A. Introducción

1. El proceso de la Ratio Missionis ha heco surgir en nosotros un deseo de mayor autenticidad y coherencia y redescubrimiento del carisma comboniano. El Instituto, ante los nuevos desafíos que interpelan su razón de ser en la Iglesia y en el mundo, está tomando conciencia de la necesidad y la urgencia de reconsiderar y redescubrir el don que posee (cfr. 2 Tim 1,6), para reavivarlo y transmitirlo a las nuevas generaciones.

 2. Este ejercicio de reflexión ha evidenciado al mismo tiempo un debilitamiento de nuestra identidad y de nuestro sentido de pertenencia. Nos inclinamos a privilegiar el hacer y, a veces, nos resulta difícil focalizar los elementos que definen nuestro ser. Eso trae como resultado: cierta superficialidad en la asimilación de los valores de nuestro carisma; fenómenos de individualismo y poco afecto en relación al Instituto; fragilidad en nuestra espiritualidad y cierta generalidad en nuestro modo de pensar y de vivir la misión.

UNA IDENTIDAD DESAFIADA

B. Análisis de la situación

3. Para entender esta situación, nos parece oportuno poner en evidencia algunas realidades que desafían hoy de modo nuevo nuestra identidad.

3.1 La sociedad camina hacia una cultura cada vez más globalizada y compleja, caracterizada por una pluralidad de visiones y por un relativismo que nos obligan a revisar algunas de nuestras certezas, y por un pensamiento débil que hace más difícil asumir un compromiso vocacional de por vida.

3.2 La Iglesia se abre a nuevos horizontes de la misión y recupera su identidad misionera, obligándonos a reconsiderar nuestro papel en su seno; ella se presenta cada vez más protagonista de la acción misionera, invitándonos a un esfuerzo mayor de inserción en las iglesias locales en vistas de un servicio de colaboración.

3.3 La misión es repensada según bases teológicas nuevas, poniendo en crisis algunas de nuestras seguridades del pasado; cambia rápidamente, en sus urgencias, horizontes y prioridades, exigiendo un ajuste a las nuevas situaciones misioneras; convirtiéndose en “misión difícil”, cada vez más compleja, interpelando así nuestra generosidad y capacidad de entrega y exigiendo que nos recalifiquemos progresivamente.

3.4 El Instituto comboniano vive una fase de profunda y rápida transformación; se enriquece de nuevas nacionalidades y culturas, pero tiene que afrontar también malestar, resistencia a lo “nuevo” o al “pasado” y a situaciones críticas, como el envejecimiento de algunas provincias, la disminución del personal, el número significativo de abandonos y de hermanos en dificultad; el Instituto está cambiando rostro, convirtiéndose en una realidad multicultural cada vez más rica y diversificada que exige un esfuerzo añadido para administrar la comunión y garantizar la transmisión y la inculturación del carisma: tiene que hacer frente a un servicio misionero cada vez más diversificado, caracterizado por la pluralidad de ministerios, especializaciones y mayor espíritu de colaboración, poniendo a la prueba nuestra capacidad de salvaguardad la unidad en la diversidad.

UNA IDENTIDAD PROFESADA

C. Elementos inspiradores

4. Creemos que la reflexión de la Ratio Missionis, si por un lado puso en evidencia algunas de nuestras “heridas”, por otro representó para todo el instituto un momento de gracia (kairós). Por esa razón, tenemos la esperanza de que nuestro esfuerzo de “regreso” a la misión se manifieste particularmente fecundo. Sucedió lo mismo a Comboni al regreso de su primer viaje a África (del cual en el 2009 celebramos el 150 aniversario): regresaba débil en el cuerpo y probado en el espíritu, pero confirmado para siempre en su vocación africana, profesada junto al lecho de muerte de don Oliboni: “¡Si quedase uno solo de vosotros, que nunca le falte la confianza ni se marche!”. La reflexión sobre aquella experiencia abrió su mente  y su corazón a la inspiración del Plan.

5. A los desafíos de una misión y de un futuro de fronteras a menudo inciertas, nos proponemos responder ante todo con una actitud de fe y de generosidad. Como el joven Johann Dichtl, pronto a recoger la herencia de manos de Comboni, también nosotros reafirmamos con gozo nuestra identidad comboniana y renovamos nuestro “juramento” de consagración total a la misión, extrayendo del tesoro del testimonio luminoso de tantos de nuestros hermanos fuertemente identificados con su vocación. Por esto:

5.1 Nos profesamos personas apasionadas por la misión:

a. Elegidos y llamados por gratuita iniciativa de Dios Padre, somos consagrados y enviados a evangelizar (ad gentes);

b. la misión como proclamación del evangelio de la reconciliación y de la liberación es la opción fundamental de nuestra existencia (cfr. RV 13.1, 61), que nos hace salir del ámbito estrecho de nuestras fronteras culturales para abrirnos a todo el mundo (ad extra) y gastar nuestra vida a su servicio (ad vitam).

