In Pace Christi

P. Giuseppe Forlani nació en Romano Lombardo, provincia de Bergamo, el 6 de enero de 1932. Entró con los Misioneros Combonianos y, en 1950, siendo todavía novicio, fue enviado a los Estados Unidos de Norteamérica para continuar con su formación en Cincinnati, Ohio. Allí estudió filosofía y teología en el seminario de St. Mary of the West. Fue ordenado sacerdote el 25 de mayo de 1958 en la capilla del seminario del Sagrado Corazón (actualmente Comboni Mission Center) por la imposición de manos de Mons. Angelo Barbisotti, obispo comboniano de Esmeraldas (Ecuador). Después de su ordenación, el P. Giuseppe enseñó teología en el seminario y trabajó en las parroquias combonianas del West End, en Cincinnati; mientras tanto, obtuvo una Maestría en Historia en el Xavier University.

Después de cuatro años de ministerio en USA, el P. Giuseppe fue enviado a la provincia de Etiopía-Eritrea: allí enseñó en el Comboni College de Asmara, Eritrea, antes de ser transferido al sur de Etiopía, donde se puso al servicio del Vicariato de Hawassa como encargado de las escuelas católicas, administrador y secretario del obispo.

En 1974 el P. Giuseppe fue enviado de nuevo a los Estados Unidos, donde se encargó de reabrir el noviciado de Yorkville, Illinois, y trabajó por dos años como maestro de novicios, por quienes era considerado severo pero justo. De allí estuvo como vice párroco de San Alberto Magno, en Compton, California, una comunidad parroquial formada por afrodescendientes en su mayoría, numerosa y compleja, al sur de Los Ángeles, donde no faltaban los conflictos raciales, tensiones y divisiones. Su pragmatismo los ayudó a insertarse en ese ambiente difícil.

Muy pronto se despertó en él nuevamente la inquietud de prestar un servicio fuera de los Estados Unidos y así, antes de que terminara el 1980, fue enviado a Ecuador donde permaneció por veinte años, prestando su ministerio en zonas necesitadas de la zona del Pacífico pertenecientes a la diócesis de Esmeraldas. Estuvo al servicio de los afrodescendientes y de los pueblos indígenas que habitan en las riberas de los ríos y bosques de esas zonas remotas.

Después de su experiencia en Esmeraldas fue enviado a Colombia, donde trabajó en Cali y en Bogotá. Después de nuevo regresó a Ecuador viviendo en Quito, encargado de las finanzas. Fue en este periodo cuando empezó a tener problemas de salud, una enfermedad en los oídos que le provocaba fuertes molestias y le dañó las cuerdas vocales.

Regresó a los Estados Unidos en el 2000 y, gracias al dominio de la lengua española, pudo trabajar bien en las parroquias combonianas en el sur de Los Ángeles. En ese periodo empeoró su salud: le hicieron una intervención quirúrgica y, poco a poco, se le empeoraron las cuerdas vocales, lo que al final le impidió ejercer el ministerio sacerdotal con la gente. Como otras veces, aceptó este reto sin lamentarse durante los últimos años de su vida en la comunidad de Covina, siempre se le veía alegre y sonriente.

Como no podía predicar, se prestaba a celebrar el sacramento de la reconciliación, sea en las parroquias cercanas o en nuestra casa a donde acudían muchas personas a pedirle algún consejo. El P. Giuseppe era perspicaz y captaba con facilidad la situación. Como enseñante era más bien exigente, pero con los años fue cambiando. Era un hombre sociable y de compañía agradable. Ha sido difícil darle el último adiós en octubre de 2014 cuando pidió regresar a ‘casa’ donde quiso pasar sus últimos días. En efecto, aquel año, el P. Giuseppe pidió regresar a Italia y se le concedió.

Pasó sus últimos días en el Centro para Enfermos de Milán, Italia. Murió el 30 de noviembre de 2016, después de una vida intensa y gratificante. Fue un verdadero hijo de san Daniel Comboni.