Instructoras, Maestras y mujeres de familia, se formarán poco a poco numerosas familias católicas y surgirán florecientes sociedades cristianas; y nuestra santa religión, extendiendo su saludable influjo sobre la africana familia, ensanchará poco a poco su benéfico imperio por la vasta extensión de las inexploradas regiones de la Nigricia entera.


[2779]
Habiendo demostrado la experiencia que sólo la continuada permanencia en los países del interior –y no una estancia temporal– es peligrosa e incluso fatal para el europeo, las fundaciones de Misiones y de Cristiandades que andando el tiempo tengan lugar en los países de Africa interior, previa orden de los correspondientes Vicarios o Prefectos apostólicos, serán iniciadas y puestas en marcha personalmente por misioneros europeos. Estos anualmente, o como mucho dentro del plazo de dos años, deberán ir turnándose en el gobierno inmediato de las distintas misiones del centro de Africa, hasta que la experiencia haya demostrado que se puede confiar con seguridad a sacerdotes o catequistas indígenas de probada idoneidad la dirección permanente de las Estaciones y Cristiandades ya iniciadas y puestas en marcha por los misioneros europeos.


[2780]
Por otro lado, las estadísticas de las Misiones africanas han venido a evidenciar que la mujer europea, dada la ventajosa capacidad de adaptación de su físico, la índole de su moral y los hábitos de su vida doméstica y social, resiste bastante más que el misionero europeo la inclemencia del clima africano. Por eso, en conformidad con el juicio y mandato de los respectivos Vicarios o Prefectos apostólicos, podrán establecerse Institutos religiosos femeninos de Europa en los países del interior de Africa menos letales para el europeo, a fin de prestar con eficacia los maravillosos e importantes servicios de la mujer católica en favor de la regeneración de la gran familia de los negros.


[2781]
Como la índole y el carácter de esa raza es extremadamente variable e inconstante, creemos oportuno y necesario que la S. Congr. de Propaganda Fide autorice a los Vicarios y Prefectos apostólicos de legítima jurisdicción a decretar frecuentes Visitas Apostólicas a las Misiones y Cristiandades establecidas en el interior, con vistas a corregir, fortalecer y mejorar las condiciones del Catolicismo en aquellas peligrosas tierras, donde a menudo un egoísmo mezquino y el fanático furor del islamismo corrompen y deshacen la obra del sacerdocio cristiano; y donde el tenor de vida, el clima y otras especiales circunstancias contribuyen a debilitar, a la par que el cuerpo, el espíritu, y a relajar la disciplina eclesiástica, con grave peligro de la fe. Con esa finalidad enviarían misioneros europeos idóneos, que sin riesgo absoluto de la vida, por la razón antes expuesta, podrían llevar a cabo con gran provecho su importante misión.


[2782]
A fin de cultivar las inteligencias que pudieran revelarse más destacadas en la sección de los misioneros indígenas, para formarlos como hábiles e iluminados jefes de las Misiones y Cristiandades del interior de la Nigricia, la Sociedad destinada a realizar y dirigir el nuevo Plan, vistos los progresos de la gran obra, podrá fundar pequeñas Universidades teológicas y científicas en los puntos más importantes de la periferia de la gran isla africana, que serían, a nuestro juicio: Argel; el Gran Cairo; St. Denis, en la isla Reunión, en el océano Indico; y una de las ciudades más importantes de las costas occidentales de Africa, en el océano Atlántico.


[2783]
En estos cuatro centros universitarios, como también en otros puntos de gran importancia de las islas y costas que circundan Africa, se podrían fundar con el paso del tiempo pequeños talleres de perfeccionamiento para los jóvenes negros de la clase de los Artesanos considerados más aptos para recibir una más elevada instrucción, a fin de que con la introducción de artes que mejoren las condiciones materiales de las vastas tribus de la Nigricia, encuentren los misioneros facilitada su tarea para implantar allí más arraigada y establemente la fe.


[2784]
Para poner en práctica y dirigir el nuevo Plan se constituirá una Sociedad compuesta de personas inteligentes, magnánimas y muy activas, la cual tomará el nombre de SOCIEDAD DE LOS SAGRADOS CORAZONES DE JESÚS Y DE MARIA PARA LA REGENERACION DE LA NIGRICIA, bajo el patrocinio de LA VIRGEN INMACULADA, DE SAN JOSE ESPOSO DE MARIA, Y DE LOS PRINCIPES DE LOS APOSTOLES.


[2785]
La Misión específica de esta Sociedad será desplegar y poner en acción todas las fuerzas del Catolicismo en beneficio de Africa. Por lo cual a la Sociedad incumbiría:

1. Ponerse en comunicación con la S. Congregación de Propaganda Fide, para tratar sobre cada una de las empresas más importantes de la nueva Sociedad.

2. Entrar en contacto con los centros generales de las Ordenes y Congregaciones masculinas y femeninas, a fin de acordar con ellas el personal necesario para la fundación de los Institutos africanos o para la erección de nuevos Vicariatos o Prefecturas Apostólicas en las regiones de Africa.

3. Tratar con la pía Obra de la Propagación de la Fe y con las Asociaciones que tienen la misma finalidad, a fin de asegurar los medios pecuniarios y materiales a las Misiones e Institutos que se funden en tierras africanas, previa autorización de la S. Congregación de Propaganda Fide.

