In Pace Christi

El padre Robert ("Bob") nació el 30 de junio de 1938 en un barrio obrero del oeste de Belfast, el primero de seis hermanos. Cursó la enseñanza secundaria en el St Malachy's College de Belfast, dirigido por los Hermanos de las Escuelas Cristianas. Siempre dirá que está orgulloso de esta "impronta" que recibió de los Hermanos de las Escuelas Cristianas y siempre hablará bien de ella.

Ya de niño, Bob era un ferviente monaguillo en el cercano monasterio de Clonard. Pronto descubrió su vocación y solicitó entrar en el Estudiantado-Noviciado comboniano de Sunningdale, donde hizo sus primeros votos el 9 de septiembre de 1957, fiesta de San Pedro Claver.

Bob permaneció en Sunningdale hasta 1959, cuando se trasladó a Italia, primero al escolasticado de Verona y después al de Venegono Superiore, para estudiar teología, donde se distinguió, obteniendo finalmente la Licenciatura en Sagrada Teología en la Facultad Teológica de Milán.

Terminados los estudios, fue ordenado sacerdote en el Templo Votivo de Verona, el 28 de junio de 1964, de la mano del Card. Gregorio Pietro Agagianian, Prefecto de Propaganda Fide. Aquel día se convertirá en histórico en los anales combonianos: el P. Bob, de hecho, es uno de los 54 nuevos sacerdotes combonianos, ¡el grupo más numeroso de ordenados en la historia de nuestro Instituto! Y nunca se cansará de repetirlo: "Fue un día maravilloso, también por la presencia de mis padres, hermanos y parientes".

Durante los dos primeros años de su ministerio, el P. Bob está en la comunidad de Londres, en Dawson Place, como promotor vocacional y editor de la revista misionera comboniana en inglés, Missions. Durante este tiempo, visita las escuelas primarias y secundarias de casi todo el país, reclutando a varios candidatos, entre ellos el difunto Padre Paul Felix. Sobre todo, contribuye a dar un nuevo impulso a la revista, creando una tradición que continúa hasta hoy. Durante dos años (1968-1969), fue vicerrector en el Seminario Menor de Mirfield, West Yorkshire.

De octubre de 1969 a 1972, el padre Bob estuvo comprometido entre el pueblo Lango del norte de Uganda, en la diócesis de Lira. Participó en el ministerio parroquial y, en su tiempo libre, editó un periódico diocesano mensual que fundó a instancias del obispo local, Caesar Asili.

A su regreso, fue nombrado rector del seminario menor de Mirfield, donde permaneció cuatro años. De 1975 a 1981, el padre Bob fue superior provincial de la provincia de Londres, tarea que desempeñó con sabiduría y gran dedicación.

Al final de este periodo, fue destinado a las misiones de Brasil, donde permaneció hasta 1990. Tras un breve período estudiando la lengua en São Paulo, se trasladó a la parroquia de Ouro Preto do Oeste, ciudad del estado de Rondônia. El padre Clark recuerda: "La parroquia de Nuestra Señora Aparecida, en Ouro Preto do Oeste, fue su primera parroquia. A la gente le encantaban sus homilías, conferencias y retiros. Todo lo que decía era sencillo y profundo al mismo tiempo". Más tarde, el padre Bob fue coordinador pastoral e incluso vicario general de la diócesis de São Mateus, en el estado de Espírito Santo.

Tras su regreso a casa en 1990, trabajó en el campo de la animación misionera y fue elegido de nuevo Superior Provincial de 1992 a 1998. Siempre estuvo convencido de que la Provincia Comboniana de Londres debía dar su contribución al Instituto apoyando económicamente nuestras misiones y a los misioneros en el extranjero.

A excepción de algunos años pasados en comunidades del centro de Londres, Leeds y Dublín, el P. Bob pasó felizmente la mayor parte de su tiempo en Sunningdale, donde comenzó su vida misionera en 1955. A partir de 1992, además de ser superior o ecónomo provincial, le encantaba pasar las tardes cuidando jardines. Amaba especialmente esta comunidad, donde pasó los últimos veintiséis años de su vida, admirado y querido por los fieles que frecuentaban la iglesia del Sagrado Corazón. Es "justo", por tanto, que haya fallecido apaciblemente en su habitación, a primera hora de la mañana del 24 de julio de 2023.

Aunque durante su vida no fue lo que podríamos llamar un "alma piadosa", en sus últimos años, el Padre Bob fue ejemplar en su dedicación al oficio divino, su asidua lectura de las Sagradas Escrituras y su fiel celebración diaria de la Misa. Aunque se había retirado del ministerio público debido a la pérdida de memoria, siempre estaba disponible para escuchar la confesión de cualquiera que llamara a su puerta.

Para su familia de Belfast fue siempre un hijo, un hermano y un tío afectuoso. Para la familia comboniana fue siempre el hermano sabio y querido. Para los fieles fue un sacerdote y misionero ejemplar. Para muchos otros era simplemente un amigo, admirado y querido por sus modales amables y educados, y apreciado por su ingenio y "ese algo" de encanto típico de la gente de Belfast. El Padre Bob dejó un legado de gran fe y dedicación al Evangelio, y todos nosotros le agradecemos la riqueza que nos ha transmitido y que deseamos vivir en nuestra vida cotidiana. Nos hará falta. Oramos que pueda reposar en paz, alegría y luz, y resurgir en el gozo de Dios. Ar dheis Dé go raibh a anam dílis (“Que su fiel alma esté a la diestra de Dios”). (Padre John Downey, mccj)