Nacido el 14 de mayo de 1944 en Vermiglio (Trento), una pequeña aldea de 2.000 habitantes en aquel tiempo, el Hno. Gianni ha sido siempre un amante de las tradiciones locales y de sus montañas. Los años posteriores a la Segunda Guerra Mundial no fueron fáciles en el Norte de Italia, en la frontera con Austria, y Gian Pietro debió trasladarse a Trento para la escuela primaria y media, que hizo con los Capuchinos, mientras que para la escuela de formación profesional fue al instituto Artigianelli, donde aprendió el oficio de tipógrafo.
En 1965 entró en el Instituto. Terminado el noviciado en Florencia, emitió los primeros votos en 1969 y, dado que se necesitaban más enfermeros que tipógrafos, hizo un curso de auxiliar sanitario en Pordenone, al tiempo que frecuentaba la escuela de teología.
En 1973 llegó por primera vez a Etiopía con un buen grupo de jóvenes Hermanos asignados a aquella provincia. Su llegada coincidió con el período de pleno desarrollo e la misión comboniana en el Vicariato de Hawassa. Las exigencias de la misión requerían la humilde pero esencial contribución de Hermanos dedicados a las construcciones y a las estructuras de la misión. El Hno. Gianni estuvo entre los pioneros de la estación misionera de Teticha, en el Vicariato. Hay que recordar su generoso servicio a la Iglesia local en un escenario político particularmente difícil. En efecto, bajo el régimen marxista de Derg, había restricción de movimientos y de uso de carburante, escaseando todo tipo de bienes. No era fácil para el Hno. Gianni, encargado de buscar materiales de construcción, encontrar y transportarlos. Recordamos su fortaleza, la fatiga y la serenidad mientras cubría largas distancias con su camión sobre malas carreteras, poniendo en riesgo su incolumidad personal.
Desde 1982 hasta 1992 estuvo encargado del Centro de Enfermos de Verona. Como demostración de sus capacidades, tenemos no solo el aprecio de los hermanos que lo han conocido en aquel periodo, sino también su sucesiva asignación al hospital de Matany, en la diócesis de Moroto, en Uganda. Allí permaneció desde 1993 hasta 1998, ocupándose de los pobres y de la gestión financiera y del personal de capacidades administrativas.
Regresó a Etiopía en 2006 y le fue confiada la administración provincial, precisamente por la sobriedad y competencia con la que gestionaba los bienes. Allí permaneció hasta la muerte con la excepción de un periodo de convalecencia en Italia (2009-2011).
Entre los jóvenes combonianos que llegaban a Etiopía para sus primeros encargos, muchos lo elogiaban mientras otros quedaban perplejos ante la franqueza del Hno. Gianni, que deseaba que los hermanos fueran excelentes en transparencia, responsabilidad y sinceridad. Probablemente, sabiendo cuán difícil era para él gestionar la lengua local, no le ahorraba a los nuevos llegados las críticas por la lentitud de sus avances e insistía sobre la necesidad de adquirir familiaridad con el ambiente y la cultura etíope.
En la comunidad de Hawassa encontró gran acogida por su gentileza y sensibilidad de su carácter. Al Hno. Gianni le gustaba encontrarse al atardecer, después de la cena, con los hermanos para intercambiar opiniones y alguna discusión sobre el Evangelio del día, la homilía de la misa o la Juventus, su equipo del alma.
Desde hace algunos años –había sufrido varias intervenciones quirúrgicas- su salud era delicada. A los setenta años, sabía que tenía que estar disponible para cualquier eventualidad, después de haber superado un ictus en 2005. En diciembre del 2015 tuvo otro. Normalmente, él quitaba importancia a su condición física. Esta vez, sin embargo, aceptó ser llevado inmediatamente a Addis Abeba para un control. Se le aplicó una terapia intensiva y parecía que se recuperaba y ya insistía para volver pronto a la comunidad. Un día después, 8 de diciembre, los compañeros que fueron a verlo lo encontraron más débil que de costumbre.
Mientras combonianos y combonianas estaban reunidos para celebrar la fiesta de la Inmaculada, el primer día del Año de la Misericordia anunciado por el Papa Francisco y la conclusión de las celebraciones del jubileo de oro de la presencia comboniana en el Vicariato de Hawassa, a las 18.30 horas, el Hno. Gianni entregó su alma al Padre.
Participaron en el funeral, además de sacerdotes, religiosos y laicos del Vicariato, muchos pobres que habían tocado a las puertas de la misión y habían encontrado la acogida y la atención del Hno. Gianni. Sus restos fueron sepultados en el cementerio católico de Hawassa, como era su deseo.
El P. Tesfaye Tadesse, Superior General, le escribió una carta de despedida para darle las gracias por su vida misionera, por su dedicación y profesionalidad, por el servicio ofrecido a los hermanos enfermos de la Casa Madre de Verona y a tantos hermanos y hermanas del hospital de Matany en Uganda.
(P. Julio Ocaña Iglesias)