4. Buscar los medios pecuniarios y materiales para la creación y mantenimiento de las obras preparatorias de Europa, destinadas a formar personal para las Misiones de Africa.


[2786]
5. Fundar poco a poco pequeños Colegios para las Misiones africanas en los lugares más convenientes de las diversas naciones católicas, con objeto de abrir el camino del Apostolado de Africa a todos los miembros del clero secular llamados por Dios a tan alto ministerio; y establecer poco a poco pequeños centros de artes prácticas en los que capacitar gente idónea para introducir en los Institutos africanos la enseñanza de todos los oficios necesarios de utilidad pública.


[2787]
6. Cuando la Sociedad pueda disponer del personal necesario para la fundación de un Instituto en Africa, y se haya asegurado de que las pías Sociedades concederán la asistencia específica para el mismo, previo acuerdo con el Eminentísimo Cardenal Prefecto general de la S. Congregación de Propaganda Fide se dirigirá al Vicario o Prefecto Apostólico de la Misión en cuyo territorio y bajo cuya jurisdicción pretende establecer dicho Instituto, con objeto de obtener la necesaria autorización.

7. La Sociedad se pondrá en comunicación directa con los Vicarios o Prefectos Apostólicos de todas las Misiones africanas, para informarse en lo posible sobre las mismas en cuanto a su geografía y a las costumbres e historia de los pueblos que las habitan, y respecto a los resultados de la labor apostólica realizada en ellas, a fin de estar en condiciones de preparar el personal más adecuado para promover con la mayor eficacia y en la máxima extensión el desarrollo y la acción del Catolicismo en las tribus de Africa Central.


[2788]
8. Finalmente, estudiando y empleando los medios más eficaces para la realización del nuevo Plan, la Sociedad suscitará y pondrá en función todos los elementos del Catolicismo que actualmente faltan para la regeneración de los negros, e infundirá mayor vida y vigor en los que ya existen. Y desplegando de tal manera todas las fuerzas del Catolicismo en favor de Africa, su acción será fecunda en nuevas ideas, nuevas luces, nuevas instituciones, nuevos planes capaces de desarrollar más amplia y eficazmente el ministerio evangélico en las vastas e inexploradas regiones de toda la Nigricia.


[2789]
Tal es nuestro Plan, que, como señalamos, más bien parece un plan de operaciones dirigido al asedio de la fortaleza hasta ahora inexpugnable de la Nigricia. Habiendo sido hasta ahora imposible entrar allí por asalto en repetidas expediciones apostólicas emprendidas, las cuales terminaron siempre con el solo sacrificio de los intrépidos asaltantes, hemos adoptado la táctica del asedio; y nuestros Institutos, creados en los confines de la gran península africana, vienen a ser como los fortines y aproches necesarios a tal fin.


[2790]
Nos sonríe en el alma la más dulce esperanza de que el nuevo Plan para la Regeneración de la Nigricia, que tan grato resultó al corazón de nuestro Santísimo Padre, el inmortal Pontífice Pío IX, y que fue acogido muy favorablemente y con entusiasmo por tantos insignes Prelados y Obispos de la Iglesia Católica y por las más destacadas y sublimes inteligencias del ámbito eclesiástico y del civil, obtendrá la cooperación de todas las santas instituciones que hasta ahora se han ocupado o tratado de promover el bien espiritual de la raza negra. Tenemos la esperanza de que reciba la protección y la ayuda de esas pías Sociedades que suministran los medios económicos y materiales a las santas obras instituidas para la Propagación de la Fe, y de que encuentre un eco de aprobación, y un impulso favorable y de ayuda en el corazón de los católicos del todo el mundo, identificados y fundidos con esa sobrehumana caridad que abarca la totalidad del universo, y que el Divino Salvador vino a traer a la tierra.


[2791]
Esperamos, sí, lo esperamos, que la Santa Iglesia, el eco de la Eterna Palabra del Hijo de Dios a través de los siglos, destinada a reinar sobre todas las naciones del mundo, extienda su manto glorioso sobre tan considerable parte de su heredad, y que sus generosos hijos acudan solícitos desde cada rincón de la tierra a prestar su ayuda para cristianizar y civilizar a las errantes tribus africanas abrasadas por los rayos del aquel sol ardiente, pero que todavía, en más de cuarenta siglos, no han sido iluminadas ni siquiera por un rayo de verdadera luz. Los apóstoles que marchen a esa gran conquista no traerán a Europa los despojos de los vencidos, sino que llevarán a éstos el tesoro de la fe católica y de la civilización europea; no sojuzgarán a aquellos pueblos al modo de los bélicos conquistadores, sino que a imitación del Divino Pastor, de las espinas entre las que se encontraban, y de la opresión en la que yacían, tomarán a aquellas míseras ovejas sobre sus hombros para llevarlas en triunfo a los libres y fértiles pastos de la Iglesia. Y así los conquistados, no vencidos por la fuerza, sino vencedores de sí mismos y de su naturaleza, serán conquistadores, mediante el bautismo, de la verdadera religión y del gran beneficio de la vida civilizada.

Daniel Comboni M. A.



[Hemos reproducido del PLAN el primer manuscrito de 1864 y esta última edición para documentar sobre los cambios habidos hasta la misma.]