5. 2 Nos reconocemos todos “combonianos”, herederos del carisma de San Daniel Comboni, “La roca de la cual fuimos tallados” (Is 51,1-2):

a. de su experiencia carismática extraemos un estilo particular de vida y de misión (cfr. RV 2), vivido en la diversidad de los ministerios (cfr. RV 11);

b. recogiendo su intuición, queremos dar continuidad a su Plan de “salvar África por medio de África”, haciendo a las personas protagonistas de su propia historia y promotoras de la evangelización de otros pueblos (cfr. RV 7; RF 92-94).

5.3 Nos inspiramos en la espiritualidad del Corazón de Cristo buen Pastor, fuente de nuestro ser y actuar:

a. de la contemplación de su Corazón, como Comboni, obtenemos el impulso y las actitudes de servicio y gratuidad para nuestra vida de discípulos y enviados (cfr. RV 3; RF 59-62).

5.4 Reafirmamos nuestra opción preferencial por los pobres (ad pauperes):

a. En sintonía con el ejemplo de nuestro Fundador, privilegiamos a los pueblos o grupos más necesitados en lo que se refiere a la fe y a las condiciones de su existencia (cfr. RV 5; RF 86-88);

b. sensibles y atentos a las nuevas formas de esclavitud, nos sentimos llamados a denunciar las injusticias y a proclamar la Palabra que libera y promueve la vida en plenitud (cfr. RV 61);

c. esta opción nos compromete a vivir más radicalmente nuestro voto de pobreza, mirando a la realidad con los ojos de los pobres, cultivando el sentido de la “com-pasión” y realizando la misión con un estilo de vida sobrio, cercano a la gente y con sencillez de medios (cfr. RV 29; 45).

5.5. Acogemos como nuestra la misión marcada por la Cruz (“misión difícil”), elegida y amada por Comboni (E 1710; 1733), signo de un amor radical hacia los pueblos a los cuales somos enviados y con los cuales queremos hacer causa común (E 3159):

a. nuestro voto de castidad quiere ser signo de nuestra pertenencia total a Cristo que ha abrazado para siempre la suerte de todos los “crucificados” de la historia (cfr. RV 25.1);

b. en el rostro de nuestros hermanos ancianos y enfermos brilla el “bello testimonio de fidelidad hasta las últimas consecuencias” y de la misión en la debilidad (cfr. 2 Cor 12,10).

5.6 Confirmamos nuestra voluntad de ser “cenáculo de apóstoles” (E 2648; 4088):

a. acogemos con alegría el rostro variopinto del Instituto, cada vez más internacional y multicultural (cfr. RV 18);

b. nos comprometemos a cultivar la fraternidad, a vivir y a trabajar juntos, rechazando el individualismo y protagonismo y valorizando el voto de obediencia en un proyecto común de misión (RF 80-84),

c. compartimos el carisma con los otros miembros de la Familia Comboniana (combonianas, seculares, LMC);

d. salvaguardando nuestro papel de estímulo profético, cultivamos el sentido eclesial, insertándonos en las Iglesias locales y promoviendo la colaboración con los otros agentes pastorales y humanitarios (cfr. RV 17).

5.7 Reafirmamos nuestra apertura a los signos de los tiempos (cfr. RV 16), a las nuevas dimensiones de la misión (JPIC, reconciliación, diálogo interreligioso…), a los nuevos areópagos (promoción de los derechos humanos, periferias urbanas, situaciones de emergencia…) y a la pluralidad de ministerios:

a. esto nos compromete a realizar un discernimiento permanente para descubrir las inspiraciones del Espíritu, verdadero protagonista de la misión (cfr. RV 56.2);

b. nuestra consagración es un testimonio profético del mundo futuro y un desafío constante a un nuevo orden social que no promueve la cultura de la vida (cfr. RV 22).

D. Orientaciones programáticas

6. Para reavivar y recalificar nuestra identidad carismática, toda circunscripción persiga los siguientes objetivos:

Identidad y misión – Animación Misionera:

7. Integrar los elementos de nuestra identidad a partir de la misionaridad.

7.1 Cultivar más todavía la reflexión sobre la misión para mejor definirla y vivirla en plenitud como combonianos, confirmando la primera evangelización como opción prioritaria.

7.2 Integrar el ser y el actuar como elementos inseparables, y asumir el discernimiento como actitud de vida.

7.3 Ayudar a los hermanos a vivir la misión como servicio a la Palabra, favoreciendo el estudio de la Sagrada Escritura, de la teología carismática y de la catequética.

