Domingo, 16 de noviembre 2025
Miles de personas llenaron las calles de Belém, Brasil, el sábado 15 de noviembre, como parte de la marcha mundial por el cambio climático, defendiendo los derechos de los pueblos indígenas de la región amazónica y una transición justa hacia las energías renovables.

Los organizadores estimaron que cerca de 70, 000 participantes recorrieron una ruta de cinco kilómetros en dos horas y media. Las organizaciones de la sociedad civil, los movimientos interreligiosos y numerosos grupos crisitanos estuvieron muy representados, todos unidos bajo el llamamiento a la justicia climática.

A lo largo de la marcha se pudieron ver pancartas en apoyo de la distribución justa de la tierra en la Amazonía y los derechos de las comunidades indígenas. La presencia de la Iglesia fue notable, con la participación de grupos como el Movimiento Laudato Si', REPAM, Rede Igreja e Mineração, la Diócesis Anglicana de Belém, la Familia Franciscana y la Familia Comboni. También se unieron varios obispos y cardenales de Filipinas, África, América Latina y Europa, lo que demuestra el compromiso de la Iglesia de apoyar las luchas de los pueblos indígenas y los pobres más afectados por el cambio climático.

Por la tarde, algunos miembros de la Familia Comboni participaron en un debate sobre la minería y la economía extractiva. Los ponentes condenaron las prácticas corporativas que desplazan a las comunidades y destruyen los ecosistemas, criticando la fiebre, especialmente por parte de los países del norte, por los minerales utilizados en el ámbito militar y la supuesta «transición energética».