423
Propag. de la Fe, Lyón
1
1871
N. 423 (396) - A LA PROPAGACION DE LA FE DE LYON

«Annales de la Propagation de la Foi»

v. XLIV (1872), pp. 21-25, Lione



1871





424
Extracto (original español)
1
1871
N. 424 (397) - EXTRACTO

DE UNA MEMORIA DE MONS. COMBONI

«Mensajero del Sagrado Corazón» 1871, v. II, pp. 33-39



1871



425
Mons. Luis de Canossa
0
Inizio 1872

N. 425 (398) - A MONS. LUIS DE CANOSSA

ACR, A, c. 14/91

Principio de 1872

...............................................................

[Falta desde el comienzo hasta:]
 

[2792]
His positis, yo sería de la opinión de que V. E. desarrollase las siguientes ideas en respuesta a buen P. Calixto, remitiéndolo a Propaganda en caso de que quisiera realizar enseguida sus proyectos africanos.


[2793]
«Me es muy grato que usted se mantenga firme en la idea de lanzar a los Trinitarios franceses al Apostolado de los pobres negros, y yo querría poderle asistir válidamente con todas mis fuerzas en tan santo propósito. Pero ahora me encuentro en la imposibilidad de hacerlo por los siguientes motivos:

1.o Dadas las consecuencias de la guerra, ni la Propagación de Lyón y París, ni la pequeña Sociedad de Colonia dan ya a mis Institutos de El Cairo las ayudas de antes; por eso tuve que enviar a D. Comboni a diversas ciudades a buscar limosnas con que suplirlas, y sólo a duras penas los Institutos van saliendo adelante.

2.o Después de la prueba hecha con los dos Camilos, que estaban provistos de Rescripto Pontificio, ya no me encuentro dispuesto a aceptar regulares en mi Instituto de Egipto sin el pleno acuerdo de los correspondientes Generales, porque ello me podría acarrear serios disgustos con los mismos y hasta con Propaganda, que quiere las cosas en toda regla.

3.o Por otra parte, si mis Institutos de Egipto pudieron fundarse fue debido a la especial autorización del Delegado Aplico. de Egipto; y ahora no sería oportuno pedirle permiso para aceptar a los Trinitarios entre los míos sin primero haber consolidado bien mis Institutos, para lo cual es necesario que cese la tempestad de tantos trastornos, se haga la calma y se normalicen las pías donaciones de las Sociedades benefactoras.


[2794]
Se entiende que esto es por ahora. Luego, cuando estemos un poco tranquilos y hayamos obtenido de la Santa Sede una vasta misión para mis Institutos con propia e inmediata jurisdicción, lo que no tardará mucho en suceder, entonces veremos cómo ponernos de acuerdo sobre el modo más legal y oportuno de complacer sus santos deseos. Entretanto, usted tendrá tiempo de proceder a prepararse buenos Religiosos en Francia, tan fecunda en vocaciones para obras de celo; y teniendo éxito en tan importante aspecto, ya verá cómo sus Superiores de Roma se deciden a favorecer sus magnánimos proyectos.


[2795]
Le adjunto copia de la respuesta a sus cinco preguntas, la cual me ha sido enviada por D. Comboni, que le envía sus más cordiales saludos».

1.o Si es del agrado de Mons. el Obispo de Verona, Jefe de la Obra, recibir a los Trinitarios entre los nuestros en Egipto, también lo será del mío; si tal cosa no place a S. E. Rma., nec mihi hoc placebit.

2.o Opino que es mejor que los Trinitarios vistan en Egipto como nosotros: el hábito de esa Obra dedicada a la redención de esclavos es demasiado conocido, y podría herir la susceptibilidad de nuestros enemigos, produciendo con ello funestas consecuencias a nuestra Obra.

3.o A los franceses les conviene salir desde Marsella. Quien no tiene avales de Propaganda y de la Embajada austríaca, en Trieste sólo recibe un mezquino descuento, que no compensa de los gastos realizados en el viaje desde Francia a Trieste o a Brindis.

4.o El Concilio no hizo nada por Africa, porque fue suspendido ante tempus; pero el Papa aceptó el Postulatum pro Nigris Africae Centralis, permitiendo que se tratase sobre él en la sección de Missionibus Apostolicis.

5.o Es preciso que los Trinitarios estén provistos de papeles expedidos por sus Superiores de Roma, ya puestos éstos de acuerdo con Propaganda.

Pidiéndole la bendición y besándole el sagrado anillo, me declaro en los Sdos. Corazones de J. y M.



Su hummo. e indignmo. hijo

Daniel Comboni M. A.






426
Hermanas Girelli
0
Verona
1.1872
N. 426 (399) - A LAS HERMANAS GIRELLI

AAB



W.J.M.J.

Seminario de Verona, enero de 1872



Gentilísimas Señoritas:



[2796]
El Ecónomo, en su bondad y sabiduría (teniendo buen corazón y la cabeza bien puesta) ha inspirado a esa excelente monja de Padua de la que les hablaba a consagrarse a la santa Obra de la Nigricia; por lo cual fui a buscarla y la instalé junto con otra postulante en la casa de Montorio Veronese, cerca de Verona. Por eso sería conveniente que viniese enseguida la buena postulante que vi en Brescia.


