In Pace Christi

Piotti Mario

Piotti Mario
Fecha de nacimiento : 15/07/1927
Lugar de nacimiento : Oggiona con San Stefano/MI/I
Votos temporales : 09/09/1947
Votos perpetuos : 20/09/1951
Fecha de ordenación : 07/06/1952
Fecha de fallecimiento : 27/02/2009
Lugar de fallecimiento : Milano/I

El P. Mario Piotti nació el 15 de julio de 1927 en San Stefano Arno, provincia de Varese. Entró en el seminario arzobispal de Milán, situado en Venegono Inferior (Varese), en 1945; cuando estudiaba 1° de liceo pidió y obtuvo el permiso de los superiores y de sus padres para entrar en los Misioneros Combonianos: “Me empujó a dar este paso, después de mucha reflexión y oración, una voz interna que escuchaba desde mucho tiempo atrás”.

Hizo el noviciado en la casa comboniana de Venegono Superior (1945-1947), pronunciando los primeros votos el 9 de septiembre de 1947 y los perpetuos en 1951. Hizo la teología en las casas de Rebbio, Troia, Brescia y Venegono. Fue ordenado sacerdote el 7 de junio de 1952 por el cardenal Ildefonso Schuster. En los años 1952-1957 estuvo en Crema, como ecónomo local y animador misionero, después en Carraia en el ministerio pastoral.

En julio de 1957 fue mandado a Sudán, donde se quedó durante seis años, es decir hasta la expulsión en masa de los misioneros. Su campo de trabajo fue Mayen y Wau. En su tiempo se habían quitado a los misioneros las escuelas de la misión y por eso se podían dedicar más libremente al apostolado en las aldeas, pero eso tampoco evitó ni retardó la expulsión ni nuevas leyes restrictivas. Se acercaban los días tristes de la expulsión en masa del Sur Sudán, acaecida en 1964.

El P. Mario, se quedó pocos meses en Italia. En julio de 1964 salía con el primer grupo destinado a Togo. Llegó a Lomé con otros siete hermanos “fundadores” de la misión comboniana (6 padres y 2 hermanos), el domingo 19 de enero de 1964. La acogida por parte de la gente fue sencilla y grandiosa a la vez. Parecía como si toda la ciudad hubiese salido a recibirlos. El P. Mario tenía 37 años cuando llegó a Togo. Él y el P. Ezio Rossi fueron enviados a Kpalimé, a 120 Km. al norte de Lomé. El 5 de mayo se creaba la parroquia de Kodjoviakopé, con una población estimada de 45 mil personas, al oeste de la capital Lomé, y frontera con Gana, donde fue coadjutor del P. Francesco Cordero, párroco y superior de la delegación.

Los comienzos no fueron fáciles: las necesidades eran inmensas y los medios escaseaban terriblemente. El medio habitual de transporte era la moto. Un trabajo enorme esperaba a los misioneros, que debían visitar también las aldeas y cabañas que había alrededor de la ciudad que llevaban mucho tiempo abandonados. El P. Mario se puso enseguida a trabajar, sobre todo entre los jóvenes, como hubiese hecho cualquier párroco en un oratorio de la diócesis de Milán. Años después, aquellos jóvenes, ya adultos, se recordaban del P. Mario que había marcado sus vidas organizando grupos de oración (con viajes al monasterio benedictino de Dzogbegan), juegos de equipo y tantas otras actividades.

Desde noviembre el P. Mario manifestaba algún problema de salud. Era internado en el hospital de los Hermanos de San Juan de Dios de Afagnan, donde trabajaba la otra comunidad comboniana de los primeros tiempos en Togo. Entre altos y bajos, el P. Mario siguió desenvolviendo su trabajo, sobre todo entre los jóvenes, un trabajo que el P. Cordero describe como el de “un verdadero artista”.

En noviembre de 1971 volvió definitivamente a Italia. El clima de Venegono lo ayudó a ponerse en forma, y desarrolló los servicios que se le encomendaron en la provincia.

En Italia trabajó en distintas casas como superior local y adjunto a varios trabajos de responsabilidad de la provincia: en Venegono (1971-1977), donde en septiembre de 1971 se reabrió el noviciado; en Roma (1977-1981) se encargó del secretariado provincial de la evangelización, superior y responsable de ACSE; en Bolonia (1981-1987), como provincial; otra vez en San Pancrazio, Roma, (1987-1992), como secretario provincial de la evangelización, superior, encargado del servicio de viajes y de ACSE.

Destinado a Centroáfrica, tuvo que renunciar después de 18 meses (1992-1994), por motivos de salud. Volvió a Italia, fue enviado a Milán (1995-2005) como superior y responsable del CAA. Después empezó su periodo de “reposo”, primero en Gozzano (2005-2008) y luego en Milán.

Recordamos las palabras del P. Lino Spezia el día de su funeral: “Para el P. Mario no fue nada fácil volver a Milán. Volver quería decir confrontarse con la enfermedad, con la debilidad del cuerpo, aceptar no ser autosuficiente, tener que depender. Tenía ganas y voluntad de superar su enfermedad: ir al hospital, operarse del intestino y mejorar su calidad de vida. Pienso que lo que le sostuvo en ese tiempo fue la oración. Viéndolo en la capilla, en su silla de ruedas con el breviario en la mano, se notaba que trataba de releer esta fase de su vida a la luz de los Salmos y encontrar en ellos la manera más sana de conjugar la vida y sus aspiraciones (naturales) con la enfermedad y sus consecuencias. No veía la ‘euforia’ que le acompañaba siempre en su vida, pero sí se notaba su reflejo, al arrostrar día a día su situación, acogerla, entrar en diálogo con ella y aceptar vivirla hasta el final. Había entendido que sus días estaban contados, pero era capaz de vivir el dolor con la madurez de la fe que se hace ‘belleza’ porque es testimonio. Solo a pocos les manifestaba su dolor para pedirles, con discreción, ayuda para vivir bien, como misionero y a fondo, el trecho de vida en el que solo queda lo que es verdadero y todo el amor que uno lleva en el corazón y que ha donado”.

Moría la noche del 27 de febrero de 2009, después de haberse despedido por la tarde de sus familiares.