Comboni, en este día

Desde Jartum (1878), Comboni escribe a M. Camperio, director de la revista «Esploratore»:
Es preciso que la ciencia y la religión vayan de la mano, se ayuden mutuamente y produzcan juntas ese mejoramiento y esa regeneración y verdadera civilización que debe ser el objeto del impulso sublime que guía a la ciencia.

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Nº Escrito
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Señal (*)
Remitente
Fecha
271
Mons. Lavigerie
0
Paris
15.10.1868

N. 271 (256) - A MONS. LAVIGERIE

APBR, B. I, 468

París, 22 Rue des Saints Pères

15 de octubre de 1868



Excelencia Reverendísima:


 

[1721]
Consagrado desde hace quince años al apostolado de Africa Central, en el cual tengo determinado consumir la vida entera a pesar de tantas dificultades y peligros como soporto en las tribus del Ecuador y del desierto, que he atravesado cuatro veces, no puedo estar indiferente ante la suerte y las esperanzas que me parece contemplar respecto a Africa, la parte del mundo más desgraciada y más abandonada a causa de los enormes obstáculos que le ha puesto el islamismo; no puedo estar indiferente ante los triunfos que el valor y la constancia católica han conseguido. Usted, Monseñor, fue objeto de mi admiración y profundo estupor, cuando en El Cairo fui informado por la prensa católica de que ha tenido usted la fuerza y el valor apostólico de defender y proteger los sublimes intereses de una parte de esta querida Africa que la Providencia divina, mediante la autoridad del Vicario de Cristo, ha confiado a su gran celo, a su aguda inteligencia; en una palabra, a su corazón episcopal, que compite con el gran corazón del ilustre Obispo de Milán, San Ambrosio.


[1722]
Usted ha triunfado, Monseñor, contra la hidra multiforme de la impiedad que guiaba a su rebaño; usted, Pastor incomparable, ha sabido proteger a sus queridas ovejuelas contra los ataques de los lobos malvados, y la sabiduría y el corazón del Emperador, por la gracia de Dios, le han deparado la victoria. En mi pequeñez de pobre y modesto Misionero, que sólo vive para el bien y la felicidad de Africa, me atrevo a rendirle homenaje y congratularme de todo corazón, tanto más cuanto que la Santa Sede y el Ilustre Vicario de Cristo, que está guiado por el Espíritu Santo, han sabido elegir a la persona más capaz y activa para emprender la obra muy difícil, pero muy importante, de la evangelización de una gran parte de Africa Central, que todavía, desde hace tantos siglos, se halla sumida en las tinieblas y sombras de muerte.

El Vicariato Apostólico del Sáhara es un nuevo reto para su gran celo de apóstol, que establecerá una nueva era de salvación para los infortunados africanos. Y esto constituye una de las mayores alegrías de mi vida, porque sus esfuerzos y sus cuidados proporcionarán mucha luz para encontrar poco a poco el medio más conveniente y práctico de evangelizar a los indígenas y a las poblaciones nómadas del Africa interior.


[1723]
Yo he tenido ya la suerte de verle alguna vez con Mons. Massaia y de conversar con usted en París con ocasión de la consagración del Obispo de Chalons; asimismo tuve el honor de hablarle en Roma [...] su apostolado de Nancy y Toul. Pero como no podía prever que iba a convertirse en apóstol de Africa, nunca aproveché la ocasión para consultarle sobre la pequeña obra que he emprendido para la conversión de la Nigricia. Y cuando el año pasado promoví en Roma una reunión de Obispos y, sobre todo, de los Jefes de las Misiones africanas, fui a buscarlo a su hotel en Roma y lamenté mucho no encontrarlo porque el día anterior había marchado a Francia. Esta reunión tenía por objeto concretar la fundación de los dos primeros Institutos sobre la base de mi Plan; en efecto se eligió El Cairo, donde los he fundado recientemente bajo la protección de Monseñor Ciurcia, Arzobispo de Irenópolis, Vicario y Delegado Apostólico de Egipto.


