El P. Aldo Codognola nació en Sorgà provincia de Verona, el 26 de noviembre de 1922. Después de haber estudiado en el Colegio de los Salesianos de Legnago y en el episcopal de Rovigo, entró en el seminario de Rovigo. Cuando cursaba el II año de Instituto pidió y entró en los Combonianos terminando el III año y el noviciado en Venegono, donde hizo sus votos temporales en 1945. Estudió los tres primeros años de teología en Casa Madre de Verona y el último en Venegono, donde hizo su profesión perpetua el 24 de septiembre de 1948. El cardenal Ildefonso Schuster lo ordenó sacerdote en Milán el 11 de junio de 1949.
Enseguida después de la ordenación fue destinado a Uganda, preparándose durante casi un año en Inglaterra. Su primera misión fue entre los Acholi de Pabo (un año) y luego en Morulem (tres años). En 1957 fue mandado a Angal, entre los Alur del Oeste del Nilo, durante tres años. De allí pasó a la misión de Orussi donde se quedó seis años. Después de otros cinco en la misión de Warr-Zeu, volvió a Roma para hacer el Curso de Actualización (1973-1974). Volvió a Uganda y lo destinaron como párroco a la misión de Paidha, donde se quedó tan solo unos meses. En junio de 1975 el P. Aldo estaba en la lista de los diez combonianos expulsados de Uganda. Era el tiempo de Idi Amin. Al parecer, los autores principales de la expulsión fueron un ministro protestante del gobierno y un bien posicionado ‘ministro’ de la iglesia anglicana.
El P. Felice Centis escribe: “Sacerdote ejemplar, siempre ofreció lo mejor de sí mismo en la formación catequética y espiritual de los jóvenes en los catecumenados y en las escuelas que entonces eran de las misiones. Activo y emprendedor, dio buenas pruebas de su capacidad a la hora de planificar y construir iglesias: especialmente bellas como la de Orussi, Yamo y Warr. En medio a tantas ocupaciones, se mostraba calmo y sereno ganándose así la confianza de la gente”.
El P. Aldo fue asignado a la provincia italiana y transcurrió algunos meses en Venegono como ecónomo local y empeñado en la animación misionera. Su deseo de volver a misiones lo tenía muy vivo. Escribió al Superior General: “Desde que llegué de Uganda, nunca me abandonó el deseo de volver a la misión, al contrario, día y noche aumenta más y más en mi de modo que se está convirtiendo en un sufrimiento”.
En 1976 fue destinado a las misiones de Kenia donde se prodigó en la evangelización, catecumenados, en la formación de catequistas y jóvenes en las escuelas durante 27 años (1976-2003). Trabajó en las siguientes misiones: Kapenguria (1976-1987), Mogotio, Gilgil (1987-1990), Kasikeu y Rongai (1993-2002).
El P. Aldo construyó varias iglesias y capillas en las misiones en las que trabajó. A este respecto, ponemos aquí algunas líneas escritas en el diario de la misión de Rongai: “En agosto el obispo de Nakuru estuvo en Rongai para dar la confirmación a algunos centenares de nuestros cristianos y para bendecir ocho iglesias construidas en aldeas alrededor de Rongai de 1992 a 2002. Las construcciones (unos 13x22m.) son obra del P. Aldo Codognola que, con la ayuda de la comunidad comboniana de Rongai y de tantos bienhechores de Italia, ha levantado estos signos de fe para gloria de Dios y para favorecer la oración litúrgica de estas jóvenes comunidades cristianas”.
En 2003 el P. Aldo volvió a Italia de vacaciones y también para curarse y así poco después fue destinado a la provincia italiana. En 2006 fue hospitalizado en la casa de Verona, donde murió el 8 de abril de 2010.
El P. Agostino Zanotto escribe: “El P. Aldo me enseñó a ser misionero desde que estuve en Nyapea (Arua) y él estaba en la misión de Nebbi, donde construyó una iglesia estupenda. Me enseñó a ser un misionero hasta la médula, es decir, a orar bien, a trabajar generosamente sin ceder al cansancio y a saber interrumpir el trabajo para enseñar el catecismo a los catecúmenos. Volvimos a encontrarnos en Kasikeu, en la diócesis de Machakos (Kenia). Estaba en medio de la gente, que le quería tantísimo”.
El P. Stefano Zuin escribe que pudo notar en el P. Aldo tres grandes pasiones: amor por la misión (trabajó entre Uganda y Kenia cincuenta y dos años), amor hacia la Virgen María (solía recitar muchos rosarios durante el día y en su predicación nunca faltaba una referencia a la Virgen) y amor a los africanos (nunca le oí criticarlos).