[2797]
Dentro de poco iré a Brescia, y hablaremos largamente de nuestras cosas; mientras, acuérdense de lo que les dije de palabra. O sea, conviene en este caso que ambas, alzados los ojos al cielo en un arranque de ese atrevimiento lleno de inspiración en el que el alma se exalta y se supera a sí misma, se repartan entre ustedes Europa y Africa como el trabajo de un campo, atendiendo una a la Obra de Sta. Angela Merici y la otra a la infeliz Nigricia.

Ocupadísimo como estoy, me limito ya a desearles que tengan muy feliz el presente año, y a pedirles que me manden enseguida la buena postulante que vi en su casa.

El Señor colme sus almas de bendiciones. Tales son los votos de



Su devotmo. y afmo.

Daniel Comboni






427
Don Lorenzo Negroni
1
Verona
13. 1.1872
N. 427 (N. 1205) - A DON LORENZO NEGRONI

ACR



Verona, 13 de enero de 1872

Le dedica su Antiphonarium Romanum.





428
Reglas y Organización
0
Verona
2.1872

N. 428 (400) - REGLAS Y ORGANIZACION

DEL INSTITUTO PARA LAS MISIONES DE LA NIGRICIA

AP SOCG, v. 999, ff. 513-521

Principio de febrero de 1870

REGLAS Y ORGANIZACION

DEL INSTITUTO PARA LAS MISIONES DE LA NIGRICIA

DE VERONA



CONSEJO CENTRAL DE LA OBRA

PARA LA REGENERACION DE LA NIGRICIA
 

[2798]
1.o Presidente General: S. E. Rma. Mons. Luis Marqués de Canossa, Obispo de Verona.

2.o Vicepresidente: Ilmo. y Rmo. Mons. Luis Perbellini, Canónigo Arcipreste de la Catedral de Verona.

3.o Director General: D. Daniel Comboni, Superior de los Instituto de negros de Egipto.

4.o Vicedirector General: D. Antonio Squaranti, Rector del Instituto de las Misiones para la Nigricia de Verona.

5.o Secretario General: D. Tomás Toffaloni, Director de la Propagación de la Fe en Verona.



CONSEJEROS

6.o Ilmo. y Rmo. Mons. Esteban Crossatti, Camarero Secretario de Su Santidad y Vicario General de Verona.

7.o Ilmo. y Rmo. Mons. José Dr. Codognola, Canónigo Penitenciario de la Catedral.

8.o Rmo. D. Pedro Dorigotti, Rector del Seminario Episcopal de Verona.

9.o S. E. Ilma. el Marqués Octavio de Canossa.

10.o S. E. Ilma. el Marqués Francisco Fumanelli.

11.o El Marqués José Fumanelli.

12.o El M. R. D. Agustín Mosconi, Director de la Iglesia de Santa Clara, de Verona.



-------------------



EL INSTITUTO DE LAS MISIONES PARA LA NIGRICIA

DE VERONA



CAPITULO I

Objeto y naturaleza del Instituto


[2799]


El objeto último del Instituto de las Misiones para la Nigricia es especialmente la conversión a la Fe Católica de los pobres negros de Africa Central, las gentes más infelices y abandonadas del Universo, que gimen en las tinieblas más profundas del paganismo.


[2800]
El objetivo inmediato es, por otra parte, preparar y enviar a aquellas regiones hombres apostólicos que con la caridad, la enseñanza y los otros medios del ministerio apostólico se consagren a la regeneración de los negros de Africa Central, sin excluir ninguna otra persona que por ventura se les ofrezca en aquellas tierras.


[2801]
Este Insto., que se declara en el deber de estar siempre supeditado y sometido en primer lugar al Vicario de J. C., el Romano Pontífice, y a la S. C. de Propaganda Fide, es un Seminario dedicado a acoger, educar y perfeccionar en el ministerio apostólico a los hombres llamados por Dios a esta ardua Misión. Está presidido y gobernado por el Ilmo. y Rmo. Obispo de Verona, con el título de Presidente General, y por un Consejo compuesto de algunos eclesiásticos y laicos elegidos por él entre los más distinguidos de su Diócesis (denominado Consejo Central de la Obra para la Regeneración de la Nigricia), los cuales se reúnen bajo su Presidencia para tratar sobre los intereses espirituales y temporales del Insto.


[2802]
La dirección interna del Instituto corre a cargo de las siguientes personas, nombradas por el Obispo: un Superior, con el título de Rector, elegido ordinariamente entre los Misioneros veteranos, un Maestro de Novicios y Director Espiritual; un Ecónomo para la administración de los bienes temporales, y un Profesor de lenguas extranjeras. Estas tres últimas personas forman el Consejo del Rector, el cual está obligado a consultarles en los casos más relevantes.

El Instituto, estando anejo al Seminario Episcopal, utiliza los servicios de los profesores del mismo para la enseñanza teológica y científica.



CAPITULO II

Medios para alcanzar los fines del Instituto




[2803]
Los medios para alcanzar los fines del Insto. son de dos clases: formales y materiales. Primero hablaremos de los medios formales, que son el personal que enviar a la Misión.

Los aspirantes a convertirse en miembros del Insto. pueden ser eclesiásticos, es decir, clérigos y sacerdotes, o solamente laicos; pero tanto los unos como los otros han de provenir del estado secular.



Artículo Primero

Cualidades de los aspirantes a ingresar en el Insto.




