In Pace Christi

Jansen William Jacob

Jansen William Jacob
Fecha de nacimiento : 17/11/1938
Lugar de nacimiento : Cincinnati/USA
Votos temporales : 09/09/1959
Votos perpetuos : 09/09/1965
Fecha de ordenación : 28/05/1966
Fecha de fallecimiento : 07/03/2016
Lugar de fallecimiento : Cincinnati/USA

El P. William (Bill) Jacob Jansen nació en Cincinnati el 17 de noviembre de 1938. Primero de tres hermanos asistió a la escuela de la parroquia de Santo Domingo en Cincinnati y, después de la visita a la escuela de un misionero comboniano, quiso entrar en el Seminario del Sagrado Corazón para realizar los estudios superiores. El noviciado y los estudios lo condujeron a Monroe, Michigan, donde hizo su primera profesión religiosa en 1959 y luego a Cincinnati y San Diego, California. En 1962, luego de la licencia en la Universidad de San Diego, fue enviado a estudiar teología a Italia, pero en 1965 tuvo que volver a Estados Unidos por motivos de salud. Fue ordenado sacerdote en Cincinnati el 28 de mayo de 1966.

Después de la ordenación, pudo asistir a los cursos de periodismo en la Universidad de los Jesuitas de Detroit, mientras tanto enseñaba literatura inglesa a nuestros estudiantes de Monroe. Pronto sus capacidades editoriales fueron hechas fructificar en la publicación de la revista misionera comboniana de entonces “Frontier Call”, cuyo nombre fue cambiado por “Verona Fathers Mission”. Mientras tanto, la popularidad de la revista crecía.

Su comportamiento sereno y espíritu de acogida, el celo misionero y sentido del humor del padre William, permitieron que muchos católicos del lugar, sobre todo de origen alemán e irlandés, entraran en contacto con las misiones y el Instituto. Las oficinas provinciales que se encontraban entonces en una zona pobre de la ciudad, donde los Combonianos habían sido encargados del ministerio entre migrantes provenientes de los estados del sur; era un ministerio difícil, debido también a la actitud históricamente hostil de este grupo hacia la Iglesia católica.

Por fin, en 1973, el padre pudo realizar su deseo de trabajar en los campos de misión y fue asignado a Brasil Nordeste, conocido como la “cuenca de polvo” de la nación. En Mantenópolis, Maranhão, su presencia, sostenida por los amigos de Estados Unidos, fue decisiva para la construcción y funcionamiento del hospital. Más tarde fue cambiado a Rondonia, una zona poco desarrollada, con muchas comunidades de nuevos colonos, muchos de los cuales eran “viejos conocidos” del Nordeste que huían de la grande pobreza, que trataban de reconstruir allí su vida. El P. William logró crear y sostener pequeñas comunidades cristianas en la zona.

En 1978, regresó a la NAP, primero a Cincinnati, como director de las publicaciones combonianas y luego como párroco de Holy Cross en el Sur de Los Ángeles. También ahí hizo buen uso de sus capacidades organizadoras sosteniendo varias fundaciones para ayudar a la población hispana inmigrada en la zona.

En 1991 encontramos al P. William en Guatemala, dedicado en un pionero ministerio pastoral y social en una vasta área de Mixco, ciudad satélite de la capital del país. A pesar del clima de violencia y de los prejuicios, el padre logró coordinar cinco comunidades católicas diversas y transformarlas en una floreciente parroquia. Fruto de este trabajo, fue la Clínica Comboni, activa hasta hoy, gracias a la dedicación de la hermana Sarah Mulligan, SC, de Cincinnati, a quien el P. William había “descubierto” apenas llegado a Guatemala.

De regreso a Cincinnati en 1998, luego de un breve periodo sabático, se lanzó en el difícil ministerio entre los hispanos de la arquidiócesis, introducido por la comunidad franciscana local. Como director diocesano del ministerio hispano, gracias a su precedente experiencia misionera en Los Ángeles, en Brasil y en Guatemala, el P. William puso en acción sus extraordinarias capacidades organizativas planeando las estructuras pastorales y sociales de la iglesia de San Carlos. Con fuerza y sabiduría explotó los recursos locales y estrechó relaciones con la Cámara de Comercio Hispana. Tanto en el campo pastoral como social, el padre demostró siempre una gran capacidad para descubrir los talentos y las capacidades de las personas dándoles espacio para ponerlos a disposición del bien común.

Hace unos 20 años, el padre visitó México y volvió a Cincinnati con dos Laicos Misioneros Combonianos mexicanos. Junto con ellos dio origen, de la nada, a una de las más grandes comunidades pastorales de la arquidiócesis. Dina Bello, una de ellos, trabaja todavía para la curia, como directora de catequesis para el ministerio hispano.

La presencia social promovida por el padre, llamada “Su Casa”, se ha desarrollado de manera exponencial en el curso de los años y ahora forma parte de la estructura de la arquidiócesis. Gracias a la realización de este instrumento para “llegar a las periferias”, en el 2010 el padre William recibió el prestigioso premio “César Chávez”.

El P. William ha tenido graves problemas de salud desde muy chico, pero nunca permitió que éstos lo derrotaran. En el curso de los últimos años, su salud empeoró, sobre todo luego de una operación a corazón abierto. Murió serenamente el 7 de marzo del 2016. La misa fúnebre, en inglés y español, celebrada en San Carlos la tarde del 10 de marzo, fue el justo tributo a una vida gastada al servicio de las personas necesitadas, de los pobres y de los inmigrantes.
(P. Joseph Bragotti, mccj)