[1724]
Encomiendo mi Obra a sus oraciones y deseo que se establezca un centro de comunicación entre nosotros en el Corazón de Jesús. Es mi intención informarle sobre la marcha de mi Obra, a fin de que en el futuro pueda obtener luces de su experiencia práctica para mejor alcanzar el objetivo de establecer la fe católica en el centro de Africa que confina con la parte oriental de su gran Vicariato.

Quiero dar a V.E. noticias sobre el estado actual de mi Obra, la cual está todavía en sus comienzos.


[1725]
Desde 1848 a 1861 tuvimos treinta y nueve Misioneros que recorrieron Africa Central entre los 23 y los 4 grados de latitud Norte. Fundamos cuatro estaciones: Schellal en los 23°, Jartum en los 15°, Santa Cruz en los 6° y Gondokoro en los 4°. Compusimos un diccionario y una gramática en dos lenguas, y aprendimos la numeración de más de veinte lenguas. Pero treinta y dos Misioneros murieron, y yo mismo estuve once veces a punto de perder la vida. Seguidamente llamamos a los Franciscanos, que enviaron sesenta personas entre sacerdotes y laicos de su Orden; pero regresaron todos ellos, a excepción de uno que está en Jartum.


[1726]
No crea, Monseñor, que se muere tan fácilmente. Nosotros fuimos los primeros en ir allí; la mayor parte de los Misioneros eran alemanes, muy capaces, muy santos, pero querían alimentarse según la costumbre alemana y esto es perjudicial en aquellos países. Yo entiendo que con la prudencia y las precauciones necesarias se puede vivir allí, sobre todo en el desierto, donde el aire es puro y sano. Basta con hacerlo según el espíritu católico y la moderación y la sobriedad que nos recomienda la Iglesia, y que son necesarias para vivir. Uno de nuestros queridos compañeros, el P. Pedemonte, un Jesuita napolitano de sesenta años, estuvo mucho tiempo en Jartum y entre los Bari, en los 4 grados, hasta que lo llamaron a Nápoles, donde vive todavía.


[1727]
Pero Propaganda, viendo la muerte de tantos Misioneros, se entregó a una seria reflexión. El Card. Barnabó me encargó que hiciera un informe sobre el estado de la Misión de Africa Central, y que le propusiera un Plan, mediante el cual expusiera mis puntos de vista sobre la manera de establecer el catolicismo en aquellas tribus centrales. Este Plan es general porque debía ser Propaganda misma la que debía efectuarlo, al contar con la influencia y el poder de invitar a las Congregaciones religiosas, etc.


[1728]
Como sistema práctico y general, este Plan ha sido juzgado muy oportuno por un gran número de Obispos a los que he consultado, y por el propio Papa, que lo ha leído en su totalidad. Entre otras cosas, en él se establece el principio de encargar a los Vicarios y a los Obispos que residen en las costas las Misiones del Centro para una válida dirección de las mismas, lo que Propaganda ya a empezado a poner en práctica. Por mi parte, en mi pequeñez, he hecho surgir las obras siguientes, después de haber rogado a Mons. de Canossa, Obispo de Verona, al que conocía desde mi infancia, que fuera su Jefe y Presidente:

1.o Se ha creado en Verona un Seminario para las Misiones de Africa Central, y la Obra del Buen Pastor para mantenerlo. Si Dios bendice este Seminario y nos es posible fundar otros, espero que podamos ser útiles también a su gran apostolado.

2.o He fundado hace poco en El Cairo un Instituto para negros, y otro para negras con algunas Monjas francesas. Estos funcionan muy bien, y ya han convertido muchas almas, porque tengo dieciséis maestras negras que conocen cuatro lenguas y todas las labores femeninas. Algunas de estas negras las presentamos el año pasado al Papa, que en los jardines vaticanos pasó dos horas con ellas, así como con Mons. Castellacci, el Conde Vimercati y yo, que las acompañábamos; acontecimiento captado en unas fotos, que me permito enviar a V. E. En El Cairo he constatado que siempre que alguna negrita pagana ve a mis negras o las oye hablar, o cantar en la iglesia, pide hacerse católica, y yo ya he preparado y bautizado muchas este año. Lo mismo ocurre con los chicos. Sin embargo, para elegir a las personas que han de ser apóstoles de los otros, es mejor admitirlas de corta edad, y entonces habrá más garantías de éxito.


