Fiesta de San Daniel Comboni
10 de octubre de 2025

REAVIVAR EL FUEGO
DE LA PASIÓN MISIONERA

Queridos hermanos:
Os saludamos con la paz y la alegría de Nuestro Señor Jesucristo y os expresamos nuestros más cordiales deseos con motivo de la solemnidad de San Daniel Comboni, nuestro Fundador. Este día es una ocasión especial para todos nosotros y para todos aquellos que han visto sus vidas iluminadas por su ejemplo y su misión.

Hace dos semanas concluyó nuestra Asamblea Intercapitular, que comenzó con una jornada de formación sobre el tema «Reavivar el fuego por la Misión». De ella surgió con fuerza la urgencia de reforzar nuestra unidad y construir comunidades capaces de responder a los retos de nuestro tiempo, valorando con cuidado los recursos humanos y materiales de que disponemos. Al mismo tiempo, debemos reconocer que nuestra identidad comboniana necesita ser custodiada y reforzada: algunos hermanos abandonan el Instituto, otros se retiran, y nos preguntamos dónde está hoy el valor de ir donde otros no se atreven.

Desde el principio hemos sido una familia internacional y multicultural. Esta diversidad no es un simple detalle: es un signo del Reino y un testimonio de que la comunión entre los pueblos y las culturas es posible en Cristo. Es un mensaje de esperanza para un mundo a menudo dividido. Custodiar este don es hoy más necesario que nunca, si queremos superar los nacionalismos y tribalismos que amenazan con infiltrarse también en nuestras comunidades.

Para afrontar estos retos, debemos reavivar el fuego de nuestra pasión misionera. El fuego es símbolo de celo, valentía y convicción; nos impulsa hacia la misión y nos sostiene en los momentos difíciles. Jesucristo, primer «Misionero del Padre», afirma: «He venido a traer fuego a la tierra, ¡y cómo desearía que ya estuviera encendido!» (Lc 12,49). También Comboni recurría a menudo a la imagen de un «corazón ardiente de puro amor de Dios»: «Cuando el Misionero de la Nigricia tiene ardiente el corazón de puro amor a Dios, y con la mirada de la fe contempla lo sumamente beneficiosa, grande y sublime que es la Obra por la que él se fatiga, todas las privaciones, los esfuerzos continuos, los más duros trabajos se vuelven para su corazón un paraíso en la tierra» (Escritos, 2705).

Cuando este fuego arde en nosotros, las cruces y las dificultades no pueden detenernos. Un corazón encendido permanece fijo en la meta y no se deja distraer por los obstáculos o los fracasos.

Estamos convencidos de que una misión como la nuestra —cuyos frutos a menudo no veremos plenamente, en la que años de trabajo pueden parecer vanos, y que desafía la lógica y a veces parece desesperada— solo puede llevarse a cabo si estamos realmente inflamados por la pasión.

Hoy más que nunca sentimos la llamada a reavivar este fuego. Muchos de nosotros nos sentimos cansados o frágiles, y este cansancio también afecta a las comunidades. Para alimentar la llama, hay que quitar las cenizas y añadir leña nueva. La mejor manera de hacerlo es volver al fuego original que ardía en nosotros cuando recibimos la llamada misionera comboniana, esos momentos en los que la vida de Comboni y la misión de los Misioneros Combonianos nos tocaron profundamente.

Cada uno de nosotros guarda el recuerdo de cuando la vida de Comboni encendió su corazón: tal vez fue su altruismo al escuchar la llamada de Dios, a pesar de ser hijo único; o el valor de dejar el Instituto Mazza para seguir lo que consideraba esencial; o la perseverancia ante las oposiciones, incluso por parte de la Iglesia; o la fe tenaz durante la pérdida de sus compañeros; o su convicción de la dignidad del pueblo africano, su incansable compromiso con una transformación humana integral, su apertura a las diferentes culturas y su visión profética de la misión.

Sea cual sea la chispa que nos iluminó, sigue viva y puede reavivar nuestro fuego. Cuando dejamos que arda de nuevo, superamos el cansancio, la indiferencia y las cómodas costumbres; nuestro amor por la misión se renueva y nos da fuerzas para afrontar cualquier desafío.

¿Y qué mejor momento que la fiesta de nuestro Fundador para reavivar esta llama, recordando que nos ha dado una identidad única en la Iglesia y en el mundo como Misioneros Combonianos del Corazón de Jesús?

¡Feliz fiesta!

Roma, 10 de octubre de 2025
Solemnidad de San Daniel Comboni,

El Consejo General