Lunes, 21 de julio 2025
“Solidaridad y caridad: una mirada interconectada desde la fe y la humanidad” fue el lema del último encuentro de ComboJoven este año pastoral 2024/25. Del 6 al 8 de junio de 2025, la comunidad de los misioneros combonianos de Granada acogió el 9º encuentro de ComboJoven. El lema, “Solidaridad y caridad": una mirada interconectada desde la fe y la humanidad” nos interpeló profundamente durante un fin de semana lleno de vida, reflexión y compromiso donde, más que hablar, intentamos mirar y escuchar.

Desde el inicio, el ambiente nos empujó a pensar más allá de nuestras propias realidades. La solidaridad y la caridad dejaron de ser conceptos abstractos para convertirse en experiencias vivas, encarnadas. Descubrimos que no vivimos solos. Estamos conectados, no solo por redes o economía, sino por algo mucho más profundo: la humanidad compartida. Y esa conexión exige responsabilidad.

La solidaridad es un valor humano universal presente en todas las culturas y tradiciones más allá de la fe. Sin embargo, como cristianos, comprendimos que la caridad es el corazón de nuestra misión. No se trata solo de ayudar, sino de amar con gestos concretos, de cuidar, de estar. De hacernos cargo del otro, como hizo Jesús.

Uno de los momentos más impactantes fue recordar a misioneros como el P. José Javier Parladé, quien permaneció en Sudán tantos años, incluso en situaciones de violencia cuando muchos otros se fueron. Cuando en abril de 2023 estalló el actual conflicto en Sudán tuvo que ser evacuado porque apenas tenía movilidad. Él repetía: “No puedo abandonar a esta gente” y esta frase nos atravesó: caridad es quedarse, es amar hasta el final.

Guiados por la carta del papa Francisco “La esperanza no defrauda nunca" y su encíclica "Fratelli Tutti” descubrimos cinco dimensiones de la caridad: Caridad como alma de la misión, como misericordia concreta, como compromiso con los pobres, como testimonio de fe y como actitud cotidiana. Entendimos que cuidar de los otros, incluso del medio ambiente, también es caridad. Porque cuidar la casa común es cuidar a los más frágiles.

Pero también miramos la realidad con ojos abiertos, sin filtros. Escuchamos cifras de guerra, hambre, migración, exclusión y dolor. Duele, pero no podemos mirar hacia otro lado porque nuestra fe no nos permite ser indiferentes. El Evangelio nos llama a estar presentes. A ser esa diferencia. A mirar como Jesús mira.

Durante el encuentro, reconocimos que abrir los ojos no es fácil. Se necesita conversión. Se necesita dejar que nuestra mirada sea transformada. Y para eso, la mejor escuela es el encuentro con el otro. La experiencia concreta que hicimos en el proyecto “Calor y Café” fue clave. Esta asociación asiste a personas pobres y necesitadas ofreciendo comida, duchas, reparto de comida y lavandería. Nosotros no fuimos a “dar cosas”, fuimos a estar. Estar con personas que viven en la calle, escuchar, conversar, compartir silencios, soportar incluso gritos. Porque en ese estar se manifiesta la misericordia. No como lástima, sino como reconocimiento mutuo de dignidad. La lección fue clara: la gente necesita ser escuchada más que asistida. Necesitan calor humano, no solo café caliente. Y muchas veces, nuestras ganas de servir pueden hacernos olvidar eso.

Terminamos el encuentro con un llamado fuerte a ser “hombres y mujeres de Pascua”, señales vivas de resurrección. Aunque no podamos cambiar el mundo entero, sí podemos ser presencia de alegría, esperanza y ternura allí donde estamos. En cada gesto. En cada día. Con lo que somos y tenemos. Sin esperar a tener más.

Una pregunta que nos planteamos fue: ¿Cómo podemos responder a tantas situaciones? Sí, la realidad nos sobrepasa, pero la esperanza no puede anestesiarse. Debemos mantenernos lúcidos, atentos, y comprometidos. El mundo necesita testigos. Gente que no abandona. Gente que se queda. Gente que se entrega. Como decía San Daniel Comboni: “Salvar África con África.” Hoy podríamos decir: “Salvar el mundo con humanidad.”

El último encuentro de ComboJoven del año 2024/25 nos dejó este mensaje grabado en nuestros corazones: “Salvar el mundo con humanidad, mirar como Jesús y quedarse, incluso cuando todo empuja a huir.” Es tiempo de actuar, de amar sin límites. De transformar los viernes santos de tantas personas en Pascuas vividas.

Justus Oseko
LMC España