[1729]
Como ve, Monseñor, mi obra está todavía en su infancia. La encomiendo a sus santas plegarias. Por mi parte, haré rezar todos los días por la prosperidad de V. E. y por su gran obra. Por lo que he podido comprender, estoy convencido de que Ud. tendrá mucho éxito en la generosa obra que ha emprendido y que Dios le ha confiado, porque con la gracia de Dios nada le será imposible.

Mientras me felicito con Ud., le pido perdón por mi atrevimiento en dirigirle esta carta y me siento honrado de besar sus santas manos y de suscribirme con los más profundos sentimientos de veneración y respeto



De V. E. hummo. y devotmo. servidor

Daniel Comboni

Misionero Apostólico de Africa Central

Sup. de los Instos. de negros de Egipto



Le presenta sus respetos el Barón de Havelt, del que soy huésped.

Apenas esté impreso en francés, le enviaré mi Plan para la Conversión...



Original francés.

Traducción del italiano






272
Marie Deluil Martiny
0
Paris
15.10.1868

N. 272 (257) - A MARIE DELUIL MARTINY

AFCI, Berchem Anvers

Vive + Jésus!

París, 15 de octubre de 1868



Muy venerable Hermana:


 

[1730]
Con ocasión de mi viaje a Alemania para intervenir en el Congreso General de los Católicos celebrado en Bamberg, he hablado mucho de nuestra querida Guardia de Honor, tratando de propagarla, y he distribuido todas las medallas e impresos que me dio la venerada primera celadora. En el célebre santuario de Nuestra Señora de Altötting hay un magnífico convento de las Damas Inglesas que es la Casa Madre de otros ocho conventos esparcidos por Baviera. Los conventos acogen a lo más selecto de las jóvenes de Alemania y de Austria y a una infinidad de escolares. Ahora he acordado con la Superiora General implantar la Guardia de Honor en todas sus instituciones y en las parroquias y diócesis donde se hallan. Esta venerada Superiora General tiene un celo admirable y un espíritu eminentemente religioso. Las reglas de esta Congregación son las de los Padres Jesuitas.

Ella tiene a su lado una Hermana de relevante santidad y buen sentido, que conoce muchos idiomas, y que es como francesa para la iniciativa de una obra.


[1731]
Mas, para tener éxito en esto, es necesario que usted envíe a Altötting todo lo que pueda: medallas, cuadritos, libros, etc. Mándelos también en latín, para que la obra arraigue entre los Redentoristas y el pío clero de Passau. Al enviar allí todos estos objetos póngase en comunicación con el Vicario. Va a establecer usted un puesto de apostolado para la Guardia de Honor, que será muy del agrado de Jesús.

Esta es la dirección que debe poner:

Rvda. Madre María Javiera de Koeniger

Directora y Maestra de Novicias

Convento de las Damas Inglesas

Altötting (Baviera)



Como Loreto en Italia, Altötting es uno de los primeros santuarios de Alemania, al que llegan cada día más de dos mil peregrinos. Allí habrá también quien propague la Guardia de Honor.


[1732]
Le ruego que rece y haga rezar por mí y por nuestra Obra, porque tengo tantas cruces que es un milagro si puedo seguir viviendo. Pero Jesús es omnipotente. Y la Guardia de Honor constituye para mí una fuente de tanta fuerza y aliento que el diablo quedará frustrado, porque es sólo por Jesús por quien trabajamos. Además las mismas terribles cruces que me oprimen son para mí el mayor consuelo, porque Jesús sufrió, Jesús es una Víctima, Jesús eligió la Cruz, Jesús dijo: «Los que siembran con lágrimas, cosecharán con alegría...»

