Sábado 13 de octubre de 2018
“En los varios continentes, como Hermanos, estamos comprometidos en la formación de líderes, en el acompañamiento de comunidades en los barrios populares, en actividades de Justicia y Paz, en los medios de comunicación, en el mundo de la salud y de la educación, en el acompañamiento de los afrodescendientes, en obras e infraestructuras muy valiosas para el bien común. Todos estos ámbitos de nuestra ministerialidad nos ayudan a entrar en aquel nuevo paradigma de misión sobre el cual tanto insiste el Capítulo (AC2015 n. 12). Naturalmente continúan siendo válidos y apreciados muchos otros tipos de servicios (administración, formación, animación, mantenimiento, etc.) que garantizan la vida a nuestro Instituto y a nuestra misión.” En la foto, de la izquierda: Her.no Alberto Degan y Her.no. Alberto Lamana, Asistente general.

Mensaje a los Hermanos combonianos

Hermanos combonianos.

Queridos Hermanos,
los cuatro Hermanos referentes de los respectivos (sub)continentes y el Hermano Asistente General nos hemos reunido en Roma y hemos pensado enviarles este breve mensaje para agradecer juntos a Dios, una vez más, la belleza de nuestra vocación misionera.

Nos parece importante que, después de la decisión del Capítulo de elegir en cada (sub)continente a un Hermano referente(AC2015 n.71), estos Hermanos puedan participar en los encuentros continentales de Provinciales y en la Asamblea Intercapitular según una praxis oficialmente reconocida.

Sabemos que dentro de nuestro Instituto somos una pequeña minoría: en este momento somos 221, una cifra que corresponde al 14,4% de los miembros de nuestra Congregación. En cuanto a nuestra edad media, es de 63 años, superior a la edad media del Instituto (59). Por lo que se refiere a los jóvenes, tenemos a 23 Hermanos de votos temporales; 15 de ellos se están formando en los dos CIF de Nairobi y Bogotá, y en comparación con los escolásticos, representan el 12% de los combonianos que se encuentran en esta última etapa de la Formación de Base.

Tomando en cuenta estos datos, podemos razonablemente prever que – al menos por algunos años – el número de los Hermanos combonianos seguirá disminuyendo. Sin embargo, a pesar de estos datos, en nosotros prevalece una gran esperanza. En primer lugar, hay que subrayar que en estos últimos años ha habido un aumento de las vocaciones para Hermanos, y eso nos ha permitido mantener abiertos los dos CIF, cada uno con un número significativo de Hermanos en formación. En segundo lugar, la realidad de hoy – caracterizada por formas de pobreza e injusticia estructural cada vez más acentuadas y por la desintegración del tejido comunitario – desafía de manera particular nuestra vocación y amplía los ámbitos de nuestra misión. Frente a la globalización de la indiferencia y a una economía que, en lugar de producir vida, mata (EG 50), en todos los continentes crece la sed de fraternidad, comunidad y justicia, y se abren nuevos espacios de acción para el Hermano comboniano como constructor de relaciones y promotor de comunidad.

En particular, hay varios signos de cómo el Espíritu está promoviendo la vocación y el rol del Hermano comboniano. Por ejemplo, en los últimos años en Europa el postulantado y noviciado han recibido sobre todo a candidatos Hermanos. Muchos jóvenes europeos redescubren la belleza y el deseo de una vida fraterna y solidaria, y eso nos invita a un presencia significativa que estimule un diálogo humano y vocacional. Las Provincias europeas están empezando un camino para dar vida a una Obra Comboniana de Promoción Humana (OCPH),un proyecto que abrirá nuevos espacios para el ministerio del Hermano comboniano.

En África asistimos a un verdadero florecer de la vocación del Hermano, sobre todo en Congo, Sur Sudan y Mozambique. Esta es una señal de un creciente interés por nuestra vocación. Los nuevos desafíos de la misión en África (jóvenes, educación, desempleo, etc.) ofrecen grandes oportunidades a los Hermanos para ejercer varios ministerios propios de nuestra vocación.

