In Pace Christi

Dalfovo Alberto

Dalfovo Alberto
Fecha de nacimiento : 27/11/1933
Lugar de nacimiento : Las Heras/Argentina
Votos temporales : 09/09/1953
Votos perpetuos : 09/09/1959
Fecha de ordenación : 02/04/1960
Fecha de fallecimiento : 03/02/2016
Lugar de fallecimiento : Castel d'Azzano/Italia

El P. Alberto, conocido como Tito, nació el 27 de noviembre de 1933 en Las Heras, Buenos Aires (Argentina), a donde sus padres habían emigrado. Pocos años después regresaron a su patria, en Andalo (provincia de Trento, Italia) y Alberto, educado en esta familia profundamente católica, decidió muy pronto consagrar su vida a la misión.

Vivió los años de la formación –de 1951 a 1960– en Florencia, Sunningdale (Inglaterra) y Venegono (VA, Italia). Ordenado sacerdote en abril de 1960, transcurrió toda su vida sacerdotal-misionera en Uganda, de 1960 a 2008, salvo un breve paréntesis de dos años en Roma (1982-1984) como Secretario General

A su llegada a Uganda en 1960, fue enviado a Koboko, como ayudante del P. Bernardo Sartori, que era párroco, junto con el P. Francesco Cifaldi, que era director de las escuelas. Esta su primera experiencia de misión al lado de un santo, P. Sartori, ha sido fundamental, dijo el P. Maurizio Balducci en el funeral. “Su vida ha estado totalmente dedicada a la búsqueda y profundización de la verdad, del rostro de Dios Sabiduría encarnada, que se revela en el ser humano y en las culturas”.

El P. Antonio Solcia, que vivió con él en Uganda, lo recuerda: “Apenas llegado, se aplicó al estudio de la lengua Kakwa y, como era dotado para las lenguas, llegó a aprenderla bien: creo que es el único comboniano que aprendió esta lengua. Después de un año, el P. Sartori fue a abrir la misión de Otumbari y el P. Alberto quedó solo en la parroquia. Un año más tarde fue también él a Otumbari. Además del ministerio, se comprometió en la construcción de la iglesia, involucrando a todos los cristianos con una colecta.

Cuando se marchó el P. Meneghini de Arua, le pidieron que fuera allí, a la parroquia de Cristo Rey, para ser el director de Nile Gazette, un boletín en inglés para Arua y una parte de Gulu. Por entonces comenzó a estudiar las costumbres y tradiciones de los Logbara. Visto el buen trabajo que hacía con Nile Gazette, se le pidió que tomara la dirección de Leadership, que en aquel tiempo se imprimía solamente para el Norte de Uganda. Mientras tanto, se sumergió cada vez más en los estudios, inscribiéndose en la Universidad de Makerere, para un Master. Su tutor, admirado del empeño con que el P. Alberto realizaba las diversas investigaciones –empeño, según él, innecesario para un Master–, le propuso seguir hasta el doctorado (PHD), muy difícil de conseguir, incluso en aquellos tiempos. El P. Alberto, animado por la propuesta, presentó su trabajo, siendo el segundo estudiante en conseguir este título de estudio.

En aquel tiempo, un docente muy conocido en aquella universidad, el profesor John Mbiti, dejó la cátedra de Filosofía y pidió al P. Alberto que pidiese sustituirlo. Así fue como el P. Alberto pasó a formar parte del staff del Makerere University. Este encargo lo mantuvo muy ocupado, entre otras cosas, por los diversos seminarios que debía dar en el extranjero.

El P. Alberto publicó también un librito de “Proverbios Logbara”, que sigue siendo apreciado, y diversos artículos para la revista Anthropos. Dejó la cátedra por pensión, pero por algunos años siguió acompañando a algunos estudiantes en sus investigaciones, hasta que la enfermedad lo obligó a retirarse”.

En 2008 regresó a Italia por motivos de salud, yendo primero al Centro de Enfermos de Verona y, después, al Centro Hno. Alfredo Fiorini, de Castel D’Azzano, donde estuvo hasta un día antes de su muerte. El 2 de febrero de 2016 ha sido llevado al hospital del Negrar, donde murió al día siguiente.

El periódico local, Trentino, ha escrito que la muerte del P. Alberto ha causado un grave luto en la comunidad de Andalo y ha publicado las palabras de la asesora de cultura, Claudia Osti, en nombre de la administración municipal: “Persona límpida, reservada, elegante, hábil orador, agudo filósofo y religioso, deja un gran vacío y también un inmutable ejemplo de vida”.

A propósito del último período, el P. Balducci ha dicho: “El carácter osco y reservado no lo ayudaba ciertamente en las relaciones, pero los largos años de enfermedad lo han purificado. Creo que, con la ayuda del P. Sartori, estos últimos años han sido de gran búsqueda y relectura, ya no académica, sino interior, de la persona humana y de su persona”.

El P. Giovanni Taneburgo, hablando de la estima en que siempre lo han tenido los hermanos y la ternura y amistad que lo han unido a él en los últimos años, ha querido subrayar algunos aspectos de este misionero que “deja una herencia, que puede ser verdaderamente creativa. A quien lo miraba desde lejos, el P. Alberto podía aparecer serio, exigente, no muy sensible con los que tenía cerca, totalmente absorbido por sus intereses de estudio, de enseñanza, de afirmación. Pero quien, teniendo que relacionarse con él, pudo ir más allá de las apariencias, pudo descubrir un P. Alberto completamente diverso, gracias a sus rasgos interiores: tenía un gran sentido de Dios, que ponía en el centro de su vida, sobre todo, en el contexto de la oración. Era un hombre coherente, todo de una pieza, no aceptaba componendas, a veces con una fuerza que podría parecer exagerada. Tenía un profundo sentido de la misión que le había sido confiada por el Señor, con una nota única, la enseñanza; le importaba mucho y preparaba cada clase que debía dar en la Universidad con mucha exigencia. Amaba al Instituto y sufría cuando le parecía que el conocimiento del Fundador no era adecuadamente promovido o que había hermanos sin un claro sentido de pertenencia a la familia comboniana. Era muy sensible al dolor y frecuentemente cedía al lamento, pero este lamento se convertía después en oración y aceptación de la voluntad de Dios”.