Ah, ese Corazón bendito, que no late sino por las almas, que es una Víctima continua y que fue herido por una lanza, es una gran ayuda para nosotros... ¡Ah, qué feliz soy con mis penas! Las tengo de todas clases, en Egipto y en Africa Central, en Roma y en Verona, e incluso en Francia. Pero soy feliz porque en su Guardia de Honor el Sdo. Corazón de Jesús me asiste poderosamente.


[1733]
He aquí traducido al francés [en el original] lo que estoy a punto de escribir al Card. Barnabó, Prefecto de la Sagrada Congregación de Propaganda Fide, el cual es mi Jefe: «Debe saber, Eminencia, que desde hace algún tiempo la Cruz me es tan amiga y tan continuamente próxima que la he elegido por queridísima Esposa, hasta el punto de haber decidido vivir siempre con Ella hasta la muerte y, si fuese posible, en la eternidad. Sabe, Eminencia, que el Corazón de Jesús fue herido por la lanza en la Cruz, cuando El estaba muerto, y que esta lanzada horrible traspasó el Corazón de nuestra Madre María: golpe de lanza que repercutirá también en Africa.


[1734]
Pues a Africa con mi cruz he llevado la Guardia de Honor del Corazón traspasado de Jesús, que acaso V. Em.a no conozca, pero que tendré la suerte de darle a conocer. ¿Sabe qué fuerza proporciona a mi espíritu esta Guardia de Honor en la cual venero al Corazón de Jesús y la herida de la lanza? Ella me da la fuerza de llevar mi cruz con alegría, como si hubiese conseguido una fortuna para las Misiones. Y con la Cruz, mi queridísima Esposa y maestra de prudencia y de sabiduría; con la Santísima Virgen, mi querida Madre, y con Jesús, mi Todo, no temo, Eminencia, ni las tempestades de Roma, ni las persecuciones de Egipto, ni el furor de la Nigricia, ni los nubarrones de Verona, ni al diablo del infierno, porque soy el más feliz de los hombres y estoy en la situación más deseable.


[1735]
¡Oh, completamente divina es la sabiduría que mostró mi Jesús, cuando después de haber creado el universo fabricó la Cruz!» Pues con la Cruz, que es una sublime efusión de la caridad del Corazón de Jesús, nosotros nos volvemos poderosos. Tengo una aclaración que hacer aquí, y es que estoy convencido de ser un gran pecador. No me avergüenzo en absoluto de confesar mi insignificancia a usted, mi buena Hermana, porque por otra parte poseo un poderoso remedio. Puesto que Jesús vino a salvar a los pecadores, vino a salvarme también a mí; y como se digna darme su Cruz, es la señal más segura de que quiere salvarme. ¡Mire la bondad del Buen Jesús! Mientras me regala tantas cruces, hace realizar tanto bien a mis Institutos, los que he fundado hace poco en Egipto, junto a la Cueva de la Sagrada Familia.

Acaba de llegarme la noticia de que, hace unos días, tres negras de veinte años han recibido el bautismo de manos de mis Misioneros, y que otras tres me esperan a mí para que las bautice. Una ha muerto, con el título de la Guardia de Honor sobre el corazón, tres días después de haber sido bautizada.


[1736]
Así que rece y mande rezar por la conversión de las almas más abandonadas de la tierra, los pobres negros de Africa Central. Me parece que, en estos tiempos en que los cristianos conspiran contra el Señor y su Cristo, el Corazón de Jesús se ha de derramar con redoblado amor hacia los que todavía están envueltos en las tinieblas y sombras de muerte. Deseo enviarle a usted mi Plan para la regeneración de Africa, que saldrá de la imprenta dentro de pocos días, y que concebí en el Vaticano el 18 de septiembre de 1864, mientras asistía a la Beatificación de Margarita María Alacoque. En la primera edición de 1864 aparece escrito también el día de la Beatificación. Espero, pues, que la Beata me asista, dado lo mucho que ella amaba al Sagrado Corazón de Jesús.

