In Pace Christi

"Nunca he poseído nada ni poseo nada, excepto las cosas personales; soy feliz de ser pobre y de haber nacido pobre, mucho más el Señor no podía hacer, me ha dado el don más grande, es decir, la vida, y también el don del sacerdocio. Doy gracias al Señor por mi padre y mi madre que en su pobreza de vida me han enseñado a dar los primeros pasos en la fe cristiana y a tener esperanza en una vida mejor, la vida eterna. Si Dios me llamara aquí en misión, que mi cuerpo descanse aquí en medio de mi pueblo al que he tratado de servir y amar en estos años; si en cambio me llamara Dios cuando esté en Italia, entonces preferiría, si fuera posible y sin causar problemas, descansar en el cementerio de Velate, un país que me acogió como joven y que me ayudó a crecer en la fe y un lugar donde descubrí la llamada al sacerdocio misionero". Esto es lo que el P. Gianmario escribió en una carta a sus seres queridos, el 20 de junio de 1987, desde Moyale (Kenia). Esta disposición y discreción, unidas a una cierta timidez, le han acompañado a lo largo de su vida.

El 22 de junio de 1964, ya con diecisiete años, escribe desde Velate Milanese, pidiendo entrar en el seminario de los Combonianos. Entró en el noviciado de Venegono, donde emitió los votos temporales el 17 de mayo de 1975. Luego fue enviado a Elstree, Inglaterra, para estudiar e hizo su profesión perpetua en Edgware, Londres, el 28 de abril de 1978. Fue ordenado sacerdote el 16 de septiembre de 1978 en la iglesia parroquial del Sagrado Corazón de Brescia, confiada a los Combonianos. Destinado a Italia, permaneció un año en Pesaro, como promotor vocacional, y dos años en Sulmona, como ecónomo y formador.

En 1979 fue destinado a la provincia de Kenia, donde permaneció diecisiete años, primero en Naivasha, luego en Sololo, Moyale y Kacheliba. En 1993 participó en el Curso de Renovación de Roma.

En el año 2000 regresó a Italia, debido a problemas cardíacos, y permaneció en Brescia hasta el año 2005, ejerciendo el ministerio y, en los últimos meses, como superior local. Después fue enviado a Rebbio, para la acogida de los hermanos ancianos, tarea que realizó con la disponibilidad y sensibilidad habituales hasta finales de 2013. A partir de 2014, debido al empeoramiento de sus problemas de salud, estuvo en el CAA de Milán, donde murió el 23 de agosto de 2018. Los que lo visitaron durante estos años - en particular el P. David Glenday y el P. Francesco Chemello que habían estudiado con él en Elstree - quedaron impresionados por su aceptación serena de la enfermedad.

Entre los testimonios que hemos recibido, reportamos una pequeña parte de la de Salem Lorot, abogado del Tribunal Supremo de Kenia y miembro del Consejo Jurídico de la Asamblea Nacional de Kenia que, como otros, pudo estudiar gracias a la ayuda del P. Vimercati.

"La vida del P. Gianmario en Kacheliba irradiaba la luz de nuestro Señor Jesucristo. Era un hombre amable, compasivo, humilde y en todas sus relaciones era un siervo diligente de Dios. No hablaba mucho, pero a través de su silencio y sus acciones pudo enseñarme muchas otras lecciones importantes del cristianismo. Él compartió sus experiencias con nosotros y nos dio esperanza.

Cuando se fue de Kacheliba a Italia nos sentimos muy tristes y rezamos tanto para que el P. Gianmario pudiera volver algún día. Tengo mi certificado de bautismo que el P. Gianmario firmó a mano. Y guardo muchos hermosos recuerdos de un hombre, un sacerdote, que entró en nuestras vidas, sirviendo entre nosotros de una manera desinteresada. Y si alguna vez lee estas palabras mías, le decimos: 'asante sana' (muchas gracias)".