Romano nació en Selvazzano, provincia de Padua, el 1 de agosto de 1927. Creció en el seno de una familia campesina muy numerosa (con 9 hijos) y de profunda fe. «Fue en mi casa donde aprendí a rezar y a trabajar duro», es el estribillo que repetiría a lo largo de toda su vida.
Tras terminar la escuela primaria, asistió al seminario diocesano de Padua como alumno externo. Mientras tanto, empezó a sentir el deseo de hacerse misionero. En el tercer año de la escuela primaria, ingresó en el seminario comboniano de Padua. En 1939, estuvo en el seminario comboniano de Brescia, para la cuarta clase del gimnasio, pero sólo permaneció allí cuatro meses: sus estudios eran particularmente difíciles y fue invitado a volver con su familia. Romano, sin embargo, no se rindió. En mayo de 1940, escribió al superior del seminario de Padua pidiendo ser aceptado como hermano coadjutor. El 1 de octubre de 1942 comienza el noviciado en Venegono. El 7 de octubre de 1944, emite sus primeros votos religiosos.
Todavía hay guerra en Europa y las salidas para las misiones están bloqueadas. Tras algunos destinos en Italia, el Hermano Romano recibe en junio de 1947 la carta que le envía a Sudán. El 7 de octubre de 1950 emite los votos perpetuos. En 1957 fue destinado a la circunscripción de Bahr-el-Gebel, en la misión de Juba, encargado de la procura. En 1960, se convirtió también en profesor de catecismo e instrucción religiosa en las escuelas de la zona. En marzo de 1961, estuvo en la misión de Tali. Tras la expulsión de los misioneros de Sudán, regresó a Italia, a Verona, a la Curia General, como responsable de la Administración General. En marzo de 1965, cuando la Curia se trasladó a Roma, el Hermano Romano se trasladó también a la capital, donde permaneció hasta finales de junio de 1966.
Mientras tanto, recibió un nuevo destino: la Región de Gulu, que comprendía todas las misiones de Uganda. Antes de finalizar el año, ya trabaja en la comunidad de Kampala, como encargado de la casa. No se queda mucho tiempo, porque le requieren en el norte del país, en la misión de Aliwang, no lejos de Lira, como encargado de casa y parroquia. En 1969 está en la misión de Aboke, en la recién erigida diócesis de Lira, donde surgen nuevas parroquias que necesitan su presencia. En 1971 está en Iceme, misión recién abierta donde hay que construir las estructuras necesarias. En 1973 es llamado a Teboke, otra nueva misión por crear. En 1976 se traslada al Nilo Occidental, a la misión de Maracha, diócesis de Arua; desde aquí se ocupa también de la cercana misión de Olovo, donde urgen trabajos de mantenimiento. A principios de 1979, el Hermano Romano se encuentra de vacaciones en Italia. A su regreso, le ofrecen un traslado temporal a la nueva misión de Obongi, en el Nilo Blanco, a 100 km al noreste de Arua, donde está solo el P. Silvio Serri. El Hermano Romano sabe lo que le espera - no hay casi nada de lo que partir - pero acepta. En Obongi, el Hermano Romano vive la trágica muerte del Padre Serri, que relata detalladamente en una larga carta al nuevo Superior General, el Padre Salvatore Calvia, fechada el 14 de abril de 1979, al final de la cual expresa su deseo de permanecer en Odongi: «No tengo intención de retirarme de mi puesto, a pesar de la conmoción que he sufrido y que ha sido verdaderamente tremenda... Será un testimonio más reconfortante para nuestros cristianos, que podrán ver que, a pesar de los sufrimientos, queremos -contra todos y contra todo- demostrar nuestra constancia por el mandato divino, que debe cumplirse siempre hasta el final».
Romano tarda en recuperarse, pero, mientras tanto, sigue estando disponible para cualquier servicio. En 1980 está en Lodonga. Después se traslada a Maracha y Minakulu durante unos meses. Esté donde esté, a menudo tiene que ir a la procura de Ombaci para recoger material o reparar su coche... Los viajes no siempre son fáciles... Tiene que tener cuidado con los puestos de control. Una vez, unos soldados le dieron una paliza y lo llevaron a la cárcel. No lo liberan hasta pasadas unas horas. Está disgustado, casi traumatizado, pero al día siguiente vuelve al coche para regresar a la misión. Tras unas vacaciones en Italia, le destinan a Malawi-Zambia. En octubre de 1984, ya está en la misión de San Matías Mulumba, en Chipata (Zambia), abierta unos meses antes. De hecho, está todo por construir. Y comenta: «Es pan para mis dientes». En julio de 1987, fue a reabrir la misión de Chikowa; en julio de 1989, le llamaron a Malawi, a la misión de Mthawira, como responsable de la casa. Allí permaneció hasta finales de 1994, cuando fue destinado al Lunzu Craft Training Centre (escuela de formación profesional), en la diócesis de Blantyre (Malawi), que, también gracias a él, se convirtió en el Comboni Technical College. Pasó los seis primeros meses de 2003 en Verona para recibir tratamiento médico. Tras recuperarse, regresó a Malawi. Ahora tiene 80 años, pero es capaz de coordinar y guiar maravillosamente a los trabajadores locales, como encargado de la casa. En 2008, es llamado a la sede provincial de Lilongwe, pero al cabo de tres meses se ve obligado a regresar a Italia por motivos de salud. Va a Brescia para reponer su salud hasta julio del 2009, cuando se retira “pensionado” a Verona, en la casa Madre. En junio del 2015 es recibido en el Centro Hermano Alfredo Fiorini en Castel d’Azzano (Verona), su última etapa. Aquí festeja su cumpleaños número cien. El Hermano Romano muere durante el sueño el 11 de abril del 2024, sin sufrir, pocas horas después de haber recibido la Eucaristía. (Padre Franco Moretti, mccj)