Viernes 28 de enero 2022
En el segundo capítulo de FT, el papa comenta la parábola del Buen Samaritano, que nos habla de una persona herida y de nuestras actitudes hacia los heridos. El mensaje central de esta parábola es que los hombres heridos y descartados son la prioridad de Dios. Entonces los marginados y las vìctimas de la violencia son tambièn la prioridad de nuestra acciòn misionera.

Y no se trata de una opciòn polìtica, sino de una opciòn de fe: ser cristianos “implica reconocer al mismo Cristo en cada hermano abandonado o excluido” (FT 85). De hecho,“hemos crecido en muchos aspectos, aunque somos analfabetos en acompañar, cuidar y sostener a los más frágiles y débiles de nuestras sociedades desarrolladas” (63).Francisco subraya que nuestras sociedades son ‘desarrolladas’ económica y técnicamente, pero son subdesarrolladas en el amor y en la solidaridad social: somos analfabetos en el cuidado de los más frágiles, o sea, en lo que debería ser lo propio de la vivencia de nuestra fe.

El hombre herido representa la Humanidad despreciada ydespojada de todo por sus propios hermanos. En ese hombre herido, como afirman los Misioneros Afroecuatorianos, “se reconoce también nuestro Pueblo negro, que todavía sufre los golpes de la discriminación racial y tiene que luchar por el pleno reconocimiento de su ciudadanía. Nuestro pueblo negro migra en busca de mejores días, pero no todos realizan sus metas: muchos terminan golpeados y despojados de todos sus derechos”.

El papa pone de relieve que los dos personajes que quedan indiferentes al dolor del herido – el sacerdote y el levita – son personas religiosas. De hecho, históricamente, la Iglesia ha sido cómplice de los ‘salteadores’ que esclavizaron a los negros en Amèrica. Por eso, afirma Francisco, “me asombra que a la Iglesia le haya llevado tanto tiempo condenar contundentemente la esclavitud” (86).

Hoy la Iglesia latinoamericana està al lado de los oprimidos, subrayando que, aunque no existe màs la esclavitud, todavìa “permanece una mentalidad de menor respeto acerca de indígenas y afroamericanos. De modo que descolonizar las mentes y el conocimiento… son condiciones para la afirmación de la plena ciudadanía de estos pueblos(Aparecida 96).

Descolonizar las mentes significa cambiar radicalmente la manera cómo miramos al Pueblo Afro: verlos no sólo como destinatarios sino como sujetos de la Evangelización y como portadores de valores. De hecho, el Pueblo afroamericano sufre no sólo por ser explotado a nivel econòmico, sino tambièn por ser discriminado y golpeado en su identidad y dignidad cultural. Por eso, afirman los Misioneros Afroecuatorianos, “reivindicamos el derecho a cultivar nuestra cosmovisión y nuestra espiritualidad específica, y a ser productores originales de cultura. A lo largo de la historia el Imperio ha intentado destruir nuestro patrimonio cultural; pero frente a eso, siempre hemos tenido una capacidad increíble de resurgir desde las cenizas, y de recrear nuestra identidad”.

Como afirma Francisco, “en ciertos sectores, hay un desprecio de los pobres y de su cultura” (73). Los afroamericanos quieren ser reconocidos como productores y portadores de valores culturales y espirituales. Sòlo cuando la sociedad reconozca el gran aporte que los afroamericanos han dado y siguen dando a la vida espiritual y cultural de nuestro continente, se pondrà fin a la violencia y al desprecio del cual los negros son víctimas en América.

Al final del segundo capìtulo de FT Francisco afirma: “Es importante que la catequesis y la predicación incluyan de modo más directo… la dimensión fraterna de la espiritualidad (86). Eso significa que en la vida espiritual todos los pueblos están llamados a colaborar y a enriquecerse recíprocamente de sus respectivas experiencias de Cristo.

En cuanto a la discriminación en el ámbito social, eso se debe a nuestradesidia social y política”(FT 71): la política està llamada a re-enfocarse en la construcciòn del bien común, superando todo tipo de discriminación y garantizando, ante todo, la dignidad y los derechos de los ‘descartados’. Reconquistar esta dimensiòn cristiana de la politica es un desafìo misionero para todos los discípulos de Jesùs.

[H.no Alberto Degan - combonimission.net]