Nacido el 3 de diciembre de 1924 en Roverbella, provincia de Mantua, después del noviciado en Verona y el estudio de teología en Venegono, Sante fue ordenado sacerdote el 3 de junio de 1950. En los primeros años de ministerio misionero fue enviado a Thiene, donde ayudó en la rectoría y en la animación misionera y, más tarde, a Rebbio, donde se distinguió por acoger a los hermanos ancianos. Fue animador misionero también en Verona. En 1956, después de cuatro años de ministerio en las casas combonianas, fue enviado a Brasil.
La primera etapa de su nuevo apostolado fue Nova Venécia, en el Estado de Espíritu Santo. Por algún tiempo fue vice párroco del padre Angelo dell’Oro, hombre dinámico, fundador y organizador de la parroquia de Nova Venécia, a la cual dio un impulso extraordinario. Cuando el P. Dell’Oro fue enviado a João Neiva y sustituido por el P. Vito Milesi, el P. Sante fue enviado a la ciudad de Montanha con el P. José Dalvit (más tarde primer obispo de la nueva diócesis de São Mateus). Juntos iniciaron la construcción de la iglesia de la nueva parroquia, desmembrada de la de Conceição da Barra. Tarea muy difícil debido la extrema pobreza del lugar y la ignorancia religiosa de la población, compuesta en su mayoría por inmigrantes del estado de Bahía. La casa que acogía a los dos combonianos era modesta pero habitable. La iglesia parroquial una simple capilla rural. El P. Dalvit y su vice párroco, el P. Sante, comenzaron con valor la construcción de un grande salón-capilla. El desgaste del trabajo apostólico y la escasa alimentación causaron en él una grave ictericia que lo obligó a dejar Montanha. Más tarde tuvo que ir a São Paulo para someterse a una intervención quirúrgica. Restablecido, volvió a Montanha, donde fue nombrado párroco, en sustitución del P. Dalvit, llamado a construir la iglesia de San Antonio en el barrio Caxingui, en São Paulo. Al quedarse solo, el P. Sante recibió la compañía y la ayuda del P. Angelo Di Prisco y del Hno. Adolfo Xillo, que había llegado hacía tiempo de Italia con el Hno. Pietro Ciapponi. En enero de 1959 llegó a Montanha otro refuerzo: el P. Celso Duca. Cuando, algún tiempo después, el superior regional, el P. Rino Carlesi, visitó la comunidad comboniana de Montanha, quedó muy impresionado por el crecimiento de la pequeña ciudad y el aumento diario de casas, debido al movimiento de colonización. Con el crecimiento de la ciudad comenzaron a crecer también las obras sociales – hospital y gimnasio – que agotaron todos los medios económicos de los combonianos.
También en Nova Venécia, a donde había regresado, unos 20 años después, como párroco, el P. Sante se adaptó al nuevo método de evangelización, propuesto por el Concilio Ecuménico Vaticano II. De 1972 a 1977, fue párroco y superior local de la comunidad de Jerônimo Monteiro, al sur del estado Espíritu Santo, donde se construyó el tercer seminario comboniano, después del de Ibiraçu, al centro, y de São Gabriel, al norte.
En 1978 volvió a Italia. Primero fue animador misionero en Florencia y, luego, asistente espiritual del Instituto Secular de las Misioneras Combonianas de Carraia (Lucca) de1978 a 1984.
Después de la rotación, volvió a Brasil, donde aceptó servir en la nueva parroquia de Água Doce, al noroeste del estado de Espirito Santo y confinaba con el estado de Minas Gerais, y luego en Conceição da Barra, al noreste del estado, en la desembocadura del Río Cricaré. Después del curso de renovación en Roma, en el 2000, volvió a Brasil, asumió el encargo de la parroquia de Guriri (São Mateus) y de superior de la comunidad comboniana. Cuando sus fuerzas, debido a la edad avanzada, comenzaron a debilitarse, dejó la guía de la parroquia y se puso a disposición de la comunidad.
La hermana muerte vino a su encuentro el día antes del 65º aniversario de su ordenación sacerdotal. El P. Sante podría definirse con una sola frase: ¡verdadero misionero de Cristo!
(P. Enzo Santangelo)