In Pace Christi

Biancalana Angelo

Biancalana Angelo
Fecha de nacimiento : 05/08/1931
Lugar de nacimiento : Capannori/I
Votos temporales : 09/09/1951
Votos perpetuos : 09/09/1957
Fecha de ordenación : 25/05/1958
Fecha de fallecimiento : 11/06/2017
Lugar de fallecimiento : La Grange Park (USA)

P. Angelo nació en el pequeño pueblo de Capannori, cerca de Lucca, en Italia, el 5 de agosto de 1931. Entró en el vecino seminario comboniano en edad muy joven, se trasladó a Brescia, y luego regresó a su Toscana natal para el noviciado, cerca de Florencia, donde hizo su primera profesión en 1951. En esos momentos ya parte de su familia había emigrado a los Estados Unidos, estableciéndose en el área de Chicago. En el mismo año, 1951, Angelo, con su hermano y su hermana menor, cruzó el océano, seguido pronto por su madre Rosa. Su padre había muerto unos años antes.

El joven estudió teología en Cincinnati y fue ordenado por el obispo Angelo Barbisotti Obispo de Esmeraldas, Ecuador, el 25 de mayo de 1958 en la Capilla del Sagrado Corazón del seminario de Cincinnati.
Su primera misión fue San Antonio de Pala, que sirvió a los nativos americanos (indios de las reservas) en la Diócesis de San Diego, California. En esta misión, pasó dos años.

En 1960 fue llamado a Cincinnati para la promoción vocacional en la provincia del este y el medio oeste del país. Durante los próximos cinco años viajó a lo largo y ancho de la zona, en busca de los futuros misioneros. El Seminario Sagrado Corazón fue capaz de permanecer abierto y funcionando en gran parte gracias a su incansable labor de promoción vocacional comboniana. En 1965 P. Angelo finalmente consiguió cumplir su deseo de ir a África. Fue asignado a la provincia de Uganda, donde enseñó en el Seminario Mayor de Gulu y más tarde se involucró en el trabajo pastoral en la misión Palabek.

A mediados de 1970 volvió a los Estados Unidos, encargado de nuevo de la animación vocacional en Cincinnati, Ohio, hasta que fue llamado de nuevo a Uganda como profesor del seminario de Moroto en 1974.

En 1976, P. Angelo fue elegido provincial de Uganda, servicio realizado incluso a través de los años terribles de la guerra civil de Idi Amin y la violencia que siguió. Esa experiencia dejó una marca indeleble en su vida. Esto es lo que escribió: “En medio de la tragedia, el miedo, el dolor y la tensión, los hermanos se mantuvieron cerca de la gente, compartiendo el riesgo y el sufrimiento. A partir de la experiencia de esos seis años, hombro con hombro con los hermanos de Uganda, he aprendido más que de muchos libros el verdadero significado del carisma comboniano. He vuelto de Uganda destruido”.

Después de sobrevivir a la prueba, P. Angelo regresó a los EE.UU. en 1981 y trabajó sobre todo en el campo de la animación misionera en el área de Chicago durante casi diez años. Durante ese tiempo con su aliento y apoyo, se abrió el Centro de La Grange Park, confiado a su cuidado.

A finales de 1980, P. Angelo apoyó la idea de compartir el carisma comboniano con los líderes laicos. En 1994 el sueño ya había adoptado una forma concreta: el primer grupo de Laicos Misioneros Combonianos había abandonado el centro de la misión de La Grange Park para las asignaciones de misioneros en Uganda. Fue el punto culminante de P. Angelo y era evidente en su funeral, cuando muchos de los primeros miembros y líderes han venido de la Florida y Canadá para ofrecerle un último homenaje.

En 1997, P. Angelo entregó el programa a un nuevo director y tomó un año sabático que incluía una preparación para un posible ministerio entre los hispanos. Los restantes años se gastaron en actividades de animación misionera organizadas por La Grange Park, Illinois, y el Centro de Misión de Comboni en Covina, California. A Covina fue por última vez en 2011. Actualmente era un miembro de la comunidad comboniana del Centro de La Grange Park.

P. Angelo murió en las primeras horas del domingo 11 de junio. Será recordado por su celo misionero contagioso, su facilidad para hacer amigos, su amor por las misiones y de los más pobres de los hijos de Dios. Era un optimista y un idealista aunque no ajeno al sufrimiento de la vida, al estilo de San Daniel Comboni.
(P. Joseph Bragotti, mccj).