In Pace Christi

Ferrari Andrea

Ferrari Andrea
Fecha de nacimiento : 17/08/1922
Lugar de nacimiento : Urago d'Oglio (I)
Votos temporales : 15/08/1949
Votos perpetuos : 15/08/1955
Fecha de fallecimiento : 22/01/2017
Lugar de fallecimiento : Milano/Italia

El Hno. Andrea Ferrari nació en Urago d’Oglio, provincia de Brescia, el 17 de agosto de 1922. “Es un joven casto, pío, sereno, obediente y voluntarioso. Estoy seguro de que hará bien”, escribía el párroco de la Iglesia de San Lorenzo Mártir de Urago d’Oglio, el 13 de junio de 1947, presentando al superior del seminario comboniano de Brescia a su parroquiano, Andreino Ferrari, que aspiraba a ser Hermano misionero.

El Hno. Andrea hizo el noviciado en Florencia e inmediatamente después fue enviado a Sunningdale, Inglaterra, para aprender el inglés. Después de una breve estancia en Stillington, como encargado de la casa, fue destinado a Uganda, donde pasó treinta años de vida misionera, en dos diversos periodos, intercalados por un periodo de quince años en Italia, en las casas de Verona y Limone.

Su primera comunidad ugandesa – ha escrito el Hno. Luciano Giacomelli sobre él-, fue “Nyapea, una extensa misión, donde había dos grandes misioneros, los PP. Spazian y Campi. El Hno. Andrea pronto se puso manos a la obra: Inició una escuelita de artes y oficios y continuó con la construcción de otros edificios que respondían a los proyectos de sus compañeros de comunidad que trabajaban sin descanso en hacer llegar el evangelio entre los Alur. Los catecúmenos y la gente ayudaron al Hno. Andrea a preparar los ladrillos (se habla de un millón) para construir una iglesia grande que pudiese contener a todos los cristianos que un día llegarían (y así fue). La escuela de artes y oficios, surgió gracias a la iniciativa y constancia del Hno. Andrea, allí se ayudaba a los jóvenes a aprender un oficio que les facilitaría encontrar un trabajo una vez concluida su preparación. El Hno. Andrea trabajó también en Kampala, en la casa provincial, acogiendo con premura a los hermanos de paso, sonriendo siempre y dispuesto a servirles”.

Después de muchos años de misión en Uganda, pasando por  Nyapea, Arua, Parombo y Pakele, el Hno. Andrea fue llamado a Italia, a la comunidad de Verona para que ayudara al Hno. Bonadimani en la Procura y expediciones. Le gustaba hacer bien su trabajo. Mientras estuvo en Verona se hizo cargo de su hermano que se había quedado solo, con graves problemas de salud y que, con el permiso de los superiores, fue acogido en la Casa Madre. De ese modo, el Hno. Andrea podía asistirlo continuamente mientras cumplía con el servicio que se le había encomendado. Cuando terminó allí fue enviado tres años a Limone.

En 1989 fue de nuevo destinado a Uganda, primero estuvo en Aliwang y después en Kampala. Antes de regresar a la misión, en agosto de 1997, su párroco lo invitó para que diera su testimonio a los feligreses. Entre otras cosas dijo: “El tiempo de mis vacaciones ha pasado rápido, y ahora estoy listo para volver a mi misión en Uganda. Siempre he amado la misión, en particular al Uganda, donde he estado 30 de mis 48 años de consagración. Ha habido momentos de alegría y de tristeza, especialmente en el periodo de la guerra y la guerrilla que, desde hace 20 años, siembra la muerte y la destrucción entre los Acholi y los Lango, donde los combonianos trabajamos desde 1910. No obstante los miedos, las muertes y saqueos a manos de los rebeldes-ladrones que se mueven armados con armas sofisticadas, los misioneros no han abandonado a la población y han permanecido siempre cercanos a ella, expuestos a tanta barbarie, y han tratado de ayudarla económica y espiritualmente. Antes de venir a Italia para mis vacaciones, estuve en el hospital de Gulu para algunos controles médicos y he visto cómo mucha gente pedía asilo para pasar la noche al amparo de los muros del hospital por temor a los bandidos. Se juntaban nueve o diez mil personas que se alojaban en los almacenes y salones disponibles, distendidos por tierra para dormir. Los más afortunados contaban con una frazada. Muchos niños y ancianos enfermaban de broncopulmonía y, algunos encontraban la muerte. Los médicos y enfermeros trataban de atenderlos, pero eran tantos que era imposible asistirlos a todos”.

En el año 2000 el Hno. Andrea regresó a Italia, a la comunidad de Arco, encargado de acoger a los hermanos ancianos como ecónomo local. Seguidamente fue enviado a Brescia, Rebbio y, finalmente, a Milán, donde terminó su peregrinación en este mundo el 22 de enero de 2017.