El que guía la oración, en las pausas sucesivas a cada invocación, sugiere una frase de Daniel Comboni como resonancia de su corazón misionero a las invocaciones del Padrenuestro. Procediendo de ese modo, nos sintonizamos con sus sentimientos y somos ayudados a tornar más vivo y atento el movimiento de nuestro corazón cuando rezamos la oración, que Jesús mismo nos enseñó.
Cuando este ejercicio meditativo es hecho individualmente, cada uno procederá a su manera, quizá recordando y rumiando otras frases…

P/. PADRE NUESTRO QUE ESTÁS EN EL CIELO
R/. Padre nuestro que estás en el cielo

• Nosotros sabemos por la fe que hay un Paraíso, y allí se reúnen todos los verdaderos hijos de Dios; estamos y estaremos siempre unidos, porque confluimos en un solo punto, Dios, que es centro de comunicación entre vosotros y yo (E 303).
• Estamos unidos en el Sacratísimo Corazón de Jesús en la tierra, para luego unirnos en el cielo eternamente (E 2373).
• Es menester recorrer a paso largo los caminos de Dios y de la santidad, para no detenerse más que en el paraíso (E 2375).
• El Misionero de la Nigricia, desnudo por completo de sí mismo, y privado de todo humano consuelo, trabaja únicamente para su Dios, para las almas más abandonadas de la tierra, para la eternidad (E 2702).
• Hay que tener valor: considerar la vida y el mundo como lo que son realmente, y persuadirnos de que somos de Dios, que de El venimos y a El hemos de volver (E 3632).
• Nosotros esperamos que todo esté escrito en el libro de Aquel al que hemos consagrado toda nuestra vida (E 4896).
• El misionero y la misionera no pueden ir solos al paraíso: el misionero y la misionera deben ir al cielo acompañados de las almas salvadas (E 6655).
• Ánimo y adelante, pues un día cantaremos en el paraíso las glorias de Dios, porque, aunque indignos, nos ha hecho instrumentos de la redención de los negros (E 6987).

P/. ¡PADRE!
R/. Santificado sea tu Nombre

• Si no me esforzase en trabajar y consumir toda mi vida por la gloria de Dios, seguiría muy mal los generosos ejemplos de mis padres, que me han precedido en la gloriosa empresa de sacrificarlo todo por amor de Jesucristo (E 179).
• Venga todo lo que Dios quiera: nunca dejaré de bendecir al Señor (E 994).
• No tengo palabras para dar gracias a Dios como es debido, y no sólo porque estoy confuso, pero que muy confuso (E 1779).
• Nosotros aquí, trabajando por las almas más abandonadas del mundo. Dios nos asistirá (E 6160).
• En cuanto a la educación religiosa, usted siga haciendo como hasta ahora: santos y capaces. Lo uno sin lo otro vale poco para el que sigue la carrera apostólica (E 6655).
• Yo trabajo únicamente por la gloria de Dios y por las pobres almas lo mejor que puedo, y sigo mi camino sin cuidarme de más (E 6682).
• En cualquier caso, todo sucede por adorable disposición de Dios; aceptémoslo, pues, de corazón, y pongamos toda nuestra confianza en El (E 6987).
• Debemos bendecir y alabar al Señor, porque todo lo que El hace es verdaderamente bueno (7172).

