El Hno. Jerry Charbonneau nació en Waterville, Ontario, Canadá, Noviembre 7, 1929. Desde el final de la escuela secundaria estaba convencido de que Dios lo estaba llamando a “llevar almas a su reino”, como misionero, por lo que, en 1948, se unió a los Misioneros Combonianos - que por entonces eran conocidos en los Estados Unidos como Verona Fathers. Le gustaba decir con sano orgullo “el primer canadiense que lo hace”.
Después del noviciado y la primera profesión en 1952 fue enviado a Verona, Italia, para continuar sus estudios. Después de un año, por una serie de circunstancias, en diálogo con los superiores, se decidió que regresaría a América del Norte para continuar su vida como Hermano comboniano, un modo de vida consagrada indispensable para la supervivencia de la obra misionera, pero no siempre comprendido en profundidad. Esta dicotomía fue la “cruz” que acompañó al Hno. Jerry para toda su vida. De vuelta en los Estados Unidos ocupó varios cargos en varias comunidades, a menudo siendo pionero cuando era necesario abrir una nueva casa. Trabajó en Montclair y Colombia, las dos en New Jersey, y en Yorkville, Illinois. Permaneció también un período en Ecuador, para realizar instalaciones de fontanería, pero sobre todo, trabajó en las casas de formación de Cincinnati y Monroe, así como con el antiguo Superior General, el P. Antonio Todesco, que fue provincial de la NAP en 1959. Jerry también tuvo su “momento de gloria” cuando en Pala, consiguió comprar un autobús escolar para la misión entre los indios, ¡a base de cromos premiados!
Por último, en 1967, fue enviado a la misión, ya que tanto lo había deseado. El permiso para entrar en Uganda fue concedido por el gobierno del presidente Obote, más bien hostiles a los católicos, y el hermano Jerry pudo partir. Después de dar una mano en la comunidad de hermanos combonianos de la escuela secundaria de Layibi, se convirtió en conductor y ayudante del obispo Juan Bautista Cesana. Tuvo la oportunidad de visitar casi toda la región del norte del país y conocer a muchas personas.
En 1970, el Hermano Jerry fue llamado a Kampala como ayudante del ecónomo provincial. Era el responsable de mantener al día los documentos oficiales de la provincia. Pasaba horas y horas en las oficinas del gobierno en espera de visados, pasaportes y formularios de impuestos. Cuando Idi Amin derrocó a Obote en enero de 1971, la situación se hizo trágica y el país se hundió en años de violencia, de terror y de desastre económico. En 1974, los nervios del P. Jerry necesitaban un período de relajación. Fue asignado al Comboni College en Asmara, Eritrea, que en esa época formaba parte de la Región de Etiopía, y luego al Vicariato de Hawassa, Etiopia, como ecónomo y encargado de las construcciones.
Con el paso de los años, la salud del Hno. Jerry comenzó a deteriorarse y el temblor de sus manos aumentando y que con el tiempo le impidieron escribir o realizar trabajos de precisión. Así, en 1979, fue enviado de vuelta a la otra parte del Océano Atlántico, con diversas tareas. Fue uno de los primeros en establecer una comunidad comboniana en Ontario, Canadá, primero en Cambridge y luego en Kitchener. Cuando se abrió el Centro de La Grange Park, Illinois, el Hno. Jerry fue a prestar su ayuda en la organización de las actividades del centro. También transcurrió unos años en Montclair, New Jersey, dedicándose a diversas ocupaciones.
En 1986, con un certificado que acreditaba su buena salud, pudo volver a África, esta vez a Nairobi, Kenia, en la comunidad de Kariobangi, uno de los barrios marginales más grandes de la ciudad. Aquí tuvo la gran satisfacción de promover la educación en muchos aspectos, sobre todo por la construcción de escuelas. Se dedicó a esta actividad durante siete años.
Hasta sus últimos días, el Hno. Jerry siempre ha recordado con cariño dos grandes momentos de su estancia en Nairobi: la construcción de la escuela secundaria de Nuestra Señora de Fátima, que sigue funcionando a día de hoy, y el encuentro con la Madre Teresa de Calcuta, en una visita a sus hermanas, que trabajaban en la misma barriada.
En 1993 el Hno. Jerry regresó a América del Norte, permaneció por un corto tiempo en Cincinnati, pero su salud comenzó a deteriorarse de nuevo rápidamente. En 1995 inició la última fase de su vida, marcada por la transferencia en varias residencias de ancianos. Volvió al Padre el 28 enero de 2014. Que encuentre la paz que a menudo se le escapaba en esta vida, en la que siempre ha buscado una “comunidad de hermanos perfectos”.
(P. Joseph Bragotti).