[2804]
Las cualidades que se exigen a los aspirantes al ingreso en el Insto. de las Misiones para la Nigricia son las siguientes:

1.o Todo aspirante debe estar dotado de sana constitución física, de recto criterio y al menos de capacidad intelectual normal.

2.o Debe haber cumplido los dieciséis años y no haber superado los treinta y cinco.

3.o Si es clérigo o sacerdote, no puede ser admitido sin el consentimiento de su Ordinario, y si es menor de edad, sin el permiso de su padre o de quien haga las veces.

4.o Debe gozar de excelente fama, lo mismo en cuanto a piedad e integridad de costumbres como respecto a sensatez en su carácter y en su modo de actuar.

5.o Debe tener una firme voluntad de consagrarse a Dios para la Regeneración de la Nigricia en los ministerios que por obediencia le asignen, y esto hasta la muerte.


[2805]
El Rector del Insto. está obligado a informarse escrupulosamente sobre las cualidades del aspirante, y cuando éstas existan debe proponer la aceptación al Ilmo. y Rmo. Monseñor el Arzobispo, de quien únicamente depende la admisión.

N.B. En cuanto a la edad y a la posibilidad de que el aspirante provenga también del estado regular (desvinculado debidamente de su Orden o Congregación), cuando concurran cualidades y circunstancias extraordinarias, el Obispo, como Presidente General, podrá hacer la oportuna dispensa.



Artículo Segundo

Normas que seguirá el Rector en la admisión de los aspirantes




[2806]
Cuando se trata de admitir en el Instituto un aspirante, el Rector tendrá siempre presente la gloria de Dios y el bien de las almas, sin atender ni a recomendaciones, ni a consideraciones de posición, ni a relaciones del aspirante. Y como la prosperidad de la Misión depende de la buena elección de los obreros apostólicos, empleará la máxima diligencia en examinar a cada aspirante y ver si posee las cualidades requeridas por el Artículo anterior.


[2807]
Luego, después de haberse encomendado fervorosamente a Dios y de haberle hecho rezar también para tener la necesaria clarividencia en la elección, explicará al aspirante la ardua y sublime empresa a la que pretende unirse, las fatigas e incomodidades a que se deberá someter, el riesgo a perder la vida a que con frecuencia estará expuesto, el total aislamiento en que no raramente habrá de encontrarse, y asimismo los peligros a los que, sin una varonil virtud y un constante e irreprochable hábito de la castidad, estaría expuesta su alma por las costumbres de aquellos pueblos.


[2808]
Debe además advertir al aspirante que se guarde bien de dejarse guiar en su pretensión por algún fin secundario, como la gloria mundana, la curiosidad de conocer nuevas tierras, etc., haciéndole saber que nada llevará a cabo en la misión si no está dispuesto con alegría a ocupar el último puesto; que muchas veces le tocará trabajar, fatigarse y sudar, sin que nadie sepa lo que él hace, aparte de Dios, y sin que de ello quede recuerdo siquiera; y que además, en ocasiones, a causa del terreno ingrato en el que trabaja, no encontrará en los negros –siempre recelosos y justamente desconfiados de los extranjeros– la menor correspondencia, por lo que se hallará tan abatido y en tal aislamiento como para estar tentado de abandonar la empresa. En cambio, si se consagra a la Misión únicamente por Dios, El lo confortará con íntimos consuelos, haciéndole ligera toda fatiga, dulce toda pena, factible de afrontar todo peligro.


[2809]
A continuación deberá el Rector informarse con el mayor cuidado sobre el aspirante, y asegurarse de que está provisto de todas las cualidades requeridas por el Instituto.

Deberá también consultar al respecto a los miembros de su Consejo y a otros compañeros inteligentes y preguntarles si, habida cuenta de todo, creen en conciencia que se debe admitir al postulante.

Si éste fuese un joven con buena parte de los estudios todavía por realizar, deberá advertírsele que no intente ingresar en el Instituto con vistas a tener los medios de continuar los estudios de una carrera, ya sea ésta secular, regular, o simplemente eclesiástica, sin querer luego consagrarse a la Misión, porque en tal caso estaría obligado a devolver al Instituto el importe del mantenimiento, sufragado por razones ajenas sus fines.

Cuando todo esté en orden, será deber del Rector informar de todo al Presidente General, para que, si le place, dé autorización para admitirlo.



Artículo Tercero

Educación de los candidatos del Insto.




[2810]
Los alumnos del Insto. en el primer mes de su ingreso hacen diez días de ejercicios espirituales, y una confesión general con el Confesor que designe el Superior. Después de esto entran en el Noviciado, que dura dos años, los cuales estarán dedicados a formar el espíritu de los candidatos, habituándolos a la oración, a la mortificación, al recogimiento, y a ese espíritu de renuncia a la propia voluntad susceptible de disponerlos a realizar cualquier sacrificio, lo cual es de lo más esencial para el misionero de la Nigricia.


[2811]
En cuanto al método con el que educar y perfeccionar a los Novicios, especialmente en el espíritu, el Maestro se atendrá en general a las Reglas observadas en el Noviciado de la Compañía de Jesús.

Terminado adecuadamente el Noviciado, y perseverando en la vocación, cada uno de los candidatos hace ante el Obispo la profesión de fe y pronuncia el voto de obediencia a él y a sus sucesores y representantes tanto en Verona como en Africa. Este voto debe renovarse cada bienio ante el Superior de la Casa de que se trate.


