Miércoles, 23 de agosto 2023
El escolástico Esdras Ulrich Bimbo Ngoabide, misionero comboniano centroafricano, hizo su consagración perpetua a la misión el 12 de agosto, en Mongoumba (Centroáfrica). El día siguiente, fu ordenado diácono. Permanecerá en la misión de Mongoumba hasta el día de su ordenación sacerdotal. Esdras nació en Bangui, ciudad capital de Centroáfrica, el 10 de noviembre de 1993. Hizo su noviciado en Sarh (Chad) y los estudios de Teología en Nápoles (Italia).

La mañana del pasado 12 de agosto Esdras Ngoabide hizo profesión perpetua de los consejos evangélicos de castidad, pobreza y obediencia para consagrarse a la misión en el seguimiento radical de Jesús, según los estatutos de Misioneros Combonianos. Dicha ceremonia se llevó a cabo en la misión de Mongoumba, Centroáfrica, al sudoeste de Bangui, la ciudad capital del país.

El escolástico Esdras Ulrich Bimbo Ngoabide, comboniano centroafricano, hizo su consagración perpetua a la misión el 12 de agosto, en Mongoumba (Centroáfrica).

La celebración fue presidida por el padre superior de la delegación comboniana en Centroáfrica P. Víctor Hugo Castillo Matarrita, contando con la participación de padres combonianos y diocesanos, también de religiosas y laicas Combonianas, así como de la feligresía de la misión que abarrotó el templo parroquial.

El padre Víctor Hugo, durante su homilía, animó a Esdras a vivir en la fidelidad al Señor que lo llamó para ser testigo suyo a través de su consagración, yendo a contra corriente en medio de un mundo que se opone a los valores evangélicos, manifestando en todo momento las maravillas que Jesús hace por quienes en él ponen toda su confianza. Como acto seguido, Esdras, contando con la presencia de su padres, familiares y amistades, pasó a dar lectura de su profesión perpetua, implorando la ayuda del Señor y las oraciones del pueblo de Dios para no desfallecer en su consagración a la misión. Las felicitaciones, los aplausos, el canto, la danza y los gritos de júbilo no se hicieron esperar para evento tan importante, que a todos también recordaba su consagración bautismal y animaba su compromiso de dar un mayor testimonio del Señor.

Diácono Esdras Ulrich Bimbo Ngoabide, Mons. Jesús Ruíz Molina y P. Víctor Hugo Castillo Matarrita.

Ordenación diaconal

No paraba la alegría porque al día siguiente, domingo 13 de agosto, por la mañana se llevaría a cabo la ordenación diaconal de Esdras, celebración que sería presidida por el obispo de Mbaïki, Mons. Jesús Ruíz Molina, misionero comboniano, quien durante su homilía animó a Esdras a cultivar el amor entre los fieles de la iglesia a través de su servicio diaconal como fiel discípulo del Señor, porque “una iglesia sin amor no podría avanzar”. Lo exhortó a ser cercano a los pobres, pues esta cercanía le evitará olvidarse del primer llamado que le hizo el Señor. Lo previno de no caer en la tentación de ser un funcionario de iglesia, alguien que busca su propia comodidad, ya que un diácono no debe desear otra cosa que ser un servidor atento y solícito del pueblo de Dios.

Mons. Ruíz recordó a todos los presentes que “un misionero debe estar dispuesto a salir, a ser enviado, a estar en la periferia o frontera donde haya mayor necesidad, donde el grito de los olvidados clama al cielo”. Y partiendo del evangelio de ese día, en que Jesús camina sobre las aguas, aconsejó a Esdras a no hacerse de otra fuerza que la de Jesús, que cuando sienta hundirse, igual que le pasó a Pedro a causa del embate del viento y de las olas, signos de crisis y dificultades que nunca dejan de aparecer, no deje de clamar a aquel que lo llamó, a Jesús, el único que podrá salvarlo. Como acto seguido se pasó al rito del orden diaconal donde Esdras es revestido de diácono y recibe el libro de los evangelios que en adelante podrá leer en las celebraciones litúrgicas y predicar la palabra del Señor.

Diácono Esdras Ulrich Bimbo Ngoabide con sus padres y amigos de la comunidad de Mongoumba.

Agradecimiento del diácono Esdras

Hacia el final de la celebración el diácono Esdras agradeció a quienes lo han acompañado e inspirado durante su proceso vocacional, a sus padres, a la familia comboniana, amigos y a los que de modo particular con sabiduría y buen testimonio lo han sabido orientar. No dejó de agradecer a la comunidad apostólica de Mongoumba por compartir con él su servicio misionero y a toda la gente que intervino en la organización de ambas celebraciones, la de sus votos perpetuos y del diaconado.

P. Fernando Cortés Barbosa, MCCJ,
en Mongoumba