Lunes, 10 de noviembre 2025
Reunidos en el XVI EPA, en la Arquidiócesis de Mercedes-Luján, en Argentina, durante los días del 3 al 7 de noviembre de 2025, más de 144 representantes de las Pastorales Afroamericanas y Caribeñas hemos orado, reflexionado y analizado, en espíritu de sinodalidad, fe, esperanza y resistencia, los clamores más urgentes que atraviesan las vidas de nuestros pueblos: la invisibilización persistente, el racismo estructural y sistémico y la migración con rostro afrodescendiente. (…)
¡Una Iglesia con rostro afrodescendiente, viva y sinodal!
Mensaje Final del XVI Encuentro de Pastoral
Afroamericana y Caribeña (EPA)
Reunidos en el XVI EPA, en la Arquidiócesis de Mercedes-Luján, casa de la Patrona de Argentina, durante los días del 3 al 7 de noviembre de 2025, más de 144 representantes de las Pastorales Afroamericanas y Caribeñas: México, Honduras, Costa Rica, Panamá, Colombia, Ecuador, Perú, Bolivia, Brasil, Paraguay, Uruguay y el país que nos acoge: Argentina. Hemos orado, reflexionado y analizado, en espíritu de sinodalidad, fe, esperanza y resistencia, los clamores más urgentes que atraviesan las vidas de nuestros pueblos: la invisibilización persistente, el racismo estructural y sistémico y la migración con rostro afrodescendiente.
Estos clamores no son nuevos; son heridas abiertas que gritan por respeto, justicia y dignidad. Nos hemos escuchado, compartido realidades y reconocido que nuestra historia y nuestra fe no pueden seguir siendo marginadas ni excluidas dentro de la Iglesia ni en la sociedad. A su vez nos llaman a la esperanza desde nuestra ancestralidad como signo profético.
A la luz del Evangelio, de la enseñanza del Papa Francisco, hemos discernido que una Iglesia sinodal no puede construirse sin la inclusión plena de los pueblos afrodescendientes. El tema de este EPA nos invita a una conversión pastoral efectiva: “Los afrodescendientes: sus clamores y sus esperanzas dentro de una, Iglesia sinodal” no es solo una consigna, es un llamado urgente a construir una Iglesia del encuentro, de comunión para la misión, donde nadie queda atrás y donde cada voz —también la afrodescendiente— tiene lugar, dignidad y misión.
El compromiso que asumimos
El Papa León XIV en su Exhortación Apostólica “Dilexi Te” (“Te he amado”) sobre el amor hacia los pobres, nos desafía al decir: “Quien dice amar a Dios y no se compadece de los necesitados, miente”. Por ello, con esperanza cristiana, espíritu profético y en clave de sinodalidad, nos comprometemos con acciones concretas que transformen estructuras, conciencias y prácticas:
Caminamos con esperanza
Celebramos, acogemos y abrazamos con gozo y esperanza profética la presencia de los jóvenes que alzan sus voces para ser escuchadas; la presencia de los abuelos que nos estimulan con su paciencia y su sabiduría; y la presencia viva del pueblo de Dios que no se deja amilanar por los dolores, sino que, como Manuel, se fortalece en la fe para vivir la caridad.
Agradecimiento
Agradecemos al CELAM, su acogida y acompañamiento en la realización de este XVI EPA
Al Padre Obispo, don Juan José Chaparro y a su equipo diocesano y el equipo nacional por haber acogido, como experiencia novedosa del Espíritu, este momento especial en la vida de la Iglesia que nos pone a los pies de la Virgen y de la figura de Manuel de Lujan.
A don Zanoni Demettino Castro, obispo referencial de la Pastoral afro, por su sabiduría y su paciencia en este caminar.
A los demás obispos que desde su testimonio sencillo y cercano nos acompañan. A todos ellos, les decimos, gracias por su presencia.
A todos los participantes provenientes de toda nuestra América Latina y el Caribe, les decimos gracias por acompañar este acontecimiento que nos llena de alegría, nos hace más hermanos y nos abre a la esperanza.
El XVI EPA no termina, sino que comienza una nueva etapa de implementación pastoral en clave sinodal. Porque el Espíritu nos impulsa a pasar de la resistencia silenciosa a la incidencia profética, de la marginación a la dignificación, de la contemplación a la transformación. Nos abre con esperanza a mirar a los jóvenes quienes, desde el silencio y la escucha, están dispuestos a caminar e iluminar los procesos que nos llevan a la inclusión efectiva.
Nos encomendamos con confianza a Nuestra Señora de Luján, Madre de los pobres, refugio de los pueblos y estrella de esperanza para nuestra pastoral y nuestra Iglesia.
Que ella, que no se mueve de donde sus hijos la necesitan, nos enseñe a permanecer firmes, como Manuel, humilde servidor y fiel custodio de su imagen, dispensador incansable del amor y la caridad de Dios, a mantener viva la llama de la esperanza que nunca defrauda.
¡María de Luján, intercede por nosotros! ¡Manuel de Luján, enséñanos a amar sirviendo!
Luján, 7 de noviembre de 2025