P/. ¡PADRE!
R/. Venga a nosotros tu reino

• Tendremos que trabajar, sudar, morir; pero la idea de que se suda y se muere por amor a Jesucristo, y por la salvación de las almas más abandonadas del mundo, es demasiado dulce para que nos desanimemos de llevar a cabo la gran empresa (E 297).
• He venido de Misionero para trabajar por la gloria de Dios y consumir la vida por el bien de las almas (E 407).
• Quisiera tener a mi disposición cien lenguas y cien corazones para hablar en favor de la pobre Africa, que es la parte del mundo menos conocida y más abandonada, y, en consecuencia, la de más difícil evangelización (E 1215).
• No viviremos ni respiraremos más que por Jesús y por ganarle almas. Llevo conmigo las cartas de San Francisco Javier (E1493),
• En las relaciones con las personas de fuera, cada uno tiene en cuenta el único fin por el que abandonó patria, familia y todo, que es el de ganar almas para Cristo (E 1870).
• Yo sólo dispongo de una vida que consagrar a la salvación de aquellas almas: quisiera tener miles de ellas para consumirlas en ese fin (E 2271).
• Confiemos sólo en Dios, busquemos su reino y su justicia, et haec omnia adiicentur nobis (E 2457).
• El objeto de este Instituto es el cumplimiento del mandato dirigido por Cristo a sus discípulos de predicar el Evangelio a todas las gentes; y tiene como finalidad específica la regeneración de los pueblos negros, que son los más necesitados y abandonados del universo (E 2647).
• Jesucristo nos ha dicho expresamente (Mt 23,8) que todos nosotros somos hermanos, sin distinción entre blancos y negros, y que (Mt 7) no debemos hacer a los demás lo que no queremos que nos hagan a nosotros mismos (E 3350).
• Todos animados de un mismo espíritu, no deseamos más que salvar almas (E 5078).
• A África he consagrado mi alma y mi corazón, mi sangre y mi vida (E 5229).
• Estoy decidido, como lo he venido estando desde hace treinta años (desde 1849), a sufrirlo todo y dar mil veces la vida por la redención de Africa Central y de la Nigricia (E5523).
• El Sagrado Corazón de Jesús palpitó también por los pueblos negros de Africa Central y Jesucristo murió igualmente por los africanos. También acogerá Jesucristo, el Buen Pastor, a Africa Central dentro de su redil (E 5647).
• Estoy dispuesto a dar cien veces la vida con tal de ganar las gentes de mi Vicariato para la fe de Jesucristo (E 5897).
• Lo único que me preocupa es el puro bien de la Iglesia y de Africa, por las que daría cien vidas si las tuviese (E 6438).
• No sufra ni siquiera un solo minuto por el dinero y los medios materiales. Usted atienda tan sólo al regnum Dei et iustitiam eius (E 6587).
• Nosotros trabajamos para Dios: dejémosle el cuidado de todo (E 6933)
• Sólo me importa que se convierta la Nigricia, y que Dios me conceda y conserve los instrumentos auxiliares que me ha dado y me dará (E 6987).

