In Pace Christi

Modonesi Alberto

Modonesi Alberto
Fecha de nacimiento : 04/05/1942
Lugar de nacimiento : Dello/Italia
Votos temporales : 09/09/1963
Votos perpetuos : 09/09/1966
Fecha de ordenación : 01/07/1967
Fecha de fallecimiento : 08/02/2018
Lugar de fallecimiento : Castiglione delle Stiviere/Italia

"Gracias Abuna Alberto – escribió el Superior General, P. Tesfaye Tadesse, el día después de la muerte – por todo lo que he recibido desde que te conocí, en septiembre 1995, cuando llegué al Cairo para el estudio de la lengua árabe en el centro Dar Comboni de la que eras el director. Gracias por tu vida de misión en Italia, Egipto, Sudán y Sudán del Sur y por tu presencia en los países de Oriente Medio, por tu profundo conocimiento y tu aprecio por los pueblos a los que has sido enviado. Te encontrado en el Cairo entre egipcios, árabes, Sud-sudaneses, eritreos, etíopes, europeos, americanos, asiáticos. Te he visto entre la población Nuer en Leer en el Sudán del Sur. Tenías la capacidad de abrazar a todos, de ir más allá de las diferencias. Gracias por ser amigo de muchísima gente". Muchas personas se han sentido tocadas por la última y hermosa carta que escribió el P. Alberto (publicada en el Boletín MCCJ no. 274) antes de Navidad, casi un testamento, que refleja su gran humanidad antes del encuentro final con el Padre que los doctores preveían para la Navidad 2018: "Tengo un gran deseo de destacar este salto en sus brazos."

El P. Alberto nació en Corticelle Pieve, provincia de Brescia (Italia) el 4 de mayo de 1942, sexto de una numerosa familia de trece hijos, cinco varones y ocho hembras. Entró en el Instituto comboniano en Gozzano y emitió sus primeros votos el 9 de septiembre de 1963. En 1964 pasó a la Escuela apostólica de Brescia, luego a Venegono, donde el 9 de septiembre hizo los votos perpetuos. Fue ordenado sacerdote en su pueblo natal el 1 de julio de 1967 y en octubre se marchó al Líbano, donde permaneció hasta 1969 para el estudio del árabe. Llegó a Sudán en 1970 asignado a la Catedral de El Obeid, como coadjutor y vice-superior. En 1971, pasó a El Fasher, haciendo la lanzadera entre el Fasher y Nyala.

Fue en aquel momento cuando conoció al P. Luciano Perina quien, en el mismo día de la muerte del P. Alberto, escribió su "carta al P. Alberto Modonesi, un amigo inolvidable, el día de su 'salto a los brazos del Padre'", de la que tomamos amplios extractos para esta necrología.

"Cuando nos conocimos, estábamos en Sudán al final de los años 70. Él Estaba en el Fasher y yo en Nyala, cientos de kilómetros uno de otro. Los dos estábamos solos. Cada cual hacia comunidad consigo mismo, aunque esto causaba cierta perplejidad entre nuestros superiores, que habrían preferido que nosotros viviéramos en comunidad. Mientras que para nosotros, esta preocupación por nuestras reglas nos parecía un poco excesiva, teniendo en cuenta la situación concreta: los cristianos eran pocos y todos oriundos del Sur del país... Sin embargo, incluso con unos pocos cristianos, no faltaba el trabajo: la escuela vespertina, los equipos de fútbol y las visitas a las pequeñas comunidades cristianas perdidas en el desierto nos mantenían ocupados hasta la coronilla. Recuerdo que también discutíamos mucho sobre la utilidad de "perder" nuestro tiempo con los musulmanes. Me parecía, de hecho, que como misioneros católicos tendríamos que lidiar más con nuestros cristianos. Mientras que su punto de vista era un poco diferente. Recuerdo aquel día que te cuestioné preguntando a quemarropa "pero ¿realmente crees que el Corán también está inspirado?". No dejaste un momento de espacio entre la pregunta y la respuesta. Para ti no había duda de que Dios les había dado su libro, como a nosotros nos había dado el nuestro. Por aquel tiempo, en uno de los viajes entre el Fasher y Nyala el P. Alberto fue mordido en un talón por la víbora del desierto: "¡Qué día maldito aquel día que, mientras caminabas sobre la arena del desierto de El Daein, una víbora, perturbada por tu paso, te mordió en el cuello de tu pie. No recuerdo el nombre de esa serpiente, pero todos me dijeron que su veneno era mortal. Esa mordida fue el comienzo de tu fin. Viniste a Italia. Los doctores prescribieron todo el cuidado del caso, incluso cambiaron toda la sangre. De alguna manera sobreviviste, pero lo que has sufrido desde ese día sólo tú lo sabes; ¡Cuántos doctores! ¡Cuántos chequeos! Cuántas medicinas, por años y años. Sin embargo, nunca has perdido la sonrisa, la palabra ingeniosa, el gesto gracioso, la capacidad de reírte de todo y de todos, incluso de ti mismo.

