In Pace Christi

P. Christopher nació en Ndaija, Uganda, el 12 de febrero de 1958. Entró en el noviciado de Tartar (KE), hizo sus primeros votos el 27 de abril de 1985 y, después de su escolasticado en Kampala en la Comboni House, hizo su profesión perpetua el 9 de abril de 1988. Fue ordenado sacerdote el 22 de enero de 1989.

El P. Umberto Pescantini recuerda: "Christopher formó parte de uno de los primeros pequeños grupos de postulantes que tuve la alegría de acoger en Alokolum (Gulu, Uganda). Siempre me pareció un joven bastante tímido, pero con suficientes recursos para ser un buen misionero. Inmediatamente después de su ordenación, a principios de 1989, fue enviado a París para el estudio del francés y, antes de finales de ese mismo año, ya estaba en Afanya, en Togo, ocupándose del idioma local. A mediados de 1990 era vice-párroco en la misión de Vogan y en 1994 superior de la comunidad de Aklakou. En 1999 completó su trabajo en Togo sirviendo en la parroquia de Adidogomé. Desde octubre de ese año hasta junio de 2000 participó en el Año Comboniano de Formación Permanente en Germiston, Sudáfrica. Creo que se sorprendió bastante cuando, al final del ACFP, los superiores lo nombraron formador en el escolasticado de Nairobi. Sin embargo, fue capaz de llevar a cabo esta tarea durante unos años con generosidad. Pero su salud no era suficientemente fuerte y los superiores tuvieron que reemplazarlo.

Fue asignado a la NAP desde el 1 de enero de 2005. Primero se quedó en la casa provincial de Cincinnati y luego fue asignado a la comunidad de Kitchener en Canadá. Era una persona cálida, amistosa y muy querida. Hizo un buen trabajo en Canadá y fue apreciado tanto por el pueblo como por los hermanos. Debido a la enfermedad de su madre, pidió estar cerca de ella, por lo que en 2006 fue enviado a Uganda. Fue asignado primero a la parroquia de Kyamuhunga, donde permaneció once años, y luego a la de Rushere".

Rushere está a más de 250 km de la capital Kampala y se encuentra en la parte sudoriental del país en dirección a Tanzanía y Rwanda. Aunque cambió de lugar – nos dicen algunos de sus bienhechores – trajo consigo las prioridades que siempre han distinguido su trabajo, en primer lugar, la de mejorar la vida de los niños. En ambas misiones, de hecho, el padre Christopher, como director del proyecto, buscó ayuda – y la obtuvo – para construir tanques de agua. En particular, en 2018, pudo construir dos: una para la escuela primaria de Kikoni y otra para la escuela primaria de San Pedro. En Rushere, en una zona de competencia pastoral tres veces mayor que la anterior, celebró varias reuniones con los directores de las escuelas de la zona y con los padres de los niños que asistían a ellas y, una vez más y también aquí, resultó problemático utilizar agua limpia. Por esta razón, muy a menudo los niños se enfermaban y no podían asistir a la escuela, por lo que se quedaban atrás en los programas escolares, penalizando su preparación. El P. Christopher había identificado inmediatamente las situaciones más urgentes, pero en su carta de agradecimiento por la ayuda recibida, añadió inmediatamente: "Todavía tenemos 14 escuelas primarias que no tienen acceso al agua potable. Espero que sea lo suficientemente generoso para continuar ayudando a nuestros niños”.

Durante esos mismos años, el P. Christopher también sirvió a la provincia de Uganda como secretario provincial de evangelización. Un cáncer destruyó su joven vida y su servicio a la misión.