P. Debertolis nació en Transacqua el 29 de marzo de 1929, uno de los 5 municipios que conforman el ayuntamiento de Primiero San Martino di Castrozza, en la provincia autónoma de Trento (Italia). Emitió sus primeros votos en Venegono Superiore en 1947 y fue ordenado sacerdote en Milán el 30 de mayo de 1953. Durante cuatro años alternó la animación misionera en Gozzano y asistió a la Universidad Estatal de Milán, donde obtuvo un doctorado en matemáticas.
Nosotros, lo habíamos conocido en 1958 en Villa Pisa, en las colinas entre Florencia y Fiesole. El estudio allí era riguroso e intenso y P. Debertolis era parte del profesorado del colegio. Ese primer año pasó rápidamente y más tarde, para nuestro gran pesar, el Liceo fue transferido a Carraia, en la provincia de Lucca, en un nuevo y majestuoso seminario que tenía muy poco de familiar. El P. Debertolis emigró con nosotros.
Su cuarto de profesor de matemáticas en Carraia era nuestra “oasis”, incluso sólo por aquel telescopio colocado en la galería externa y que constantemente apuntaba hacia las estrellas. Constituía un placentero descanso para escapar del esfuerzo agotador al que su genialidad matemática nos sometía. Escribe sobre él uno de sus alumnos: "un hombre simpático, simple, bondadoso, a menudo sonriente. Lo tuve como profesor durante los tres años de secundaria. Y siempre he hallado en él una increíble ecuanimidad de juicio sobre mí y los compañeros de clase. Parecía tener una báscula de precisión capaz de medir por una pregunta y por una tarea si habías estudiado la materia media hora, una hora o más. Y juzgaba en consecuencia. En resumen, ‘el profesor más justo’ que recuerdo haber tenido en toda mi formación escolástica”.
En 1970 fue asignado a Brasil y permaneció allí hasta 1974. Primero en Riachão (de 1970 a 1972) y luego en Mangabeiras (de 1972 a 1974), ambos en el Noreste de Brasil, en la diócesis de Balsas. En Riachão hizo comunidad con el P. Franco Sesenna, superior y párroco, y el P. Giuseppe De Feo; ejercía de coadjutor. Lo recuerdan dotado de inteligencia lúcida, con su dosis de ingeniosa extravagancia, muy capaz de establecer lazos con el pueblo. Le gustaba visitar a la gente y entretenerse en conversar con ellos. En comunidad era capaz de desdramatizar y siempre atento, con una sonrisa o una broma, para crear un buen clima comunitario.
En 1974 regresó a Italia encargado de la animación misionera y asignado al ministerio en varias comunidades: Pordenone, Padua, Verona, Venegono y luego otra vez en Pordenone: hasta 1985.
En 1985 regresó a Brasil, al estado de Maranhão, de nuevo en la diócesis de Balsas. Hasta 1988, como vice párroco en Pastos Bons. Se trataba de una antigua parroquia, fundada en 1764, en la que los combonianos ejercían su ministerio desde el 10 de marzo de 1966. Desde aquí asistían a la parroquia de Mirador y Nova York. P. Modesto vivía en comunidad con el P. Juan Sánchez Arenas, superior de la comunidad, P. Carlo Bianchi y Hno. António Martins da Costa. Después, durante seis meses, desde el 1 de enero de 1989 al 30 de junio del mismo año, se trasladó a São Luís, la capital del estado de Maranhão, ubicada en una isla con kilómetros de playas incontaminadas. Aquí el P. Modesto encontró a su antiguo alumno, el P. Gianfranco Masserdotti que era el Provincial de Brasil Norte y a quien conocía desde los tiempos de Carraia. Después, en julio de 1989 tuvo que volver a Italia por causas de salud, hasta la última etapa en el CAA "Padre Giuseppe Ambrosoli" en Milán.
Fuimos a verlo: en cama, silencioso, inmóvil y reflexivo. Y pensamos que ya no era el mismo. Tal vez pensase en el órgano en cuyos tubos había trabajado toda una vida y que había dejado inconcluso en Arco. Nos dejó unos días más tarde, el 16 de junio de 2017, siempre en Milán.
(P. Arnaldo Baritussio).