Desde el 1979 al 1986 el P. Alberto fue nombrado profesor en la Comboni School de El Obeid. Continúa P. Perina: "durante unos años estuvimos juntos en nuestra escuela en El Obeid. Tú eras el director y yo enseñaba inglés. ¡Qué bueno recordar tu seriedad con los estudiantes! Tu que normalmente eras bastante bromista, alegre y soleado, con los estudiantes, en tu rol de Director, eras absolutamente otro: serio y preciso. Y los estudiantes te amaban y respetaban... se veía inmediatamente que tu única preocupación era su bien, el bien de todos: los cristianos y los musulmanes. Como superior de la comunidad eras más que desdramatizado. Un día, el Hno. Enrico Ceriotti le informó que la cerveza en nuestra despensa se terminaba, y te pidió que consiguieras algunas, porque para el próximo domingo sólo quedaban dos latas. Fuiste al mercado y compraste tanta que el hermano Enrico, ecónomo de la casa, se asustó y te reprendió con alusiones a nuestra pobreza. Y tú, con tacto, respeto y amabilidad, respondiste que no había motivo para alarmarnos, 'nosotros, hermano, no estamos aquí por la pobreza, estamos aquí por el bien de estas personas. Y si un par de cervezas a la semana nos ayudan a hacer mejor nuestro deber, entonces, que bien viene la cerveza’”.

Después de las vacaciones en Italia en 1986, el P. Alberto pasó por Zaire para visitar a su hermano, el P. Renato, también misionero comboniano, que trabajaba allí desde algunos años. Volviendo a Sudán, fue asignado a El Nahud para iniciar un centro de orientación para dar a conocer el idioma y las culturas locales a los agentes pastorales en Sudán, especialmente a los recién llegados. Los años siguientes lo vieron participar en Jartum, luego en el Cairo, como directores de diversas escuelas, de nuevo en Jartum, en el apostolado. Del 2006 al 2007 lo encontramos en la parroquia de Old Fangak para el estudio de la lengua Nuer. Luego de nuevo en Sudán, en Hélouan, también como superior local, y en la Provincia unificada de Egipto-Sudán, donde permaneció hasta el final de 2016. En enero de 2017 le diagnosticaron con cáncer pancreático y a partir de ese momento ha permanecido en Brescia para la quimioterapia. Seguimos aún al P. Perina: "incluso cuando te encontré hace poco más de un mes, en nuestra casa de Brescia, tu sonrisa y tu jovialidad eran siempre las tuyas. Habías permanecido el mismo Alberto, sereno y, como siempre, lleno de alegría de vivir, incluso cuando la vida se estaba acabando. Saludarte ese día y decir adiós fue muy triste. Pero tu recuerdo, mi querido Alberto, aunque por tantas cosas me entristece, por otras tantas me llena de gratitud, por las muchas experiencias maravillosas de humanidad, simple y sincera, que hemos vivido y compartido en los senderos y en las laderas del desierto de Sudán y los senderos y caminos entre los bosques del Sudán del Sur. El recuerdo de tu vida de oración, simple y profunda, como se refleja en cada línea de tu carta de Navidad 2017, es como un bálsamo que consuela la amargura provocada por la noticia de que nos has dejado. ¡Adiós y hasta la vista!".

P. Alberto murió el 8 febrero 2018, en Castiglione delle Stiviere, en familia, donde había pasado las últimas semanas.

Citamos algunas líneas de la homilía de despedida pronunciada por el obispo de Mantua, Mons. Marco Busca, en el funeral: "la condivisión ha sido su vida. La Providencia ha hecho que el P. Alberto haya muerto en la fiesta litúrgica de Santa Josephine Bakita, Santa muy querida para él porque nativa del Sudán y en particular de Darfur, la primera misión a la que había sido enviado hace 50 años casi como un pionero, 'para ver si había cristianos'".