In Pace Christi

Pilati Tarcisio

Pilati Tarcisio
Fecha de nacimiento : 10/01/1925
Lugar de nacimiento : Lavis/Italia
Votos temporales : 15/08/1946
Votos perpetuos : 20/09/1951
Fecha de ordenación : 07/06/1952
Fecha de fallecimiento : 26/10/2013
Lugar de fallecimiento : Khartoum/Sudan

El P. Tarcisio nació el 10 de enero de 1925 en el pequeño pueblo de Pressano, ayuntamiento de Lavis en la provincia de Trento. En 1941 entró en la escuela apostólica de Trento. En 1944 pasó al noviciado de Venegono donde después de dos años hizo los primeros votos. Fue ordenado sacerdote en Milán el 7 de junio de 1952. En septiembre siguiente partió para Jartum y en octubre comenzó a enseñar en la Technical School. A su llegada el P. Agostino Galli, viendo que no sabía nada de inglés ni de árabe, le entregó un diccionario recomendándole hacer todo lo posible. El P. Tarcisio aprendió de modo autodidacta ambas lenguas, alcanzando un buen nivel.

Transcurrido su primer período sudanés, es decir hasta 1966, primeramente en la Saint Joseph Technical School, y después en la comunidad de El Nahud, en Port Sudán y Atbara, como enseñante de inglés. Como sabemos las escuelas eran desde siempre la actividad principal en Sudán del Norte, mientras que el trabajo pastoral recibió un gran impulso solo al inicio de la década de los 80, después de la llegada masiva de los negros del sur que escapaban de la guerra.

En 1966 el P. Tarcisio fue destinado a Uganda, también para que pudiese hacer una buena experiencia pastoral en contacto directo con la gente. Allí permaneció casi seis años, trabajando en las misiones de Ngeta, Aboke y Minakulu, todas ellas en la diócesis de Lira. En Uganda tuvo la oportunidad de encontrarse con su hermano Germano, también él comboniano. Cerca ya de los cincuenta años de edad y después de 20 años en África, sintiendo la necesidad de un período de reflexión, pidió permanecer un año fuera de la comunidad comboniana; pero comprendió pronto que su vida era la misión y pidió regresar.

En 1974 fue enviado por segunda vez a Sudán donde transcurrió el resto de su vida.

El Comboni College fue la misión más querida del P. Tarcisio: enseñó ininterrumpidamente durante 20 años, hasta 1996. En los últimos años tuvo nuevamente ocasión de enseñar inglés y árabe a los seminaristas y a los postulantes combonianos, antes de ser transferido por segunda vez a Port Sudán, luego a Jartum Bahri y, finalmente, a El -Obeid, donde se dedicó, según sus fuerzas, hasta el final, a hacer pequeños servicios pastorales. Hasta el último mes de vida - tenía ya 88 años - era feliz pudiendo celebrar la misa para las Hermanas de la Madre Teresa durante la semana y para los prisioneros los domingos. Este último servicio era para él bastante familiar porque ya en los últimos años en Jartum Bahri iba cada domingo a la gran prisión de Kober para la misa y las confesiones.

El P. Tarcisio tenía una personalidad muy fuerte y compleja. A pesar de sus opiniones radicales, quien ha vivido cerca de él pudo descubrir también su sorprendente capacidad de autocrítica y de saber cambiar de actitud cuando era necesario. No obstante algunos contrastes con algún hermano, cuando caía en la cuenta de haberse equivocado y de haber tratado a alguno de modo injusto, se apresuraba a pedir perdón. En la vida de cada día era muy regular y puntual; su jornada se organizaba entre oración, trabajo y lectura.

Tenía un estilo de vida austero, cuasi exagerado. Una vez en Port Sudán, los prófugos eritreos que le resultaban agradecidos porque celebraba para ellos la misa todos los viernes, viendo su vieja ropa, hicieron una colecta para comprarle algo nuevo. El P. Tarcisio no quería aceptarla pero los compañeros le dijeron que los prófugos se habrían ofendido de su rechazo. Entonces aceptó el regalo pero la ropa nueva se la ponía solamente cuando iba al campo de refugiados para la misa. Nunca ha tenido reloj ni mucho menos cámaras fotográficas, celulares u ordenador. Nunca se quejó de la comida o de la falta de comodidad. No le gustaba viajar ni tomar vacaciones que calificaba como excursiones.

Algunos excesos de su carácter se manifestaban también en el campo intelectual y espiritual y a veces surgían discusiones encendidas con los hermanos. Después de leer el Corán, tanto en italiano como en inglés, ponía en tela de juicio a los misioneros que habían gastado su vida entre los musulmanes sin conocer aquel texto. Había escrito en un librito los versos más importantes del Corán tratando de encontrar una respuesta para sus persistentes interrogantes: ¿Cómo pueden los musulmanes vivir en paz con los no musulmanes?

Seguía los acontecimientos internacionales y se mantenía regularmente informado de las noticias referentes a Sudán, ansioso de poder presenciar una nueva era y convencido que los tiempos modernos habrían aportado respuestas a sus preguntas.

Era su deseo irrenunciable permanecer en Sudán hasta la muerte y Dios le concedió esta gracia. Dos semanas antes de morir fue trasladado de urgencia desde El Obeid a Jartum, donde se descubrió que tenía un cáncer de hígado en fase muy avanzada. Durante sus últimos días, mostró una enorme gratitud hacia los hermanos y las hermanas combonianos que habían cuidado de él en Villa Gilda. Murió la mañana del 26 de octubre de 2013, hacia las ocho de la mañana con gran serenidad.
(P. Angelo Giorgetti, mccj).