El P. Francesco Giacomo de Bertolis nació en San Martino di Castrozza el 1 de octubre de 1927. Entró en el Instituto comboniano en Muralta (Trento) en 1938, durante la escuela secundaria, tal vez por las oraciones de la tía, sor Giusta Scalet, Comboniana. Desde 1941 al 1943 estuvo en Brescia y en agosto de 1943 entró en el noviciado de Florencia, donde, el 15 de agosto de 1945 hizo los primeros votos. Realizó los cursos de filosofía en el escolasticado de Rebbio y la teología en Roma. El 22 de septiembre del año 1950 en Venegono, hizo los votos perpetuos y fue ordenado sacerdote en Roma el 24 de marzo de 1951.
En septiembre del año siguiente fue enviado a Zahle, en Líbano, para estudiar la lengua árabe. Destinado a la provincia de Jartún, llegó a su destino en 1952 y desde entonces permaneció siempre en Sudán, con la excepción de un período de cuatro años (1976-1980) en Roma.
Llegó a Jartún como profesor en el Comboni College. En 1953 pasó a ser director del internado, en 1963 vice superior y ecónomo, en 1967 superior, director y consejero regional. De 1970 a 1975 fue párroco de la catedral.
En 1976 fue llamado a Roma, a la Casa Generalizia, donde permaneció cuatro años como superior y formador de los escolásticos.
El 1 de septiembre de 1980 fue destinado de nuevo a Jartún, donde continuó enseñando; al año siguiente fue elegido superior provincial para el periodo 1981-1984.
A pesar de las sospechas y la restricciones por parte del gobierno musulmán, las instituciones escolásticas, sanitarias y sociales de la Iglesia adquirían cada vez mayor autoridad moral y la comunidad cristiana crecía en número. El conflicto armado entre Sudán del Sur y el gobierno de Jartún, aunque dificultando el trabajo misionero en Sudán del Norte, había provocado también una gran afluencia de desplazados, muchos de los cuales cristianos, que habían abandonado el sur y se refugiaron en las periferias de Jartún, Kosti, El Obeid y otras ciudades del norte, en zonas que antes no habían visto nunca cristianos. Y la Iglesia los acogía, los ayudaba, los instruía y los evangelizaba.
En este contexto, en el año 1984, el P. Francesco llegó a Damazin. Tenía como ayudantes a dos jóvenes sacerdotes diocesanos. La misión atendía 18 centros de oración: los más cercanos a diez kilómetros, los más alejados a 180 kilómetros. Algún año después, consiguió tener en la parroquia las Hermanas egipcias del Sagrado Corazón que fueron de gran ayuda en la pastoral, tanto más que conocían el árabe mejor que todos los misioneros. De todos modos, la petición del P. Francesco, de poder construir una iglesia en la ciudad, nunca obtuvo respuesta por parte de las autoridades.
De Damazin, el P. Francesco pasó a la casa provincial de Jartún Norte, y luego al centro de Kobar, una vez más como enseñante. De 1993 al 1998 fue formador de los postulantes, en el postulantado de Jartún Norte.
Luego, durante siete años, permaneció en la parroquia de Kosti, dedicado al ministerio, como secretario provincial de la evangelización y superior local.
Después de otros dos años en el Comboni College, regresó a la casa provincial de Jartún Norte, donde fue encargado de reordenar y etiquetar los documentos de la secretaría provincial.
En los últimos meses el P. Francesco se encontraba en Verona para cuidados médicos. En una carta de este período dirigida a un hermano sudanés, el padre Yousif William Idris, escribía: “soy consciente de que estoy enfermo y sin esperanza de regresar a Sudán, pero Dios es más grande que Sudán. Deseo seguir ayudando en la preparación del texto de la historia de los misioneros combonianos en la provincia de Jartún, texto que podrá servir a los nuevos misioneros que vengan a la provincia y a los jóvenes en formación”.
Formador a tiempo completo y hasta el fin de sus días, el P. Francesco, como ha dicho el P. Giovanni Taneburgo en la homilía del funeral, “no invertía tanto en las estructuras materiales, como lo hacía con todas sus energías en el acrecentamiento humano y espiritual de las personas. Sabía muy bien que cuando se invierte en las personas, no se pierde nunca”.
El P. Francesco falleció en Verona el 1º de marzo de 2012.