P/. ¡PADRE!
R/. Hágase tu voluntad en la tierra como en el cielo

• La Providencia divina es la base de todas las esperanzas de un pobre Misionero (E 172)
• Una víctima entre nosotros cuatro, era de preverse. Hágase la voluntad de Dios (E 407).
• Nosotros sentimos el mayor pesar por esta pérdida, porque era de gran ayuda en nuestra misión (E 389). Pero bendito sea mil veces el Señor. Nosotros, lejos de perder el ánimo por esto, no repararemos en fatigas ni sudores por cooperar a la conversión de Africa, y por realizar el gran plan de nuestro Superior, que es el medio más adecuado para sacar de las tinieblas y sombras de muerte a esta gente (E 390).
• Todos me aconsejaron, a mi pesar, que abandonase Africa Central (E462)…¿Qué debíamos hacer? Unicamente resignarnos con buen ánimo a la voluntad de Dios, bendecir por siempre sus adorables disposiciones, regresar por ahora a la patria y esperar nuevos movimientos del espíritu de Dios, dispuestos siempre nosotros a sacrificarlo y a vencerlo todo por seguir y ejecutar la voluntad del Señor (E 464).
• Sólo Dios guíe mis pasos y dirija mis acciones, de tal modo que yo corresponda fielmente a sus inspiraciones e impulsos divinos (E 596).
• Ayudado por la gracia, trataré siempre de actuar según la inspiración de Dios, para hacer en todo su divina voluntad (E 1034).
• Que Dios nos haga conocer cada vez más su voluntad, que deseo cumplir en todo con el sacrificio de la mía (E 1174).
• Lo que sé de cierto es que el Plan es voluntad de Dios. Cierto es igualmente que Dios me ha dado una ilimitada confianza en El, de manera que ningún obstáculo me hará abandonar la empresa (E 1390)
• Si V. Em.a no cree oportuno atender mi humilde súplica, le quedo agradecido igualmente: es señal de que Dios no quiere. Pues hágase su santísima voluntad, que Dios se encargará de librarme de otro modo de tantas angustias: Maria adiuvabit (E 1695).
• Puesto que nosotros trabajamos por la conversión de las almas más abandonadas de la tierra, e intentamos trabajar únicamente para hacer su divina voluntad, sea siempre bendito Jesús in prosperis et adversis, nunc et in saecula (E 1782).
• Aunque no obligados por voto, nuestros misioneros profesan al Superior una religiosa y filial obediencia en todo por amor de Dios (E 1860).
• Me arrojé enteramente entre los brazos amorosos de la Providencia, dispuesto a hacer y sufrir lo que más fuera del agrado del Señor (E 1989).
• Estoy convencido de realizar la voluntad de Dios haciéndome promotor de la Obra africana (E 2569).
• Cuando se tiene la plena certeza de estar haciendo la voluntad de Dios, todo sacrificio, todas las cruces y la misma muerte son el más dulce consuelo de nuestros corazones (E 3683).
• Siempre me alegraré de obedecer las decisiones de la S. Congregación, porque quiero vivir y morir solamente haciendo la divina voluntad (E 5374).
• Todos, animados de un mismo espíritu, no deseamos más que cumplir con nuestro deber (E 5078).
• Cumpliendo la voluntad de Dios tan claramente conocida por medio de mi Superior, suspendo de raíz la expedición, en la seguridad de que Dios hará lo mejor para aquellas pobres almas (E 5392).
• Hágase la divina voluntad. Todo está dispuesto por Dios, que oye siempre el llanto de los afligidos y protege la inocencia (E 6938).
• Desde mi infancia hasta hoy y hasta la muerte he querido y querré siempre hacer la voluntad de Dios y de los Superiores (E 7001).