Téngame presente en sus oraciones, y escríbame. A mi regreso iré a Bourg. ¡Viva Jesús en Su Corazón!



Daniel Comboni



He pasado un día en Bamberg, cerca de Munich, en el convento de las Hermanas de la Visitación, las cuales me han entregado una negrita. Está implantada allí la Guardia de Honor.

Le ruego que presente mis respetos a la muy Rvda. Madre Superiora.



Original francés.

Traducción del italiano






273
Mons. Luis de Canossa
0
Paris
15.10.1868

N. 273 (258) - A MONS. LUIS DE CANOSSA

ACR, A, c. 14/60

Alabados J. y M... eternamente así sea.

París (22 Rue des Saints Pères)

15 de octubre de 1868



Excelencia Rma.:


 

[1737]
He tardado en escribir porque estuve ocupadísimo, los asuntos en París se prolongan y pasé muchas noches en vela asistiendo enfermos de importancia. He recibido cortés alojamiento del Ilmo. Barón de Havelt, Protector de Tierra santa y Comisario Pontificio para la Exposición Universal, el cual, por ayudarme, invita a almorzar a los personajes que me pueden favorecer, como Druin de Luis, el Ministro de Marina, el Presidente de la Propagación de la Fe, etc. A pesar de ello, los asuntos se dilatan. Estos son los principales:

1.o Solicitar ayudas de las siguientes Obras:

a) Propagación de la Fe

b) Santa Infancia

c) Oeuvre des Ecoles d’Orient

d) Oeuvre Apostolique (objetos de culto)

e) Oeuvre des Tabernacles

2.o Cartas de recomendación para el Bajá de Egipto y otros mandatarios influyentes.

3.o Algún subsidio del Ministerio de Asuntos Exteriores, de los fondos destinados a Oriente.

4.o Pasajes y transporte de provisiones gratuitos desde Marsella.

5.o Sondear el terreno en el Instituto de Africa para ver qué ventajas podemos obtener.

6.o Carta especial de recomendación del Ministro de Asuntos Exteriores Moustier.

7.o Fuentes de donde sacar Misas para V. E.

8.o Visita a algún insigne bienhechor. Hic et nunc, casi todos están en el campo: así que un poco de paciencia.


[1738]
Antes de dejar Baviera he explorado la adecuada fuente en el Ministerio del Culto, para ver de obtener algunos miles de Misas de Altötting. El camino a seguir, que me fue sugerido en dicho Ministerio, es el siguiente: V. E. debe escribir a Mons. Enrique Hofstaetter, Obispo de Passau (Baviera), exponiéndole que sus misioneros y gran número de sacerdotes de su Diócesis, etc... todo lo que pueda decir... y rogándole que le autorice a recibir la carga de siete u ocho



(Daniel Comboni)



Carta incompleta






274
Señora A. H. De Villeneuve
0
Paris
20.10.1868

N. 274 (259) - A MADAME A. H. DE VILLENEUVE

AFV, Versailles

París, 22 Rue des Sts. Pères

Mansión del Barón de Havelt

20 de octubre de 1868



Señora:


 

[1739]
No sé expresarle la alegría que me ha deparado con su estimada carta. Acaba de llegar a mis manos con el resto de la correspondencia, pues hacía mucho que no pasaba por el Hotel de las Misiones Extranjeras, al estar alojado en casa del Barón de Havelt.

Su gran bondad me incita a ir a visitarla, porque deseo verla a usted así como al Sr. Augusto, mi querido amigo, y expresar mi agradecimiento por tantas bondades como ha tenido para el joven Urbansky. He recibido noticias desde Dresde sobre el bien que ha hecho usted a ese buen muchacho; parece que sus solícitos cuidados lo han salvado de la muerte. Usted me colma de bondades y yo me siento ingrato respecto a usted.