[2812]
Hecho el voto de obediencia, los Clérigos continúan sus estudios asistiendo a las clases del Seminario Episcopal, y los Sacerdotes, cuando no tengan necesidad de estudios ulteriores, son enviados a la Casa filial de Egipto, como también irán a la misma los Clérigos, una vez que hayan completado los estudios teológicos.

N.B. En caso de vocación de un aspirante que presente caracteres fuera de lo común, ya sea por probada virtud o por ejercicio del ministerio sacerdotal, en tales casos extraordinarios el Obispo, oído el criterio del Consejo General de la Obra para la Regeneración de la Nigricia, podrá dispensar de un tiempo considerable de Noviciado; de modo que, al cabo de algún mes de prueba, se podrá enviar al individuo en cuestión a la Casa filial de Egipto.




[2813]
Artículo Cuarto

Horario cotidiano de los clérigos

y alumnos que han terminado el Noviciado



Mañana

5.00: Elevación de la mente a Dios, señal de la cruz, y levantarse. Luego se hace la cama y se procede a la limpieza de la habitación y al aseo personal, siempre en silencio.

5.30: En la capilla, breves oraciones matutinas, el Angelus Domini, el Salmo Laudate Deum omnes gentes. Tras ello, en el propio cuarto, meditación sobre el tema propuesto la noche anterior. Después, reflexión sobre la meditación.

6.45: Misa. Luego, retiro en la habitación hasta el desayuno. Quien comulgue en la Misa deberá quedarse en la capilla un cuarto de hora después.

Los sacerdotes, terminada la reflexión sobre la meditación, celebrarán en el orden, lugar y tiempo que establezca el Rector, cuidándose de cumplir este deber con el máximo recogimiento y devoción, a cuyo efecto tendrán un cuarto de hora de preparación antes de la Misa, y un cuarto de hora de acción de gracias después de ella. Tras lo cual irán a desayunar.

7.30: Desayuno para los estudiantes, los laicos y los novicios. Después, recreo y tiempo libre.

8.00: Los estudiantes se aplican al estudio para luego, a las nueve, pasar a las correspondientes clases en el Seminario Episcopal hasta las once y media. Los novicios, por su parte, se dedicarán a las tareas que, según las respectivas condiciones, les sean señaladas por el Rector o por el Maestro de Novicios, el cual, al ocuparlos toda la jornada, seguirá el método de la Compañía de Jesús.

Los sacerdotes, durante todo este tiempo, hasta las once y media, se entregan al estudio, especialmente de lenguas, luego de haber celebrado la santa Misa, desayunado, tenido un poco de recreo y rezado las horas canónicas.

11.30: Estudiantes, novicios y sacerdotes tienen un cuarto de hora de recreo.

11.45: Examen de conciencia general y particular en la propia habitación.

12.00: En la Capilla, el Angelus. Después, comida, con lectura de un pasaje del Nuevo Testamento, de Vidas de Mártires y Santos y de los más famosos Misioneros, y de los Anales de la Propagación de la Fe, y similares, a elección del Rector. Posteriormente, Visita al Smo. Sacramento, y recreo.



Tarde

1.45: En el invierno, estudio (en el verano, una hora de siesta o descanso) hasta el momento de las clases para los estudiantes. Inmediatamente después de clase, paseo. A continuación, Visita al Smo. Sacramento en la capilla, y Lectura Espiritual y Tercio del Rosario; tras lo cual, estudio hasta la hora de la cena.

En el verano, la Visita y la Lectura Espiritual se hacen en la capilla después de la siesta o descanso subsiguiente a la comida, y después hay estudio hasta la hora de clase.

Los sacerdotes, por su parte, emplean el tiempo de las clases en: una hora de estudio, a la que sigue otra de Conferencia, en la que dan cuenta al Rector de las cosas estudiadas.

8.00: Cena, Visita al Smo. Sacramento en la capilla, y luego recreo hasta las nueve.

9.00: En la capilla, examen general y particular, y propuesta de los puntos de meditación para el día siguiente. Luego, retiro en la habitación.

9.45: Hora de dormir.


[2814]
En cuanto al Horario para los domingos, fiestas y vacaciones, el Rector, de acuerdo con el espíritu y el sistema del precedente, y siguiendo el criterio del Obispo, hará las modificaciones que sean adecuadas a la circunstancia.

Además de dedicar la máxima vigilancia a que todos practiquen puntualmente y con verdadero espíritu las actividades prescritas, el Rector cuidará de que todos los domingos el Maestro de Novicios dirija un sermón a éstos y a los miembros del Insto., en el que los instruya respecto a los deberes del nuevo estado por ellos elegido y sobre la perfección a la que deben tender con todo esfuerzo. Especialmente ha de animarlos a morir totalmente a sí mismos, y a adquirir una profunda humildad, fundamento de todas las virtudes; una ardiente caridad dispuesta a cualquier sacrificio por la salvación de las almas, y una obediencia pronta y ciega, dejándose gobernar por los toques de la campana y por las indicaciones de cualquier Superior como si fueran la voz de Dios, por lo cual llevarán a cabo con alegría cuanto se les mande, y estarán siempre contentos, incluso en el último puesto, en la seguridad de hacer siempre la voluntad de Dios. Expondrá además, de cuando en cuando, la naturaleza especial y la condición de las arduas misiones de la Nigricia, y la necesidad de que ellos estén dispuestos a vivir y morir sin ver los frutos de sus apostólicas fatigas, contentos de trabajar en los cimientos de un edificio que sólo los que vengan después verán elevarse del suelo. Procurará sobre todo habituarlos a morir a sí mismos, y a no trabajar más que por Dios y con la sola satisfacción de Dios.