P/. ¡PADRE!
R/. Danos hoy nuestro pan de cada día

• No le diré nada, Eminencia Reverendísima, de la pena que causó a los misioneros el no disponer de vino para celebrar todos los días la Santa Misa, inefable consuelo de las almas afligidas (E 6365).
• El Corazón de Jesús vive permanentemente en nuestros altares, prisionero de amor y víctima propiciatoria por todo el mundo (E 3324).
• El Nilo, en el monte Abu-Feda, se encuentra flanqueado de dos altas montañas que lo tienen encajonado a lo largo de tres millas… Apenas entrados con nuestras dos embarcaciones en ese laberinto, un fortísimo viento desgarró la vela mayor, hizo partirse en muchos pedazos los costados del barco... El viento nos arrojó a un banco de arena y quedamos a salvo. Bajamos a tierra y cantamos dos alegres canciones religiosas; y ahora nos encontramos tan contentos en Siut, donde mañana esperamos celebrar misa (E 159)….
• Levantadas nuestras tiendas bajo una palmera datilera, un cuarto de milla fuera de Korosko, cerca de la orilla del Nilo, nuestro primer pensamiento fue celebrar misa… No puedo expresar con palabras el consuelo que sentimos al ofrecer al augusto sacrificio en esta desdichada tierra, donde quizá, por lo que se nos aseguró, nunca fue inmolada la Hostia pacífica de nuestra Redención. Hacía casi tres semanas que no celebrábamos. Antes de marcharnos pensamos dejar hecha una inscripción sobre la que figure un cáliz dibujado, como recuerdo para la posteridad de tan fausta circunstancia (E 167).
• Cuando la Stella Mattutina se queda embarrancada durante cuarenta y dos horas entre dos belicosísimas tibus, " nosotros no nos podemos mover:… Si aquellos hombres hubieran querido, hubieran podido aniquilarnos en menos de diez minutos (S 254). Tal era nuestra situación…. En el Stella Mattutina hay una hermosa capilla que tiene una bellísima imagen de María… ¿Cómo nuestra buena Madre, a cuyos pies habíamos puesto nuestra Misión, iba a vernos sufrir, y en grave aprieto, y no socorrernos?
Por la mañana se celebró misa.
¡Oh, qué dulce fue en aquella difícil circunstancia tener entre las manos al Señor de los ríos y de todas las tribus de la tierra, y rogarle por nosotros, por nuestras necesidades, por los que estaban en peligro junto a nosotros, por vosotros, por los que no le conocen, por todo el mundo! (E 256).
• Sí, mis queridos padres, la más consoladora oración en aquel trance fue en favor de los Schelluk y de los Denka, en cuyas tierras jamás brilló una chispa de la luz del Evangelio (E 257).
• Hijos míos, yo os confío en este día solemne a la piedad de los Corazones de Jesús y María, y en el acto de ofrecer por vosotros el más aceptable de los sacrificios al Altísimo Dios, ruego humildemente que sea derramada sobre vuestras almas la sangre de la redención, para regenerarlas, para sanarlas, para embellecerlas en la medida de vuestros anhelos, a fin de que esta santa Misión os sea fecunda en salvación a vosotros, y en gloria a Dios. Que así sea (E 3164).
• Anoche, a las tres, celebré misa en mi salón (no durmiendo casi nada). Como por la mañana no tengo fuerzas ni para decirla ni para oírla, la digo después de medianoche, en que sí tengo fuerzas, en mis habitaciones. Y la de anoche la hice por ti, para celebrar los 78 años desde que viniste al mundo… (E 7034)
• Cuando cada mañana, en el Sacrificio del altar, tengo ocasión de rezar una oración por vosotros, ¡oh!, entonces siento una dicha inefable, porque veo en Dios el centro de comunicación entre vosotros (E 667).
• Me sirve de ánimo y de suave consuelo en nuestra lejanía el recordarlos a Dios en el Santo Sacrificio de la Misa, lo cual no dejo de hacer ninguna mañana que subo al altar (E 693).
• Nunca he dejado de rezar cada día, incluso en la misa, por usted, su hermana y sus hijas. (E 2373).
• Yo vuelvo entre vosotros para ya nunca dejar de ser vuestro, y totalmente consagrado para siempre a vuestro mayor bien (E 3158).
• Quiero hacer causa común con cada uno de vosotros, y el día más feliz de mi existencia será aquel en que por vosotros pueda dar la vida (E 3159).
• No sentimos ni el calor ecuatorial, ni los trabajos de la vida apostólica de esta misión, ni las fatigas de los viajes, ni los alojamientos incómodos, ni la privación más absoluta (E 3369).
• Sábanas, camisas, todas las telas hemos gastado en hacer una simple camisa a cada una de las esclavas liberadas (E 3369).

P/. ¡PADRE!
R/. Perdona nuestras ofensas como también nosotros perdonamos a los que nos ofenden