[1740]
Aunque salí de El Cairo de improviso, pude reunir allí objetos de la Madre Rosa, muy interesantes para nuestro querido Augusto. A mi llegada a Alejandría estaba todo roto, pero aún me fue posible llenar una pequeña bolsa de viaje. El contenido de ésta sufrió a su vez en el viaje a Alemania, de manera que no ha quedado sino poca cosa. He pedido a Jartum (a dos meses de viaje de El Cairo) una colección de armas de los negros, pero todavía no han llegado a El Cairo.

Hoy he escrito a Verona para que me manden reliquias; este cofrecillo que tengo es para usted. Ahora estoy muy ocupado; cuando quede libre iré a su casa. Espero que para entonces hayan terminado la impresión de mi Plan, la cual están realizando en París, para llevarle unos ejemplares.

Muchos saludos a Augusto y a Désiré, etc., de su afectísimo



Daniel Comboni



Original francés.

Traducción del italiano






275
Augusto De Villeneuve
1
Paris
20.10.1868
N. 275 (260) - A AUGUSTO DE VILLENEUVE

AFV, Versailles



París, 20 de octubre de 1868



Breve nota





276
P. Estanislao Carcereri
0
Paris
20.10.1868

N. 276 (1150) - AL P. ESTANISLAO CARCERERI

AGCR, 1964/54

París, 20 de octubre de 1868

[1741]
Si los Camilos tienen una Misión antes que el Seminario de Verona la cual implica «non quaero gloriam meam sed eius qui misit me», yo tengo anualmente, fijos, diez mil francos, más lo que logro sacar. Cedo cinco mil de ellos (con el compromiso de conseguir otros tantos) a los Camilos, a fin de saciar los deseos de mi querido Estanislao.



Daniel Comboni






277
Mons. Luis de Canossa
0
Paris
21.10.1868

N. 277 (261) - A MONS. LUIS DE CANOSSA

ACR, A, C. 38/10

París, 21 de octubre de 1868


 

[1742]
Aprovecho esta ocasión para enviarle mis respetuosos y filiales saludos. En nuestro venerado P. Calixto encontramos un hombre que busca únicamente la gloria de Dios, la salvación de las almas y la verdadera honra de la ínclita Orden Trinitaria, a la cual, habiendo cesado la esclavitud de los cristianos, compete una parte del apostolado de los negros.

En cuanto a las gestiones que se deberán realizar con Propaganda, el Vicario Aplico. de Egipto y los Franciscanos para ayudar a la Orden Trinitaria a participar en el importantísimo apostolado de Africa Central, estudiaremos y examinaremos las cosas con serenidad, en Verona, una vez que veamos los resultados del actual pleito con los Camilos.


[1743]
Mientras, confiemos en Dios y en Aquella que V. E. Rma. tuvo el honor de ser el primero en proclamar Reina de Africa, y reciba las afectuosas expresiones de respeto de este su hijo que le es todo devoto



Daniel






278
Claude Girard
0
Paris
31.10.1868

N. 278 (262) - A CLAUDE GIRARD

AGB

París, 31 de octubre de 1868

Mi queridísimo amigo:


 

[1744]
Espero que vendrá a París y que me escribirá antes de ir a Orleans. Le saludo afectuosamente, rogándole que presente mis respetos a la señora Girard y a sus queridos hijos. Si me escribe, dirija las cartas a «22 Rue des Saints Pères» donde estoy alojado.

Pasado mañana saldrá mi Plan de una encuadernación; ya ha llegado la mitad al «Apostolat». Si usted viene, será para mí como resucitar. No he vuelto a recibir su publicación. Adiós, amigo mío, hasta la vista. Nuestro querido y venerado P. Calixto es un amigo del tipo del Rvdo. Girard, es decir, incomparable; me ha prestado muchos servicios. Adiós.

De El Cairo, buenas noticias: bautismos, etc.