También en el continente americano tenemos candidatos para Hermanos en las distintas etapas de la formación de base. También en América la realidad – caracterizada por una creciente desigualdad – nos invita, como Hermanos, a crear espacios de humanidad y fraternidad, de los que la gente es cada vez más sedienta. En esta perspectiva, un número significativo de Hermanos están comprometidos en ministerios específicos, como la Pastoral Afro y la JPIC, ámbitos que hacen visible lo específico de nuestra vocación.

Todo eso nos lleva a decir que ésta es de verdad la hora de los Hermanos, y nosotros estamos llamados a colaborar con el proyecto del Reino de justicia y fraternidad con renovada fe y esperanza. Sin duda el mundo ha cambiado mucho en estos últimos decenios, pero hoy también estamos llamados a responder al grito de los más pobres y abandonados testimoniando el Evangelio, y esto buscamos hacerlo, sobre todo, a través de una praxis ministerial renovada.

En los varios continentes, como Hermanos, estamos comprometidos en la formación de líderes, en el acompañamiento de comunidades en los barrios populares, en actividades de Justicia y Paz, en los medios de comunicación, en el mundo de la salud y de la educación, en el acompañamiento de los afrodescendientes, en obras e infraestructuras muy valiosas para el bien común. Todos estos ámbitos de nuestra ministerialidad nos ayudan a entrar en aquel nuevo paradigma de misión sobre el cual tanto insiste el Capítulo (AC2015 n. 12). Naturalmente continúan siendo válidos y apreciados muchos otros tipos de servicios (administración, formación, animación, mantenimiento, etc.) que garantizan la vida a nuestro Instituto y a nuestra misión.

En este perspectiva, nuestra formación está llamada a preparar a los formandos a los nuevos desafíos de la misión. Por eso el CIF busca dar a los Hermanos una formación ministerial que los ayude a hacer una lectura de la realidad a la luz del Evangelio, y a acompañar procesos de liberación en las fronteras de la Iglesia y de la sociedad. En este compromiso el Hermano es inspirado por una profunda espiritualidad que lo lleva a reconocer la presencia de Jesús en los crucificados de la Historia.

Naturalmente, estamos muy agradecidos al camino trazado por nuestros Hermanos mayores, que nos han dejado la herencia de una misión vivida con pasión y con una fe sólida. Recordamos también a los que ya han entrado en la Casa del Padre: los sentimos unidos a nosotros en la oración, los agradecemos de corazón porque estamos conscientes que ellos han construido los cimientos sobre los que hoy nosotros nos apoyamos y construimos.

Queremos recalcar que el hecho que los Hermanos somos pocos no debe inducirnos al pesimismo, sino que nos ayuda a concentrarnos en lo que es esencial en nuestra vocación. La ‘pequeñez’ puede ser una oportunidad también para reconocer humildemente que solos no podemos llevar adelante nuestros proyectos. Dios nos está invitando a colaborar cada vez más y a crear redes con otros actores que están también comprometidos en el camino hacia el Reino. Eso es lo que buscamos hacer, por ejemplo, a través de las Obras Combonianas de Promoción Humana (OCPH), que desde siempre nos ven colaborar con los laicos, y cuya relevancia misionera ha sido reconfirmada por el último Capítulo (AC2015 n.45.7).

Por lo que se refiere a la implementación del n.53 de las Actas Capitulares (que se pida a la Santa Sede el cambio de Instituto clerical a Instituto mixto), durante la Asamblea Intercapitular nos han informado que nuestra petición, unida a la de otros Institutos, la han presentado a la Santa Sede a través de la USG (Unión de los Superiores Generales). Ahora estamos a la espera de una respuesta de parte de los órganos competentes.

Concluyendo, roguemos al Señor que, por intercesión de san Daniel Comboni, mantenga viva en nosotros la pasión por el Evangelio de la fraternidad, convencidos que esto es lo que el mundo hoy necesita más que nunca. Y le pedimos a Jesús que esta pasión logre contagiar a tantos jóvenes llamados a colaborar con su proyecto de humanizar al mundo.

Roma, 10 de octubre 2018

Her.no Fr. Jonas Dzinekou Yawovi
Her.no Jean Marie Mwamba Kabaya
Her.no Alberto Parise
Her.no Alberto Degan
Her.no Alberto Lamana