• Donde resulte en falta y culpable estoy dispuesto a sufrir mi merecido, como también estoy dispuesto a sufrir lo que no merezca, porque ante Dios soy gran pecador (E 1136).
• Me parece que V. Em.a me trata con cierta severidad (E 1692). Yo merezco más que esto, porque soy gran pecador y tengo con Dios deudas que pagar; de modo que le doy las gracias de todo corazón (E 1693).
• Recibí sus resúmenes de cuentas, y estoy muy contento con usted. Rezo siempre al dulcísimo Corazón de Jesús y a la Virgen para que le presten su valiosa asistencia en el nuevo cargo que usted desempeña. Dios le otorgará las gracias necesarias; y si algo le toca sufrir, será sólo por mis pecados, y no por los de usted. Así que manténgase alegre y rece a Jesús por mí (E 5973).
• D. Losi ha dicho que escribirá contra mí tanto a Propaganda como al Card. de Verona cuantas veces crea en conciencia su deber hacerlo. Pues que lo haga: de corazón le perdono. Y, mientras, aprovecho sus buenas cualidades por el bien de la misión (E 6687).
• Rezo mucho por la prolongación de la vida a quien vive mal lejos de la gracia de Dios, para que Dios le conceda tiempo de penitencia… Debemos pedir el salvar muchas almas, y el ir al cielo no solos, sino con una gran multitud de convertidos (E 7035).

P/. ¡PADRE!
R/. No nos dejes caer en la tentación, y líbranos del mal

• Manténte siempre alegre – exhorta a la madre - ; y a la menor tentación de falta de confianza, o lo que sea, pon el pensamiento en la Madre Dolorosa al pie de la Cruz. Nosotros también estamos siempre alegres; y cuando el enemigo de la salvación nos trae a la mente el dolor que sentimos por nuestra separación, y el que sentisteis vosotros (que lo tenemos siempre presente), nos ponemos a pensar lo que sufrieron Jesucristo y tantos Apóstoles y Misioneros, y entonces nos confortamos (E 176).
• Aunque con la gracia divina vencí a la naturaleza, separándome de cuanto más quería en el mundo para servir con mayor libertad al Señor, sin embargo he sentido vivamente los ladridos de la frágil condición humana, y he llorado amargamente la gran pérdida (muerte de la madre) (E 442).
• El diablo anda rondando hoy por toda la faz de la tierra para destruir las obras de Dios, y ha intentado inútilmente echar abajo mi obra y acabar conmigo y con ella. El Corazón de Jesús, que ha sido siempre mi fuerza, no lo ha permitido (E 4295).
• Aunque me encuentro quebrantado en el cuerpo, por la gracia del Corazón de Jesús mi espíritu se mantiene sólido y vigoroso; y estoy decidido, como lo he venido estando desde hace treinta años (desde 1849), a sufrirlo todo y dar mil veces la vida por la redención de Africa Central y de la Nigricia (E 5523).
• Ante tantas aflicciones, entre montañas de cruces y de dolor, que ya les he descrito y que aún me quedan por describir, el corazón del misionero católico se ha resentido por estas enormes complicaciones. Sin embargo, él no debe perder el ánimo por esto: la fuerza, el coraje, la esperanza nunca pueden abandonarlo (E 5646).
• No se desazone ni se desanime si recibe palos de ciego, destinados a hacerle abandonar su camino… Satanás nos hace ahora una guerra tremenda, porque se da cuenta de que no tardando mucho tendrá que largarse de Africa (E 6884).
• En el curso de mi ardua y laboriosa empresa me pareció más de cien veces encontrarme abandonado de Dios, del Papa, de los Superiores y de todos los hombres (E 6885)…
• Viéndome así abandonado y desolado, tuve cien veces la más fuerte tentación (y también incitaciones de hombres píos, respetables, pero sin coraje y confianza en Dios) de abandonarlo todo, entregar la Obra, y como humilde siervo ponerme a disposición de la Santa Sede, del Cardenal Prefecto o de cualquier Obispo (E 6886)..
• Lo que me hizo no dejar de ser fiel nunca a mi Vocación lo que me mantuvo el coraje de seguir firme en mi puesto hasta la muerte, o hasta diferentes decisiones de la Santa Sede, fue el convencimiento de la seguridad de mi Vocación (E 6886).

TODOS: Tuyo es el reino, tuyo el poder y la gloria, por siempre, Señor. Amen.

Recitaciòn meditativa por medio de resonancias combonianas