Lunes, 27 de octubre 2014
Se celebró en Roma del 15 al 19 de septiembre la reflexión sobre la actualidad del Plan de Comboni para la regeneración de Africa pasados 150 años desde el momento en que fue escrito e inspirado. Para esta reflexión llegaron representantes de las diversas provincias de los Misioneros Combonianos (MCCJ), así como, asistieron representantes de las Hermanas Misioneras Combonianas (MC), Misioneras Seculares Combonianas (MSC) y Laicos Misioneros Combonianos (LMC).


A lo largo de esta semana de trabajo, hemos llegado a algunas conclusiones que servirán de “provocación” para el próximo capítulo de los MCCJ y que también nos pueden ayudar a una reflexión más profunda:

  • El Plan de Comboni se mantiene actual en la medida que nos permite darnos cuenta de las urgencias y prioridades de nuestro tiempo. Hacemos muchas cosas importantes, pero no podemos responder a todas las necesidades, por ello debemos discernir lo que es vital para el mundo de hoy y redimensionar nuestro servicio misionero en consecuencia.
  • Comboni tuvo la inspiración del Plan porque se colocó a los pies de la cruz. Hoy la misión ya no tiene un cariz “geográfico”, por eso, a los pies de la cruz debemos tratar de darnos cuenta de los movimientos del Espíritu y cómo respondemos a nuestro mundo, no importa dónde estemos llamados a estar.
  • El “Salvar África con África” no puede limitar nuestra acción. Más bien, debe llevarnos a adoptar una metodología renovada, a la medida de nuestras fuerzas. Por lo tanto, la misión en Europa implica re-creen en los valores de la cultura europea y adoptar su lenguaje como medio de liberación y evangelización. Lo mismo ocurre con otras culturas donde reconocemos como “vital” la presencia Comboniana.
  • “Prefiero una Iglesia accidentada, herida y manchada por salir a la calle, antes que una Iglesia enferma por el encierro y la comodidad de aferrarse a las propias seguridades “, dice el Papa Francisco en la Exhortación Apostólica Evangelii Gaudium (# 49). Con este llamamiento del Papa nos interpela a atrevernos a crecer y especializarnos dentro de los ministerios que consideramos que son los más urgente y prioritarios en el mundo actual.

Después de una semana de trabajo y reflexión, partiendo del Plan de Comboni y de las interpelaciones de la propia Iglesia, se concluyó que la misión de hoy pasará siempre, y sobre todo, por la lucha en favor de la Vida.

De esta manera, animados por el carisma de Comboni, estamos llamados a repensar y redimensionar nuestro ser misionero para que muchos “tengan vida y la tengan en abundancia.”
Susana Vilas Boas, LMC