El P. Zanoni, gracias a Dios, se ha marchado. Ha hecho daño, pero no importa nada.

La caja con el ostensorio ya ha llegado a El Cairo.



Daniel Comboni






279
Mons. Luis de Canossa
0
Paris
11.1868
N. 279 (263) - A MONS. LUIS DE CANOSSA

ACR, A, c. 14/64



Alab. J. M. Eternamente así sea

París, comienzo de nov. de 1868



Excelencia Rma.:



[1745]
Qui confidit in Domino non confundetur. La Propagación de la Fe de Lyón y París me asignó definitivamente ayer la cantidad de cinco mil francos, que pueden cobrarse enseguida en Lyón. Me lo han comunicado esta mañana Nicolas, Cochin, y el octogenario Presidente, que me ha leído el informe del Consejo de Lyón y la carta del Emmo. Card. Barnabò, el cual recomendó de modo especial nuestra Obra y a D. Comboni. Esto es una gracia extraordinaria de Dios, y una señal de que es El quien actúa y no el hombre. Dios pone remedio a mis desatinos con su gracia. Todos los miembros de Lyón y París han tenido conmigo especiales muestras de atención: nunca se da dinero fuera de la distribución general de mayo, ni se conceden cantidades de manera inmediata más que a los Vicarios y Prefectos Apostólicos. Como los pagos destinados a Africa los hace el cajero de Lyón, será allí donde cobre el dinero. Se me hace esperar que la asignación del año próximo será mayor. Bendigamos al Señor, y contemos sobre todo con la Providencia de Dios, incluso cuando nos parece estar abandonados. Ahora ya no temo la falta de medios.


[1746]
Además, la Obra del S. Sepulcro me ha asignado quinientos francos. El año que viene recibiré más. Por otra parte estoy organizando un Comité de Señoras, y mañana, a las cuatro, seré recibido por la Princesa Clotilde, a la que quizá rogaré que sea la Presidenta: es el momento oportuno, ahora que el Príncipe Napoleón está en Inglaterra.

Es probable que consigamos formar un Comité masculino en París. Pero antes es preciso estudiar la susceptibilidad de la Prop. de la Fe, cuyos consejeros no quieren que les hagan sombra.


[1747]
A Mr. l’Abbé Cloquet, director del Apostolado, le encargué de formar un Consejo Diocesano de la Obra del B. Pastor, y aceptó. Sólo me dijo que el nombre no gusta en Francia, porque con esta denominación aquí sólo se piensa en un Comité para socorrer mujeres perdidas.

Mañana llegará a París Mr. Girard. Me escribió anoche desde Orleans, diciéndome que vendrá con el Superior de los Griegos de Constantinopla, y añadía: «tachez de nous faire admettre à votre table chez Mr. le Baron du Havelt, où vous êtes logé». Ya veremos.


[1748]
Convendría que V. E. Rma. contestase al P. Calixto que cuando yo vaya a Verona se hablará sobre la manera de atender a sus deseos, y que V. E. estaría feliz y contento de cooperar a la introducción de la ínclita Orden Trinitaria en el apostolado de los negros. Añada de paso que, habiendo oído a D. Comboni que [el P. Calixto] le asignó muchas limosnas de misas (500), le ruega ocuparse de este asunto porque tiene centenares de curas sin limosnas. El P. Calixto podrá proporcionar a V. E. bastantes miles de ellas sólo de las Monjas Trinitarias de Francia. Yo ya le encomendé esto. Pero tiene más fuerza la petición de V. E., de quien espera ser favorecido en sus deseos africanos.

Espero subsidios también de la Santa Infancia y de la Obra de las Escuelas de Oriente. Muy grande es el bien que me está haciendo mi querido Barón de Havelt, y sería mi deseo que al escribirme V. E. tuviese expresiones de agradecimiento para él, porque invita a ministros y otros importantes personajes sólo por ayudarme.



Su indignmo. hijo

Daniel



Le mando el opúsculo que ha elaborado el Apostolat. Esta tarde recibiré cartas de Egipto. Saludos al Marqués Octavio, etc.






