El P. Antonio nació el 25 de junio de 1930 en Lacedonia, en la provincia de Avellino (Italia). Tres años después de obtener el título de profesor, ingresó en el noviciado comboniano de Gozzano, donde emitió sus primeros votos el 5 de agosto de 1955. Inmediatamente después fue enviado al seminario de Viseu: "Tuve que asistir al Seminario Teológico Diocesano", escribió, "para hacer de prefecto, estudiar Teología... y lógicamente aprender la lengua". Durante cuatro años he vivido esta vida". El 5 de agosto de 1958 hizo sus votos perpetuos y el 29 de junio de 1959 fue ordenado sacerdote en la catedral de Viseu. Después de la ordenación, permaneció en Portugal durante dieciocho años, con diferentes destinos: vicerrector, director espiritual, superior, formador, organizador de jornadas misioneras.
El P. Jeremias dos Santos Martins escribió: "Me enteré con dolor de la noticia de la muerte del P. Antonio: era un amigo personal mío y de mi familia y lo tenía en gran estima. A mi padre le encantaba recibirlo y hospedarlo porque su presencia era siempre agradable y transmitía sabiduría.
Lo conocí cuando era superior de la comunidad de Maia (seminario menor), yo tenía unos 16 años. Éramos muchos y los domingos por la mañana nos daba una meditación que siempre era muy concreta porque tocaba los problemas de la adolescencia y respondía a las necesidades que vivíamos en ese momento. Todos estábamos interesados y participábamos con alegría en esas reuniones también porque el P. Antonio no sólo era concreto sino también divertido cuando ilustraba con ejemplos lo que estaba explicando. Era un buen comunicador. Solía decir: "¡Puede que me falten ideas, pero no palabras!
En 1973 el P. Antonio fue enviado a Mozambique, donde permaneció -aparte de un año en Roma para el Curso de Renovación- hasta 2003. Podemos decir que su nombre ha marcado la historia misionera de la evangelización en este país, donde trabajó durante unos 30 años.
Los primeros diez años los pasó en Buzi, en la diócesis de Beira, donde vivió "la independencia de Mozambique. Días inolvidables de alegría, de felicidad... de libertad (25 de junio de 1975). En 1977 comenzó la terrible guerra civil. Asaltos, destrucción, masacres, asaltos, fugas nocturnas, secuestros, hambre... nacionalización. Hasta 1984 vivía solo en la sacristía de la iglesia. Por suerte había cuatro monjas combonianas que después de la nacionalización alquilaron una casita entre el pueblo". De 1984 a 1988 fue a Beira para iniciar el seminario diocesano medio. En 1988 regresó a Italia durante un año "para animarme un poco y prepararme para la formación de los postulantes combonianos mozambiqueños". Trabajos que comenzaron en 1990 y continuaron hasta 1994.
Desde ese año hasta el 2003 fue director espiritual en el seminario mayor de San Agustín (seminario filosófico diocesano), en Matola: "¡En esa época -escribe- había multitud de seminaristas diocesanos!". La mayoría de los sacerdotes y obispos mozambiqueños lo conocen muy bien también por esta tarea que llevó a cabo durante tantos años.
Después, el P. Antonio fue enviado de nuevo a Portugal, a Viseu, donde permaneció hasta el final de su vida, dedicándose, sobre todo, al ministerio de confesor. Era muy solicitado por los sacerdotes, los obispos y también los laicos, que le apreciaban especialmente por sus consejos. "Era un hombre alegre -escribe de nuevo el P. Jeremías-, generoso, atento y siempre bien dispuesto, un hermano, un auténtico misionero comboniano. Y para mí fue un compañero de viaje, un amigo, un consejero en los momentos más difíciles de mi ministerio, especialmente en los años que siguieron a los acuerdos de paz y a la reconstrucción nacional en Mozambique. Eran tiempos de gran incertidumbre en los que era necesario tomar decisiones de cara al futuro".
El P. Antonio murió a las 8:30 horas del 2 de junio, en la comunidad comboniana de Viseu. Habría cumplido 91 años el 25 de junio.