[2815]
Aparte de las sobredichas ocupaciones, los alumnos tendrán cada año diez días de Ejercicios Espirituales según el método de San Ignacio, y un día de retiro cada mes; y frecuentarán al menos una vez a la semana el sacramento de la Penitencia con el Confesor ordinario del Insto., excepto en el tiempo de los santos Ejercicios y en el triduo de renovación del voto de obediencia, cuando se les designará un Confesor extraordinario. Los alumnos hacen también las novenas de la Navidad, de la Epifanía, del Sdo. Corazón de Jesús, del Sdo. Corazón de María, de la Inmaculada Concepción, de los Santos Apóstoles Pedro y Pablo y de San Francisco Javier, así como los triduos a los Santos Protectores y, en fin, los meses de mayo a la Virgen María y de marzo a San José, el Vía Crucis cada viernes, y otras devociones al arbitrio del Rector.


[2816]
En cuanto a la educación de los hermanos laicos, destinados a ser catequistas y maestros de artes y oficios y a ayudar a los misioneros en lo que sea preciso, se siguen en todo las normas prescritas para la educación de los hermanos laicos de la Compañía de Jesús.



Artículo Quinto

Casa filial de Egipto

(Véase el Informe del 15 de abril de 1870 a la S. C.)




[2817]
El objeto del Insto. de El Cairo es el siguiente:

1.o Los misioneros provenientes del Insto. de Verona ejercen los primeros ministerios del Apostolado especialmente en pro de los negros residentes en Egipto, y con la ayuda de Dios aprenden a ser también en la práctica verdaderos misioneros.

2.o En el Instituto se forma un clero indígena, así como catequistas y maestros de artes y oficios destinados a convertirse luego en apóstoles de fe y de civilización para la gente de su tierra.

3.o Los misioneros y hermanos coadjutores provenientes de Verona se aclimatan en el Insto., donde aprenden las lenguas de las tribus del interior, así como las costumbres orientales, etc.

4.o En el Insto. los misioneros se preparan para aquellos ministerios y servicios de caridad necesarios en la Misión que la S. C. de Propaganda asignará en el interior al Insto. de Verona.

5.o La Casa sirve además para que en ella se restablezcan los misioneros aquejados de las fatigas apostólicas en el centro de Africa.


[2818]
En el Insto. los misioneros provenientes de Verona son sometidos a una segunda prueba o noviciado, a fin de constatar su vocación para las misiones del interior, y de madurar mejor las virtudes apostólicas que en grado eminente son necesarias para esa difícil y laboriosa empresa.


[2819]
Esta Casa está gobernada por un Superior, del cual dependen inmediatamente todos los misioneros y las Casas femeninas que colaboran en la Misión. Además está presidida por un Rector, que sustituye al Superior en su ausencia, y lleva la administración de la Casa y de las limosnas mandadas para ayuda de la Misión, siempre bajo la dependencia del Superior.


[2820]
Cuando la S. C. de Propaganda haya asignado a nuestro Insto. una Misión específica en Africa Central, el Superior de la Casa de Egipto será propuesto por Mons. el Obispo de Verona a la S. C. como Jefe de toda la Misión. Una vez elegido para ese cargo, él lleva la dirección de toda la Obra, y de él depende la elección de las personas que hay que mandar a un lugar o a otro, y determinar el campo y el modo de actuación y todo lo demás.


[2821]
Es obligación suya estar en continua relación con el Insto. de Verona, mantenerlo al tanto del funcionamiento de toda la Misión y, de manera reservada, informar al Obispo Presidente del comportamiento de cada uno de los misioneros, ya se trate de los residentes en El Cairo o de los dispersos en el interior de Africa, dando de todos las más exactas referencias. Y esto también para que Mons. el Obispo pueda dar cuenta cada quinquenio a la S. C. de Propaganda del estado de la Misión, y así completar el Informe quinquenal que debe ofrecer a la S. C. de la marcha del Insto. y de toda la Obra.


[2822]
El Jefe de la Misión, en los informes que ha de presentar al Obispo de Verona sobre los individuos a su cargo, deberá proponer uno o dos de ellos, los que él crea en conciencia más adecuados y dignos, para sucederle en caso de muerte.



Artículo Sexto

De cómo los alumnos se hacen miembros efectivos del Insto.

y de cómo dejan de pertenecer a él




[2823]
Después del Noviciado, los alumnos pueden encontrarse en el Instituto de Verona para continuar su educación apostólica o para ocuparse de los ministerios inherentes al mismo, o bien pueden estar en las misiones de Africa.


