In Pace Christi

Manzi Gaetano

Manzi Gaetano
Fecha de nacimiento : 01/11/1939
Lugar de nacimiento : Quindici/Avellino/Italia
Votos temporales : 09/09/1961
Votos perpetuos : 09/09/1963
Fecha de ordenación : 28/06/1964
Fecha de fallecimiento : 06/06/2011
Lugar de fallecimiento : Kinshasa/RDC

El P. Gaetano Manzi nació en Quindici, provincia de Avellino, el 1° de noviembre de 1939. Su aventura misionera y comboniana empezó cuando, llegando del seminario interdiocesano de Nola, entró en el noviciado de Gozzano. Allí hizo sus primeros votos el 9 de septiembre de 1961, pasando luego al escolasticado de Venegono. Como había cursado en el seminario algunos años de Teología, en 1964 consiguió terminarla y se unió al nutrido grupo de Combonianos que en 1964 se ordenaron como sacerdotes en Verona.

Durante el estudio de la Teología, el P. Gaetano mostró grandes capacidades de reflexión, de síntesis y de memoria. Por eso los superiores le pidieron ir a Roma a licenciarse en Teología Moral.

En julio de 1967 fue enviado a Burundi. Después de algunos meses de preparación en la cultura y el estudio de la lengua kirundi, pasó a Butara y luego a Gisanze. La historia de Burundi está llena de momentos bellos y momentos trágicos. Las luchas por la independencia, concedida finalmente en 1962, dejaron contrastes e incomprensiones en la sociedad burundesa. Por eso, el problema número uno de la Iglesia era el de favorecer la paz y el entendimiento sobre todo entre las etnias Tutsi (12%), Hutu (85%) y Twa (3%). Los acontecimientos que tuvieron lugar desde 1962 hasta 1973 no estuvieron exentos de violencias, masacres y divisiones. Los Combonianos suplicaron a los obispos se declarasen en favor de la paz, la concordia y el respeto de la vida humana. Se calcula que en 1972 en Burundi 200.000 personas fueron masacradas, principalmente Hutu. Esta situación trágica afectó profundamente el ánimo del P. Gaetano quien eligió enseguida ponerse de la parte de los perseguidos, de los pobres y de los excluidos. Por eso, en 1973 se marchó a Ruanda, a la diócesis de Butare, para dedicarse a asistir a los refugiados y reflexionar sobre el nuevo tipo de acción que los Combonianos debían emprender. Cuando en 1977 todos los Combonianos fueron expulsados por el gobierno de Burundi, al P. Gaetano le pareció que su presencia no tuviese ya sentido. Pidió un año sabático que lo pasó en Roma.

Después fue enviado a Congo y se convirtió en uno de los mejores conocedores de la zona de los Grandes Lagos de África, aprendiendo las distintas lenguas. Hizo una experiencia pastoral en la parroquia de Ango (diócesis de Bondo), luego fue a Kisangani, como profesor de filosofía en el seminario interdiocesano, y finalmente a la parroquia de Tadu (diócesis de Isiro). De 1988 a 1989 hizo otro año sabático en Italia. Cuando volvió a Congo, a Kinshasa, pidió hacer una experiencia de inserción, al servicio de los más pobres de todos, los niños de la calle, a quienes se les llamaba “shege”. Alquiló una caseta en una zona popular, adonde los chavales y los jóvenes sin techo podían acudir a lavarse y lavar sus pobres vestidos. El P. Gaetano se ocupaba de ellos, curaba sus heridas, debidas sobre todo a la malnutrición, distribuía medicinas y se mostraba siempre disponible a escuchar a cualquiera que llamase a su puerta. No tenia televisión, tan solo una radio para escuchar las noticias. Obedeciendo a sus superiores, pasaba un día de la semana en la comunidad de la casa provincial.

Así el P. Gaetano transcurrió los últimos años de su vida, siempre en las barriadas populares, aunque cambiando a menudo de casa. Últimamente vivía en Barumbu, en la parroquia de San Rafael. En medio de los pobres vivió también los trágicos acontecimientos de la guerra de conquista de 1996, con la caída del régimen de Mobutu, y la de 1998 que dividió al Congo, hasta la paz de Sun City, en Sudáfrica (2004). Tragedias que causaron millones de muertos en el África de los Grandes Lagos – más de cinco tan solo en Congo – hacinando en la capital a centenares de miles de personas y haciendo aumentar desmesuradamente la pobreza. Y el P. Gaetano se planteaba el problema de cómo el Instituto y la Iglesia congoleña podían responder a esta situación.

A veces los superiores y algún hermano lo consideraban como un “caso” por resolver. Sin embargo el P. Gaetano era un profeta. Era un hombre que veía lejos y se empeñaba en la vida concreta de todos los días como cristiano y misionero. Por eso, naturalmente, llevaba una vida incómoda. Por encima de una habitación para dormir y una ducha, no tenía otras comodidades. Para comer, se contentaba con poco y todo lo que tenía lo ponía a disposición de los pobres y de los últimos del barrio.

El P. Gaetano murió como vivió, pobre, el 6 de junio de 2011, rodeado por el llanto de los “shege” y de los pobres a quienes siempre había ayudado y servido con caridad.

El P. Eliseo Tacchella, provincial, durante el funeral, definió al P. Gaetano como a un hombre que vivió totalmente en la fe, en la esperanza y en la caridad. Parecía imposible que pudiera conducir una vida señalada por la incerteza, la pobreza y el aislamiento. Pero sorprendió a todos: durante veinte años, hasta su muerte, compartió la vida de los más pobres y abandonados. No todos sus proyectos y sus iniciativas se realizaron pero, a pesar de todo, nunca se echó atrás.
(P. Tonino Falaguasta Nyabenda)