280
Mons. Luis de Canossa
0
Paris
13.11.1868
N. 280 (264) - A MONS. LUIS DE CANOSSA

ACR, A, c. 14/61



París, 13 de noviembre de 1868

Fiesta de S. Estanislao de Koska



Excelencia Rma.:



[1749]
Me manda presentarle sus respetos Mme. Terèse, a la que vi ayer, y que se encuentra estupendamente. Saluda a la Marquesa Clelia y a toda la familia. Es celadora de nuestra Obra en las Damas del Sagrado Corazón. Es un alma que reza.


[1750]
En tanto que nosotros invocamos la ayuda del cielo para la Obra de Africa, el Señor quiere nuestra cooperación. Su Eminencia el Cardenal Barnabò con su famosa circular volvió ineficaz el rescripto manuscrito del Santo Padre y declaró ilegítima nuestra actuación. Además se basó en el falso principio de que la Obra del Buen Pastor sirve para mantener los Institutos de El Cairo, y dio a entender que el fundamento de su prohibición reside en la voluntad de los Consejos de la Propagación de la Fe. Sin tantas explicaciones, por amor a la brevedad, le anuncio el hecho que estoy poniendo en ejecución, y que paraliza los esfuerzos del Cardenal. Nosotros hacemos esto por el bien de Africa y por respeto al Papa, que con pontificio documento manuscrito concedió indulgencias a la Obra.


[1751]
Estoy creando en París un Comité con los más distinguidos personajes católicos de Francia, que tiene como finalidad recoger limosnas para el Seminario de Verona y otros que fundaremos. Pertenecen a este Comité tres de los más distinguidos y activos miembros del Consejo de la Propagación de la Fe de París, y son:



Mr. Baudon, Presidente de las Conferencias de San Vicente de Paúl;

Mr. Cochin, del Instituto y Academia de Francia;

Mr. Nicolas (Augusto), Consejero de la Corte Imperial y autor de los Etudes philosoph.

Estos han aceptado. Y han aceptado también:



El Barón de Havelt, en cuya casa me hospedo, el cual es fundador de la Obra de la Peregrinación a Tierra Santa y Comisario Pontificio para la Exposición Universal;

Mr. Faugère, Ministro Plenipotenciario y Director del Ministerio de Asuntos Exteriores;

Mr. le Cte. de Courcelles, antiguo Embajador francés en Roma;

Mr. le Prince Boglie, de la Academia francesa;

Mr. le Cte. de Mèrode, hermano de Mgre.;

Mr. le Cte. de Segur, hermano de Mgre.;

Mr. de Valette, Canónigo de Notre Dame de París;

Mr. de Reineval, Vicario en la Magdalena, y hermano de un antiguo Embajador en Roma;


[1752]
Mr. Edmond Lefont, Presidente del Obolo de San Pedro.

Tengo otros personajes y miembros del Clero. Yo soy de la opinión de no hablar nada a Roma de este Comité, ni siquiera cuando esté fundado (cosa de una o dos semanas). Luego, conviene que V. E. luche con las armas de que dispone; y en caso de que el Cardenal triunfe (lo cual me parece imposible), la existencia del Comité de París, compuesto de hombres de categoría suma, será el arma que decida la victoria. No me alargo a exponer las muchas razones por la que es útil este Comité.


[1753]
Recibí de Viena una carta espléndida y muy afectuosa del Duque de Módena, en la que me da palabras de aliento.

He establecido estrechas relaciones con Carlos VII y con su esposa, hija de la Duquesa de Parma. Si va, como espero, al Trono de España, bueno para Africa. Visito a menudo a estos dos devotísimos jóvenes.

Espera la aprobación y bendición de V. E. Rma.



Su hummo. e indig. hijo

Daniel Comboni



Por respeto al Cardenal, no he consentido que el Apostolat publique el Decreto de erección canónica del B. Pastor sin su previa autorización .