[2824]
Los alumnos que después del Noviciado permanecen en el Insto., siempre que estén a la altura de su vocación, serán declarados miembros efectivos del Instituto tres años después de pronunciar el voto de obediencia. Y los alumnos que han pasado a las misiones de Africa, y demostrado fehacientemente su vocación durante dos años, también serán declarados miembros efectivos. Por su parte, el Rector del Insto. de Verona, como también el Superior de la Misión de Africa, deben hacer la propuesta con los correspondientes informes de cada alumno al Obispo de Verona, a fin de que él, si se han mostrado dignos de merecerlo, los declare mediante oportuno Decreto miembros efectivos del Instituto. Y éste queda así en la obligación de ocuparse completamente de ellos hasta la muerte, incluso en caso de incapacidad para el ministerio, siempre que perseveren en el Instituto.


[2825]
Los miembros efectivos del Insto. pueden dejar de pertenecer a él de propia voluntad o por deméritos.

En el primer caso, el miembro efectivo que desea abandonar el Instituto debe solicitarlo del Rector, si se encontrase en el Insto. de Verona, o del Superior si estuviese en Africa, exponiendo los motivos por los cuales no quiere continuar la carrera emprendida. Si el Rector, oído su Consejo, reconoce como justos tales motivos, pone el asunto en conocimiento del Ilmo. y Rmo. Obispo, el cual da al solicitante licencia para irse, dispensándolo del voto de obediencia si todavía estuviese en vigor por no haber expirado el bienio, y le concederá los medios para volver a su lugar de origen. Similarmente, en Africa, el Superior de la Misión, en caso de encontrar justas las razones alegadas por el peticionario, manda el correspondiente informe al Obispo, el cual ordena licenciar al interesado y que la Casa le provea de medios para el viaje. Por otra parte, si el respectivo Superior no juzgase suficientes los motivos, procurará por todos los medios disuadir de su determinación al solicitante; mas si nada lograrse convencerlo, y persistiese en su deseo de irse, entonces, tras el debido informe al Obispo y con la aprobación de éste, procederá a licenciarlo.


[2826]
Pueden darse dos casos: que se encuentre en Verona o en Africa el miembro efectivo que por su mala conducta, y a pesar de las previas admoniciones del Superior, se haga perjudicial para la pía Obra, y por ello merecedor de ser expulsado.


[2827]
Si está en Verona, el Rector dará cuenta de todo al Obispo, y si tal es la decisión de éste, lo expulsará. Si se halla en Africa, el Superior, bien ponderada cada cosa ante Dios, y después de oír a su Consejo, compuesto de sus misioneros más selectos, tendrá autoridad para despedirlo inmediatamente, cuando las circunstancias del caso lo exijan, y mandarlo de regreso a Europa, dando luego noticia de todo ello al Obispo de Verona. Pero habiendo margen para poder consultar al Obispo antes de la expulsión, el Superior deberá esperar a que él decida.



CAPITULO III

Medios materiales para conseguir

los fines del Insto.




[2828]
Además de la propiedad de sus locales de residencia y de actividad, el Insto. está provisto de los recursos que se indican en la carta del Obispo de Verona al Emmo. Card. Prefecto de la S. C., con fecha 1 de feb. de 1872.




429
Mons. José Marinoni
0
Verona
3. 2.1872
N. 429 (401) - A MONS. JOSE MARINONI

APIME, v. 28, p. 15



Verona, 3 de febrero de 1872



Rmo. Monseñor:



[2829]
Infinidad de asuntos me impidieron ir a Roma; pero ya he terminado, y saldré para allá el miércoles. El jueves o el viernes espero poder presentarle mis respetos y llevarle las Reglas, que me han sido inmensamente útiles, y que me sé casi de memoria.

A mi vuelta de Roma pasaré por Milán o le avisaré por carta, porque quince días después saldré para Egipto. Estoy muy contento de poder satisfacer plenamente sus deseos sobre lo que hablamos. Usted debe disponer de mí como de cosa suya, in omnibus et quoad omnia. Si estuviese aquí Mons. el Obispo, me mandaría enviarle un abrazo de todo corazón; pero se marchó hace dos horas. Salude atentamente de mi parte a todos los de la casa, mientras le renuevo mis más cálidos sentimientos de gratitud hacia su caridad sin límites, y de devoción hacia toda su persona.



Suyo hummo. D. Comboni






430
Abadesa Serafina Oberbizer
0
Verona
5. 2.1872
N. 430 (402) - A LA ABADESA SERAFINA OBERBIZER

ACR, A, c. 15/156



W.J.M.J.

Verona, 5 de febrero de 1872



Rma. Madre Abadesa:



[2830]
Desde Roma le enviaré la carta para el Rmo. D. Nicolás Negrelli, porque ahora: 1) él se encuentra en Baviera; 2) voy a estar ahogado de ocupaciones hasta mi partida, de modo que no podré escribirle. Pero como el asunto de la adoración lo tengo presente día y noche, y como es necesario que Dios la asista a usted y a sus santas hermanas en esta Obra sublime y tan útil a la Iglesia, estoy seguro de no olvidarme de ello; y a este objeto, además, he rogado a mi secretario que me tenga sobre aviso. Escribir a D. Negrelli es como escribir a la Emperatriz. Usted, de todos modos, prepare una petición a la Emperatriz para incluirla en la mía, que le mandaré abierta desde Roma.Y rece y haga rezar, y todo lo obtendrá, porque Cristo es hombre de palabra y ha dicho petite et accipietis, y a Santa Clara sus santas hijas le ruegan de verdad.

Reciba mis respetuosos saludos y rece por



Su dev. y hum. serv.

Daniel Comboni