7.4 Confirmar nuestro estilo de vida a la opción preferencial por los pobres, buscando un mayor acercamiento de nuestras comunidades a la vida concreta de la gente a través del conocimiento de su lengua, cultura, usos, costumbres, historia, y favoreciendo experiencias comunitarias de inserción radical, en diálogo con las circunscripciones y la Iglesia local.

7.5 Sensibilizar a los hermanos para que asuman, de modo integrado y según sus carismas personales, las nuevas dimensiones de la misión (JPIC, diálogo interreligioso, reconciliación…) y a aceptar el nuevo papel del misionero, no más protagonista sino colaborador.

7.6 Renovar y recalificar la dimensión de la presencia y de la AM, como expresión del carisma y de la identidad comboniana (cfr. nn. 188ss).

Identidad y formación

8. Reforzar la iniciación al carisma en la formación de base y promover el crecimiento progresivo de la identificación comboniana en la FP.

8.1 Insistir en la dimensión de la identidad durante la formación de base y preparar adecuadamente a los formadores para esta tarea.

8.2 Dedicar mayor atención a la personalidad de los candidatos y a su identidad humana y cultural, integrando más la dimensión humana y tomando conciencia de los elementos de incoherencia en nuestra vida.

8.3 Proyectar la formación de base como inicio de un camino de seguimiento de Cristo para la misión de por vida.

8.4 Profundizar durante la formación la relación vital con la persona de Comboni.

8.5 Cultivar una actitud de crecimiento y de renovación constante, mirando a una mayor coherencia de vida y, para eso, dar un nuevo impulso a la FP.

8.6 Ofrecer la ayuda necesaria a los hermanos que viven en situaciones de crisis personal o problemas de identificación con el carisma comboniano.

Identidad y pertenencia al Instituto.

9. Para reafirmar el sentido de pertenencia al Instituto entre memoria y profecía:

9.1 Subrayar la dimensión de la identidad colectiva: volver a las fuentes de nuestra identidad comboniana; reapropiarnos de nuestra historia y de sus figuras carismáticas (conservación de la memoria); cultivar una visión global de la realidad del Instituto.

9.2 Revalorizar el papel de animación de los superiores a todos los niveles para promover el sentido de la identidad y de pertenencia.

9.3 Favorecer la comunión y la colaboración con los otros miembros de la Familia Comboniana (combonianas, seculares, LMC) y compartir nuestro carisma con los laicos.

9.4 Confrontarnos con los otros para conocer qué identidad manifestamos (“¿Quién dice la gente que somos?”).

9.5 Promover la corresponsabilidad en la ayuda fraterna.

E. Opciones operativas

10. Para realizar las orientaciones programáticas a medio y corto plazo, presentamos las siguientes opciones operativas:

Identidad, Misión – Animación misionera

11. Para integrar los elementos de nuestra identidad a partir de la misionaridad:

11.1 El CG, antes de junio del 2010, nombre una comisión que, en colaboración con el SGEV, haga una relectura sistemática del material producido en estos años en el proceso de la Ratio Missionis. La reflexión teológica sobre la misión y sobre la metodología comboniana que de ella surja será presentada en la próxima asamblea intercapitular.

Verificación en la Intercapitular.

11.2 Los SP de cada continente organicen los grupos continentales de reflexión sobre el carisma comboniano y la misión, en estrecha relación con las comisiones central y de circunscripción de FP y los secretariados de evangelización. Éstos deberán asegurar luego una adecuada comunicación a la base de los resultados de la reflexión.

Verificación en la Asamblea continental de los SP

11.3 En el contexto de la programación sexenal, el CP inicie una reflexión sobre el estilo de vida de nuestras comunidades para ofrecer orientaciones y medidas concretas de modo que nuestras comunidades estén cercanas a la vida de la gente y en sintonía con la opción preferencial por los pobres. Además, los CP favorezcan nuevas propuestas de experiencias comunitarias de inserción radical, luego de un oportuno discernimiento y en diálogo con la Iglesia local.

Verificación antes de la Asamblea Intercapitular

11.4 El CG y los CP evalúen si es posible las cualidades personales, actitudes y preparación específica de los hermanos en el momento de la asignación a un determinado servicio.

Verificación durante la Intercapitular

11.5 A ejemplo de Comboni, que dedicó una parte relevante de su vida a la AM de la Iglesia, las Circunscripciones verificarán su compromiso en este sector, usando todos los medios disponibles (TV, radio, Internet, revistas, jornadas misioneras , grupos y centros misioneros…), para colaborar al crecimiento del pueblo de Dios en su abrirse a la misión universale.

Verificación durante la Intercapitular hecha por el SGAM

 Identidad – Formación

12 Para reforzar la iniciación al carisma en la formación de base y promover el crecimiento progresivo de la identificación comboniana en la ÇFP:

12.1 Los formadores den importancia particular a la transmisión del carisma a través de testimonios significativos de hermanos.

Verificación por parte del CP, en colaboración con el SPF, antes de la Asamblea Intercapitular.

12.2 En su programación sexenal, el CG elabore, o inicie al menos una historia del Instituto para ser usada como instrumento de transmisión del carisma, particularmente en nuestras casas de formación.

Primera verificación en la Intercapitular; segunda verificación en el Capítulo .

12.3 Los CP procuren que durante el sexenio se escriba y publique la historia de la circunscripción. Pongan en marcha asimismo la recolección de datos y testimonios sobre los hermanos más significativos de la circunscripción. Encarguen, además, a un hermano para que siga recogiendo y reelaborando la “memoria histórica y carismática” de la circunscripción, proponiéndola como medio de animación y formación

Primera verificación en la Asamblea Intercapitular.

12.4 Los CP asuman la responsabilidad de animar las comunidades y animar personalmente a los hermanos para que aprovechen de las iniciativas de FP y de los ejercicios espirituales anuales. Además, hagan uso oportuno del Código Deontológico para ayudar a los hermanos en situaciones difíciles.

Verificación de parte del CP

12.5 Respetando las orientaciones de la Iglesia (ver Ritual de la profesión) y para favorecer la interiorización y el sentido de gradualidad que caracterizan la profesión perpetua, la celebración de la primera profesión tenga lugar en un contexto de sencillez y en el ámbito del noviciado.

Verificación en la Asamblea continental de los SP.

12. 6 El CG, en colaboración con la comisión central de la FP y en diálogo con los organismos de los continentes, promueva dos iniciativas significativas de FP y animación de los SP, una antes y otra después de la Intercapitular. Las mismas iniciativas pueden realizarse también a nivel de circunscripción para los superiores de comunidad.

Verificación en la Intercapitular y en el Capítulo. A nivel de circunscripción en la asamblea de Circunscripción.

 Identidad –Sentido de pertenencia

13. Para fortalecer el sentido de pertenencia al Instituto:

13.1 Los CP procuren que las comunidades apliquen los instrumentos previstos por la RV para la animación de las comunidades: consejo y carta de la comunidad, plan pastoral y retiro mensual. La Comisión de Formación Permanente y/o el Secretariado de Evangelización propongan modalidades concretas para la reelaboración de la carta y del plan pastoral. Los CP verifiquen su ejecución durante la visita a las comunidades.

Verificación por parte del CP y de la asamblea de circunscripción.

 13.2 Las comisiones de FP proporcionen subsidios y contribuciones en el campo de las ciencias humanas y de la espiritualidad que favorezcan las relaciones interpersonales en las comunidades, ayuden a resolver los conflictos y promuevan el diálogo y la acogida recíproca. Con la ayuda de expertos, además, organicen seminarios de estudio sobre las temáticas relacionadas con nuestro carisma.

Verificación por parte de los CP.

 13.3 Las circunscripciones y las comunidades vivirán las fiestas combonianas como ocasiones propicias para celebrar nuestra identidad y renovar nuestro carisma.

Verificación por parte del CP

 13.4 Las circunscripciones, en donde esto sea considerado posible y conveniente, organicen encuentros a nivel zonal para promover la comunión y contextualizar aún más la acción misionera.

Primera verificación en la asamblea de circunscripción.

 13.5 Para responder a la visión del Fundador y a la realidad pluriministerial del Instituto, el CG, al inicio de su mandato, vuelva a tomar contacto y consulte con otros institutos que tienen nuestra misma definición canónica, para solicitar juntos a la Santa Sede la modificación de “instituto clerical” a “instituto mixto”.

Primera verificación en la Intercapitular

 13.6 En el proceso de discernimiento que el CP hacen para la elección del superior local, se tomen en consideración ante todo las características personales del hermano, prescindiendo del hecho que sea padre o hermano. Si el elegido es Hermano, será posible nombrarlo superior de la comunidad como delegado del SP, pidiendo permiso a la Santa Sede.

Primera verificación en la Intercapitular.

F. Evaluación

14. Tenemos ya instrumentos y ocasiones para la verificación que deben ser valorizados mayormente: capítulo general, asamblea intercapitular, asambleas continentales de los SP, visitas del SG y consejeros, visitas de los SP y consejeros, reuniones de CP y asambleas de circunscripción.

14.1 Servirse, cuando se considere oportuno, de expertos y facilitadores (combonianos o no) para evaluaciones externas con ocasión de asambleas de circunscripción y del Instituto.

14.2 Para ayudar a los hermanos en las verificaciones, la comisión de circunscripción de FP ofrezca instrumentos de evaluación a varios niveles.